jueves, 21 de octubre de 2021

¡Levántate Nayarit!

 




JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



¡Levántate Nayarit!


Nuestra entidad se encuentra de nuevo en la desgracia (y por ahora no me refiero a ningún desastre causado por la clase política). Ahora fue “Pamela” la que trajo consigo una increíble cantidad de lluvia que propició la furia de las corrientes que desbordaron los ríos y arroyos habidos y por haber que buscaron su salida natural destruyendo todo lo que se encontraron a su paso.

 Se siente una terrible tristeza al mirar los estragos causados al patrimonio de miles de familias nayaritas que apenas se recuperaban de la similar tragedia ocasionada por el huracán “Willa” hace tres años exactos. Si no estuviera “curado de espanto” diría que es como como si uno de los jinetes del apocalipsis hubiese galopado por los calurosos rumbos de los municipios de la zona norte de Nayarit. Lo peor de todo es que parece que, como tantos otros que conocen nuestro estado, se sintió tan cómodo que decidió instalar su campamento en estas latitudes. Con esto quiero decir que estos eventos naturales, los huracanes, son cada vez más recurrentes y más feroces.

 Como tecualeño que soy, recuerdo tragedias similares en tiempos añejos. Algunas de ellas las he citado en artículos periodísticos o en publicaciones digitales en mis redes sociales y créanme que, a pesar de sus naturales similitudes, cada una de ellas tiene su propia especificidad, su huella digital, sus características propias, aunque el común denominador sea la destrucción y la tristeza. Los tiempos cambian pero las tragedias se miden siempre con el mismo rasero. Más allá de la cuantificación de daños económicos (que van desde la pérdida de los menajes familiares hasta la destrucción de cosechas, la merma en el número de cabezas de ganado, la destrucción de infraestructura productiva y social) que agudizaron la crisis generada por la pandemia, se destaca, y eso es digno de señalar, la solidaridad de la sociedad civil de nuestro estado y la siempre bien recibida generosidad de localidades o municipios de otras entidades federativas del país. Esa es la parte gratificante de este penoso asunto.

 La ESPERANZA (mejor cambiaré esta palabra para eliminar cualquier posibilidad de tinte político a la temática) diré en su lugar la FE perdida en la sociedad y a veces hasta al nivel de género humano parece reivindicarse y resurgir como anuncio luminoso de neón en medio de una oscuridad tenebrosa.

 Miles de personas reaccionando con una voluntad inquebrantable, haciendo donaciones de víveres, ropa, productos de limpieza, enseres domésticos, colchones y un sinfín de artículos que son de carácter indispensable e invaluables para nuestros hermanos nayaritas en desgracia. De igual manera, multitudes completas se suman a las brigadas voluntarias de limpieza que de manera aislada o complementando las acciones de las dependencias de gobierno, organizaciones no gubernamentales, clubes de servicio social, organizaciones de migrantes nayaritas, particulares y otros más, forman un frente común que se caracteriza por la devoción, el apasionamiento y el espíritu de servicio a la comunidad.

 Auténticas batallas contra toneladas de lodo y basura se están librando ahora mismo en distintos puntos de la geografía nayarita. Múltiples gestos de la bondad humana en su máxima expresión se están presentando en todos los sitios que hay damnificados. No dudo en que habrán de presentarse algunos detalles de mal gusto en todo este proceso humanitario, eso no se podrá evitar nunca. El típico politicucho o politicucha (por  aquello de la igualdad sustantiva) que querrá llevar agua a su molino, haciéndose publicidad con la tragedia, o el vivales que aproveche la confusión y la buena fe de las personas para sacar alguna ganancia ya sea material o política. Saldrán también los que todo critican pero que nada aportan a la solución del problema, los que culpan a Dios por la falta de empatía hacia sus hijos y los hijos de…Dios que se aprovechan de la situación para lucrar con ganancias malditas en sus negocios. En fin, de todo habrá en este nuevo episodio de las tragedias humanas que, en la mayoría de los casos, son inevitables.

 En ese contexto surgen las ineludibles interrogantes. ¿Se podrá hacer algo para evitarlas? Y en el desdoblamiento de las respuestas asoma la necesidad de fragmentar el problema para poder responder algunas de sus vertientes. No es posible evitar los huracanes (y cada vez serán más devastadores por el efecto mortífero del calentamiento global) ¿Entonces habrá que resignarse a tener cada tres años, quizá dos y probablemente cada año (porque todo año tiene sus temporadas “oficiales” de huracanes) el nivel de afectaciones al patrimonio familiar y público, cómo ha venido sucediendo? Aquí es donde dejamos abierto el paréntesis para que al proceso de reflexión se unan las opiniones de expertos en la materia, es decir, verdaderos profesionales de la ingeniería, de la hidrología, del medio ambiente y de todas las ciencias afines a la probable solución de esta terrible problemática. No se trata de proponer cosas a la ligera, que si se construyen presas o represas para controlar el agua en la sierra de Durango, que si se taponean algunos afluentes de ciertos ríos, etc. Se trata de impulsar proyectos profesionales de alta ingeniería a propuesta de profesionales civiles o gubernamentales que pudieran encontrar solución si no definitiva si al menos diseñar sistemas de control por un lado y de protección por otro, que pudieran mitigar la intensidad de las catástrofes provocadas por la saturación de los caudales de los ríos derivada de los remanentes de los huracanes.

 Mientras tanto, convocar a todos los ciudadanos y ciudadanas nayaritas a seguir mostrando ese espíritu solidario para quienes sufrieron la tragedia de perder sus propiedades. No es necesario grandes cosas o cantidades, todo es en la medida de las posibilidades de cada quien. De igual manera quienes puedan, quieran y tengan la capacidad física y la salud adecuada, apoyar en la limpieza y retiro del lodo de las viviendas y calles afectadas, súmense a las brigadas voluntarias. Quienes, por razones de salud, estemos impedidos de realizar esas labores, debemos encontrar algunas formas de apoyar a nuestros paisanos. Seguramente que habrá muchas opciones cuando de ayudar se trata. ¡Fuerza Nayarit!

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.