jueves, 15 de noviembre de 2018

"Cerrado por Derribo"



JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



"Cerrado por Derribo"



“Nunca hay que perder la capacidad de asombro”. Siempre me ha gustado esa frase porque me hace sentir que es emocionante descubrir cosas nuevas día a día o, en su defecto, variantes y sorpresas en las cosas que nos suceden o presenciamos en la vida y en este, a veces vertiginoso, caleidoscopio de escenas de todo tipo, a veces afortunadas y prometedoras, otras nada alentadoras y hasta trágicas.

En el segundo de los rubros predomina, por su impacto, la devastación de los municipios de la zona norte, que fue ocasionada por las inundaciones que trajo el huracán Willa. Situación alarmante y triste que, a pesar de la solidaridad de la sociedad civil local y nacional, tardará mucho tiempo en revertirse. Esta tragedia de carácter natural, cuyo único paliativo “a priori” hubiese sido, la prevención, mediante la revisión, rediseño y rehabilitación de los bordos de protección en todas las zonas de riesgo que existen en el Estado de Nayarit, y “a posteriori” (a palo dado) la inmediata aplicación de los recursos del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) del que ya comenté en otro artículo su improcedencia y discapacidad para asumir de forma inmediata el rescate y solución de los problemas vitales y, en una fase continua, la reconstrucción de la infraestructura dañada y los patrimonios particulares perdidos.

Pero existen otro tipo de tragedias que son también muy graves y esas no se pueden pronosticar tan fácilmente como lo hacen los expertos meteorólogos. Me estoy refiriendo al “mar de fondo” provocado por las declaraciones recientes del gobernador Antonio Echevarría García (AEG) respecto a que está declarando  su gobierno en quiebra. El tema da para mucho, incluso desde la primera interpretación de tipo jocoso, cuando dice que “está tronado” y las redes sociales, muchos usuarios, replican que ya lo estaba desde que llegó. Tal vez sean, en su mayoría, los que se oponían a ese proyecto político y no le dieron el voto, lo cual resulta doblemente doloroso para quienes sí confiamos en esta administración. Por un lado, porque resulta triste que te falle alguien en quien depositas tu esperanza, pero aún más si tienes que darle la razón a los que insistentemente pregonaban su incapacidad para asumir tal liderazgo. Pocas cosas son tan difíciles de escuchar como el típico: “Te lo dije”.

Pero, veamos de cerca lo que desencadenó, además de una peligrosa inquietud, esta lluvia de mentadas de madre y otras lindezas a favor del ejecutivo del estado.

Todo se derivó de la desafortunada declaración en medios de comunicación y/o redes sociales, palabras más, palabras menos, que no hay dinero para pagar la próxima quincena de la burocracia estatal, que el gobierno está tronado y, peor aún, aludiendo con altivez su condición de empresario, que si una empresa no da utilidades se cierra y si el gobierno no da utilidad en lo social se cierra. Me quedo pensando en cómo se vería el gobierno cerrado. Más allá de unas cartulinas fosforescentes que dijeran: “Cerrado por Derribo” o “Cerrado por Quiebra” que es lo mismo. El gobierno cerrado, en su parte material, las edificaciones y espacios públicos destinados a dar el servicio a la sociedad, dejemos de lado lo administrativo, tan sólo por un momento, y vayamos a los hospitales y a la seguridad pública ¿Sacarían a los enfermos y los enviarían a casa? ¿Liberarían a los presidiarios y los dejarían marchar a dónde gusten?

Luego pues, en la parte “social” del asunto. Todos los trabajadores, de base, de confianza, aviadores, de contrato, etcétera, nos vamos a casa, se cerró la fuente de trabajo. Que sencillo parece el asunto. Pero sólo es necesario hacer unas simples referencias para ver con un poco más de sensatez o frialdad este espinoso asunto. No es porque yo tenga esa tendencia a lo cinematográfico, a la ficción, pero si me llamaría la atención ver como más de quince mil empleados, se van a la congeladora. Haciendo un sencillo ejercicio al estilo del INEGI, digamos que esos quince mil los multipliquemos por cuatro que es el concepto de familia nuclear, estaríamos hablando de sesenta mil, sin considerar ninguna relación ni incidencia con otros núcleos, parentescos, etcétera. Me preguntaría, sólo por curiosidad, ¿cuántos de esos miles de personas, podrían dejar su empleo, ir a casa y seguir viviendo como si nada hubiera pasado? Pocos, muy pocos, me atrevo a decir que quizá el gobernador, su gabinete y sus cercanos. Los otros, los miles, pues únicamente que nos fuéramos a vivir al "Ranchito de Pérez" y ahí nos refugiáramos, que al cabo está muy de moda ese fenómeno.

Si de por sí, esa descripción  ya suena como argumento de película de Alejandro Jodorowsky (sumamente surrealista) quiero imaginar qué pasaría con la situación actual de los ciento ochenta mil damnificados de Willa, sin el apoyo de la clase media y media baja, que es el grueso de las personas que más se identifican con las labores humanitarias y apoyan estas causas. ¿Se van a integrar a un sub-sector de damnificados?

Quiero imaginar también que sus sesudos asesores le habrán dicho al gobernador que buena parte del mercado interno nayarita se sustenta en el poder adquisitivo de ese sector de la población. Y que es también ese consumo local el que le da vida a las pequeñas y medianas empresas de Nayarit, que evidentemente, con el agotamiento de esa capacidad de consumo, quedarían a la deriva o en vías de desaparición. También me pregunto, si esa crisis estatal no afectaría a las empresas del Grupo Álica, o quizá por la probada capacidad económica de este grupo hegemónico, sería el único que pudiera salir beneficiado. Repito, que sólo es una pregunta.

Y ya que estoy de preguntón, quiero terminar inquiriendo por qué razón no hay dinero para las quincenas de noviembre y, supongo que tampoco de diciembre, si se supone que en el Presupuesto de Egresos para el Ejercicio Fiscal 2018 del Estado de Nayarit, publicado en el Periódico Oficial de fecha 28 de Diciembre de 2017, está contemplada, en el Capítulo 1000.- Servicios Personales, la erogación correspondiente a las remuneraciones (DE TODO EL 2018) del personal así como, remuneraciones adicionales, especiales y otras prestaciones sociales y económicas. ¿Por qué no hay dinero en esas partidas? ¿Hacia dónde se fue ese dinero?  No es que uno quiera pensar mal, pero pues si sería bueno que nos informaran que pasó con eso. No me vayan a decir que por eso publicaron el presupuesto en esa fecha y que todo era una broma cruel, porque es el “Día de Los Inocentes”, no creo que haya asesores tan maquiavélicos. ¿O sí?

Ya para terminar sólo quiero comentar que me sigue quedando la duda acerca del concepto de la justicia que tiene nuestro gobernador. Primero: En su discurso de toma de posesión, dijo que “el gobierno de Sandoval, se había robado hasta las puertas de Casa de Gobierno, que dejaron devastado el estado, que realizaría auditorías concienzudas, para determinar la gravedad de los desfalcos al erario y que los iba a meter a la cárcel”, hasta ahora no ha sucedido nada, el sátrapa anterior y muchos de sus compinches gozan de total impunidad y se mueven con libertad en esta administración. La justicia, desde mi punto de vista, sería que dejaran de “hacerse patos” encarcelaran a los corruptos, que recuperen el quebranto al erario y dejen en paz a los empleados, que son los menos culpables de la inoperancia de los gobiernos nefastos que nos ha tocado sufrir. En fin, espero que esto sólo sea un “resbalón” en los medios y el asunto no trascienda a esos niveles, porque creo que traería consecuencias muy graves para todos.

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