jueves, 25 de mayo de 2017

"No me late"


JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita





"No me late


La mañana era muy fresca cuando abrí la puerta de mi casa. Eran aproximadamente las ocho de la mañana cuando salí rumbo al centro de la ciudad. A una cuadra de mi casa estaba la estación “México Libre del Sistema de Transporte Colectivo de Tepic, sólo tendría que abordar ahí el famoso “metro”, recorrer cuatro estaciones y descender en la estación “Nayarit Progresista” porque frente a ésta se ubica el Parque Estatal de la Cultura y el Entretenimiento, popularmente conocido como el PECE. Había acordado reunirme con algunos de mis amigos en la terraza del Café “Don Chema Narváez” a un lado de la hemeroteca estatal “Brígido Ramírez Guillén”.

Me gustaba citarlos ahí porque sabía que no eran muy puntuales, situación que me permitía pasar unos minutos en el aula audiovisual de ese maravilloso complejo cultural. Una de mis aficiones era darle una ojeada al inmenso catálogo de libros que cuenta ese espacio. Miles de volúmenes de todo tipo de literatura, perfectamente clasificada, al alcance de tu mano. Era muy gratificante tener frente a mí, bajo mi control y a mi entera disposición, libros de todo tipo, desde textos escolares de secundaria, bachillerato y profesionales, hasta los clásicos de la literatura, libros de ingeniería, derecho, historia, las fascinantes novelas y libros de narrativa de todos los tiempos, desde “Cien años de Soledad” hasta “Sueños de Misterio, Fe y Esperanza”.

A pesar de que mis amigos eran en general algo impuntuales, el que me preocupaba era Jorgito. Él había sido llamado por el Ayuntamiento de Tepic para que pasara a recoger su llanta nueva y su indemnización por el daño que sufrió su coche al caer en el único bache que había en el Bulevar Insurgentes. El pago de esa compensación era en efectivo y acompañada por un vale para revisión de la suspensión en los Talleres Mecánicos de Respaldo Municipal a Ciudadanos, el famoso TAMEREMUCI, un taller equipado con la más alta tecnología que se encarga de resolver todos los problemas de los vehículos de los ciudadanos tepicenses, que hayan sido ocasionados por las fallas en la infraestructura y las deficiencias de la ingeniería vial del municipio.

La vez anterior, quien faltó a la cita fue Roberto. Su ausencia era más que justificada ya que fue enviado a vacacionar a Europa por el gobernador del estado, por haber obtenido el reconocimiento al mejor empleado de la burocracia en el año que recién terminó.  El viaje incluyó el acompañamiento de su esposa, también con gastos pagados de pasaje, estancia y alimentos. Lo único malo del viaje de ellos es que sólo visitaron tres países del viejo mundo y duró apenas 15 días.

Mis compañeros se tardaban más de lo esperado y decidí dar un pequeño paseo por aquellas maravillosas instalaciones. El bello adoquín jaspeado invitaba a caminar lentamente encima de él. El aroma de las rosas y tulipanes del cuidado jardín le hacían una exquisita caricia a mi olfato. Daba gusto caminar en esos senderos de ensueño. Espacios limpios y muy bien pintados. Señalamientos bien detallados, los pastos gozaban de un verdor impresionante. Las fuentes infantiles que se mecían al ritmo de la música de Cri-Cri, invitaban a la alegría y al esparcimiento. Los niños reían y gritaban montados en sus triciclos y bicicletas. Todos los juguetes, incluidos los que acabo de mencionar, son propiedad del parque pero se pueden usar de manera gratuita. Las bicicletas, nuevas por cierto, las puedes usar por un largo rato, y si terminas tu recorrido en alguna parte opuesta y distante al lugar donde la obtuviste, la puedes dejar en unos dispositivos para ello, sin necesidad de realizar trámite alguno. El gobierno confía en el usuario y éste confía plenamente en el gobierno.

Un tanto pensativo, seguí mi camino, pero al pasar cerca del Foro CulturalRafael Alfredo Almanza Aguilar”, un precioso teatro multidisciplinario que lleva ese nombre en honor a quien fuera uno de los mejores Secretarios de Cultura del Estado, me detuve al escuchar una suave sonata. Me acerqué a indagar que era aquello y encontré en el escenario a la “Orquesta Infantil de la Ciudad”, la misma que recién regresó de una gira europea que incluyó conciertos en Viena, Roma, Madrid y Copenhague. Me quedé unos minutos más, escuchando extasiado las bellas interpretaciones de aquellos niños y niñas de cuarto grado de primaria.

Emprendí el camino de regreso pensando que alguno de mis amigos podría haber llegado ya al punto de reunión. Me acerqué al dispensador de periódico que estaba a mi lado izquierdo. La nota del encabezado había llamado mi atención. Tomé mi ejemplar y dejé en el depósito los diez pesos del importe. No cabe duda que es una comodidad este tipo de servicio basado en la confianza mutua entre el distribuidor y el cliente. Recordé de inmediato otros lugares donde no sólo no pagarían el costo sino que no dejarían un solo ejemplar y se llevarían hasta la cajita donde se exhiben. Obvio que eso es para ciudades atrasadas, que no es nuestro caso. Nosotros jamás haríamos algo así.

La noticia que llamó mi atención es que a nuestro gobernador, el Doctor en Filosofía “don Aristóteles Sastre” le había sido entregado el galardón denominado “Benefactor del Pueblo y Paladín de las Causas Justas”, premio internacional que otorga la universidad europea “La Sobona” y un consejo mundial de ciudadanos que, entre prospectos de todo el mundo, eligen un gobernante que se distinga por su honestidad, la viabilidad de sus proyectos, su sentido de equidad en la distribución de los recursos, el trato responsable y humanitario a sus trabajadores, su elevado sentido de impartición de la justicia, su apoyo decidido a la cultura en todas sus manifestaciones y otras variables de esa naturaleza. Era una gran noticia pero también era cierto que si la gente no festejaba era porque estaba tan acostumbrada a tener ese nivel de gobernadores, que lo consideraba algo natural y hasta rutinario.

Atisbé  la zona donde me reuniría con mis amigos y noté que aún no llegaba ninguno de ellos. Pensé en aprovechar esos momentos para ir a mi camioneta Land Rover a recoger mi celular que había olvidado en la guantera. La camioneta era mi más reciente adquisición. La compré de contado con el pago retroactivo de los incrementos salariales y un cheque extraordinario para compensar las molestias por la espera de dichos pagos que nos había entregado el gobernador. Fue tan generoso el pago que hasta me sobró para cubrir el seguro bianual de mi vehículo y un viajecito a Nuevo Vallarta.

Ya en el interior de mi linda camioneta y en el intento de abrir la guantera, presioné el claxon y en ese preciso instante pitó de manera estridente. Me sobresalté y me sentí apenado porque no quería molestar a los asistentes. Me quedé quieto esperando algunas reacciones, quizá gritos de protesta de algunas personas. No sucedió eso, pero en cambio sentí una gran angustia cuando los controles de mi camioneta se volvieron locos y el claxon se puso a pitar insistentemente, el radio se encendió solo y de pronto se desató una algarabía. Me tapé los oídos y cerré mis ojos a punto de gritar exigiendo silencio. Cuando abrí mis ojos de nuevo, la ventana de mi recámara estaba abierta. Entraban por ella gritos, silbidos, canciones babosas, mucha algarabía y un brutal perifoneo. Era el estólido de Saldate haciendo un gran desmadre, según induciendo al voto. Fue entonces cuando me di cuenta que estaba de nuevo en el mundo real y que ese tipo de sueños estrambóticos no conducen a nada bueno y la verdad que eso ¡NO ME LATE!

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C. 

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