miércoles, 1 de febrero de 2017

MÉXICO: SUBE CORRUPCIÓN, BAJA TLC




 MÉXICO: SUBE CORRUPCIÓN, BAJA TLC

Después de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, en la Unión Americana, México ha sido uno de los temas más recurrentes en noticieros de Latinoamérica, principalmente.  ¿El tema? Las relaciones bilaterales entre ambos países, el TLC y el muro entre muchos otros.  A ese “pleito casado”, se le agrega que una vez más, el Índice de Percepción de la Corrupción, un estudio que se realiza a nivel mundial, coordinado por Transparencia Internacional y ejecutado por las oficinas locales, en el caso de nuestro país, Transparencia Mexicana, ha publicado que México ha aumentado sus niveles en este tema, desde el año 2001, que ocupaba el lugar número 57 para pasar en el año 2016 al lugar 123, de 176 países calificados.

Cada año, desde 1995, se publican los resultados del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC)  y, cada año fuera del 2014, México ha caído en su calificación. En el estudio de 2015, el país registraba una calificación de 35 (donde 0 es altamente corrupto y 100 virtualmente sin corrupción) y, de entre los 176 países evaluados, alcanzó el lugar 95; este año se fue, en picada, a la posición 123.

En el 2016, donde se hicieron públicas las redes de corrupción de los exgobernadores de Veracruz, Chihuahua, Sonora, Quintana Roo, Durango, Nuevo León y  Tamaulipas, así como el alcance de los sobornos de empresas trasnacionales para incidir en las decisiones de políticas públicas dentro de la administración federal, esta caída en la percepción podría no parecer una sorpresa. La misma Transparencia Internacional, al dar el reporte de su IPC, recomendaba al gobierno federal conformar un aparato institucional que en verdad enfrente a la corrupción, pues el Sistema Nacional Anticorrupción, además de que no ha sido una prioridad para el gobierno de Enrique Peña, sienta un precedente para que las autoridades en cualquier nivel de gobierno sean corrompidas.

Frente a la crítica de organismos internacionales, las autoridades federales han negado los hechos presentados. ¿Habrá una respuesta semejante frente al IPC de Transparencia Internacional, o se tomará en cuenta para construir instituciones que de verdad atajen un problema estructural como éste?

Por otra parte, referente al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN, el gobierno había manejado una postura conservadora ante los embates de Trump de renegociarlo, bajo la amenaza de que saldrían del tratado si no se mejoraban las condiciones para los Estados Unidos. La estrategia ha sido clara: doblegar a México antes de iniciar las negociaciones calculando que así cederá a  las condiciones que busca imponer el gobierno estadounidense, todo esto mediante métodos de desestabilización y de generación de incertidumbre que van desde las amenazas de impuestos arancelarios a empresas estadounidenses y del mundo que tengan planes de inversión en México, hasta la retención de las remesas enviadas a México por migrantes.

Estas estrategias sí han surtido efectos sobre México y su economía: nuestra moneda se ha depreciado fuertemente frente al dólar casi un 15% en los últimos meses, las inversiones en nuestro país se encuentran detenidas o han sido canceladas a raíz de las amenazas arancelarias del presidente Trump.

¿Qué cartas tiene México a la mano para negociar con Estados Unidos? No son muchas: un posible arancel a productos de Estados Unidos destinados estratégicamente para la exportación, tal como es el maíz, específicamente esta medida afectaría al llamado “Midwest”, que paradójicamente es uno de los grandes bastiones de Trump y cuya principal actividad económica es la agricultura, que en muchos de los casos está enfocada a la producción de maíz que luego es exportado a México; en ese sentido, un impuesto arancelario a sus productos mermaría considerablemente sus utilidades y volvería a sus productos menos competitivos en el mercado, resultando en un efecto contraproducente a lo prometido por Trump.

El desafío que enfrentará México es mayúsculo, pero también es cierto que estos hechos han sacado al país de su zona de confort; ¡México debe despertar!


Y DEL MURO DE TRUMP…

Otro aspecto que se ha manejado recurrentemente ha sido el Muro que el estadounidense Trump quiere construir en la línea fronteriza. Las órdenes ejecutivas firmadas el pasado miércoles por Donald Trump y la guerra de declaraciones en redes sociales que le siguieron, fueron seguidas no sólo por los millones de mexicanos y méxico-americanos a los que nos afectaba directa o indirectamente la aún posible, pues no está aprobada aún por el Congreso, construcción del muro fronterizo, sino también por toda la comunidad internacional: más allá de afiliaciones ideológicas o económicas, todo mundo estuvo al pendiente de un suceso que abre, definitivamente, una brecha entre los Estados Unidos de Donald Trump y el resto del mundo.

Organismos internacionales como el Parlamento Europeo y la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) dejaron claro que políticas como éstas, más allá de lo que puedan hacerle al “libre mercado”, afectan la forma como los países vecinos se piensan a sí mismos, que una decisión unilateral como la tomada por Trump afecta las bases de cualquier relación diplomática de diálogo y cooperación; el presidente de UNASUR, el expresidente colombiano, Ernesto Semper, llevó su rechazo más hacia el campo moral, diciendo que rechaza “la humillante obligación de pagar el, aún más humillante, muro que se pretende construir para separar físicamente a Estados Unidos y Canadá de México y América Latina”.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, lanzó un ‘tuit’ de apoyo a México, recordándole algo que el mismo Peña Nieto dijera en el mensaje que diera la semana pasada respecto a la “política exterior”: es urgente en momentos como éste el recordar que México forma parte de una comunidad de países a los que los hermana no sólo un idioma o una historia semejante, sino, también, las bases de sus ideas de nación. Incluso el ultraconservador gobierno de Michel Temer en Brasil apoyó al mexicano, diciendo que “las cuestiones entre pueblos amigos –como es el caso de Estados Unidos y México– deben ser solucionadas con diálogo y la construcción de espacios de entendimiento”.

El impulso de apoyo que tenido el gobierno mexicano podría convertirse en la punta de lanza contra la normalización de las políticas de Trump, en una base crítica contra las decisiones unilaterales que está tomando que no sólo le afectan internamente, sino que tienen impactos globales, como su ataque contra los migrantes o sus declaraciones sobre cancelar toda regulación ambiental.

Ahora bien, ¿cree que el gobierno de Enrique Peña Nieto sabrá aprovechar esta situación, o seguirá buscando “diálogo” con alguien que ha demostrado que no se preocupa por eso?


**MIEMBRO FUNDADOR DE FRECONAY, A.C.**


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