domingo, 30 de octubre de 2022

"La furia de los vientos"

 





JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



"La furia de los vientos"

De nuevo la noticia del momento la constituye la furia de los vientos. No hace mucho tiempo que nuestra entidad fue azotada por la furia del huracán Willa, cuatro años para ser exactos. En esta ocasión se trata de Roslyn, el meteoro que nos sacudió y, además de tres muertes, nos dejó una estela de innumerables daños materiales.

 No hay localidad nayarita que haya salido completamente ilesa de este furibundo fenómeno natural. Es evidente que hay sitios que destacan por ser los más afectados, como es el caso de los municipios de la Región Norte y de la Costa Norte. Hoy día se trabaja incansablemente en la limpieza y los apoyos emergentes de salud, alimentación y cobijo. Hoy más que nunca se debe exaltar la solidaridad y la empatía con los damnificados que se cuentan por miles. La responsabilidad de resolver los daños es de las autoridades de los tres niveles, pero está históricamente demostrado en diversas tragedias que es la sociedad civil la que reacciona primero.

 Me ha tocado ser testigo de las reacciones de voluntarios que se organizan en brigadas de limpieza y en grupos de acopio de víveres, ropa y medicina para entregar en algunas localidades. Se han sumado trabajadores de campo de algunas secretarías de gobierno del estado, así como alumnos, maestros y administrativos de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) de estos últimos testifiqué la salida de varios camiones llenos de personal con rumbo a Tuxpan, para apoyar en la limpieza de sus unidades académicas. Esas reacciones me parecen muy loables, además de muy efectivas.  

 Basta con observar las fotografías que circulan en las redes sociales para hacer un rápido recuento de los daños. Casas y negocios en zonas costeras completamente destrozados, árboles arrancados con todo y raíces, láminas y espectaculares que giraban en el cielo cual si fueran plumas. En localidades de Tecuala y en la propia cabecera municipal se registraron cuarteaduras y derribo de bardas, tinacos que fueron arrancados de sus bases, árboles que cayeron en medio de las calles haciendo ver las escenas como zona de guerra. Tan solo en la carretera Tecuala-Acaponeta, más de una veintena de postes que conducen las líneas de energía eléctrica tirados en el asfalto.

 Los daños son cuantiosos y la recuperación será muy lenta. Si la economía ya estaba deteriorada, ahora tendrá mayores dificultades, desafortunadamente el mayor peso lo tendrán que cargar los sectores más vulnerables, los que menos tienen (para variar). Por lo pronto, los nayaritas en las zonas más afectadas padecen la carencia de energía eléctrica y sus diversas implicaciones, porque no es solo la oscuridad de las noches sino que al carecer de ventilador se está a merced de los moscos chupasangre del dengue y otras calamidades. Por otro lado, las pérdidas de las carnicerías y distribuidores de lácteos, la falta de servicio de cajeros, teléfonos celulares y muchos otros problemas vinculados.

 En un principio, luego del paso del huracán, se vivió la angustia de no saber cómo estaban nuestros familiares, lo digo por experiencia, en el caso de Tecuala, con mi hijo mayor, no saber cómo estaba y estar insistiendo a todos los teléfonos posibles sin recibir respuesta, angustia que se tornó en desesperación hasta que por fin me pude comunicar con él. Pasado lo principal, la integridad de la familia, ahora ver que daños nos dejó en la casa el tremendo fenómeno natural. Gracias a Dios, la familia está bien y la casa no presentó mayores daños a excepción de la pérdida de dos hermosos árboles que pasaron a la historia.

 No queda más que esperar que las autoridades se pongan las pilas y reaccionen a la medida de las expectativas. Que atiendan con la agilidad posible las necesidades más apremiantes de los damnificados y den respuesta también a la recuperación de sus casas y sus menajes. Será necesaria la gestión inmediata de fondos federales emergentes para resarcir las pérdidas patrimoniales. Eso es responsabilidad directa del gobernador y las presidencias municipales. Lo mismo sucede con las actividades productivas que resultaron afectadas, como la agricultura y la ganadería, la pesca y otras más, que son necesarias para que las economías locales caminen y den vida a los pueblos y ciudades.

 Ya comentaba en alguna otra ocasión, que los huracanes son cada vez más letales y peligrosos, esto obedece a los efectos del calentamiento global, pero seguimos sin entender el tremendo daño que seguimos causando a nuestro planeta. De no hacer conciencia de esta condición y seguir en plan de depredadores ambientales debemos atenernos a las consecuencias. Si Roslyn, nos arrancó techos y destruyó vehículos, bardas, hoteles, casas, anuncios y árboles, no debemos olvidar que el próximo meteoro de esta naturaleza puede ser aún más destructivo y acabar con ciudades enteras.

 Por lo pronto, intentemos ayudar en la medida de lo posible a quienes nos necesitan. Los nayaritas siempre nos hemos distinguido por ser solidarios y generosos con los hermanos que están en problemas. Cualquier ayuda es buena en estas circunstancias. ¡Hoy por ti, mañana por mí!

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.