miércoles, 8 de marzo de 2017

CAJA POPULAR MEXICANA, ¿CON O SIN CREDIBILIDAD?




CPM, ¿CON O SIN CREDIBILIDAD?

Poco más de 2 millones 173 mil socios, en 462 sucursales a lo largo y ancho del país son “atendidos” por miles de empleados –que también son socios- de la Caja Popular Mexicana, CPM.

Entre los socios existen quiénes se preocupan por conocer a fondo esta institución de ahorro y crédito que nació hace 65 años en la República Mexicana, habiendo ‘sorteado’ crisis institucionales como la ausencia de credibilidad de los mexicanos cuando la extinta Caja Popular JOV, de José Cirilo Ocampo Verdugo, fraudeara a millones de mexicanos a mediados del año 2000.  En ese entonces, se habló de que Nilda Patricia Velasco, esposa del entonces presidente de México, Ernesto Zedillo Ponce de León, habría pedido “apoyo” para sus eventos altruistas, por varios miles de millones de pesos a Ocampo Verdugo; este último, al no acceder, “le encontraron” que sus instituciones crediticias estaban ligadas con lavado de dinero y uso indebido de recursos entre otros delitos graves.

En Nayarit, la Caja Popular Mexicana, acudió al sentido de pertenencia y responsabilidad de cada socio para que ratificara su confianza con ‘su caja’.  Más tarde, hubo diversas modificaciones a leyes como la General de Títulos y Operaciones de Crédito, entre otras, que darían más solidez financiera y crediticia a la CPM.

Once años después, CPM tuvo que enfrentar a la CONDUSEF, quien le impondría una multa por 1.5 millones de pesos, por supuesta nula transparencia en sus operaciones.

El entonces presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, Luis Pazos, dijo que esta sanción económica se aplicaría “ante la negativa de entregar la información relacionada con sus contratos de adhesión, publicidad y estados de cuenta” por parte de CPM, reconocida como una de las más importantes sociedades cooperativas, por lo que el funcionario consideró alarmante que “opere con escasa información hacia sus clientes y las mismas autoridades financieras”.

Desde hace 17 años que un servidor es socio de esta institución en Nayarit.  A invitación de un ex gerente nos fuimos involucrando en conocer la historia y funcionamiento de la misma a través de talleres y cursos de capacitación.  Gracias a las asambleas anuales llegamos a conocer aún más a la Caja y vimos cómo todavía hace una década existía un gran compromiso por parte del personal que ahí laboraba.

Hoy las cosas han cambiado a grado tal, que se observa una gran rotación de personal: una persona que ingresa a esa empresa a laborar en el área de cajas, en breve tiempo ya es Ejecutivo de Cuenta y más tarde Subgerente o hasta Gerente de sucursal.  Obviamente que las promociones y el reconocimiento al esfuerzo y trabajo son loables, pero observamos que les hace falta el sentido de la responsabilidad, el sentido de pertenencia; es decir, como que lo toman como un trabajo más, y por ende, tratan a los socios como si fueran clientes… pareciera que les hacen un favor a los socios, por ejemplo, al tramitarles un préstamo o cualquier servicio financiero.  Ignoran que, precisamente por esos préstamos que generan un pago de interés, es que la institución existe, y por ende, tienen un sueldo así como prestaciones laborales diversas y bonos de productividad.


EMPLEADOS CON VALORES ¿O LES VALE?

Conocer la historia y funcionamiento básico de la CPM, insistimos, era como una obligatoriedad para todos los socios.  Hoy por hoy, un gran porcentaje de éstos no conocen sus estatutos, o no asisten a las asambleas para conocer la situación financiera que guarda su sucursal, su Caja.

En reiteradas ocasiones y en diversas sucursales de Tepic, hemos hecho observaciones sobre el comportamiento del personal, que como ya indicamos anteriormente, “atienden” a los socios como si éstos fueran clientes o peor aún, como en la sucursal de la calle Durango, en el centro capitalino, donde un ‘Ejecutivo de Cuenta’ se acercó a una cajera para comentar sobre la situación de un socio que estaba atendiendo, quien presuntamente realizaría una operación en esa ventanilla para continuar con su trámite de un servicio financiero y concluyó diciéndole a la cajera “entonces ahorita te paso a este chango”, refiriéndose al socio.

Entonces le preguntamos a la cajera que nos atendía, al lado de esa ventanilla de referencia: “disculpa, ¿aquí atienden a socios o a changos?”.  La primer cajera se carcajeó, al igual que una de sus compañeras que estaba atrás de ella, mientras quien nos atendía dijo que no sabía a qué nos referíamos, “es que no sé, porque no oí nada por estar atenta acá en mi compu”.

¿Dónde habrá quedado el VALOR de la Equidad de esos empleados, que, según los estatutos, se deben “brindar las mismas oportunidades, condiciones y trato a las personas, sin importar las diferencias culturales, sociales o de género”.  ¿Es así como tratan a las personas, no como socios, sino como un cliente cualquiera, o peor aún: como CHANGOS?

En otra sucursal, también del centro, una cajera no respetó el sistema de ‘tomaturnos’, dando paso a otro socio sin tomarle importancia a ese sistema electrónico.  Acudimos con la gerente, a quien le explicamos la situación, y sin más ni más, se dirigió a otro escritorio para hacerle una llamada a la cajera para que nos atendiera.  Peor aún: cuando llegamos a ventanilla, surgió una duda con los nombres de las cuentas y tras pedir una explicación la joven fémina sólo dijo “pues si quiere vaya allá enfrente a ver si le resuelven su duda”.  La subgerente de esa sucursal muy amablemente atendió nuestra duda, pidiendo a un servidor que esa queja la realizara por escrito en el buzón correspondiente…

Pero preferimos externar esa queja por este medio, para que usted, estimado lector, si es socio de esa institución, haga valer sus derechos como tal.  No permita que lo traten como un cliente.  No le hacen ningún favor; el dinero que ellos manejan es suyo y de todos los socios.  No deje que los empleados lo traten con indiferencia o que le den un mal trato.

Si a los empleados de la Caja LES VALE, usted recuérdele que existen principios y valores que rigen a la institución desde hace varias décadas.  Por esos cimientos y el dinero que usted les confía, existen la cooperativa y por ende los miles de empleados que ahí laboran.

Y si usted, estimado lector, no es socio de ahí, también haga valer sus derechos a donde quiera que acuda a solicitar un bien o servicio. ¡No se deje!


** MIEMBRO FUNDADOR DE FRECONAY, A.C.**

Agradeceremos sus comentarios y sugerencias en el celular y WhatsApp (311) 910 77 77 o bien, en el correo electrónico enriquelibre@gmail.com


"Reflexión sindical"


JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita




"Reflexión sindical


Todas las organizaciones de trabajadores de México y del mundo parecen compartir la misma historia. Es evidente que existen diferencias específicas entre ellas dentro de un contexto nacional y más aún si se trata de comparar organismos de distintos países o incluso continentes. Pero, dentro de la parte esencial, siempre encontramos un común denominador entre las organizaciones sociales de cualquier parte del mundo, independientemente de cómo se les denomine en sus lugares de origen.

En este caso, para efectos de este comentario, me quiero referir básicamente a las organizaciones de trabajadores denominadas sindicatos. No quiero aventurarme en mis apreciaciones, aunque me justifique en la libertad que tengo de expresar mi punto de vista. Se puede decir de todos los sindicatos, al menos los que son emanados de su propia base de trabajadores, que surgen por la necesidad que tienen éstos de organizarse para defender de manera grupal sus derechos laborales, basados en la premisa inmutable de que la unión hace la fuerza.

La mayoría de las personas jóvenes, sobre todo las que no han tenido la oportunidad de estudiar la historia de México, desconocen los orígenes, causas y motivaciones que la clase trabajadora tuvo para buscar esos modelos o figuras asociativas que conocemos como sindicatos. Eso se puede ver de manera muy ostensible cuando algunos jóvenes tienen la oportunidad de pertenecer a una organización sindical, ya que se comportan de manera muy distinta a como lo hace un trabajador de mediana o larga antigüedad. En su gran mayoría parecen no valorar el extraordinario logro de estar agrupado bajo la seguridad de un ente social organizado, con estructura y certeza jurídica y laboral.

Muchos piensan, la mayoría jóvenes, que las prestaciones económicas que tienen los sindicatos son “graciosas” concesiones que los distintos gobiernos les han dado. Incluso, llegando al exceso, hay quienes creen que los gobiernos son verdaderamente dadivosos con los trabajadores, lo cual es, desde mi punto de vista, la estupidez más grande que se pueda escuchar.

Sin llegar a exponer aquí un trabajo de investigación social y económica, sólo quiero comentar que las prestaciones que los trabajadores tienen, independientemente de la rama productiva, si son nacionales o locales, o cualquier otra condición que tengan, están sustentadas en la carta magna de nuestro país, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Es impostergable entender que las prestaciones que los trabajadores sindicalizados disfrutan es una cuestión de carácter obligatorio, justamente porque así lo señala y garantiza la constitución mexicana en el ámbito de los derechos sociales, como son el derecho a un trabajo, a un salario, a una prestación social (jubilación, seguridad social, desempleo, bajas laborales por enfermedad, maternidad, accidentes laborales, etc), el derecho a la salud, a la educación, a una vivienda digna, etcétera.

Otro elemento importante a considerar es que esos derechos humanos o fundamentales, que se garantizan en la constitución y las condiciones de derechos y obligaciones que se particularizan dentro del artículo 123 de la misma norma fundamental, son producto de un proceso histórico, en el que, además de conceptos filosóficos, estudios y aportaciones, está la sangrienta historia de México, están los campos verdes regados por el rojo de la sangre de miles y miles de mexicanos que la ofrendaron en aras de rectificar la historia de su pueblo y el destino de las futuras generaciones de compatriotas que vivían bajo el yugo y la explotación de entidades y personajes ampliamente conocidos y detestados.

En resumen, los derechos fundamentales que consagra la constitución mexicana, están escritos, no sólo con la pluma de los constituyentes que tuvieron esta histórica responsabilidad sino con la sangre y el sacrificio de muchos mexicanos que lucharon por ello. Actualmente,  lo que se está haciendo, es respaldar esa lucha, haciendo efectiva la opción de conservarlos.

En ese contexto de lucha y de sacrificio, se puede explicar la historia del sindicalismo local. En ese mismo sentido se puede entender lo que sucede con el SUTSEM, por dar el ejemplo más sólido y expresivo de la lucha sindical en el Estado de Nayarit. Los detractores de este ejemplar sindicato, la mayoría voces surgidas desde el mismo vientre del patrón gubernamental, hostigan a la parte más necesitada de la sociedad nayarita intentando venderles la idea de que los trabajadores de base son la causa de la crisis en que se encuentra nuestra entidad. Intentan hacerles sentir o creer que las prestaciones económicas de los trabajadores son excesivas, que por eso no alcanza el dinero para las “grandes obras” (cómo si la gente no conociera la triste fama de esa membresía nefasta y desafortunada).

Esos detestables personajes que trabajan en las sombras, haciendo el trabajo sucio del patrón, juegan un juego peligroso, porque la gente pudiera darse cuenta en cualquier momento que el asunto no es quitarles a los trabajadores lo que tienen (que por cierto no alcanza para mantener a buen nivel a la familia) sino en darles lo necesario a la gente más necesitada para llevarlos al nivel económico que tienen los trabajadores y así, sucesivamente y de poco en poco, ir alcanzando mejor niveles de bienestar social. De tal manera que en un futuro no muy lejano se lograra abatir el flagelo más vergonzoso de las sociedades: La pobreza.

Es evidente que ese deseo no es una utopía, si bien es cierto que pudiera ser difícil. La mayoría de las personas sabemos que con sólo mover un poquito la balanza en la búsqueda de lo justo, y nivelar la distribución de la riqueza nacional, o quizá un poco más sencillo, al menos aparentemente, que los que están en el poder dejaran de saquear el erario, con eso se tendrían los recursos necesarios para allegar el bienestar que la sociedad necesita y al que tiene derecho.

Además de esta explicación sencilla, y espero que clara, podría agregar que esa labor oscura que realizan los esquiroles del gobierno para bloquear los logros sindicales establecidos en nuestra carta magna, además de los que se han sumado a la clase trabajadora y particularmente a los agremiados del SUTSEM, mediante acciones de acción sindical, lucha con esfuerzo, sudor, sangre y lágrimas durante casi ocho décadas de lucha, no tendrá ningún fruto legítimo porque es atentatoria a todo derecho supremo de equidad y de justicia y, por otro lado, porque estoy seguro que los trabajadores y nuestras familias no lo permitiremos.

Así que no sólo es una asquerosa falacia  pensar que el gobierno brinde generosas concesiones a la clase trabajadora sino es la más repulsiva de las manipulaciones en contra de los que producen la riqueza de México. El gobierno ha venido deshaciendo lo que los antiguos revolucionarios lograron para el pueblo. Ha venido destejiendo las pocas opciones de tener una vida digna. De manera maquiavélica ha reformado los artículos constitucionales que le estorbaban para permitir que sus patrones, la oligarquía, puedan apoderarse de los recursos de la nación. Por consecuencia y como estrategia, está atacando a los sindicatos revolucionarios, intentado eliminar, con su desaparición, a los únicos opositores a esa desleal y abominable labor del exterminio de la libertad y el bienestar social, dejándonos en el regresivo estado de la esclavitud y la ignominia. Por eso me hago la siguiente pregunta: ¿Hasta dónde los dejaremos llegar?

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.