jueves, 11 de marzo de 2021

Banda Dos 20, un Proyecto Fresco y Lleno de Energía Musical

ENRIQUE GONZÁLEZ RODRÍGUEZ / Periodismo Nayarita

 

Tepic, Nay.-  Es en las calles de la colonia El Centinela de Zapopan, Jalisco en donde a inicios del año 2015, un grupo de amigos músicos acuerdan encauzar sus inquietudes musicales en un nuevo proyecto que fuera más acorde a sus gustos e intereses, surgiendo así el día 6 de enero en la escena musical jalisciense la Banda Dos 20.

 


La experiencia de todos y cada uno de los integrantes de la banda, adquirida en su paso por diferentes agrupaciones a lo largo de casi diez años, fue un factor determinante para el pronto acoplamiento y solidez en la misma, llevándolos a una rápida identificación en la escena local y a ganar seguidores de su música sobresaliendo casi de inmediato por su peculiar estilo musical e interpretativo.

 

Las presentaciones en teatros del pueblo, bailes, jaripeos, eventos religiosos, gubernamentales y sociales llegaron pronto a la Banda Dos 20, así como invitaciones para participar en los aniversarios de otras agrupaciones, lo que fue subiendo su popularidad cada día más hasta trascender a otros estados de la república mexicana.

 

Con la llegada de la pandemia mundial ocasionada por el Covid-19 a inicios del 2020, la agrupación entró en pausa dedicándose en lo individual a la superación y aprendizaje de nuevos métodos y elementos de ensayo, como lo fue un curso de armonía moderna que los ayudó a sobrellevar el encierro a la vez que los mantenía en forma y más actualizados en lo musical.

 

En el arranque de este aún incierto año 2021, los integrantes de esta agrupación zapopana entraron al estudio de grabación “Alma Music” a trabajar en lo que será su primera producción discográfica, dando a conocer de la misma los temas: “Sueño Americano” y “Ni Aquí Ni Allá”, siendo el primero inédito y el segundo un cover que popularizaran hace algunos ayeres “los incansables” Tigres Del Norte, mismos que ya promueven en los medios de comunicación digitales y muy pronto estarán disponibles en todas las plataformas digitales para quienes gustan de su música.  

"In memoriam"

 


JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



"In memoriam"

   Cuando sintió que algo caliente y viscoso corría por su mejilla izquierda no se imaginó la gravedad de la lesión ocasionada por el impacto recibido. Sintió cosquillas en la comisura de su ceja izquierda por el deslizamiento de un fino hilillo de sangre. Se sentía aturdida y no tenía claro qué iba a suceder con ella y sus compañeras de ese grupo que protestaba en la plaza pública frente al palacio de gobierno. Hasta hace unos momentos todo iba relativamente bien y bastante pacífico, si se comparaba con otras ocasiones similares, pero de pronto sucedió algo que detonó el caos.

 Isabela miró a todos lados y sólo reconoció a Matilde. La muchedumbre, antes compacta y organizada, era ahora un tremendo aquelarre. Cuando la fuerza pública entró a disolver la manifestación todo se salió de control. El contingente femenil que se manifestaba pacíficamente sabía de antemano que eso podía ocurrir pero aun así había que correr los riesgos. La manifestación, una vez más era por el mismo motivo, en esa entidad federativa se habían agudizado las condiciones de violencia contra las mujeres, los feminicidios iban a la alza, lo mismo que el abuso sexual, entre otros crímenes de alto impacto social que enrarecían el ambiente. La tranquilidad en esos lares era solo un viejo espejismo.

 Era el momento oportuno de actuar si aspiraban a librarse de los granaderos que estaban casi encima de ellas. Como pudo tomó del brazo a su compañera y la jaló hacia unos arbustos que tenían cierta complicidad con la sombra que proyectaba el viejo edificio de departamentos que se erguía imponente frente a ellas. Apenas lograron cubrirse bajo el ropaje vegetal que les abrió sus brazos cuando varios elementos de la gendarmería antimotines pasaban a su lado haciendo un estruendo metálico con sus pesadas botas militares. La tarde empezaba a caer y la oscuridad que ella temía un poco hoy le resultaba de gran ayuda. Su negra vestimenta, el vestido para la ocasión, se confundía con lo pardo de la incipiente noche que anunciaba su fantasmagórica llegada. Se escucharon ruidos fuertes y gritos. Hubo disparos de salva  y goma. (eso querían creer ellas) y poco a poco el escenario se llenó de un humo denso y apestoso a pirotecnia.

 Estuvo ahí acurrucada en los brazos de Matilde, hasta casi quedar dormida, no supo si era por el miedo o la debilidad ocasionada por el constante sangrado de su cara. Sintió un poco de ánimo al ver que su amiga y compañera de lucha estaba indemne. No se le veía sangrar de ningún lado y su cara estaba intacta, limpia de maquillaje como era su costumbre. Isabela no sabía que parte de su cuerpo le dolía más, si la descalabrada de ceja o las patadas y estrujones que recibió en abdomen y brazos antes de escabullirse del peligro inminente. Dejó de pensar en eso y trató de mantenerse lo más quieta posible abrazando a su compañera que parecía tener esporádicos escalofríos. De esa quietud y silencio quizá dependiera su vida y su libertad. No quería imaginar lo que les podía suceder si eran descubiertas por los temibles granaderos y los  policías encubiertos que siempre se infiltraban en esos movimientos para espiarlos y reventarlos.

 Así pasaron los minutos, en medio del temor y la vocinglería de la plaza. Hubo tiempo suficiente para recordar tantas otras ocasiones que salieron a protestar por la falta de seguridad, la nula respuesta de justicia para las víctimas de feminicidios y violaciones por parte de las autoridades competentes (mejor dicho incompetentes) que ignoraron las voces que se elevaron al cielo como si fueran oraciones desoídas por el creador. La pena, la angustia y la impotencia cuando asesinaron a Lupita, Brenda, Leticia, Valeria, Fátima, Diana, Leonila, Érika y Gabriela, entre muchísimas más, que en la mayoría de los casos los asesinos quedaron impunes. Por su mente pasaron todas las escenas vividas en el seno de su propia familia. Recordó todos los casos de violencia familiar que denunciaron reiteradamente sin recibir respuesta y terminaron en lamentables crímenes.

 Respiró profundamente aunque con dificultad pues se sentía entumecida y le dolía el pecho, quizá fue el golpe que recibió en el esternón pero le dolió más en el corazón o en el alma. Volteó a ver a su compañera de brazos y se percató que dormía. Qué bueno (pensó para sus adentros) que descanse un poco, ya que pase todo el relajo la despierto y nos vamos a casa. La gente seguía corriendo y se escuchaban ir y venir vehículos en varias direcciones A lo lejos divisó un anuncio espectacular con la imagen sonriente de un candidato de un partido prominente. Ahí quedó abandonado ese viejo cartel publicitario que exaltaba las virtudes de un hombre que llegó a ocupar un puesto importante de gobierno pero dejó una triste estela de ineficiencia, corrupción y abusos; el tiempo se encargó de exhibirlo, fue un tipo al que su partido le otorgó la candidatura pese a tener muchas denuncias graves. Una mueca distorsionó su rostro al recordar el caso de ese tristemente célebre político. Escupió con cuidado, la evocación le causó gran repugnancia.

 Así pasaron los minutos y en una hora retornó la calma al lugar. Sonrió para su adentros, porque hasta mover los músculos de la cara le provocaba dolor. Aspiró de nuevo y el aire le supo a pólvora pero no le dio importancia. Deben ser los petardos que usaron para asustarnos —pensó muy segura—, mientras empezaba a acomodar su cuerpo para incorporarse. Le habló con voz muy suave a su amiga Matilde que al parecer seguía dormida. Pobrecita mi amiga, quedó exhausta —pensó—, mientras sonreía con ternura. Tocó el hombro izquierdo de su amiga con su mano derecha para moverla y despertarla. Matilde no contestó, su cuerpo se ladeó pero siguió completamente inmóvil. Insistió en moverla pero no recibió respuesta alguna. Fue entonces cuando quitó la ligera frazada que las mantenía unidas y observó que su entrañable amiga y compañera de lucha tenía un enorme boquete en el abdomen por donde se le escapó la sangre y la vida. Se dio cuenta entonces de dos cosas. Una, que no eran petardos los que utilizaron las fuerzas públicas y dos, que una más, una mujer más, había caído en la batalla. El dolor y la rabia que sintió fueron infinitamente superiores al dolor físico. Apretó las mandíbulas con fuerza y dijo entre dientes: ¡No bajaré nunca la guardia! Prometo ante tu cuerpo y tu espíritu, querida amiga que nunca dejaré de luchar.

¡Ni una más! ¡Ni una menos! (Cualquier parecido con la realidad no es coincidencia, ocurre en muchos lugares y en todo momento) (Redactado el día 8 de marzo de 2021)

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