miércoles, 8 de febrero de 2017

"Mitos y verdades"


JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita





"Mitos y verdades"



Ufff, que difícil sentarse a escribir cuando aún no salgo del estado catatónico que envuelve todo mi ser. Mi entumido cuerpo, mi estrambótica mente y mi exaltado espíritu se enfrascan en una vorágine de sensaciones encontradas que se arremolinan y discuten acremente sin llegar a ningún resultado satisfactorio de aversión o de avenencia.

Campeaba ya en mi mente la idea clara de un relato que en esta edición quería ofrecer a mis amables lectores, pero en este preciso instante doy un volantazo temático, convencido, finalmente, de que debo compartirles lo que el día de hoy, 3 de febrero de 2017, sucedió en una modesta pero hermosa escuela de una colonia popular de la capital nayarita.

Afortunadamente no se trata de un suceso trágico en un plantel educativo, como ha ocurrido en algunos lugares de USA y de nuestro país, sino de algo totalmente distinto y alentador. Se trata de un evento que, desde mi punto de vista, es un hito en la historia local. Se trata de un novedoso y revolucionario proyecto cultural que no tiene parangón y se relaciona específicamente con la pintura.

Desde la concepción artística del destacado pintor nayarita Javier Carrillo, autor del proyecto, nace una idea que a mi juicio es extraordinariamente revolucionaria, desde el punto de vista de enlazar pasado y presente. Es innovadora porque establece un puente mágico, pero real a la vez, entre la historia antigua que se desvanece ante el olvido sistemático de los que ejercen, de mala forma, el poder; y la historia contemporánea, fuerte y dinámica, que a pesar de los obstáculos, golpes bajos, ardides y aranas, sigue vigente, cobijada por el activismo social de los hombres y mujeres jóvenes, que conforman una generación vigorosa, consciente, rebelde y comprometida con el papel que hoy les tocó desempeñar, en este episodio crítico de una sociedad que reclama a gritos ser rescatada de la inopia y la ignorancia a que ha sido sometida durante años, por un grupo de traidores a la patria.

El concepto abstracto se materializa a través de los pinceles mágicos de Javier Carrillo, en un mural conformado por dos secciones. Una, en la que se plasma, con magistral habilidad, la parte de la historia labrada por los héroes de antaño, entre los que se aprecian los rostros de Baca Calderón, Amado Nervo y Manuel Lozada, entre otros.

En la parte dos, al otro extremo de la escuela, con el simbolismo mágico y esotérico del Venado Azul al centro, el autorretrato del pintor, acompañado por diecisiete personas de distintos ámbitos del quehacer social. Entre ese grupo de ciudadanos, vivos y actuantes, se pueden contar toda clase de personajes. Estudiantes universitarios, músicos, pintores, politólogos, abogados, escritores, activistas sociales, entre otras profesiones o actividades. El común denominador o el factor que incidió como criterio de elegibilidad para estar en ese mural fue que cada persona que aparece ahí aporta algo positivo a la sociedad nayarita. Es una extraña pero muy efectiva combinación. Incluye jóvenes que desbordan energía y ganas de transformar a esta sociedad agraviada, con algunos no tan novatos pero que aportan la discreta sapiencia que da la experiencia y que no se quedan a la zaga en cuestión de ganas de apoyar a la sociedad.

La solidez conceptual del arte pictórico y la libertad suprema del propio artista para plasmar sus ideales y aspiraciones en esta obra, es el punto de quiebre del autor. Él busca amalgamar, en una solo pócima, las virtudes humanas, de disímbolas características, con los elementos virtuales, la esperanza en un nuevo estado de cosas, la limpieza moral y la grandeza de espíritu de quienes, al aceptar el privilegio de estar ahí prestando su imagen, están al mismo tiempo firmando una imaginaria acta de compromiso social.

Lejos de los absurdos devaneos de la vanidad, en donde seguramente se mostrarían los ángulos visuales y estéticos rebuscados e hipócritas de las personas, en esta representación artística se reflejan rostros afectados por la rabia, brazos que se levantan con furia en señal de protesta e inconformidad ante el estado de cosas que se vive en la actualidad. Puentes y lazos de unión entre distintos actores sociales que, con diferencias en la forma y en el medio de acción, buscan un objetivo común.

En lo artístico quizá yo pueda decir poco, acusando mi escasez de conocimiento en cuestión de estilos, tipos y materiales usados, pero entiendo a la perfección el mensaje. Comprendo con cierta facilidad, la magnífica combinación de lo antiguo y lo nuevo, el respeto y veneración a nuestros orígenes, nuestras raíces, nuestra verdad, nuestra pertenencia. Javier Carrillo busca, en la mayoría de sus obras, y estos murales no son la excepción, rescatar y promover la importancia de la multiculturalidad. 

Con sus pinceles busca darle oportunidad a esa mágica convivencia de culturas de nuestro estado. Con éstos nos reclama a gritos que volteemos a ellas, que aprendamos a valorarlas, que entendamos su punto de vista, que conozcamos su cosmovisión, o sea la concepción global que nuestros pueblos originarios tienen del universo. Y finalmente, con este concepto de mural develado en este día histórico, nos señala que a pesar de la distancia y el tiempo, ese no es un mundo muerto, está cada vez más vivo a través de estos jóvenes estudiantes y profesionistas indígenas, luchadores incansables, que representan a sus etnias con orgullo, que se preparan constantemente y trabajan con intensidad buscando el desarrollo de sus pueblos y de la sociedad en general.

Esa amalgama entre los activistas indígenas y no indígenas, es muy representativa. La idea del pintor es muy clara en ese sentido. Es un acertado acercamiento de potencialidades y realidades. Es la renovación de un pacto de hermandad, ya existente, aunque distante o desconocido.

En fin, fui testigo de este gran proyecto. No sólo como periodista y/o escritor sino como parte actuante en el mismo. Fui objeto de un honor inmerecido al estar en ese mural denominado: “Nayarit, Mitos y Verdades del Centenario”, al pasar lista de presente entre esos “personajes destacados de nuestro estado” como fuimos presentados a los niños de la Esc. Prim. Constitución de 1917 ubicada en la Col. INDECO de esta capital nayarita, con quienes se adquiere un mayor compromiso.

Aprovecho el poco espacio que resta para agradecer al autor, Javier Carrillo, la distinción de estar en esta obra de arte histórica. A las autoridades escolares, personal docente y administrativo del plantel por su magnífica atención, cuya calidez me hizo sentir muy importante, a los niños de la escuela, y en especial a los del taller de pintura que participaron con el maestro, a las personas, compañeras y compañeros, que aparecen en el mural, con quienes conviví y espero seguir haciéndolo. Sé que es un orgullo estar en esa pintura, pero también estoy consciente que es un altísimo compromiso moral con la sociedad, con los niños y conmigo mismo.

Quise compartir esta gran noticia con mi organización sindical, el SUTSEM, porque entiendo que el orgullo por un logro personal debe ser también un aliciente para todos los que integramos esta familia. Así que espero que los sutsemistas se sientan tan orgullosos y tan comprometidos como yo me siento. ¡Yo soy SUTSEM!


RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C

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