jueves, 8 de marzo de 2018

"Gemelos Idénticos"



JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



"Gemelos Idénticos"



La infancia de los gemelos Martínez era de lo más normal, de lo más típico que podría ser en esos lugares alejados de las ciudades desarrolladas. El pueblo en que habitaban estos gemelos idénticos, que por una rarísima excepción, nacieron de sexo diferente, era uno de esos que hay muchos en la geografía rural mexicana, por ello no tendría ni caso darle un nombre. Pero recordando un comentario de un asiduo seguidor que le gustan mucho los nombres de pueblos en mis historias, optaré por llamarle “San Agapito de Las Iguanas”.

La familia Martínez López, estaba formada por don Pedro, doña Evarista, el primogénito, del mismo nombre del padre, y los gemelos Julia y Julián. Su condición económica no era muy buena pero tampoco era la familia más pobre (Eso, porque había mucha competencia). El jefe de la familia era vaquero y su esposa, ama de casa. Apenas tenían lo suficiente para sobrevivir pero no morirían de hambre. Los niños vivían felices, adaptados a las arraigadas costumbres de esos pueblos donde predominaba el machismo. El hombre a su trabajo para realizarse como un buen proveedor, la mujer a las labores propias del hogar, el niño a la única escuela del pueblo y la niña a ayudarle a su mamá en la casa, haciendo cosas sencillas, mandados, sacudir, lavar los platos, entre otras. Así transcurría la vida en esa localidad. La historia diaria de “Los Martínez López” era la misma de las demás familias.

Nada cambió durante los siguientes años, la misma pobreza, las mismas rutinas, la misma insistencia de Julia a su papá, pidiéndole que la inscribiera en la escuela. No había un día del año que no le hiciera la misma petición, el mismo ruego, sin éxito alguno. Pero Julia, además de muy inteligente, era una niña de mucho carácter. A su modo, ella sabía que no debía quedarse en ese pueblo toda su vida. Siempre había soñado ser como esas muchachas que vio en una película. Preparadas, limpias, bien vestidas, participando en la vida de la sociedad como cualquiera de los muchachos que también aparecían en la cinta. Entre las nubes de sus sueños se veía como una doctora eminente que salvaba muchas vidas y era adorada por todas las personas. A veces era una profesora que enseñaba a cientos de niños a superarse y ser alguien en la vida. En otras ocasiones, una científica que descubría medicamentos nuevos que curaban el cáncer, algunas hasta se imaginó como diputada o senadora (esa vez tuvo pesadillas).

Don Pedro (el papá de Julia tenía nombre de brandi) un hombre recio y testarudo jamás admitió siquiera la mínima esperanza para que esa niña realizara esos “sueños guajiros”, como él los llamaba. A regañadientes envió a Julián, su hijo, porque le insistió su compadre Melitón el abarrotero, ya que éste quería que el chamaco se enseñara a leer y escribir, pero sobre todo a “sacar cuentas” para que trabajara en su tendejón. Soñaba tener alguien a quien explotar (perdón, a quien ayudar).

Por las tardes, Julia visitaba a hurtadillas a la maestra Consuelo, que era su vecina. Había encontrado en aquella bondadosa mentora a la cómplice perfecta. Ella, a pesar de vivir en ese pueblo atrasado, era de una mentalidad avanzada, libre de pensamiento y consciente de los derechos de las mujeres. Era la aliada ideal para avivar  los sueños de la inteligente niña.
Jamás justificó, por ningún motivo, la discriminación que, el arreador de vacas (así lo llamaba despectivamente) hacía entre el niño y la niña. Para aquel hombre bruto, solamente en sus rostros eran idénticos sus hijos gemelos.

La maestra Chelo, como le decía cariñosamente la niña, se convirtió en su protectora. A escondidas le enseñó a leer y escribir y muchas cosas útiles más. Incluso su aprendizaje fue de mayor calidad que el de su hermano y los demás alumnos. Lo único que les preocupaba a ambas era el momento en que fueran descubiertas por el padre de la niña. Ambas sabían de lo que sería capaz de hacer el hombre rudo en un arranque de ira.  Esa velada amenaza fue la razón por la cual la profesora elaborara, desde hacía tiempo, una especie de protocolo de protección que se activaría en el momento preciso que eso sucediera. Este planteamiento consistía en mantener el contacto con su hermana Dolores y su esposo Rubén, quienes vivían en la ciudad. En caso de que la niña estuviera en peligro, una persona del pueblo, incondicional de la maestra, llevaría de urgencia y en secreto a Julia, para dejarla con el matrimonio aliado.

El destino deslizó los dados y todo sucedió como estaba previsto. Fueron descubiertos y en un abrir y cerrar de ojos la niña desapareció del pueblo. La buscaron sus papás en sitios cercanos, no tenían los recursos para buscar en la ciudad. Julia Martínez se escapó de San Agapito cuando contaba con catorce años de edad. La mayoría de personas, incluido su papá, se quedaron convencidos que se había “huido” con el novio, ya que a esa edad era muy frecuente que las chamacas hicieran eso. Pronto se olvidó el asunto.

Transcurrieron quince años y de pronto algo rompió la monotonía del viejo pueblo. Se anunciaba la visita, por primera vez en la historia, del Subsecretario de Educación Pública del gobierno federal. Todo era algarabía en las calles empedradas. Varias clases de papeles ornamentales colgaban de mecates de tendedero, la gente iba y venía, hasta que el delegado municipal logró organizarla en la plaza principal. Entre la muchedumbre se encontraban don Pedro Martínez y su señora esposa doña Evarista (ésta no estaba lista), el hijo mayor, que frisaba los cuarenta y Julián, de idéntica edad que su gemela. A la mayoría poco les importaban las cuestiones de gobierno y la política, estaban ahí por mera curiosidad y por ver si les tocaba algo de lo que pudieran dar por arrimarse.

Todos se quedaron atónitos, mirándose unos a otros, cuando el de la voz en el micrófono, presentó a una funcionaria y no un funcionario como habían creído, era la Maestra en Educación Julia Martínez López, flamante SUBSECRETARIA FEDERAL. Todos aplaudieron, por un acto reflejo, pero cuando alguien gritó: “Es Julia, la gemela, la hija de Don Pedro y Doña Evarista”, todos guardaron silencio. Se podía escuchar el zumbido de una mosca. Parecía que así se quedarían toda la tarde, hasta que de pronto la familia Martínez López en pleno, empezó a aplaudir estruendosamente. Enseguida, la plaza se llenó de alborozo, todos vitoreaban a la mujer que volvió triunfante después de escapar de aquella terrorífica prisión, aquella que rompió las cadenas de la ignorancia y la sumisión. Aquella mujer valiente que enfrentó a todo y a todos por cumplir el sueño al que todas tienen derecho. Ahí quedó para siempre esa lección de valor y dignidad.

A partir de entonces ya no se le conoce a San Agapito como de las iguanas sino de la igualdad. Julia hizo lo necesario para que todas las niñas pudieran ir a la escuela. Se fundaron varios planteles más, de todos los niveles. Se creó el “Instituto de la Mujer” y ese pueblo macilento y olvidado, llegó a ser un ejemplo en la región.  

(Escribí esta historia en conmemoración del “Día Internacional de la Mujer”) 

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO EN LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.

Inicia Auditoría Superior Fiscalización de la Cuenta Pública 2017


 *SE REALIZARÁN 80 AUDITORÍAS EN LOS TRES PODERES DEL ESTADO, ORGANISMOS DESCENTRALIZADOS Y MUNICIPIOS


OCTAVIO SALAS / Periodismo Nayarita

Tepic, Nay.-  Cuarenta y un auditorías de gestión financiera, 26 de obra pública y 13 de evaluación al desempeño sobre la Cuenta Pública 2017 serán practicadas a 43 sujetos obligados, de los tres poderes del estado, organismos descentralizados y administraciones municipales, informó el encargado de despacho de la Auditoría Superior del Estado, Héctor Manuel Benítez Pineda.

“Se han aplicado nuevos criterios de selección a entes que nunca han sido auditados como el Fondo de Pensiones y DIF Estatal, otros criterios tienen que ver con la relevancia al impacto social, los montos, denuncias públicas o denuncias de los propios entes, entramos a la evaluación al desempeño institucional, aplicaremos 116 auditorías especiales que fueron solicitadas a obras públicas, salud, el patronato, los Servicios de Educación Pública del Estado, y los ayuntamientos de Compostela y Bahía de Banderas”, precisó.

En conferencia de prensa, el presidente del Congreso del Estado, diputado Leopoldo Domínguez González, dijo que la actual Legislatura tiene especial interés en que no vuelva a suceder lo de los gobiernos anteriores, pues “las reformas a la ley nos permiten iniciar cualquier procedimiento en tiempo real hacia cualquier dependencia en el caso de denuncias específicas por algún caso en particular”.

Anunció que se informará de manera oportuna a los ciudadanos sobre el seguimiento a las observaciones de ejercicios anteriores que no fueron solventadas y las sanciones de tipo resarcitorio y penal.

Lo anterior se da en el marco de la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas, indicó el diputado Rodolfo Pedroza Ramírez, que preside la Comisión de Hacienda, Cuenta Pública y Presupuesto.