viernes, 26 de marzo de 2021

¿QUIÉN ERA EL TIGRE DE ALICA?

SAÚL ARMANDO LLAMAS LÓPEZ / Periodismo Nayarita

 

Guadalajara, Jal.- Nació en San Luis hoy San Luis de Lozada, municipio de Tepic en el Estado de Nayarit, bajo el nombre de Manuel García González, hijo de Norberto García y de Cecilia González, en 1828, más tarde adoptó el nombre de Manuel Lozada, tomando el apellido de su tío José María Lozada, con quien vivió durante mucho tiempo.

 

La historia de Manuel Lozada el famoso “tigre de Álica” es parecida a la de Doroteo Arango, el ya conocido Pancho Villa quien fuera señalado como un salteador, ladrón y roba vacas. Lozada por su parte, fue perseguido por su patrón cuando se raptó a la hija de éste y huir a la sierra de Nayarit, ahí se dio cuenta de las injusticias en que habían caído los indígenas y los despojos del cual habían sido en relación a sus tierras, esto lo motivó a enfrentar el gobierno iniciándose una etapa en la historia de Lozada quien se convertiría en defensor de los indígenas, se identificó con las ideas liberales reconociéndolo el propio Benito Juárez y Porfirio Díaz, aunque su lucha fue un poco difícil de entender, ya que luchó en contra de las fuerzas conservadoras, bajo condiciones que favorecían la causa por la que luchaba y sin comprometer la libertad, ya que su fin era acabar con las injusticias de la nación.

 

Manuel Lozada exigía a los gobiernos se devolvieran las tierras a los indígenas, este hecho llenó de esperanzas a los indígenas de sonora, Sinaloa, Durango, Zacatecas, Nayarit y el mismo Jalisco, por lo que el entonces Gobernador de Jalisco, el señor Pedro Ogazón, preocupado por los levantamientos de Lozada en El séptimo cantón (Tepic) tuvo que pactar con él firmando los convenios de Pochotitlán, el 24 de enero de 1862, en los cuales se comprometió en atender las demandas de tierras que pedía Lozada para la causa que defendía. Transcurrido un largo tiempo y al no llevarse a efecto dicho tratado, el coronel del gobierno de Pedro Ogazón, Ramón Corona, inició una persecución personal contra los Lozadistas, teniendo un enfrentamiento en el Ceboruco y de ahí en adelante, corona le tomó un odio muy personal a Lozada. Lozada auxilió a Juárez en su lucha, fue engañado por el francés Félix Abeli Douay, ofreciéndole el control del séptimo cantón, subsidio para su lucha y otorgarles armas y dinero, además del apoyo para la causa que este perseguía, oferta que fue aceptada por Manuel Lozada y no porque haya sido un traidor a la patria, sino porque él había sido traicionado cuando Corona luchó contra él, desconociendo el tratado de Pochotitlán, por lo que se debe reconocer que sus ideas eran favorables en todos los aspectos en bien de nuestro país y cuando hubo que luchar en contra de Juárez, éste se declaró neutral. Lozada se retiró de la lucha confiado de que el Gobierno cumpliría con el tratado, siendo un hombre pacífico dedicado a su familia y a dar atención a los indígenas, recibiendo los reconocimientos de los gobiernos Español y Francés en honor a la causa que perseguía.

 

El 19 de julio de 1866, después de la lucha sin éxito contra Ramón Corona, renunció al Séptimo Cantón y al sentirse traicionado, regresó a la lucha con más fuerza, dispuesto a tomar la capital de la República y otorgar a los indios lo que algún día les había pertenecido. Lozada al igual que todos los grandes luchadores por los beneficios a favor de la nación, fue traicionado por lo que fue hecho prisionero, solamente así han muerto los grandes como Zapata y Villa.

 

Aunque se desarrolló una campaña en favor del gobierno federal por el desprestigio de Lozada, tal y como lo indica la historia durante la defensa de Tequila, pintándolo como un terrorista en contra de los intereses de la nación, la verdad es de que “el tigre de Álica” como así se le conoció a este personaje por su gran sagacidad y destreza para la lucha, peleó por la misma causa que tiempo después hiciera Emiliano Zapata y por mantener la igualdad y la justicia entre todos los mexicanos, solamente como su lucha era contra el gobierno Federal, no se le ha reconocido como tal en las páginas de nuestra historia.

 

Los ricos, hacendados y el gobierno realizaron campañas en su contra argumentando que era un salteador, bandido, violador y matón, por ser estos los perjudicados. Cuando Lozada se propuso recuperar las tierras para los indígenas, y cuando robaba a los ricos para llevarles dinero a los indígenas y llevarles carne del ganado que les robaba, causa que se considera justa, porque no robaba por maldad, si no para ayudar a los desprotegidos y marginados indios en la época en que los ricos y Hacendados injustamente eran los dueños del gobierno y del país.

 

Prueba de esto fue Francisco Villa, quien en el siglo siguiente siguió su ejemplo, y Zapata quien continuó sus ideas.

 

Fue fusilado el 19 de Julio de 1873, en Tepic Nayarit, por tropas del general Ceballos.

 

LA OTRA VERSIÓN SOBRE EL TIGRE DE ÁLICA.

 

Como lo hemos descrito al inicio de esta obra, la historia se escribe según quien la mande hacer, a quien se le dedique, si de quien voy a hablar fue amigo o enemigo, o pariente de quien escribe o hablar del familiar de un amigo.

 

En la enciclopedia escrita por Vicente Riva Palacio, titulada “MÉXICO A TRAVEZ DE LOS SIGLOS”, dicho escritor, se refiere a Manuel Lozada como un personaje que luchó en favor de la clase necesitada, principalmente de los indígenas con quienes convivió en la sierra y conoció sus problemas, y lo destaca como un liberal, quien luchara en favor de la patria, y no quiso luchar contra Juárez cuando fue invitado por don Porfirio Díaz, y quien se mantuvo neutral cuando los franceses le otorgaron armas y dinero para su ejército, y lo invitaron a luchar contra el gobierno de México, este agradeció a los Franceses el donativo que el gobierno de México nunca le pudo otorgar, por ello decidió no luchar. Porque si los Franceses no le otorguen a Lozada las armas, este los hubiera combatido, por ello les dijo cuando le dieron lo que pidió: “si es a cambio de luchar contra mi gobierno, les devuelvo sus armas”, prefirieron no tenerlo como enemigo, pues dicen que era muy temido, sin embargo chocó en varias ocasiones contra Ramón Corona, y este nunca pudo derrotarlo, es por ello que Corona lo odiaba tanto que deseaba su muerte. Ambos pertenecieron al ejército liberal, solo que Corona estaba aliado con algunos empresarios, y sus ideas no coincidieron, uno estaba en favor de las clases bajas, y el otro defendía los intereses de los ricos. Se cree que fue una estrategia de los ricos el introducir a Corona en el ejército Liberal, porque antes fue pistolero de algunos de empresarios de Jalisco y Nayarit. Cuáles eran las intenciones de Lozada de tomar la capital del país, pues exigía se le devolvieran las tierras a los indígenas, y campesinos, y como no se hacía caso a su petición, entonces decidió entrevistarse directamente con el presidente Benito Juárez, solo de esta manera lograría su objetivo, en caso de un rechazo, entonces tomaría la capital.

 

Riva Palacio, dice que si el Tigre de álica hubiera tomado las riendas de nuestra República tuviéramos un país diferente, más próspero y quizá sin corrupción. Y quien es Riva Palacio? Nada más y nada menos que uno de los soldados Liberales quien luchó al lado de Benito Juárez, y que conoció de cerca a Manuel Lozada, junto con sus ideales, por ello se expresa del de esta manera.

 

Sin embargo otros autores se expresan de una manera muy diferente de Manuel Lozada, por ejemplo, Juan B, Hijar y Haro, y José M. Vigil, en su libro “ENSAYO HISTÓRICO DEL EJERCITO DE OCCIDENTE”, una obra dedicada a José Ramón Corona Verdugo, nieto del General Ramón Corona, quien verdaderamente fue un gran personaje en la historia de nuestro país. En esta obra se dice que la defensa hecha por los Tequilense, fue un error, pues ellos no sabían que era el tigre de Álica quien pasaría por ahí, pues creyeron que se trataba de bandoleros, y que Cuando se dieron cuenta que se trataba de dicho personaje, se disculparon con él, y le brindaron todas las atenciones.

 

El libro dice:

 

Manuel Lozada dirigió al propio tiempo una sección de tropas para Zacatecas, otra para Sinaloa, y otra dividida en dos hacia la capital de Jalisco. La autoridad de Tequila se hallaba preparada para defenderse de una gavilla de bandidos, (gavillas que azoraban a la región). Sigue: batieron el grueso de ellas, por un equívoco; viéndose obligados a pedir garantías a Lozada y a rendirse tan pronto comprendieron su error.

 

Lozada, al saber que la resistencia tenía por causa la morosidad de un correo, a quien había enviado. (Persona que Lozada había enviado para dar aviso de su paso a la autoridad de Tequila, pero no llegó, por ello tuvo que fusilarlo), pues a causa de la tardanza, se suscitó aquel inesperado ataque.

 

Al enterarse las autoridades del estado, que Lozada se encontraba en Tequila, no por aviso de Sixto Gorjón como se comenta en la versión de la historia anterior escrita por el doctor Martínez, se ponen de acuerdo con el gobierno federal por medio del telégrafo, y estos envían refuerzos a Jalisco, y se ordena que el batallón 14 y 21, marchasen a jornadas dobles al estado de Jalisco, llegando a Guadalajara el día 26 de Enero.

 

Se dice que desde ese momento, hubo voluntarios de Guadalajara que se unieron al movimiento, y se formó la guardia municipal formada por cuatrocientos hombres, y un batallón de cien hombres más entre empleados y jefes y oficiales retirados. El día 28, a las ocho de la noche, procedente de Colima llegó el séptimo batallón, por la tarde Ramón Corona, le comunicaba al general D. Rafael Junguito, que no se le enviase mas fuerzas en su auxilio por no serle necesarias. A las once de la noche, se presentó una fuerza de trescientos soldados de caballería en la garita de la leña, al Oriente de la ciudad de Guadalajara, al mando de don Plácido Vega, quien intimó rendición al señor gobernador Ignacio L. Vallarta. (En la versión anterior del doctor Martínez, se menciona como gobernador al general Ramón Corona). El gobernador, contestó cortésmente que cono no era jefe de la plaza, se dirigiera al señor general Junguito, y así lo practicó Vega sin éxito alguno. Dicha obra, manifiesta una carta con un informe que envía el general Ramón Corona, a diversas dependencias, y algunas que envía don Benito Juárez.

 

Hemos investigado que las familias adineradas de Tequila se encontraban divididas entre ellas mismas, y algunas simpatizaban con los liberales mientras otras con los conservadores, por ello la controversia sobre este tema, recordemos que algunos ricos empresarios le pagaron a Ramón Corona para que combatiera en su favor y los protegiera, aun que eran pocos, pero con bastante poder, hicieron que se reconociera la defensa de Tequila, y que entretuvieron a Lozada para que el gobierno del Estado se organizara, y esto hizo que se le otorgara el Título de Ciudad. La misma iglesia defendía las ideas conservadoras, y en Tequila Los habitantes siempre han sido muy religiosos. Antonio Gómez Cuervo, uno de los que apoyaron económicamente a Corona, y en respuesta, Corona lo designó más tarde como Gobernador interino y Comandante Militar del Estado de Jalisco.

INFORME ENVIADO POR EL GENERAL RAMÓN CORONA. Ministerio de guerra y marina,- ejército mexicano. – cuarta división. – general en jefe. – tengo la honra de participar a este ministerio; para el conocimiento del supremo gobierno, los hechos de armas que se dieron los días 28 y 29, del próximo pasado Enero tuvieron lugar en el campo de la Mojonera distante cinco leguas el Noroeste de esta ciudad, entre las fuerzas de mi mando , constantes de 2, 241 hombres de las tres armas, según consta del estado número 1, y las que acaudilladas por don Manuel Lozada y de don Plácido Vega, vinieron del cantón de Tepic a invadir el Estado de Jalisco en número de más de seis mil hombres con tres piezas de artillería. Acompaño a la presente ocho estados relativos a las operaciones ejecutadas, los cuales dan a conocer los hechos y sus resultados; limitándome por lo mismo, en la exposición de aquellos, a lo muy preciso para que el supremo gobierno los juzgue.

 

En cumplimiento de las instrucciones que ese ministerio se sirvió darme, y en virtud de los movimientos del enemigo, resolví salir con las fuerzas federales a encontrarlo, y al efecto emprendí la marcha de esta plaza el día 27 a las dos de la tarde, pernoctando ese día en la Villa de Zapopan a dos leguas de esta población. La columna quedó dividida de la manera siguiente:

 

Los batallones números 11 y 12 con dos piezas de montaña y una de batalla, formaron la brigada de vanguardia a las órdenes del C. General Prisciliano Flores.

Los batallones 11 y 12 y dos compañías del noveno batallón con una pieza de montaña y dos de batalla, formaron la brigada de retaguardia a las órdenes del C. General Gregorio Saavedra.

 

La caballería compuesta del cuerpo número 6 y setenta caballos de la Gendarmería del Estado, era mandada por el C. Coronel Leopoldo Romano. Los trenes de artillería y ambulancia, ocuparon el centro de la columna, bajo la inmediata vigilancia del mayor general C. Coronel Rafael Barrón.

El escuadrón que comenzaba a organizar el C. teniente Coronel Praxedis Núñez, dependía directamente de este cuartel general.

 

A las ocho de la mañana del día 28, el enemigo se encontraba en las inmediaciones del rancho las Mojoneras, ocupando el frente y el flanco izquierdo, poco tiempo después avanzó sobre nosotros, y la caballería nuestra, comenzó a batirse con la guerrilla.

 

Inmediatamente le ordené al C. General Flores hiciera frente con la brigada a su mando apoyándose en los corrales de piedra de dicho rancho, y que enviara a la mitad de la caballería al mando del C. Coronel Romano. Acto continuo, ordené al C. general Saavedra desplegara con su brigada por el flanco izquierdo para contener al enemigo, el cual se encontraba cercado, pero el enemigo parecía adivinar nuestra estrategia, y nos atacaba por cada frente provocándose un Combate general. Aun que el enemigo era muy numeroso, sus armas eran inferiores a la artillería nuestra, por lo que se le causaban bastantes bajas.

Cerca de las doce del día, intentó un vigoroso asalto sobre las posiciones que ocupaban las brigadas de Vanguardia. Advertido esto por el C. General Flores se manifestó la conveniencia que habría en salir a encontrarlo cargando sobre él a la bayoneta; cuya autorización le di, y al efecto cargó con él con los batallones 14 y 21 y con la caballería que comandaba el C. Coronel Romano, protegiendo esta carga la artillería cuyos fuegos certeros causaron grandes estragos en las masas del enemigo.

 

Media hora después el enemigo había perdido toda su artillería, pues se habían quedado sin parque. Inesperadamente, la derecha del enemigo atacó fuertemente a nuestro flanco izquierdo, siendo rechazados por los batallones 11 y 12 y la artillería correspondiente, prolongándose el ataque hasta la retaguardia que cubrían las compañías del noveno batallón y una pieza de batalla. El día 29 como a las nueve de la mañana, emprendí mi marcha para esta plaza, en un orden inverso al del día anterior, encargando la retaguardia al C. General Flores, a cuyas órdenes puse al Coronel Romano con el sexto cuerpo de caballería para que protegiera su retirada, y durante el trayecto de la Mojonera a Zapopan, fue hostilizada la retaguardia de la columna por la caballería enemiga, que protegida por el terreno y por el mal estado de la nuestra no se pudo escarmentar debidamente, sin embargo de que el fuego de artillería la dispersaba. Al enemigo se le ha puesto fuera de combate entre muertos y heridos más de mil hombres. El enemigo, según los datos que por diferentes conductos se han obtenido después del combate, se han replegado en las barrancas de Mochitilte, manteniendo sus fuerzas avanzadas hasta Tequila. Felicito al supremo gobierno por el triunfo que sus armas obtuvieron contra los enemigos de la sociedad, y concluyo el presente parte consignando aquí, que tanto los generales en jefe de las brigadas, como los demás jefes, oficiales e individuos de tropa que concurrieron al combate de la Mojonera, cumplieron sus deberes, sin poder recomendar en particular a ninguno, pues todos en porfía procuraron distinguirse, dando esto por resultado la victoria que merecieron sus valientes esfuerzos.

 

El supremo gobierno en vista de los informes que rindo sobre el grueso número de enemigo que atacó y el pequeño que resistió, juzgará del valor de la jornada y del mérito de los soldados que tuve la honra de mandar. Independencia y libertad. Guadalajara, Febrero 4 de 1873. – R. Corona. – C. Ministro de Guerra. – México. (Se observa como Ramón Corona se mantuvo como estratega, el no combatió). El 28 de Enero de 1873, el supremo gobierno ya ocupaba Tepic por el general Ceballos con la división de Occidente. Ordenó al general Corona se moviera hacia aquella ciudad con sus fuerzas, nombrándolo general en jefe del ejército de operaciones. El general Corona dirigió la campaña con tal éxito, que tres meses después, en que por asuntos de familia tuvo que separarse de Tepic, Lozada contaba, nada más, que con menos de treinta hombres. Al verificar esta operación, ordenó al general Ceballos mantuviera fuerzas sobre Lozada, cuya aprehensión logró hacer el coronel don Andrés Rosales, el 14 de Junio.

En el acto, el general Ceballos ordenó procesar al jefe insurrecto, conforme a la ley del 3 de Mayo anterior. El odio hacia Lozada era tanto, que no quisieron procesarlo como a un caudillo revolucionario, si no como a un salteador de caminos, y el 17 de Julio fue sentenciado por el mismo general Ceballos, a ser pasado por las armas, previa identificación de la persona, señalándose el día 19 para su ejecución. Este último día, denegado el indulto por el jefe político don Juan Sanromán, en el momento de estar dentro del cuadro para ser fusilado, pidió permiso de hablar y con gran entereza de ánimo, dijo lo siguiente:

 

“Pido hablar dos palabras al cuadro y a los habitantes de Tepic”.

 

“Soldados de la federación:

 

Tengo el honor de dirigiros la palabra, para manifestaros que abrigo la conciencia que durante diez y seis años que goberné los pueblos del Nayarit, siempre he procurado su progreso, engrandecimiento y prosperidad”.

 

“Jamás he hecho mal, y doy con gusto mi vida en estos momentos por los pueblos que goberné. Os suplico que me perdonéis el sacrificio de los que sucumbieron en los distintos combates, sostenidos sobre las fuerzas que mandé, y os suplico, también, que los tiros que me disparéis, los dirijáis a una parte de mi cuerpo en que me hagan al momento dejar de existir.

 

Pueblos del distrito de Tepic.

 

Tengo la conciencia de que jamás hice mal a nadie; no me arrepiento de mis hechos, pues si alguna vez los que me rodeaban no cumplieron con mis disposiciones, la culpa no fue mía. Si la desgracia en adelante se apodera de estos pueblos, culpa será de varios, y más particularmente, de Domingo Nava. No me culpéis a mí, pues como he dicho antes, mis intenciones eran buenas para con vosotros. Muero con gusto”.

 

Al pronunciar estas últimas palabras, recibió la muerte, de la misma manera con que había vivido, es decir, como un valiente, pues cualquiera que hayan sido sus vicios y sus crímenes, no le puede el historiador negar esta cualidad, que conservó durante su carrera. La simpatía de Lozada era tan grande, que cuando dividió sus fuerzas para atacar al mismo tiempo Zacatecas, Sinaloa y Jalisco, contaba con más de dieciocho mil hombres, y si logre el reparto de tierras, hubiera alcanzado la gloria, pues los indígenas de Michoacán y otros Estados lo admiraban, y si logre llegar a Michoacán, su ejército se hubiera hecho tan numeroso, que ningún ejercito de México lo hubiera superado, pero la suerte no estuvo de su lado y fue derrotado en Jalisco, siempre luchó como una fiera, tenía un valor envidiable. Si no se le acabe el parque, no le hubieran faltado víveres, otra cosa hubiera sido la batalla de las Mojoneras, porque se considera un estratega, una persona muy inteligente y zagas, inclusive, en este libro se insinúa, Que la gente de Tequila estaba con él, por ello mandó un correo para indicarles donde pasaría por ese pueblo.

 

Ramón Corona, inició su carrera militar, cuando se levantó en armas en 1858 patrocinado, o apoyado económicamente por la familia tequilera Gómez Cuervo, y de un famoso comerciante arraigado en Tepic de nombre Juan Antonio Aguirre, dueños ambos de los minerales del Motage, y donde Ramón Corona tuvo a su cargo la tienda de raya. Si analizamos ambas versiones, la primera fue copiada del primer libro surgido sobre Tequila, del doctor Martínez, pero no se cual haya sido la fuente de dónde sacó esta historia, y en la que escribo al final, fue escrita por soldados que lucharon al lado de Ramón Corona. ¿Cuál es entonces la diferencia?

 

Bueno pues en la primera nos dice sobre el ataque hacia el tigre de Álica, pero que si sabían a quien atacaban, en la segunda se dice que el Tigre mandó un correo para que le avisara al Jefe Político don Sixto Gorjón que lo esperara por que pasarían por Tequila, esto significa que eran amigos, y que la gente de Tequila simpatizaba con Lozada.

 

Se habla del gobernador Ramón Corona, y en la otra versión se habla de Ignacio L. Vallarta como Gobernador. Y que Lozada pasó derrotado por Tequila, y en la nueva versión, que después de la derrota se volvió a instalar en la sierra de Tequila, porque ahí tenía simpatizantes como ya lo mencioné.

 

DEL LIBRO "TEOCHINCHÁN" LA HISTORIA DEL MUNICIPIO DE TEQUILA JALISCO. DE JOSÉ RAMÓN PALOMARES MEDINA.