jueves, 2 de abril de 2020

"Las enseñanzas de la crisis"



JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



"Las enseñanzas de la crisis"



Dicen que todas las crisis nos dejan una enseñanza. Otros identifican a las crisis como grandes oportunidades. En ese sentido, hay muchas frases de personajes famosos que hablan sobre el tema, algunas muy ingeniosas que le conceden mucho mérito a ese estado de rompimiento o de complejidad que, por distintos factores, ocurre en determinados momentos de  la historia o de la vida.

Comento lo anterior porque es indudable que el momento que estamos viviendo por la pandemia del coronavirus (Covid-19) es una marcada crisis mundial, al menos en dos vertientes muy especiales que son la salud y la economía.

La mayoría hemos estado atentos a la evolución de este grave problema de salud a través de los medios oficiales y otras fuentes de información confiables que nos han hecho llegar, casi en tiempo real, los alarmantes incrementos de los decesos, los contagios y demás elementos importantes del problema. ¿Pero, qué otras cosas hemos podido observar, en medio de esta situación tan difícil?

Me parece que una de las causas más importantes de que se haya propagado el contagio a esa gran velocidad es la falta de responsabilidad de las personas. En ese sentido, no se puede decir que sea privativo de los países latinoamericanos, donde suele verse ese comportamiento, sino que ahora se puede hablar de países de los denominados de primer mundo como Italia y España. El caso del primero de ellos, más significativo por el número elevado de casos, de muertes y contagiados fue, al menos en apariencia, ignorar la temible amenaza que se cernía sobre ellos y continuaron sus actividades cotidianas, con los resultados que se pueden observar actualmente. Ahora sí, en fases más apremiantes, han tomado medidas drásticas para intentar frenar esa pesadilla.

Más allá de las dramáticas estadísticas, que se mueven a indeseable y desfavorecedora velocidad, es importante asumir las medidas necesarias con absoluta responsabilidad. En ese sentido, es obvio pensar en la dificultad que implica generalizar el cumplimiento del mandato de aislamiento (fase dos) ordenado por las autoridades sanitarias. Por un lado, en nuestro país existen muchísimas personas a las que su condición económica no les permite, aunque quisieran, parar de trabajar e irse a casa, por la sencilla razón de que si no trabajan no comen. En similar situación se encuentran miles de microempresarios y muchos otros de los denominados pequeños, que enfrentan una situación muy difícil de resolver, ya que no cuentan con los recursos o reservas económicas para poder cerrar durante uno, dos, tres o quizá más meses que pudiera durar la contingencia. Hay muchas voces que señalan estos ejemplos como una injusticia o una desigualdad social y económica. Tienen razón en ello. Son precisamente este tipo de situaciones, las contingencias meteorológicas (desastres naturales) y las de salud (pandemias) las que desnudan las deficiencias de los sistemas económicos. Nuestro país es una muestra palpable de aquellos que generalmente no cuentan con mecanismos de respuesta inmediata adecuados, efectivos, expeditos y confiables. El tema es de por sí complejo de resolver y de analizar, por eso lo dejaremos de lado esta vez, por razones de espacio.

Esperemos que el gobierno federal, por su capacidad económica, presente de inmediato algunos mecanismos (programas) de apoyo para las personas físicas, pequeños y micro empresarios, y que convoque y presione a la élite financiera (bancos) para que muestren su empatía y solidaridad con los mexicanos.

Sin querer lastimar la susceptibilidad de quienes no tienen el privilegio de poder estar en casa, en el aislamiento de la fase dos, y disfrutar de un sueldo sin trabajar, quiero comentar que esta pandemia nos ha enseñado varias cosas. El cierre de las escuelas, centros de diversión y entretenimiento, entre muchos otros negocios, ha propiciado (forzado) la unidad familiar en muchos de los casos. Aunque me ha tocado ver en mi colonia muchos niños y niñas jugando en las calles a diferentes horas del día, ante la complacencia e irresponsabilidad de sus padres que ni siquiera están atentos a resguardarlos o, al menos cuidarlos si no los confinan en sus hogares. Igualmente he observado a muchos fiesteros que molestan con su ruido y realizan tremendas fiestas como si para ellos fueran días normales, sin ninguna preocupación.

Pero, no todo es malo. Me parece que, además de la unidad familiar ya comentada, creo que esta crisis está sirviendo para que valoremos más nuestra salud y nuestra vida. Por consecuencia, darle un mejor lugar y mayor respeto a quienes laboran en el sector de la salud, valorar y reconocer a los médicos, enfermeras, asistentes, trabajadoras sociales y todas las personas relacionadas. Darle mayor relevancia a la ciencia, a la investigación, en este caso en el ramo de la salud, encontrar nuevas vacunas y abatir muchas enfermedades. En ese mismo sentido, entender que debemos apreciar, promover e impulsar a los científicos y dejar de lado el estúpido fetichismo deportivo que crea ídolos de barro. Jamás he entendido el por qué les pagan tantos millones de dólares o euros, dependiendo del caso, a personajes como el Canelo Álvarez, tan solo por tirar golpes, o a Leonel Messi, futbolista del equipo Barcelona de España, al que le dan más de 8 millones de euros de sueldo mensual (¿¡¡¡?) por patear un balón, cantidad que ni en sueños se le dará en toda su vida a un científico que descubre una vacuna o un medicamento que salvará millones de vidas, o a un eminente cardiólogo que le cambiará el corazón a un paciente. Es una completa ironía de la vida, una aberración que espero cambie con estas lecciones.

Ojalá que la situación actual nos haga comprender que es posible vivir sin tanta farándula, deportes, espectáculos, etc. Al menos apreciar la sobriedad, el equilibrio entre estas y otras actividades sustantivas.

Entrados ya en el tema de las observaciones y los deseos, me parece que las autoridades estatales, específicamente las dependencias del poder ejecutivo, deberían ser más congruentes con la preocupación mostrada en los medios por el gobernador. En algunas de ellas, al momento de escribir este texto, apenas están echando a andar sus famosas guardias, que por cierto dejan mucho que desear porque no cubren las condiciones necesarias para proteger la salud de los trabajadores, menos la de sus familias, al grado de que, en algunos casos, darles dos días libres de la semana y no darles ninguno, tienen el mismo resultado. Creo que de agravarse la situación de salud y de seguir con el espíritu negrero que han mostrado a la fecha, los funcionarios de esas dependencias son candidatos a ser denunciados ante la Comisión de Derechos Humanos o tal vez a tribunales de mayor jerarquía.

En algunos ayuntamientos no cantan mal las rancheras, se comportan de manera irresponsable; se puede ver al alcalde de Tepic, solo como un ejemplo, realizar las actividades normales de su agenda, intentando hacer promoción política, exponiendo la salud de su equipo de comunicación social lo que, desde mi punto de vista, lo exhibe con una actitud de vanidad y egocentrismo, incluso como una persona desconsiderada. Creo que ganaría más adeptos si protegiera la salud de sus colaboradores. Con la salud no se juega.

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.