miércoles, 1 de marzo de 2017

"Durmiendo con el enemigo"


JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita




"Durmiendo con el enemigo"


De verdad quisiera que las circunstancias que viven nuestro país y nuestro estado fueran tan fáciles de resolver y pudiera ponerles un final feliz como suelo hacerlo en algunos de mis cuentos o historietas. Pero las cosas no son tan sencillas. Siento como si viviéramos dentro de una pesadilla atroz que nos atrapa cada vez más en escenarios estrambóticos, que parecieran proceder de un mundo pintado por la mismísima antítesis de la sicodelia. No se puede despertar de este sueño tan pesado. El narcótico aplicado por la vía “intrasocial” no es estimulante sino aletargador.

Estamos sufriendo espasmos recurrentes que no sólo lastiman nuestra economía y amenazan nuestra supervivencia como sociedad, sino que estamos casi en etapa terminal, pues se está agotando el poco oxígeno que queda en el depósito de la dignidad. Lastimosamente nos rehusamos a abrir los ojos y poner los pies firmes en la tierra.

Veo ante mí una situación que tiende a la zozobra y quizá a la tragedia. Incluso hasta los escenarios políticos se han vuelto atípicos. En años anteriores, en vísperas de procesos electorales, era prácticamente imposible que se suscitaran casos en los que las decisiones políticas o jurídicas lastimaran a la sociedad o  un sector representativo de ella. Hoy vemos con una inusitada frecuencia que las élites o camarillas que toman las decisiones importantes en nuestro país ni siquiera se molestan en matizar las cosas. El hostigamiento, la crueldad política de estas decisiones, ostensiblemente adversas a los intereses populares, son acciones cínicas y sistemáticas.

Ejemplos existen muchos, tantos que sería materialmente imposible ponerlos en este espacio. Basta con mencionar de manera muy general lo que recuerdo de los últimos años. A nivel nacional, la impunidad grosera que provoca náuseas, desde el mismo presidente Peña, hasta los gobernadores corruptos que han dejado en la miseria a sus estados, haciendo tropelía y media sin ser castigados. Aunque me de asco, en aras de la información tendré que mencionar algunos como Javier Duarte (Veracruz), Roberto Borge (Quintana Roo), Guillermo Padrés (Sonora), César Duarte (Chihuahua), Ángel Aguirre (Guerrero), Fausto Vallejo (Michoacán), Jorge Herrera Caldera (Durango), Miguel Alonso Reyes (Zacatecas), Rodrigo Medina (Nuevo León), Egidio Torre Cantú (Tamaulipas) y Rubén Moreira (Coahuila) y hay muchos más, aquí mismo en nuestra entidad que ya irán apareciendo, que no creo que sean castigados.

En cuestión de acciones realizadas, bajo el estigma implacable del neoliberalismo, todas las reformas “estructurales” que sólo han dañado a la economía de las familias mexicanas, y por supuesto enriquecido a los mismos que detentan el poder y la casi totalidad de la riqueza de la nación. Dentro de todo ese “teje y maneje” por parte de los legisladores para “legalizar” el robo y el saqueo, está la quiebra y privatización de Pemex, el desapoderamiento de las tierras y lugares sagrados de las etnias, el desmantelamiento del sistema de salud, de pensiones, la privatización de la educación y el agua, algunas ya logradas, otras aún en proceso.

Estos son algunos de los eslabones de esta penosa cadena de golpes bajos y “mentadas de madre” al sometido pueblo mexicano, amén de las consecuencias que aún no asoman la cabeza, pero que pronto se verán, y descubrirán las verdaderas intenciones del espíritu reformador del “prócer” Peña Nieto. Esta parte supongo que ya es conocida por la ciudadanía. Pero, a lo que yo hacía referencia cuando mencionaba acciones cercanas al proceso electoral, es al gasolinazo, que pareció exacerbar los ánimos, y la reciente reforma a la Ley Federal del Trabajo para que al trabajador que se enferme por causas propias a su labor se le pague tan solo la mitad y no el total de su salario. Esto es sólo la parte más visible del asunto, más al fondo hay un perverso plan de darle el control unilateral al patrón para determinar que enfermedades pagará y que otras no lo hará. Todo esto solapado por las autoridades federales del trabajo y completamente legalizado e impulsado por nuestros flamantes legisladores del PRI, el PAN y sus partidos rémoras, PVEM, PANAL y PES.

Un nuevo atropello en contra de la clase trabajadora con la “graciosa” iniciativa por parte de una diputada priísta que paradójicamente es hija de un dirigente de obreros (CTM). No encuentro un ápice de congruencia entre los valores morales e históricos heredados por parte de quien se supone debe velar por los intereses de los trabajadores afiliados a esa central y las acciones de esta su nefasta y atolondrada hijita, que por lo que ha hecho, se ve como una hijita pero de la (%&/=?¡#”).

El punto es el mismo. ¿No resultan hasta desafiantes para el pueblo estas acciones tan lesivas, sobre todo en momentos cercanos a las contiendas electorales?  ¿Qué debemos entender de todo esto?
Desde mi punto de vista puede tener varias lecturas o alternativas. La primera podría ser que los “dueños de todo” están confiando plenamente que el narcótico aplicado al pueblo, mediante la televisión chatarra, el control de los medios informativos, los deficientes sistemas educativos, la proliferación de las subculturas urbanas, la apología del crimen y otras tantas variantes del “control social”, dará el resultado esperado. Por ende no hay necesidad de preocuparse de un pueblo somnoliento que camina, pero con los ojos cerrados, ya que no reaccionará ni echándole sal en la herida.

La segunda posibilidad es que estén apostando a la confusión que provocan esas extrañas y atípicas coaliciones políticas entre partidos que son, al menos en teoría, ideológicamente incompatibles o antagónicos. Se constituyen en alianza para ganar una gubernatura y se contraponen en casos como la iniciativa de la diputada Zapata (lástima que denigre tan ilustre y heroico apellido) en el que a nivel macro, en las pócimas nacionales, votan en sentidos diferentes. Al menos en los estados, y el nuestro es el mejor ejemplo, estas rarezas se explican o se justifican porque se apuesta a sacar del poder al partido en turno y más si éste ha hecho tanto daño a las clases desprotegidas (se le llama voto de castigo). Es la única forma de explicar que un partido como el PAN, que aliado con el PRI, cavó la tumba de muchas conquistas laborales a nivel de la legislación federal, sea apoyado por la clase trabajadora en una contienda local. Evidentemente que le resta algo de culpa a este posicionamiento el hecho de ser parte de una alianza matizada con la amarillosa “izquierda” del PRD. Pero sobre todo porque es la ÚNICA posibilidad de derrotar al que se considera desde hace casi seis años el enemigo número uno de los trabajadores y del pueblo en general, el partido en el poder, el PRI, en la figura del actual gobernador del estado. La historia nayarita registra que la única vez que esta apuesta se ganó fue justamente en la alianza del año 1999.

La tercera posibilidad estriba en que quizá no tengan nada que temer porque se tiene preparado un “perfecto fraude electoral”. Quizá muchos piensen que eso no puede ser porque los tiempos han cambiado. Yo sigo pensando que son capaces de eso y más por mantenerse en el poder y seguir viviendo del dinero del pueblo. A pesar de los avances de la “democracia digital” y de los supuestos candados “anti-mapaches” electorales, sigo pensando que pueden hacer que se vuelva a “caer el sistema” y como están las cosas pregunto. ¿Ustedes creen en las autoridades electorales? ¿Ustedes meterían las manos al fuego por los tribunales electorales? ¿Creen en nuestro actual sistema democrático y en sus políticos? Yo tampoco.

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