IGLESIA vs MATRIMONIO HOMOSEXUAL
Al inicio de este mes,
considerado en México y otros países, como “el mes de la diversidad sexual”,
Alejandro Solalinde, cura católico y defensor de los Derechos Humanos, se
pronunció a favor de que la Iglesia católica debe abrirse al matrimonio
homosexual.
Si bien es cierto que el
catolicismo y tras confesiones cristianas consideran al matrimonio como un
sacramento que une indisolublemente a un hombre y una mujer y que se
comprometen a vivir de acuerdo a las prescripciones de la Iglesia misma, en sí
la palabra ‘matrimonio’ se conceptualiza como la unión de dos personas mediante
determinados ritos o formalidades legales y que es reconocida por la ley como
familia.
En este mes, en las
principales ciudades y algunos lugares turísticos del país, la comunidad
lésbico gay y transexual llevan a cabo marchas por sus avenidas, con la
finalidad de alzar la voz para exigir respeto a sus más elementales derechos
humanos y a tener una vida sexual plena y sin fobias.
Es por ello que el padre
Solalinde, en su visita a la Universidad Autónoma del Estado de México se
pronunció a favor de que la Iglesia católica comprenda y respete la diversidad
sexual, así como reconocer los derechos de la comunidad LGBTTTI.
Del matrimonio igualitario
declaró que “estamos
viviendo un tiempo de cambio, ustedes comprendan que vivíamos una Iglesia que
no había cambiado, que se había acartonado […] tenemos que respetar su
identidad, tenemos que respetar a las personas como son. Los derechos no son privativos
de un sector”.
Aseguró que las
personas no pueden definir si los otros “son” o “no son”, sino que cada quien
decide ser lo que quiere ser, en ese sentido, los derechos van más allá de
la identidad sexual pues son para todos. Pero, aceptó, la Iglesia no puede
cambiar de la noche a la mañana.
Solalinde Guerra participó
en un foro en Jalisco donde compartió la mesa con personas transexuales y
con víctimas de violación de sacerdotes.
Parece que en México las mentes más abiertas, solidarias y
críticas se encuentran en algunos curas de la iglesia católica.
IGLESIA HOMOFÓBICA: PADRE SOLALINDE
Tras calificar como
homofóbico el papel de la iglesia al oponerse a las bodas igualitarias,
Solalinde hizo un llamado “a los católicos y a la misma jerarquía para que
asuman el espíritu de Jesús; que ya dejen la Inquisición, que es de otra época.
Ya no debe operar en este tiempo. No debemos promover actitudes de crímenes de
odio; tenemos que respetar, esa es la palabra clave: respeto a la diversidad
sexual”.
Solalinde es
coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana Pacífico Sur del Episcopado
Mexicano; calificó de homofóbica la campaña iniciada por la jerarquía católica
contra el matrimonio entre personas del mismo sexo: “la Iglesia de hoy tiene
mucho miedo: a la libertad, a reconocer la parte humana de la Iglesia, a vivir
las consecuencias de Jesús hombre, y tiene miedo a muchas cosas. Esta Iglesia
fue formada para otro tiempo y no sabe cómo ser Iglesia hoy. La jerarquía
católica en general ha adoptado esa actitud de condena y generado actitudes
homofóbicas muy preocupantes e inaceptables con el mensaje de Jesús. Si le preguntamos a Jesús si él condena un
tipo de orientación de identidad sexual, nos va a decir que no. ¿Por qué?
Porque tiene varias encíclicas desde las cuales tenemos que ver estas
identidades. Primero que nada, Dios nos acepta como somos; no nos pone
condiciones; no nos excluye, no nos juzga: nos ama, independientemente de la
orientación sexual”.
La diversidad sexual
siempre ha existido, pero amordazada: “Ahora la diversidad se está dando en el
marco de unos derechos humanos, y la gente espera que ya no sea llevada a la
hoguera o castigada, simplemente porque es diferente... Desde los ojos de Dios,
él nos va a decir que efectivamente creó hombre y mujer, pero en estos cambios
y metamorfosis se están dando realidades que producen otras identidades. El
Génesis sí habla de hombre y mujer, una forma para que se compenetrara con la
otra; eso es indiscutible, pero no significa que no haya personas que tienen
otra posibilidad de ser”.
El sacerdote dijo que
resulta alarmante que la Arquidiócesis de México haga un llamado a los
feligreses para que actúen contra lo que consideran peligros para el matrimonio
igualitario. “Es muy grave que estén pidiendo que actúen en esa dirección,
porque eso puede desencadenar intolerancia y actitudes homofóbicas y de
violencia. ¡Qué hipocresía!, porque seguimos viendo en la Iglesia casos de
pederastia, como en Oaxaca, donde tenemos un problema muy serio, mientras el
obispo y los sacerdotes que están a su lado tratan de ocultar todo”.
Recordó que estuvo en
un acto donde participó Joaquín Aguilar, víctima del sacerdote Nicolás Aguilar:
“Él se presentó y dijo que el cardenal Norberto Rivera había protegido al
sacerdote pederasta. Vi a Joaquín con su pareja, Erick Barragán, y su niño de
cinco años. Los vi tan felices con su hijo. ¿Yo, qué voy a hacer ante eso? ¿Voy
a juzgar o a rechazar? No, yo no, ni ninguno de nosotros debemos hacerlo; sólo
Dios sabe esas profundidades. A mí me toca respetarlos, amarlos y, por
supuesto, aceptarlos”.
Exhortó a todos a
hacer a un lado los prejuicios: “No es necesario que estemos de acuerdo con
esas identidades sexuales, ni participar con ellos para respetarlos. Lo que nos
pide el Señor es que amemos a las personas. Yo les pido amarlos, aceptarlos
como son; no excluirlos, solamente respetarlos. Si alguien dice: ‘yo soy
mujer’, es mujer, y si dice que es hombre, es hombre. Punto”.
Solalinde se ha
caracterizado por la autocrítica a la Iglesia que pertenece, y considera que la
jerarquía católica no conoce a los homosexuales, sólo los juzga.
¿Cómo superar este
vicio de juzgar? “La sociedad mexicana es una juzgona y tenemos una Iglesia
juzgona. Ésta viene juzgando desde hace muchísimos siglos, lo que no hizo Jesús,
la Iglesia. ¿Cómo liberar a los católicos, los bautizados, de este vicio hacia
los demás? Jesús claramente dijo: ‘No juzguen y no serán juzgados’, pero si
andan haciéndolo, con la misma vara que midan serán medidos... Los cardenales,
obispos y sacerdotes no somos árbitros de la vida, ni de sus cuerpos.
En una entrevista que
le hicieron para el periódico La Jornada, le preguntaron a Solalinde:
–¿Usted casaría a una
pareja gay?
–Ya me lo han
preguntado, y te soy sincero: los acepto como son; si me invitan a una reunión
o a comer, voy, pero si me pides que los case, todavía no estoy preparado para
eso, porque finalmente una parte de mí pertenece todavía a esa época que está
cambiando. Más adelantito, a lo mejor sí; uno puede ir cambiando y se va
abriendo.
** MIEMBRO FUNDADOR DE FRECONAY, A.C.**
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