miércoles, 9 de marzo de 2016

"Una luz en la oscuridad"


JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita



"Una luz en la oscuridad"


En uno de mis frecuentes recorridos por las redes sociales encontré una publicación que me llamó mucho la atención. Se trataba de lo que actualmente se conoce como “meme” en internet. En este caso dentro del tema político. Esa publicación hacía mofa de un eslogan o porra usado en marchas y movilizaciones del gremio sindical del SUTSEM, el famoso: “No somos uno, no somos cien, somos un chin… cuéntale bien”. La versión sarcástica parafrasea a la original señalando: “No somos uno, no somos cien, hay puras sillas, fíjate bien” con una fotografía que muestra un plantón desolado.

De inmediato las reacciones de la comunidad sutsemista se dejaron sentir. La mayoría en el sentido de pesadumbre. Los comentarios tendían a expresar algo de frustración, algunos otros de resentimiento hacia los agremiados apáticos o irresponsables, incluso algunos más que decían que la foto estaba truqueada. Pero no. Yo creo que la foto es real, aunque sí me imagino que fue tomada en el momento preciso en que las instalaciones estuvieron más solas  que nunca.

Esta situación, refiriéndome exclusivamente a la crítica mordaz de la publicación, si bien es cierto que pudiera exhibir la posibilidad de un desgaste del movimiento como tal, tampoco es como para ponerse a llorar o lamentarse. Es hasta cierto punto entendible lo que está sucediendo. Todos los movimientos tienen este tipo de vaivenes.
Cuando se trata de luchar por los derechos laborales y la dignidad de las personas, lo ideal sería que a una sola voz se manifestara el colectivo gremial. Pero no siempre sucede así, y es comprensible. Siempre hay que estar forzando la situación para crear conciencia social, reactivar el espíritu de lucha, los valores de la solidaridad y la unidad.

Esto ha pasado a lo largo de la historia. En mi experiencia,  he visto incluso huelgas que se eternizan, pasan los años y de aquellas recias aglomeraciones iniciales sólo quedan al final unas guardias permanentes, decorosas, menudas a veces, pero firmes y convencidas de no claudicar jamás. En ninguna parte está escrito que un plantón debe de componerse de cierto número de personas, o que deba estar presente un determinado porcentaje de ellas. Sin embargo, todos sabemos que es más probable un triunfo de la causa cuando el apoyo interno y externo es mayor. Por eso creo que debemos insistir en el convencimiento, en la concientización de los agremiados y en la socialización de estas luchas sindicales. Pero, desde mi punto de vista, no debemos derrumbarnos por una simple crítica, nosotros podemos aguantar eso y más.

Cuando en un párrafo anterior mencionaba la conciencia social, el espíritu de lucha, la solidaridad y la unidad entre los trabajadores, me parece que estaba describiendo a la perfección el perfil de un sindicato hermano que brindó recientemente un ejemplo de lo que es asumir la responsabilidad de una lucha por los derechos laborales en toda la extensión de la palabra. Me refiero al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y particularmente al caso de la arbitraria extinción de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro.

Dicen que los ejemplos ilustran mejor que una buena explicación. Estoy completamente de acuerdo con ello, por esa razón traigo aquí este comentario, principalmente para quienes forman parte de este conflicto sindical, algunos de una manera activa y gallarda, otros pasivos y fastidiados, pero finalmente miembros del sindicato más fuerte del estado: El SUTSEM.

El caso de la “Compañía de Luz y Fuerza del Centro” o Luz y Fuerza como se le conoce más comúnmente, es precisamente el ejemplo más viable para que el ánimo de la comunidad sutsemista pueda renovar energías, y no sólo es un juego de palabras en base a la materia que maneja esta empresa. Haciendo un poco de historia, pero tratando de ser conciso, les comento que en el sexenio del panista Felipe Calderón y más preciso en el año de 2009 se decretó la extinción de este organismo público descentralizado que constituía la fuente de trabajo de miles de hombres y mujeres. Para variar, los considerandos para acabar con esta compañía y sobre todo mermar la fuerza de uno de las organizaciones sindicales más combativas de la república mexicana, fueron los de siempre, acusaciones infundadas de corrupción y malos manejos, falta de rentabilidad, excesos de subsidios, deficiente calidad de la mano de obra, sueldos excesivos, etcétera, pero jamás se mencionan las argucias que el gobierno federal realizaba para obtener dinero del organismo.

Hay grandes similitudes entre los casos padecidos por ambos sindicatos. Para frenar los derechos y la representación de los trabajadores a Martín Esparza, al igual que a la señora Águeda, se les rechazó la toma de nota. Al primero por la Secretaría del Trabajo a nivel federal y a la segunda por Conciliación y Arbitraje de Nayarit. El dirigente electricista obtuvo la toma de nota después de un año dos meses mediante un amparo federal, en el caso de la dirigente nayarita aún no se consigue después de un año tres meses de la elección.

Las estrategias de los gobiernos son las mismas o muy parecidas. En ambos casos, se perjudicó a los sindicatos ante la sociedad, creándoles, mediante la prensa vendida, una imagen belicosa, intolerante y ambiciosa, provocando incluso que ésta viera con buenos ojos los ataques sistemáticos que sufrían los trabajadores.

Diversas formas pero mismos objetivos. En el caso de Luz y fuerza, el desquiciado de Calderón Hinojosa  utilizó la fuerza pública (militares disfrazados de policías federales) para desapoderar a los trabajadores de sus instalaciones. En el caso local, el gobierno se va apoderando de todo, de los recursos presupuestales, de los activos, maquinaria, de los sectores de la producción, etcétera. Los trabajadores son sometidos a un trato poco digno, no se han otorgados los aumentos salariales que señalan los convenios laborales y se ha recrudecido el hostigamiento en los centros de trabajo.

Aquí en Nayarit al SUTSEM se le ha golpeado, se le ha calumniado, bloqueado y sigue de pie, a pesar de que a veces las guardias en el plantón se vean un tanto escasas, pero no se ha perdido la fuente de trabajo, que es un foco rojo que nos debe mantener alerta. Allá, en el Sindicato Mexicano de Electricistas, perdieron sus empleos. Aquí, nosotros nos cansamos, nos quejamos de la responsabilidad de tener que asistir aunque sea a la larga al plantón. No nos “cae el veinte” de que con eso estamos defendiendo nuestro empleo, nuestras prestaciones y la seguridad de la familia. Allá, 16 mil 599 trabajadores, pelearon como auténticos guerreros y guerreras, con marchas, plantones, huelgas de hambre y todo lo que se les ocurrió, durante SEIS LARGOOOOS AÑOS, bajo el manto de la unidad, la fraternidad y la fe siempre puesta en el triunfo de una lucha justa, hasta que alcanzaron la meta y recuperaron sus fuentes de trabajo.  Hoy se abre un nuevo y merecido panorama económico bajo un nuevo formato social, hoy inicia un prometedor capítulo uno de los sindicatos más independientes de nuestro país.

Me pregunto al finalizar este texto: ¿Nosotros los sutsemistas, tenemos menos agallas que los electricistas?

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.