miércoles, 26 de agosto de 2015

"Balconeando"


JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita


"Balconeando"



Se antojaba un momento de relajamiento después de una semana de labores. Es una noche húmeda, un poco más oscura de lo que me hubiera gustado, pero es lógico que no puedas aspirar a algo mejor después de la lluvia que acaba de amainar. En realidad no me siento cansado. Creo que las cargas más pesadas en la espalda, además de los años, son a cuenta de factores como la carestía, la falta de liquidez, el negro panorama que se vislumbra y otros problemas económicos y sociales que ya se están convirtiendo en cosas cotidianas en nuestras vidas.

En eso pensaba mientras caminaba hacia el espacio donde me gusta tomar el fresco. Un pequeño balcón cuya vista panorámica, hacia los cerros allende el famoso bulevar Colosio, sería ciertamente privilegiada si no fuera por los toscos torzales del cableado eléctrico de la compañía de luz que me quedan justo frente a mis ojos. Ni siquiera diré el nombre de la susodicha empresa dizque de clase mundial, que la verdad deja mucho que desear tanto en su servicio como en su compromiso social. Mejor haré como que no existen esos pavorosos cables en mi balcón y desde una cómoda silla de playa les comentaré lo que revoloteaba en mi cabeza.

En realidad no pensaba en una sola cosa, por eso usé el verbo revolotear, que la mayoría de personas asociamos con las mariposas, lo que me permite hacer una sencilla analogía y así dejar asentado que mis locos pensamientos eran como un numeroso grupo de esos insectos voladores aleteando frenéticamente.

Lo primero que recuerdo es que vi en diarios nacionales y locales la noticia: “Secretario de la Función Pública exonera a EPN y Angélica Rivera por la casa blanca”, en uno de los medios locales la adornan con una fotografía en la que el contralor, con una sonrisa (estilo El Güasón), está abrazando al presidente. De inmediato se me vino a la mente una escena de película, incluso la titulé en las redes sociales a manera de meme, “El abrazo de Lord Voldemort y Harry Potter de petatiux”. Me pareció una de las declaraciones más cínicas de los últimos años (y vaya que ya tienen muchos). Es la investigación más tardada cuyo desenlace ya era de todos conocido. Es necio pensar que pudiera ser diferente el resultado de una investigación que la propia parte imputada encomienda a su contralor, que además es secretario de despacho en su gabinete, designado por él y para eso. No es ético ni procedente porque no hay imparcialidad. (Así cualquiera se “imputa”).

Creo que con esto se suma un despropósito más a la larga lista del régimen actual. Si los Record Guinness tuvieran esa categoría, el gobierno de EPN no tendría ningún obstáculo para adjudicárselo. Sería difícil encontrar, hurgando en la historia contemporánea, una administración con tal cantidad de desatinos.

A propósito de barbaridades, otra de las cosas que tenía en mente era la sensación de la calamitosa realidad económica que está viviendo nuestro país. Por más que los voluntariosos heraldos de la plutocracia digan que todo va muy bien y que “viene lo mejor”, la fría y desnuda verdad en los hogares y las calles los desmiente. El discurso que alaba la efectividad de las reformas estructurales, choca de frente contra una economía estancada, con pronósticos de crecimiento cada vez más tímidos y ajustados a la baja. El tesonero pregón usado para convencer a la ciudadanía de las bondades de las reformas cada vez se oye más débil, debido a la siempre metálica, fría y contundente evidencia de los hechos. La educación en crisis, el sistema de salud en estado de coma, la estabilidad social amenaza con salirse de sus cauces. La reforma en telecomunicaciones tampoco parió medios más democráticos, si no pregunten a Carmen Aristegui, tampoco se respetaron los derechos de las audiencias y aún continúa muy viva la censura.

Todas las reformas están dejando ver la iniquidad de sus propósitos. La hacendaria ha agobiado a los que menos tienen, no es equitativa, sigue favoreciendo a las empresas poderosas y fustigando a los de bajos ingresos y la energética está dejando ver sus fracasos mucho antes de lo previsto. Todo apunta hacia una situación mucho más grave en el próximo año. Y si la difícil situación económica no fuera lo suficientemente grave, tenemos por otro lado, la álgida problemática social y política.

El nivel de popularidad de EPN sigue a la baja, por más que haya logrado resolver con relativa agilidad (rara en él) el importantísimo caso “Calcetagate”. La reacción del presidente ante las burlas en las redes sociales no hizo más que evidenciarlo más y abrir la puerta a una nueva andanada de “memes” y fuertes críticas, principalmente en el sentido del valor que pueda tener esa aclaración tan simple y trivial ante la falta de respuesta a los casos de Ayotzinapa, Tlatlaya, Ostula, la depreciación del peso, la fuga del Chapo, la casa blanca, el aumento de pobres, la muerte de periodistas, la violencia, feminicidios, narcotráfico, etcétera, etcétera.

En eso pensaba, en lo que les acabo de comentar y en muchas cosas más. Empiezas a pensar en lo que escuchas y ves. En lo que crees que pueda pasar mañana. Casi sin querer vas del análisis macroeconómico al microeconómico, y estos términos no quieren decir que la economía se va empequeñeciendo, aunque muy bien se pudiera aplicar eso al México actual. Pero no, la macroeconomía se refiere al contexto nacional, al estudio general de la economía de un país, mientras que la microeconomía se refiere al estudio de agentes o entes económicos individuales como las empresas, los trabajadores, las familias o los consumidores, por decirlo de una manera sencilla.

Mientras más analizas las cosas, lees e investigas, más miedo parece darte el lúgubre horizonte que puedes deducir. Volteas a todos lados y sólo puedes ver rictus dolidos por el agravio y la desesperanza. Imaginas con cierto idealismo lo que pasaría si ese dolor y ese coraje de los individuos pudiera asociarse a través de un mismo pensamiento y en un mismo corazón. Llegaba casi sin dilación a la conclusión de que las cosas tendrían que cambiar y las personas podrían tornar el rictus actual por una sonrisa de verdad, una sonrisa que refleje la satisfacción de una meta alcanzada y la tranquilidad de un hogar con una digna calidad de vida.

Por último, recordé un artículo del columnista Jorge Carrazco Araizaga, publicado el 20 de agosto, en la revista Proceso que se titulaba: “Manlio, el Putin mexicano”, pero como yo en esas cosas no me meto, mejor no les comento nada, pues cada quien sus gustos.

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C. 

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