miércoles, 15 de julio de 2015

CENTAVOS, PRODUCEN MILLONES




CENTAVOS, PRODUCEN MILLONES

 
“Así nada más, con una mueca en su boca que casi me gritaba en la cara por qué era yo tan codo, que qué significaban 50 centavos… así fue como terminó de atenderme, de muy mala gana ese empleado de la tienda Oxxo”.

“Fue en la tienda Oxxo de la calle Veracruz, en la plaza principal de aquí, Tepic. Muy amablemente me dijo que si no ocupaba algo más; sólo llevaba un refresco; me ofreció unos dulces que tenían en promoción, así como recarga para mi celular… igualmente le dije que no, agradeciendo la atención. Luego me dijo que mi cuenta era de 10 pesos con 50 centavos. Le dí tres monedas: dos de cinco pesos y una más de dos pesos. Con amabilidad –aún- me preguntó que si quería redondear y le contesté que no.  Me regresó una moneda de un peso y se hizo a un lado, hacia su derecha… me quedé esperando varios minutos. Incluso pensé en decirle que si no tenía feria, que le pagaría con una tarjeta de crédito, pero al cabo de un tiempo, empezó a contar: ‘veinte, treinta, cuarenta, cuarenta y cinco… cincuenta!’  eran cinco moneditas que ¡quién sabe de dónde las había sacado o si las guardaba para casos especiales!, pero completó los cincuenta centavos que faltaban a mi cambio y luego alzó la voz para decir ‘¡siguiente de la fila!’… era obvio que se había molestado porque no quise donar”.

Así, de centavitos, es como se van formando pesos que luego dan paso a cientos, miles y quizás millones de pesos que esta cadena de tiendas recaba anualmente, en beneficio sí de grupos vulnerables, pero que se adjudican como dinero propio…

Esta mecánica de donativos en el grupo Femsa, empresa de la cual forma parte Oxxo, fue iniciada por don Eugenio Garza Sada.  Es una “guía moral y funcional para quienes hoy formamos parte de Oxxo. Por ello le damos un especial valor a la relación con las comunidades en las que estamos presentes: trabajamos para servirlas, ya que estamos convencidos de que nuestro crecimiento sólo puede darse en un marco de desarrollo mutuo”.

Así lo indica un apartado de su página web.  Suena bonito, ¿no cree, estimado lector o lectora?  Y sí, en realidad es un hecho mágico, noble y con una gran causa, insistimos, el apoyar a grupos vulnerables como gente con cáncer, alguna discapacidad, personas mayores… por ello, las tiendas Oxxo y otras filiales, instituyeron varios programas sociales, como EL REDONDEO…

DE CENTAVO EN CENTAVO…

Ya hace dos años habíamos comentado de este mecanismo que implementan los centros comerciales y tiendas de conveniencia.  Hoy, unos amigos lectores nos solicitaron que abordáramos el tema, por lo que iniciamos esta colaboración con algunos de sus comentarios y experiencias.

Y como dice la gente de mi rancho: “de grano en grano llena el buche la gallina”, lo que fácilmente aplica en este caso de manera corregida: “de centavo en centavo llena la talega este centro comercial”.  La presunta excusa que nos dan los y las empleadas de Oxxo van enfocada a una noble causa.

Insistimos una vez más, sí es noble en el fondo, pero muy en el fondo, porque en la realidad, esos centavitos que un cliente con gran corazón deja, lo juntan con otros tantos en una sucursal, que al final del día se hacen algunos cientos de pesos, cantidad que se suma a la de otras tantas y tantas sucursales… al final del año, son millones de pesos.

Según su informe de responsabilidad social, publicado en la página http://www.oxxo.com/assets/008/24443.pdf, cuentan con más de 100 mil trabajadores en todos los estados de la República Mexicana y en Bogotá, Colombia, tienen poco más de 400 empleados a los cuales llaman colaboradores.

Esto equivale a que atienden al día más de DIEZ MILLONES DE CLIENTES, ¡diariamente!.  Si tan sólo el diez por ciento, es decir, uno de cada diez clientes dice sí al redondeo, entonces son algo así como un millón de clientes por día los que aportan cincuenta centavos cada uno, que según las matemáticas, se reúne MEDIO MILLÓN DE PESOS por día.

Multiplicando esa cantidad por los días del año, con tan sólo 360 días, ni siquiera contabilizando la totalidad, entonces diríamos que sus cincuenta centavitos que acaba de dejar, se suman a la nada despreciable suma de 180 MILLONES DE PESOS.

¿Y qué cree?  Pues que esa cantidad la ‘donan’ a instituciones de beneficencia y de organizaciones civiles conocidas fiscalmente como Donatarias Autorizadas, pero Oxxo y Femsa lo hacen a título personal; es decir, su dinero lo deducen como si verdaderamente saliera de sus cajas, de sus bolsillos, o bien, de sus cuentas bancarias.

¿Cree usted que estas cadenas comerciales se tientan el corazón y toman en cuenta que el recurso proviene de los bolsillos de miles de mexicanos que tienen un gran corazón y a los que obviamente no se les entrega un recibo por ese concepto para que a su vez puedan deducirlo de sus impuestos?  La respuesta es simple: ¡No!… 

Es pues sin duda alguna, un “Redondeado Negocio” el que vienen a realizar los grandes complejos comerciales, a costillas de los que menos tienen y más lo necesitan, ¿no lo cree así, estimado lector?


** MIEMBRO FUNDADOR DE FRECONAY, A.C.**

Agradeceremos sus comentarios y sugerencias en el celular y WhatsApp (311) 910 77 77 o bien, en el correo electrónico enriquelibre@gmail.com

Acapulco en la azotea


JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita



"Acapulco en la azotea"


El día nublado con sensación de bochorno. Muy típico de estos tiempos veraniegos en nuestra geografía estatal. Me asomo al balcón con la esperanza de encontrar una corriente de aire fresco que se compadezca de mis ansiosos pulmones y mi sudorosa epidermis. No tuve éxito, las corrientes de aire brillan por su ausencia, el follaje de los escasos arbolitos en la calle ni se inmuta, parece que estuviera petrificado. No me agobio del todo, sé que es cosa de paciencia y en un rato más vendrá la lluvia benigna.

Luego de un instante me sincero conmigo mismo y en un soliloquio, nada raro en mí, me otorgo una apremiante respuesta a la causa de mis verdaderas inquietudes. En realidad no es un bochorno físico el que me llevó a la ventana en busca de aire fresco. Fue más bien una especie de ansiedad anímica la que me tiene en este brete. Necesito una pausa para encontrar, tanto las razones de ella como la forma de contárselas.

A propósito de pausas, creo que ha llegado el momento de tomar un descanso. Mi escáner corpóreo está detectando fallas en el sistema y me sugiere un poco de relax. No es algo así como un problema de ingeniería mecánica sino creo que es más parecido a cambiar un fusible, pero no deja de ser importante. Siempre debemos estar atentos a los pequeños detalles que  son la base de los grandes problemas. Siento algo de cansancio, y cómo no, sí soy un trasnochador empedernido. Ni siquiera recuerdo cuanto tiempo hace que no duermo mis ocho horas reglamentarias. Lo bueno de ello es que siempre he aprovechado de manera positiva (no les daré detalles) esas horas que le sustraigo a la jornada oficial que le corresponde a Morfeo y no digo "en brazos de Morfeo" porque así evito susceptibilidades y malos entendidos.

La idea es tener un descanso equilibrado, dormir más y mejor, pero también la cuestión mental, el aspecto anímico, que a veces resulta más necesario que el físico y no es que la mente se canse tanto (como si pensara mucho) sino el desgaste mental de estar bajo esquemas o escenarios que no son los ideales para el trabajo. El desánimo de ver panoramas que nada tienen que ver con el auténtico trabajo institucional. El desaliento de ver un manejo tipo empresa (cuando bien nos va) en las dependencias públicas. Un esquema en donde se privilegia el lucro y se deja de lado la satisfacción del deber cumplido. Cansa mucho al espíritu (más que a la mente) el hecho de atestiguar en "algunas" dependencias que el trato de "algunos" funcionarios hacia sus subordinados deja mucho que desear. Por supuesto que no se pide que al trabajador se le mime o se le consienta, sino que se le otorgue el elemental respeto que como persona se merece. No existe nada más desagradable que un superior jerárquico déspota ni algo tan execrable que un jefe o jefa hipócrita.

En mi opinión, no existe nada mejor que hacer equipo en base al respeto recíproco si es que no alcanza para el reconocimiento y la admiración. Nada mejor que una relación con sencillez, franqueza y sentido común para fomentar la confianza y el entusiasmo por la disposición hacia el trabajo. Cuando se dan estas premisas puedo apostar que el afecto y la comprensión se dan por añadidura y los resultados suelen ser extraordinarios.

Pero dejemos esas alucinaciones, dignas del inframundo, que sólo existen en mi cansada y febril mente. Afortunadamente esos casos no se dan en nuestra actualidad gubernamental (levanto mis ojos al cielo) un niño casi se orina de la risa y me distrae, ni siquiera sé que es lo que le causa tanta gracia, no es una visita, sólo es un transeúnte que pasa al lado de mi ventana, una rara y graciosa coincidencia.

Intento ocupar mi mente en los planes que puedo hacer, ya pensando en mis próximas vacaciones, y es cuando entiendo a cabalidad esa frase que cada vez es más usual: "Aunque no vaya a ningún lado, pero al menos salgo de la rutina". Encuentro a ras de suelo dos inmediatas vertientes. Una que es la que acabo de comentar, aquello del cansancio del espíritu y otra que es igual de triste y preocupante que la anterior, si no va uno a ningún sitio a vacacionar no es por falta de ganas sino porque no se tienen los recursos económicos para ello, situación que resulta ser un contundente indicador de que las cosas no están para celebrarse.

No deja de ser un reto para la imaginación idear algo para las vacaciones, no algo así como el comercial de un famoso detergente, que decía: "Acapulco en la azotea", representación sarcástica en la que unos desdichados miembros del lumpemproletariado, al momento de lavar su ropa, creaban su propio escenario de playa en un humilde techo. Era algo así como, allegarse una vieja sombrilla, una cubeta de peltre que semeja su lujosa hielera, un deshilachado sombrero de paja, una ropa como la de "El Costeño", lentes oscuros y listo, a disfrutar del "ecológico" sol del Distrito Federal. Esas imágenes las entiendo, más que un comercial de jabón, como un mensaje subliminal, un conformismo dañino inducido por un sistema que actúa detrás de las cámaras (y en este caso hablo de las cámaras de televisión, no las del congreso). Esas imágenes me parecen más un "si no puedes ir a Acapulco, no te preocupes, siempre hay formas de ser feliz", "así estás bien para que luchar contra lo que no se puede cambiar".

No sé si esto sea producto de mi cansada y desquiciada mente que ya ve "moros con tranchete" por todos lados (la burra no era arisca) y de verdad urgen las vacaciones. No sé si me alcance la creatividad para realizar algún viaje a un sitio de veraneo bajo estas exiguas capacidades económicas, o me tenga que conformar con un maravilloso viaje alrededor del mundo (digo en "El Turista Mundial"), pero de que haré algo, lo haré. Ya les contaré en alguno de los próximos capítulos. (No se pierda el desenlace de esta aventura). Por lo pronto, a los que tienen la suerte de irse de vacaciones les deseo la mejor de las suertes, que se diviertan, se relajen y sobre todo que aprovechen la incomparable sensación de disfrutar a la familia.

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.