jueves, 3 de diciembre de 2020

¿Informes o campañas?

 


JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



¿Informes o campañas?


    Conducía por una de las avenidas que más frecuento y llamó poderosamente mi atención un tremendo anuncio espectacular en el que destacaba el rostro del diputado Adahán Casas Rivas anunciando con bombo y platillo su tercer informe legislativo. La majestuosidad del cartel me hizo entender el por qué les llaman “espectaculares” a ese tipo de anuncios. Me quedé pensando en el costo que podría tener ese anuncio por cierto situado en la zona de acceso al sitio de mayor glamour comercial de nuestra ciudad: la Plaza Fórum.

     Mencioné lo del costo de tal cartelón porque a mí me cobraron seiscientos pesos por imprimir una lona de menos de seis metros cuadrados con unas cuantas letras lo que en nada se compara a lo monumental del anuncio mencionado. Encontré dos cosas dignas de comentarse de ese colosal cartelón. La primera de ellas es precisamente el dinero que se invierte en esa propaganda electoral, la segunda es que al parecer la ley no prevé esos artificios legales que usan los diputados, regidores y hasta los presidentes municipales para anunciar sus obvias pretensiones electorales. Me refiero a que es un uso abusivo de ese recurso, escondido en la obligación de informar a su distrito, en el que dilapidan no solo presupuesto sino que hacen un cínico usufructo de dicha oportunidad, por ejemplo los diputados que quieren ser presidentes municipales anuncian su flamante informe legislativo en carteles vistosos en los que su nombre destaca al igual que la palabra PRESIDENTE con letras de tamaño jumbo y allá en lo bajo unas diminutas letritas descoloridas que dicen de la comisión de educación. Ese es el tenor de quienes pretenden y logran hacer campañas anticipadas perfectamente agazapadas en las permisiones que la propia ley otorga.

     Debo aclarar que no es que tenga algo en contra de este personaje de la clase política local que aludo en el comentario, simplemente es porque tuve la suerte o la desgracia de ver su descomunal anuncio así como pude ver cualquier otro, como el de Polo Domínguez o el de Javier Mercado, la mayoría son similares, unos más otros menos pero usan los mismos métodos electoreros disfrazados de cumplimiento constitucional. En realidad no entiendo por qué cacarear de esa forma sus pobres actuaciones y escasos logros populares si la gente no se presta ya a esos engaños. Esos informes de relumbrón en los que recrean sus fantasías y ansias de seguir escalando puestos de poder y perpetuar su erario-dependencia solo los evidencian más, los exhiben no como aspirantes naturales a liderar los ámbitos gubernamentales sino como sujetos ambiciosos que, al influjo de su propia parafernalia, se sienten ya gobernadores.

     Que gastos tan infructuosos si consideramos que la mayoría de precandidatos están más vistos que las telenovelas del canal dos y más quemados que los cerros de Tepic. Es triste ver que nuestro horizonte político es más árido que el desierto de Sonora y menos prometedor que un año pandémico. Ves las cartas de la baraja electoral y te das cuenta que hay puro dos de bastos y si no te pones buzo te ponen un cuatro. Los personajes centrales de los partidos tradicionales parecen artistas del trapecio que se mecen y cambian de circo (partido) como cambiar de calcetines. Aquello que en la antigüedad política se denominaba ideología o se le definía como lealtad a los principios básicos partidistas es en la actualidad un chiste de mal gusto. Es de tristeza o de risa (depende de la perspectiva) ver como un miembro prominente (sin albur) de la clase política local nace, crece y se reproduce por ejemplo en el PRI y en cuánto se oscurece la ruta o percibe un poco de tiempo antes de la elección que no es para él la candidatura se cambia al PAN. Todo ello fundado en la tesis filosófica o en la duda existencial de que la única lealtad era la suya y que la deslealtad es del partido porque no le otorgó (o no le iba a otorgar) lo que por derecho le correspondía (según él) pero en realidad no fue eso lo que sucedió sino que esa candidatura ya estaba aCOTAda.

     Ese es solo un ejemplo de las muchas historias que se han visto y se seguirán viendo en esta ya inminente etapa de selección de candidatos. Lo mortificante de este asunto, al menos para mí, es que ya se perdió la capacidad de asombro. Lo que antes era una especie de contingencia, un auténtico accidente electoral generado por la casi mística búsqueda de la democracia (ajá) que causaba una extrañeza impactante y duradera, hoy es algo tan normal como los fracasos de los últimos sexenios gubernamentales.

     Así que debemos prepararnos para ver con la mayor naturalidad del mundo los próximos saltos de trapecio de varios personajes conocidos del medio artístico (dije artístico y no político porque son expertos, verdaderos artistas como saltimbanquis). Casi podría apostar que el Doctor Polo (no es el de Caso Cerrado) se va a ir del PAN, el Doctor Navarro se va a ir de MORENA y quien sabe qué otras cosas puedan pasar en los días que están por venir. Puedo asegurar que se verán cosas impensables. Están en veremos (en el sesudo juego de los operadores políticos) varias jugadas que pueden ir desde alianzas partidistas hasta sorpresas de nominación de último minuto. No queda más que estar atentos a todas las ocurrencias y desfiguros que seguramente protagonizarán los hombres y mujeres que son capaces de cualquier cosa por adherirse o seguir adheridos a la ubre presupuestal y a los privilegios casi celestiales que otorga el usufructo del poder. Se avecinan cosas extrañas, sorpresas, se sacarán trapitos al sol, hay muchas cartas bajo la manga, saldrán a la luz una que otra demanda penal que intentará cortar cabezas y con ello impedir la llegada de algunos personajes a su destino deseado. Esperemos los tiempos.

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