lunes, 21 de octubre de 2013

Patadas y Golpes Bajos

JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Naayarita.

Tepic, Nay; oct 21, 2013.-  Me disponía a escribir esta nota que hoy comparto con mis amables lectores y para ello me planté ante mi computadora o el ordenador, como dicen los españoles. Normalmente a estas alturas ya elegí  el tema para mi comentario, pero esta vez aún tenía cierta duda. De pronto, los gritos de mis vecinos me hicieron recordar que se estaba transmitiendo el juego decisivo para la calificación o eliminación de México al campeonato mundial de futbol que se celebrará el próximo año en Brasil.

Dudé un poco en encender el televisor, pero eran tan fuertes las exclamaciones, gritos y pujidos de adultos, jóvenes y niños, que no pude vencer la curiosidad y con una bien disimulada ansiedad tomé el control remoto y me entregué a los más febriles y apasionados ritos del mundo de las patadas.

Si el equipo contrario hubiese sido Colombia diría que fue la “Crónica de una muerte anunciada”, ya que los ticos habían dicho que el tricolor no saldría vivo del estadio de San José y así fue. El equipo azteca paseó su mediocridad por un empastado más de la fase eliminatoria en otra vergonzosa actuación. (Caray, ya estoy hablando como los comentaristas de “Telerisa” y  “TV Apesta”, de veras que se pega eh).

Decidí escribir sobre el tema de la pasión por el futbol. No porque sea bueno o malo ser tan apasionados, sino por lo enajenante que puede resultar el deporte de las coces y los cabezazos, a tal grado que en ocasiones se torna peligrosamente bélico entre naciones, al extremo de injuriar las banderas o himnos del equipo rival y agredir a las delegaciones visitantes, lo cual no debe aceptarse bajo ninguna circunstancia, así esté de por medio la eliminación de un equipo a la justa mundial.

Antes de voltear nuestra vista al verdadero perfil de mi comentario, quiero anticipar mi disculpa a los auténticos especialistas en deportes de este medio por pisar sus terrenos, mis respetos para ellos. Lo que su servidor quiere resaltar es únicamente el aspecto emocional de este tema. Por un lado, la forma tan apasionada que debatimos las estrategias, aciertos y pifias de jugadores y entrenadores. Cuando las cosas no se dan y los buenos resultados escasean todo se pone color de hormiga y empezamos, abanderados por los merolicos de la televisión deportiva, a linchar públicamente a los jugadores, si ya el asunto se pone muy peliagudo pues entonces armamos el juicio o corte marcial y quitamos al entrenador que no obtiene los resultados deseados.

Les doy un par de minutos para que reflexionen sobre la última parte del párrafo anterior. ¿Ya notaron la similitud con otros ámbitos de las colectividades? Qué pasaría si ese conocimiento casi divino que pretendemos tener sobre los secretos más recónditos de las estrategias futboleras, se pudiera aplicar a solucionar aspectos más prioritarios del quehacer humano, digamos a resolver la problemática diaria de las necesidades relacionadas con el bienestar de la sociedad mexicana. Pongamos por ejemplo la política. ¿Esa prodigiosa perspicacia que tenemos para hacer los cambios de jugadores y de entrenadores en el futbol, nos serviría también para propiciar cambios aún más importantes en nuestro país? ¿Nuestra ilusa y esquizofrénica idea de ser superiores a otros países en el futbol, nos serviría para ser más competitivos en otros ámbitos del ranking mundial, como por ejemplo la producción de alimentos, la seguridad pública, la educación y la salud?

Siguiendo con el ejemplo, si saliéramos del futbol y entráramos al terreno de la política, pasaríamos de expertos analistas y geniales estrategas al papel de vituperados árbitros (por lo ciego). Efectivamente, en la política (entendida ésta como la expresión concentrada de la economía de los pueblos) estamos tan ciegos como muchos árbitros, porque no nos damos cuenta de lo que pasa alrededor. Nos están pateando, codeando, zancadilleando y hasta escupiendo y no hacemos el menor intento por remediar la situación.

De plano esa pasión que le ponemos al futbol no está sirviendo para defender nuestras causas personales o sociales. No alcanzo a comprender por qué razón no ponemos esa misma “garra”, esa misma furia, ese mismo coraje en el momento que se necesita defender nuestro patrimonio personal o nacional. ¿Acaso no podríamos ser igual de incisivos en nuestras críticas y posturas en contra de los que no nos dan resultados en la política?
¿Acaso no podríamos despedir a los malos gobernantes, administradores y políticos que no le dan buenos resultados al pueblo, así como corremos entrenadores en la selección? Pues claro que es posible pues a diferencia de los entrenadores, a los gobernantes los elegimos nosotros mismos.

Me pregunto cómo es posible que estemos terriblemente angustiados porque nuestra selección nacional de futbol probablemente no vaya al mundial y ni siquiera nos preocupe la grosera andanada de golpes bajos que el gobierno federal pretende imponernos a través de la reforma hacendaria. Están a punto de darnos otra felpa impositiva, aumentándonos irresponsablemente los impuestos a los mismos penitentes de siempre, cuando lo que debían aumentar es la base de contribuyentes, que en buen cristiano significa meter en cintura a todos aquellos que nunca han pagado impuestos. Me pregunto cómo es posible que nos tengan tan idiotizados con el futbol, las lacrimógenas telenovelas y otras tantas basuras de la televisión comercial, que ni cuenta nos damos que la gasolina, la luz y las mercancías básicas, entre otras cosas, siguen subiendo, pese a las cifras “rosas” que el gobierno federal pretende hacernos creer.

Estaremos ya tan estólidos para no ver que “los dueños del balón” le están metiendo zancadilla a las organizaciones más importantes. Intentan acabar con los sindicatos bajo la vieja premisa de “divide y vencerás”. Pretenden desaparecer las organizaciones sindicales, porque están seguros que son los últimos bastiones de la auténtica lucha popular por la justicia social. Sin embargo, los sindicatos lograrán sobrevivir al exterminio con el único antídoto posible: LA UNIDAD.


MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.- COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com

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