JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita
"Se renueva la esperanza"
Pues
con la novedad de que estamos estrenando el Reglamento de Tránsito y Movilidad
del Municipio de Tepic, Nayarit. Dicha ordenanza entró en vigor el día quince de junio del año
actual, de conformidad con el primer artículo transitorio de ésta, que
establece los sesenta días a partir de su publicación.
Según
mi apreciación, han causado algo de revuelo algunas disposiciones que no estaban
contempladas en el reglamento anterior, que si no mal recuerdo es el que
promulgó Ney González en el 2003, cuando era el presidente municipal de Tepic,
mismo que queda derogado al cobrar vigencia el de Polo Domínguez.
En
realidad las dichosas disposiciones que han provocado picor en los ciudadanos
que transitan por las vías públicas no son la gran cosa. Desde mi punto de
vista debieron aplicarse desde hace mucho tiempo. No son nada del otro mundo,
sólo son reglas simples que tienen mucho que ver con la formación cultural de la
ciudadanía. No tirar basura, no usar el teléfono celular mientras se conduce,
no llevar los niños menores de 12 años en el asiento delantero, no viajar sin
cinturón de seguridad, no invadir zonas peatonales, no estacionarse en doble
fila, no cargar en las piernas ni menores ni mascotas y no llevar a estas
últimas sueltas. En realidad no hay nada de extraordinario en eso.
Esas
disposiciones con toda seguridad ya son añejas en los reglamentos de ciudades
como México, Guadalajara y algunas otras. Son conceptos básicos de la
convivencia humana. Son condicionamientos que ni siquiera debían dolernos o
molestarnos si tuviéramos una arraigada cultura vial. Esto lo he comentado en
varios artículos de años anteriores. Acatar estas “nuevas” reglas no tiene nada
de gracia si sabemos (o deberíamos saber) que NO se debe tirar basura en la vía
pública (Elemental, mi querido Watson), mucho menos si vas en un vehículo. No
parar tu coche ENCIMA de la zona rayada
que está destinada para que pasen los de a pie. Sabemos perfectamente (Pero nos
hacemos tontos) que es más que impropio y peligroso escribir o leer un mensaje
de texto, mientras vas conduciendo un coche, y así, por el estilo, están las
“nuevas” cosas que nos van a obligar a hacer o dejar de hacer, según como cada
quien lo vea. No tienen de verdad ningún chiste. Es cuestión de ser
responsables al conducirnos en la vía pública, ya sea en calidad de conductores
o de peatones.
Es de
considerar que no solemos practicar la autocrítica, por tanto no tenemos la costumbre
de cuestionar nuestro comportamiento. No somos conscientes que nuestra realidad
individual, irresponsable y bárbara muchas veces, está muy lejos de propiciar
condiciones favorables para una convivencia social adecuada. Así pasan los
tiempos y las generaciones de conductores se van degenerando cada vez más al no
existir una contraparte que pudiera inhibir esa tendencia. Lo he dicho hasta el
cansancio que es un problema cultural más que de rigor, gobernabilidad o algo
parecido. Pero desafortunadamente en nuestro “México Lindo y Querido” es una
graciosa costumbre “después de ahogado el niño, tapar el pozo”. Tuvimos que
esperar a que la fría estadística nos salpicara de sangre el rostro para hacer
algo. Tuvimos que prender los focos rojos de la alerta máxima, al ver que “los
accidentes viales son la primera causa de muerte en jóvenes mexicanos de 15 a
29 años”, que “se elevó a 16 mil las muertes por accidentes al año, la mayoría
de ellos son jóvenes” y que “el uso del teléfono celular mientras se conduce
compite por el primer lugar contra el consumo de alcohol y el exceso de
velocidad como las principales causas de muerte por accidentes
También
hay un dicho que reza: “Más vale tarde que nunca”, así que hay que incorporar
el elemento positivo, el aspecto esperanzador a esta nueva circunstancia legal.
Me gusta siempre pensar que todo va a salir bien y que este reglamento será un
excelente catalizador para el progreso de una nueva cultura vial.
Pero
(siempre hay un pero), me asaltan algunas dudas que quisiera ir desmenuzando
poco a poco. La primera de ellas es si se aplicará “a rajatabla” y aquí me
estoy refiriendo si debemos esperar que el área de vialidad municipal lance las
jaurías uniformadas a las calles para tratar de domeñar a los conductores
principalmente, dejándonos caer todo el peso de la ley, o si, en su defecto, se
inclinará por aplicar un periodo de persuasión del tipo futbolero, primero la
amonestación y enseguida la tarjeta roja.
Otro
aspecto que quisiera comentar, es si ocurrirá como suele pasar en otros
ámbitos, en otras jurisdicciones, que se ve a menudo una aplicación
inequitativa de la ley. En otras palabras si se va a sancionar de manera
general o sólo se verán afectados los de siempre, los de abajo. (Sin albur). Porque
una de las fallas más notorias en nuestros sistemas es la discriminación al
aplicar la ley. El presenciar con cierta frecuencia que sólo se aplica el rigor
de la ley a unos y a otros se les ofrecen disculpas, podría ser un factor de
riesgo, porque podría exacerbar la incomodidad y la molestia de la ciudadanía
respecto a la impunidad.
Un
punto más, el hecho de que una situación tan conflictiva no se va a arreglar
sólo con la obediencia del gobernado, sino que debe existir una
corresponsabilidad con la autoridad competente. Por ejemplo, si hay que
respetar las zonas peatonales, pues deben tenerlas bien pintaditas, si no pues
cómo.
Finalmente,
otro elemento que me inquieta es si el incremento en la cobertura de causas y
el rigor de la nueva punibilidad, no influirá en acrecentar la corrupción de
los agentes encargados de la vialidad. Esto sin verlo como un caso específico o
una crítica directa al cuerpo vial del ayuntamiento, sino como parte de un
fenómeno social que se incuba en casi todas las corporaciones policiacas.
Pues a
ver qué sucede, lo que sí es un hecho es que el reglamento ya entró en vigor y
debemos tomar las cosas con seriedad y prepararnos para poder solventar lo que
indican las nuevas disposiciones. Es mejor estar alertas y cubrir todas las
posibilidades de vernos envueltos en una situación que te provoque, además de
un momento biliar, un golpe a la de por si mermada y exprimida economía
familiar.
De mi
parte estoy de acuerdo en lo que se ha implementado. Siento mucha curiosidad
por ver que va a pasar con esas personas, algunas damas principalmente, que
manejan hablando por teléfono, maquillándose, cargando al niño y comiendo torta
de jamón. Todo a la vez. Seguramente sorprenderán a medio mundo con alguna
innovación para seguir siendo el espectáculo principal de las calles de Tepic.
No me atrevo a vaticinar el resultado de esta nueva legislación municipal, pero
confieso que me gustaría que funcionara de tal modo que lograra meter en
cintura a esos especímenes del asfalto que desesperan a los buenos conductores
y ponen en riesgo la integridad de los peatones que diariamente se juegan la
vida en las calles, avenidas y bulevares de nuestra loca, loca, ciudad.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.
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