miércoles, 25 de marzo de 2015

No más abusos



JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita


"No más abusos"

Ya entrada la noche cavilaba sobre varias cosas. De momento hasta se me cruzaban las líneas, como dicen los vagos del lenguaje. Pensaba que de tantas cosas que suceden, de manera vertiginosa a veces, es necesario tener una gran capacidad de atención para estar al tanto de todo.

Por un lado se podría pensar que tantos sucesos pueden confeccionar y presentarnos un panorama abrumador, pero por otro te das cuenta que los asuntos se desvanecen o pierden efervescencia en menos de lo que canta un gallo tartamudo. Algo así como las olas del hermoso océano pacífico, que en el reventadero se ven amenazadoras y bufan su poderío pero, a medida que se acercan a la playa, se van debilitando hasta llegar a mojar tus pies con suavidad.

Por supuesto que esta parábola oceánica no intenta mitigar, mucho menos hacer olvidar los devastadores efectos que muchos de los sucesos, la mayoría infaustos, traen a la sufrida ciudadanía. El panorama del que hablo sigue siendo aterrador, sólo que son tantas las cosas que pasan, que se suscita una especie de auto jerarquización de ellas.

Las noticias y los hechos se adueñan de la escena pública y se quedan ahí hasta que aparece otra de mayor jerarquía. No siempre la posición en esa hipotética tabla es marcada por el peso específico del hecho, como a mi juicio debiera ser. En este aspecto hay que considerar el manejo de la información que hacen los medios de comunicación, la mayoría de ellos controlados por los gobiernos y grupos de poder. En nuestro país cuesta trabajo encontrar el factor objetividad en la noticia o en la opinión. Son contados los medios y los periodistas que tienen bien ganada su reputación de imparcialidad en su dicho y compromiso con la verdad, pero afortunadamente aún existen estas opciones.

No sé hasta qué punto tenga que ver este manejo de la información con la jerarquía que hoy tiene el caso Ayotzinapa, por ejemplo. Un tema que por su propia naturaleza no debe pasar a segundo término ni por razones de tiempo ni por otro motivo. Me pregunto si la razón por la que ya no escuchamos las protestas con la misma intensidad, sea que el control mezquino de la información ha rendido frutos o quizá porque hay otras noticias que acaparan la atención de las audiencias. Hace escasos seis meses este caso cimbraba a la sociedad mexicana y generaba la solidaridad internacional, hoy, salvo las noticias que producen las protestas de los padres de las víctimas, el peso de la tragedia se ha ido diluyendo lenta y lastimosamente, algo que me parece una desdicha aún mayor.

Se entiende que en este momento haya noticias que acaparen la atención, cómo es el caso Aristegui, a quien admiro, respeto y apoyo. Estoy absolutamente de acuerdo que de ninguna manera se debe dejar pasar una afrenta de esa naturaleza a quien simboliza el valor y la idoneidad de la libertad de expresión. Soslayar la atención a este asunto sería tanto como permitir que la represión, la intolerancia y la censura, ejercidas por los que detentan el poder, obtuvieran una ventaja casi definitiva en su intento de callar las bocas y apagar las conciencias. En este contexto, no debemos quedarnos quietos ni sumisos, hoy más que nunca debemos participar en torno a la defensa del derecho a la información y en apoyo a quien ha sido castigada por decir la verdad, a quienes han sido reprimidos por desnudar la corrupción e impunidad que existe en los círculos del poder.

Aquí es donde tiene sentido lo que citaba en el prefacio, cuando me refería a la capacidad de atención que se debe tener para no descuidar ninguno de los asuntos, por abundantes que éstos sean. En pocas palabras quiero decir que no debemos dejar en segundo término un asunto como el de Ayotzinapa para sólo ocuparnos de Aristegui o de algún otro. Hay varias razones para fundamentar esto. Una de ellas es que el común denominador de ambos casos es la corrupción, actos ilegales auspiciados por la impunidad. Si analizamos las generalidades de los dos asuntos, nos encontramos con el mismo protagonista. La violencia agresiva de los grupos delictivos y los policías corruptos que los apoyan, dueto culpable del acto criminal en contra de los estudiantes, tiene su génesis en la complicidad del gobierno federal al no aplicar la ley para actuar en su contra y quién es el responsable de ello, Peña Nieto. En el caso Aristegui versus MVS, el reportaje de la famosa "Casa Blanca" afectó los intereses directos del presidente y su cómplice esposa, entonces quien dio la orden de despedir a la periodista y a sus colaboradores, Peña Nieto.

Cómo pueden ver no hay casos aislados, todos tienen el mismo origen y los protagonistas son los mismos. Por esa razón opino que no debemos dejar de lado un caso para pasar a otro, hay que darle seguimiento a todos los temas que tengamos en la agenda nacional y local porque, de una u otra forma, todos están relacionados entre sí.

Por eso la invitación a permanecer alertas a nuestro entorno, empezando por nuestras familias, nuestra localidad, nuestro estado y nuestro país. Debemos rescatar la motivación, la fe en nosotros mismos. Es básico estar conscientes de que nuestra fuerza social está en la suma positiva de nuestras individualidades. Intentemos ser más participativos en las decisiones que nos competen como ciudadanos, hay muchas cosas que aún se pueden recuperar. Una de ellas sin lugar a dudas es la dignidad. La dignidad de las personas y de las sociedades. No debemos permitir más abusos ni más humillaciones, ni de los ladrones encubiertos ni de los oficiales. No debemos esperar que nuestro país llegue a los extremos, como los que se están viviendo en países latinoamericanos hermanos. Aún estamos a tiempo de resolver este galimatías que tenemos por país. Para ello se requiere estar atentos, informados y unidos. De esa manera podremos exigir: No más abusos en las cargas impositivas, no más saqueos del erario y los recursos naturales, no más plurinominales, no más reformas lesivas a la clases desprotegidas, no más políticos corruptos, no más gobernadores autoritarios e insensibles, no más pobreza, no más censura, no más represión.  

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C. 

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