miércoles, 21 de agosto de 2013

Reforma Energética, Otro Clavo al Ataúd

Por: José Manuel Elizondo Cuevas.

Es imposible sustraerse a comentar sobre el tema que está causando sensación: La Reforma Energética.


En realidad sensación no es la palabra idónea para explicar lo que he percibido en las últimas horas transcurridas desde que nuestro flamante presidente Peña Nieto presentó su iniciativa al congreso.

He intentado aguzar mis sentidos para captar en toda su dimensión y fidelidad el sentir de la gente con la que he conversado recientemente. Entre diversas expresiones he sentido en sus palabras indignación, coraje, rencor, impotencia y miedo. He platicado con muchas personas de distintas condiciones sociales y la gran mayoría perciben esta nueva reforma como algo a lo que hay que temer, algo que seguramente les va a perjudicar. Los que poco entienden de estas cosas solo dicen “nos van a fregar de nuevo” y los más instruidos opinan igual sólo que con otras palabras. Desde mi punto de vista ambos tienen razón, esta no será la primera reforma pensada en beneficiar al pueblo, pero me resistía a creer que el gobierno federal la propondría en los términos y con la rapidez que lo está haciendo, aún cuando ya había sentido el rigor de su reforma laboral que no hace mucho nos endilgó.

Hay muchas contradicciones y dudas acerca de este tema, pero creo que es producto de la manipulación mediática que se ha venido preparando desde que entró Peña Nieto al poder, incluso desde antes, como suele hacerse en los círculos del poder. Los medios de comunicación, principalmente las televisoras “oficialistas”, como Televisa y TV Azteca han iniciado ya y seguramente continuarán una machacona campaña para ponderar las virtudes y bondades de esta reforma que traerá inmensos beneficios a la nación (según el presidente y sus achichincles).

El presidente, el gabinete, los legisladores del PRI, la radio y la televisión se apresuran a decir que es muy necesaria la reforma energética que, además de fortalecer y reestructurar a PEMEX, no sólo logrará detener en un futuro cercano los aumentos sistemáticos de la gasolina y el gas, sino que ofrecerá al pueblo estos productos a precios más bajos. Esta parte del discurso me recuerda el viejo truco de las tiendas que te ofrecen una mercancía a un precio muy rebajado, digamos que a la mitad, pero previamente lo habían subido mañosamente más del doble, así tu crees que te están haciendo un favor y ellos aparte de lo normal se llevan una ganancia extra. El gobierno tiene años ejerciendo los “gasolinazos” y masacrando la economía del pueblo aumentando mensualmente el precio del gas y ahora de manera “generosa” ofrece disminuir dichos costos, vaya descaro.

El asunto tiene muchas aristas, así que sería imposible realizar un análisis detallado del mismo, pero en mi opinión los puntos centrales de la reforma son bastante obvios. El gobierno le está abriendo las puertas a los grupos hegemónicos nacionales y extranjeros para la explotación de los recursos patrimoniales de los mexicanos, bajo el pretexto de promover el crecimiento de la economía, en el falso paradigma de un desarrollo nacional incluyente y transparente, además de sustentable. Me pregunto. ¿Quién es el presidente para vender un patrimonio que no es suyo? ¿Acaso realizó una consulta popular para que sea el auténtico propietario de los recursos de la nación quién decida su futuro? No, no hizo nada de eso, simplemente presentó su iniciativa a un congreso entreguista y amañado (PRI, PAN, VERDE) que tiene una línea bien definida a la hora de levantar el dedo, exceptuando la probable oposición de los partidos que representan a la disminuida y hasta cierto punto desacreditada izquierda mexicana.

Es importante comentar que tan nefasta iniciativa, conlleva una descarada y acomodaticia mutilación a la carta magna de la nación ya que si el “H” (?) Congreso de la Unión, se presta a esta simulación, se erigirá como “constituyente” para legitimar una infame traición a la patria, reformando y adicionando los artículos 27 y 28 constitucionales en los que se consagra de manera fundamental el patrimonio de la nación.

Todos estos días seguramente escucharán encendidas discusiones y elevadísimas polémicas sobre este tema, que si es o no una privatización. En sentido estricto lo es, ya que el término lo define de manera contundente: Privatizar significa, “Transferir una empresa o actividad pública al sector privado” así de simple y concluyente. La actividad de la exploración, extracción, producción, etc. del petróleo (en todos los niveles) le corresponde al estado (PEMEX), así como el manejo de las áreas estratégicas de la industria de los hidrocarburos y otros productos del subsuelo nacional, al menos hasta antes que le entreguen esta exclusividad a los inversionistas privados, nacionales y/o extranjeros. No es cuestión de analizar desde el punto de vista semántico los términos en lo que se basa esta disputa, el problema es de fondo, prioritario económicamente y fundamental éticamente hablando. Dentro de los conceptos sustantivos del jaloneo, existen miles de millones de por medio, porque no sólo se habla de contratos y concesiones sino del disfrute directo o indirecto de la jugosa renta petrolera que no es otra cosa que la ganancia que se obtiene de la diferencia entre el precio de extracción y el precio internacional de venta de cada barril de petróleo. Pero, según ellos, los “promotores” dicen que no está en riesgo la soberanía, que no se privatiza PEMEX ni el petróleo que todo es para favorecer los intereses de la nación (Si como no).

Yo creo que la polémica será el pan de cada día los meses siguientes (ah porque el gobierno pretende sacar esta reforma antes que termine este año) luego la aprobación por los congresos estatales, la legislación reglamentaria (secundaria) y todos esos brincos jurídicos que tienen que realizar para salirse “legalmente” con la suya. Al final de cuentas de consumarse este robo a la nación, este golpe mortal al pueblo de México, sería como “ponerle otro clavo al ataúd”.


MIEMBRO ACTIVO FRECONAY A. C.- COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario