jueves, 3 de mayo de 2018

"Debates Escolares"



JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



"Debates Escolares"



Esa mañana, todos se preguntaban qué era lo que originaba esa tremenda vocinglería en la dirección de la escuela primaria “República Mexicana”. Se escuchaba una gran algarabía y un inusual tránsito de personas dentro y alrededor de la oficina del director. Varias personas, alumnos y docentes, intentaban ver a través de la persiana entreabierta de la única ventana del cuarto principal del plantel.

Apenas se alcanzaba a distinguir al director y al prefecto de la escuela, que parecían hablar muy seriamente con un grupo de alumnos de los grados escolares más avanzados. Esos alumnos eran los más populares de la escuela, además de los únicos que se habían registrados para participar en la contienda para elegir al que ocuparía la presidencia del comité de alumnos.

Se veían ahí muy concentrados en lo que les indicaban las autoridades del plantel. Desde el único ángulo que se podía ver al interior de la oficina, se apreciaba la figura de Manuelito, al que los niños apodaban “El Peque”, porque era de baja estatura. Enseguida estaba el niño maravilla, que debía ser Robin, pero no lo era, a éste le apodaban “Araña”, otros le decían el “Richi”. A su lado, el famoso “Jimmy” que era aún más conocido como “El Broncas”, porque era el niño más peleonero de la escuela. Junto a él se encontraba un niño de apellido extranjero, él era “Toñito Orinade” y al final, la única niña del grupo la popular “Amapola La Bala”, que también escuchaba atenta las explicaciones.

El asunto estaba más que claro, ese grupo selecto de alumnos se prepararía para participar en el gran debate escolar que se celebraría, tres días después, en la sala de reuniones de la escuela. Era muy importante resultar ganador o ganadora, si fuera el caso de Amapola, en ese debate, porque podría ayudar en la elección que debía realizarse el primer día del mes siguiente.

Pasaron las horas y al fin llegó el esperado momento, ahí estaban listos los protagonistas del debate. Todos muy bien arregladitos y paraditos en una fila, teniendo como fondo una mampara que reza: “Gran Debate Escolar 2018”. Lo primero que llamó la atención de la concurrencia fue que todos iban vestidos de negro, excepto “El Peque” que lo hizo de blanco. Tal parece que eso desorientó a los de negro, que se sintieron equipo y dieron la orden de hacer “Tiro al Blanco”, todos en contra del único niño de bajo nivel social de ese grupo. Los otros niños, de sobrada solvencia económica, sentían una especie de desprecio por el “Peque”, pero a la vez una gran envidia porque era el niño más popular de la escuela. Así que, existía un temor fundado de que pudiera ganar la presidencia del comité de alumnos con relativa facilidad.

Se pudo observar que la estrategia de los chiquitines de la agrupación “anti- peque” se había preparado para atacarlo y sacarlo de quicio, pensando que, si lograban hacerlo enojar, sus reacciones pusieran ser muy viscerales, perder el control y verse mal ante el auditorio. Lo que no contaban esos pequeños rufianes y principalmente el “Richi”, era que la mamá del “Peque” le había dado un “té de pasiflora” que lo dejó relajadito, casi sedado. Por eso, su voz se escuchaba como si hablara en cámara lenta, y todos los ataques, que intentaban ser mortales, se le resbalaban con pasmosa facilidad. Ninguno de ellos logró incomodarlo, soportó el vendaval como si nada. Los ataques iban y venían y el “seguía tan campante” como el whisky Johnny Walker. El “Araña”, el niño que cuando supo que se iba a realizar el cambio del comité, le pidió a su papá que vinieran a vivir a México, porque era uno de sus sueños ser presidente de la escuela “República Mexicana”, él y su familia viven en el vecino país del norte, pero ahora mismo, están todos, temporalmente, radicando en México. Desgraciadamente, para él, no gozaba de muy buena fama en la escuela, ya que varios niños fueron víctimas de algunas de sus travesuras, ya que les desapareció sus ahorros semanales, bueno pero pues son niños, no hay que fijarse tanto en eso.

El que causó mucha lástima, fue el niño de apellido extranjero, el “Toñito Orinade”, casi daba ternura, pero al final quedaba como estólido, arremetiendo contra el blanco de todos, pero sin lograr la credibilidad, ni de los presentes ni de los ausentes. Cuando más quedó en ridículo fue al insistir que las casitas de madera, que se encontró en el jardín de la escuela, eran del “Peque”, pero no logró acreditarlo a plenitud. Finalmente se quedó con las dos casitas. Le fue bien.

Ah, pero el niño que se lució en este show, fue sin duda “El Broncas”. Era previsible que, por su carácter áspero y rudimentario, fuera a hacer de las suyas. Se la pasó haciéndole “manita de puerco” a todos, pero, atacó también en forma preferencial al blanco, lo bueno fue que, al entrar al salón, le revisaron la mochila y le decomisaron las tijeras que traía, porque hubiera sido capaz, al calor del debate, de cortarlas en vez de doblarlas.

La que no pudo cooperar mucho en este intento de linchamiento de Manuelito, fue la elegante Amapola La Bala, que más bien se vio como un petardo, o una salva. Se la pasó tartamudeando y haciendo pucheros como “Chabelita” en “La Casa de la Risa”, pero, en los pocos momentos de lucidez, atacó también al “Peque”, aunque sus “misiles” llegaban al objetivo ya como simples lucecitas de bengala. Perdió la poca credibilidad (?) que según tenía. (Espero que Sara Lovera no me vaya a acusar de misógino por este comentario).

En fin, fue un gran debate escolar, en el que nadie ganó, pero tampoco nadie perdió, sino todo lo contrario, (ese fue un chiste local). La verdad es que no se trataba de eso, la actividad se realizó pensando en que ese grupo de chiquillos y chiquillas (Ups, eso me recordó a otro ranchero, región 4) hicieran el ejercicio de confrontar ideas y presentar propuestas que conformarían sus programas de trabajo, cosas del desarrollo y atención del alumnado, la tiendita escolar, entre otras.

Fue una gran oportunidad de constatar más de cerca los perfiles, tendencias, características personales, aspiraciones e intenciones de esos chiquitines que aspiran a tener la oportunidad de dirigir el comité de la escuela “República Mexicana”, en la que todos, los alumnos, autoridades, docentes y padres de familia, están atentos a lo que vendrá después, a la gran elección que cambiará el rumbo de ese plantel.

Quise escribir mi versión de esa historia, así en ese formato infantil, en parte por ofrecer algo distinto al lector, y en parte también, cómo un modesto homenaje a los chiquitines de verdad, ahora que recientemente se celebró su día. ¡Feliz Día del Niño!

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