miércoles, 25 de enero de 2017

ENTRE FLORES, AMISTADES Y PIRÁMIDES


ENTRE FLORES, AMISTADES Y PIRÁMIDES

Durante los primeros días del año, como es natural, uno de los comentarios más frecuentes en las conversaciones es la situación financiera de las familias mexicanas; la crisis que enfrentamos los mexicanos, no es de hoy, sino de hace varias décadas, producto de las malas decisiones gubernamentales, que por cierto, a quienes han estado en el poder no les afectan, pero sin duda, al grueso poblacional sí, y mucho.


El ingenio de los mexicanos, hombres y mujeres por igual, no tiene límites.  Gente ‘luchona’ que sale a diario desde muy temprano a trabajar para ganar un peso y poder llevar una pieza de pan a casa, para la familia; esta es una realidad que ha persistido desde siempre.
 
Esto nos lleva a que miles de familias mexicanas se encuentren vulnerables económicamente, por lo que son “presa fácil” para que terceras personas las envuelvan en ‘cadenas financieras’ mediante las cuales, de una manera sencilla, resolverán sus deudas.  Así lo plantean, y les ponen nombres como Pirámides, Cadenas de Amigos, Círculo Financiero… y el nombre más reciente: La Flor de la Abundancia.

Cuando nos comentan de estas ‘cadenas financieras’, independientemente del nombre, de inmediato sabemos cómo irá la plática: una persona muy querida, como amigo, compañero de trabajo, pariente o familiar, es quien invita a una tercera persona a invertir dinero (en este caso 25 mil pesos) para obtener en pocos días y sin trabajo, una ganancia de por lo menos un 800%.  En esta Flor de la Abundancia, les prometen ganar ¡190 mil pesos!  La persona invitada, antes de que su interlocutor concluya la plática, ya está planeando qué hacer con esa cantidad de dinero: pagar deudas, comprar necesidades en casa, comprar ropa y calzado para toda su familia e irse de viaje entre otras actividades.

Al paso del tiempo, la realidad se hace presente: nunca vieron esos 190 mil pesos, ni siquiera sus 25 mil pesos que invirtieron.

La necesidad económica, producto de la crisis financiera que prevalece en este país, como muchos otros de Latinoamérica, es el semillero ideal de personas dispuestas a invertir un dinero que únicamente unos cuantos podrán tener un gran rendimiento.


SIMPLE REMEDIO: ¡CUIDE SUS FINANZAS!

En otras colaboraciones les hemos compartido que para cubrir esos imprevistos que durante el año se nos presentan, no hay mejor manera de hacerlo que cuidar su trabajo, mantener un buen hábito del ahorro y el resultado es que sus finanzas estarán bien cuidadas por usted mismo.

El esquema de inversión que le comentamos al principio de nuestra colaboración, es real y le han puesto diversos nombres: Mandala, Tejedoras de Sueños, Células de Gratitud, Círculo de la Prosperidad, Rueda de la Amistad o Flor de la Abundancia, entre otros nombres. Pero sin duda, todas tienen algo en común: son pirámides o fraudes en potencia.

Estas pirámides financieras resurgieron en México bajo el esquema de la Flor de la Abundancia, detectada primero en Nuevo León y luego en Coahuila; de abril a la fecha, aparecieron más esquemas con diferentes nombres en Morelos, Hidalgo y la Ciudad de México. Con ayuda de herramientas tecnológicas como WhatsApp, Facebook, YouTube y Zoom, las pirámides se expanden vertiginosamente, principalmente entre grupos de mujeres.  Tarde o temprano terminarán en un fraude porque son un modelo insostenible.

“Se trata de mecanismos en los cuales las ganancias que obtienen los primeros inversionistas provienen de los recursos que son aportados por nuevos clientes”, afirma el Banco de México en un documento educativo básico del sector financiero.

A Marian la invitó una de sus maestras de yoga a entrar a un círculo de empoderamiento de mujeres. Quienes practican yoga saben que es común ir a talleres de diferentes temáticas en uno y otro punto de la ciudad. Pensó que se trataba de algo parecido y aceptó.  Enseguida, Marian fue agregada a un chat de WhatsApp con más mujeres, donde de entrada le sacó de onda que todas la saludaran con gran familiaridad e imágenes que contenían su nombre: “¡Bienvenida Marian!”.

Después se enteró del negocio. Se trataba de un esquema conocido como Telar de Mujeres, en el cual prosperarían juntas. Cada una tenía que aportar 24,000 pesos y meter a dos mujeres más, y ellas a su vez a dos más, y así sucesivamente hasta llegar al centro del telar. En total, hay 15 personas involucradas para que la del centro reciba 192,000 pesos y salga de la estructura.

Filosóficamente, la pirámide funciona utilizando conceptos como el de la energía femenina, el alma, la fe, la abundancia, regalo, prosperidad, gratitud, hermoso movimiento, empoderamiento femenino, mujeres medicina, etcétera.  Por ello, no es de extrañar que estas pirámides crezcan rápidamente entre las practicantes yoguis, pero también en otros grupos donde predominan las mujeres, como en gimnasios, cursos o escuelas.

Y considerando que datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2012 revelan que 43% de la población mexicana utiliza mecanismos de ahorro no formales, como las tandas o guardar el dinero en efectivo, estas pirámides han encontrado un nicho muy específico, ofreciendo a sus seguidores ganancias fáciles y rápidas.


DINERO FÁCIL… ¡DE PERDER!

Al tercer día de haber sigo agregada al telar, Marian comenzó a recibir mensajes fuera del chat de las demás integrantes: “Anímate, juntas creceremos”, “Ve consiguiendo tus fuegos para estar preparada cuando te toque”, “Amiga, ¿cómo vas con tus fuegos?”. Presión que le dio desconfianza, porque gente que no conocía ahora tenía acceso a su número telefónico.  Los fuegos, o nuevas integrantes, debían conseguirse en una semana, porque la meta es que cada semana alguien debe recibir 192,000 pesos.

Marian asistió a reuniones a las que se sintió comprometida a ir, por las amigas que la invitaron. Eran, generalmente, reuniones en departamentos grandes, ubicados en varias partes de la ciudad, donde llegaban decenas de mujeres. En Coyoacán, en la Nápoles. En ellos las mujeres más empoderadas, ataviadas con túnicas y con grandes japa mala o rosarios tibetanos, trataban de infundirles confianza y de convencerlas del maravilloso movimiento en que estaban participando. Las reuniones eran transmitidas por Zoom para quienes no pudieran asistir de forma presencial.

Incluso, les daban consejos de cómo ser cuidadosas con el proceso, de cómo “enganchar” a más gente o de cómo administrar el dinero recibido del telar o telares en que estuvieran participando. Las instrucciones eran precisas: no decirle a los maridos o novios, no realizar gastos ostentosos, no comprar autos de la noche a la mañana y cosas que levanten suspicacias, convencer a más mujeres.

Como Marian no contaba con el dinero, una de las participantes del chat le ofreció financiarla para que cuando Marian cobrara sus 192,000 se los pagara.

Finalmente, Marian aceptó y fue citada a una reunión más en Nezahualcóyotl, a la cual finalmente no fue. “Me dio miedo endeudarme. Finalmente el dinero que iba a aportar no era mío”. Decidió no asistir y dar las gracias.

Allí fue cuando la buena vibra del chat se convirtió en ataques y ofensas. Fue acusada de irresponsable, de no tener honor, palabra, de afectar alevosamente al grupo, de ser egoísta, inmadura, de ser incapaz de soltar algo como el dinero, etcétera. Ahora sus amigas yoguis dejaron de hablarle.

“Las mujeres que entran ahí enloquecen. Se pierden, se obsesionan por conseguir el dinero”, afirma Marian.

El final de Marian fue, dentro de lo que cabe, feliz. Sin embargo no todos los casos resultan así; la historia de Eva terminó diferente.

Si a usted le cuesta muchas horas de trabajo y sacrificio tener un dinerito guardado, mejor manténgalo ahí, y procure no caer en estas tentaciones financieras.


** MIEMBRO FUNDADOR DE FRECONAY, A.C.**


Agradeceremos sus comentarios y sugerencias en el celular y WhatsApp (311) 910 77 77 o bien, en el correo electrónico enriquelibre@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario