martes, 13 de marzo de 2018

113 Aniversario de la Primera Huelga Obrera Pacífica en el País


*EN LA EX FACTORIA DE HILADOS Y TEJIDOS DE BELLAVISTA NAYARIT

*FUE EL 20 DE MARZO DE 1905; EL 7 DE MAYO DE 1916 NACIÓ DEL SINDICALISMO EN TERRITORIO NACIONAL  


SAÚL ARMANDO LLAMAS LÓPEZ / Periodismo Nayarita

Bellavista, Nayarit.-  Don José María de Castaños y Llano (1796-1846), nació en Santander, España el 11 de septiembre de 1796, hijo legitimo de Juan José de Castaños y Larrasolo oriundo de Baraceldo y de María Tomasa de Llano y Alvarez oriunda de Portugalete ambos lugares en el Señorio de Vizcaya, estudió en la escuela nautica de Santander. Llegó a la ciudad de México en 1810 (en el tiempo que se dio el grito de inicio en la Independencia de México, 16 de septiembre de 1810), con su tío Don Antonio de Llano y Alvarez, después capitán del batallón de Leales de Fernando Séptimo y dueño de las grandes haciendas de Chapulimita y Casa Blanca en las inmediaciones de Ahualulco, los que pasaron a residir a Guadalajara. De allí paso a Tepic en donde hizo regular fortuna en el negocio marítimo antes de casarse con Gabriela de Lazcano y Sagáz de Cañizares, hija de vasco y tepiqueña en 1824, tuvieron dos hijos: José María y Juan José de Castaños Lazcano,  como agente viajero sirvio a la casa Barrón-Forbes, constituida por el cónsul  Ingles Eustaquio Barrón (1790-1859) y él cónsul estadounidense Guillermo Forbes Sempill (1790-1884) grandes comerciantes en el corredor San Blas-Tepic-Guadalajara, a quien presto sus servicios en calidad de capitan de barcos, su negocio siguió en ascenso hasta tener barcos propios que hacían ruta desde San Blas, hacia los puertos de Mazatlán, San Francisco California y hacia el Oriente, Macao principalmente dentro del imperio de la China. Fue el primero que introdujo el peso mexicano en Asia. Nombrado Cónsul de los Estados Unidos y de España.

En 1839 junto con Vicente Garcia Granado, fundaron una casa comercial, en el puerto de Mazatlán, entre estos años se le da el mando de la aduana de San Blas.

En 1840 observó un terreno que se encuentra en el área de la cofradía de animas benditas de la parroquia de Tepic, hace solicitud para comprarlo, cuyos principales socios son él (con dos terceras partes del capital) e Ignacio Fletes (Jaliciense, con la tercera parte)), tomando en cuenta que este espacio es un poligono que tiene como límites naturales, el arroyo de minitas (troncón cuero de vaca), cumbre del mirador (hoy cerro del vigia), ixtete, río de Tepic, calderas del rancho de Don Antonio de la Paz, Mojoneras puestas por la hacienda de Puga (del que fue dueño), loma del sapo y cerrando nuevamente con el arroyo de minitas, para esto su hijo José María de Castaños Lazcano, estudió en Bélgica, en los tiempos de la revolución industrial textil y haciendas en europa, conoció una factoría en la comunidad de Gante, una réplica exacta, llamada “BELLEVUE”, admirado por la singularidad y belleza de la fábrica, su padre y él, trajo consigo al ingeniero Juan Bregeman con planos, máquinaria, cantera con techos desarmables, herreros, ladrilleros y tecnicos del viejo continente, desenbarcando en el puerto de San Blas y aprovechando la corriente del río Mololoa para llegar a este punto.

En 1841, Don José María de Castaños y Llano, adquiere el terreno llamado la “Jordana”, con él Obispo de Guadalajara, Monseñor Diego de Aranda y Carpinteiro, a su vez conmemorando su cumpleaños número 45, nace así el 11 de septiembre de este año, “La Fábrica Textil de Bellavista”, así como tiendas de raya y docenas de casas de uniforme fisonomia de adobe, con techo de teja y de dos aguas, que fueron destinados para los obreros, en un lugar conocido como “La Cuadra”.

En 1843 le envió sus técnicos a Don José Palomar, después Gobernador de Jalisco, al que Tepic pertenecía como séptimo cantón, tambien se asocio Don José con el español Don Francisco Martinez Negrete, para la construcción de la fábrica textil en Atemajac llamada La Prosperidad (tambien en Guadalajara se fundo la fábrica la Escoba en 1841), así como la fábrica de Papel El Batan y en La Experiencia propiedad de los señores Manuel Olasagarre, Sotero Prieto y Compañía, posteriormente en 1866 se fundó la fábrica de Río Blanco ubicada primero en el Salto y años despues trasladada a Zapopan Jalisco, Don José María de Castaño y Llano construyo una soberbia mansión, hoy declarado monumento histórico en la ciudad de Tepic, en las calles de Avenida México e Hidalgo, casa que ocupara después la poderosa Casa Aguirre, constituida por los vascos-españoles Juan Antonio y Domingo Aguirre, su sucesora. Allí murió el 20 de mayo de 1846, dejando su capital seriamente comprometido. A su muerte siguió la lucha entre la casa Castaños (los changos) y la Casa Barrón y Forbes (los macuaces) para obtener el predominio de la región, aliándoce la segunda con el temible forajido Manuel Lozada “El Tigre de Alica”, viéndose precisados los Castaños, a salir de Tepic para ir a radicar en Guadalajara.        

Francisca Quintero y sus hijas, María y Lupe García



La Casa  Aguirre (El segundo dueño de la fábrica desde 1857) a la muerte de don Santiago Stephens quien fuera un Ingeniero Mecánico inglés con ideas liberales, aconsejaba a los obreros y los informaba de acontecimientos mundiales, hasta los llegó a defender del señor Faustino Somellera que era el administrador de la Casa Aguirre, contrataba a Arturo Acroyd, un inglés que había estado muchos años en Brasil mandando esclavos; este hombre apoyado por Faustino Somellera, jefe supremo de la poderosa Casa Aguirre y además el mayor verdugo de su tiempo, quien frecuentemente se teñía las manos con sangre de los trabajadores, implantaron un régimen de terror y esclavitud, imponiendo la jornada de 14 a 16 horas de trabajo diarias. Se entraba al trabajo a las cinco de la mañana y se tenía que abandonarlo a las 12 de la noche, dándole a los trabajadores  únicamente 5 minutos para tomar sus alimentos dentro de la fábrica, pues al trabajador que se pasara de ese pequeño tiempo lo paraban a patadas y a bofetadas y si se enfurecía el amo lo mandaba a la cárcel. 



Obreros colgados  en el “Fresno”
Don Arturo, (trataba a los trabajadores de aquí como a los esclavos de Brasil) se daba el lujo de azotar a los infelices trabajadores; y naturalmente ese trato fue generando el espíritu de rebeldía. En 1894, los obreros de la preparación encabezados por Francisca y Maclovia Quintero, Victoriana Arroyo y Adelaida y Mariana Castañeda, hicieron un paro que no dio los resultados que se querían. En 1896 hubo otro movimiento con resultados poco ventajosos. Los años siguieron pasando y los tratos a los obreros no cedían, sin embargo ya a inicios del año 1900 los hermanos Flores Magón, especialmente en Ricardo, (pionero de la Revolución Mexicana) influyó determinadamente en los obreros de México con sus discursos políticos así como con sus artículos periodísticos que aparecían en periódicos independientes como, “Regeneración”.

Estas ideas, junto con la acumulación de año de injusticias y maltrato a los obreros impulsaron  a los hermanos Elías (Enrique y Pedro) a realizar la histórica huelga.

 La movilización obrera en Bellavista fue antes que Cananea, Sonora en 1906 y Río Blanco, Veracruz en 1907, siendo la Primera en el país.

Enrique y Pedro Elías Salazar, convertidos en líderes naturales de los obreros textiles, con las experiencias de 1894 (con las hermanas Quintero) y en 1896 que vivieron siendo muy jóvenes y animados por los ideales liberales sociales de los Flores Magón, preparaban muy cuidadosamente todos los detalles de la protesta pública ante el gobierno establecido en el territorio.

Al amanecer de un día “normal” de trabajo, 4:30 de la mañana del día Lunes 20 de Marzo de 1905, el viejo silbato de la factoría estaría convocando al trabajo como habitualmente lo venía haciendo desde hace más de sesenta y cuatro años (desde 1841) sin interrupción; pero esta vez los obreros respondían al llamado solo para organizarse frente a la fábrica antes de llegar al viejo portón, para momentos después emprender la marcha hacia la capital, Tepic.

  
Hombres y mujeres iban pasando lista de presentes, optimistamente con la estimulante frescura de a esas horas de la mañana proporcionaban los frondosos fresnos. Nadie, ni uno solo hombre dio un paso más allá de la puerta de entrada de la fábrica. Directores y mayordomos iban y venían desesperados rumiando su coraje y desesperación ante la actitud de los obreros, iban y venían con las manos echadas hacia atrás, tramando quizá la dulce venganza, los obreros entre tanto, todos junto con familiares y correligionarios de otros centros de trabajo cercanos, sumando más de quinientas personas en total inician la caminata a pie por el viejo camino de terracería.

Cerca de las 9 de la mañana llegaban a Tepic en el mayor orden que nos podemos imaginar. Estaban en las goteras de la población con algunas leyendas desafiantes contra el poder constituido.



En las primeras calles los encontró el ejercito que listo estaba a apretar el gatillo de sus empolvadas armas para disolver cuanto antes la manifestación, caso que los trabajadores se negara a hacerlo voluntariamente, según lo advirtieron los oficiales a los líderes que encabezaban la muchedumbre. Y por más que Enrique y Pedro Elías trataron de explicar el objeto pacífico de la protesta, solicitando de ella permiso para continuar hasta la casa de gobierno para poder presentar su queja y pliego petitorio, el pretoriano que comandaba el cuerpo de militares una y otra vez con voz enérgica, casi gritando les exige, les ordena que se retiren o se verá en la necesidad de abrir fuego.
— ¡Retírense, es preferible! ¡Tenemos órdenes de disparar a la primera manifestación de violencia o de que se nieguen a retirarse!
— Pero Señor Oficial, permítanos. Aseguramos a usted orden y disciplina en nuestros movimientos hasta la casa de gobierno, decía Enrique G. Elías.
— ¡Ni un paso más, he dicho! ¡Preparen! ¡Apunten!... Se escuchó la ronca voz del oficial.

A lo que los líderes para evitar que la sangre corriera, tanto la suya como la de sus hermanos, prefirieron regresar en la misma forma que llegaron. Solo que no pudieron impedir que muchos de los trabajadores se dispersaran perdiéndose en  los montes cercanos por temor a que el ejército les diera alcance y pudiera masacrarlos.


Inútilmente esperaron un día después la respuesta del jefe político General Mariano Ruiz, razón por la que se vieron obligados a reanudar labores en el centro de trabajo.

“ En 1905, ya se verificó una huelga en toda forma, en donde los obreros ni hicieron caso de las amenazas de don Faustino Somellera, que pretendía impedir el movimiento; desgraciadamente nuestra huelga fracasó, por falta de apoyo a las autoridades; indiferencia del comercio y cobardía de la prensa local; todas las clases sociales tuvieron miedo, negándose a impartirnos la más insignificantes ayuda moral; para amedrentarnos, el gobierno desplegó gran aparato de fuerzas el jefe de esas gentes nos manifestó que tenía órdenes terminantemente de la Superioridad, para disolver a balazos grupos de dos personas”… Menciona Enrique G. Elías Salazar. 

LOS RESULTADOS

Don Faustino, se manifestó implacable ordenando que se desterrara  del lugar con todo y su familia a los integrantes que no volvieran a sus labores en el tiempo fijado. Con estas contrariadas condiciones, no quedó otro camino que romper este bello movimiento, el primero verificado en la República, no obstante el terror imperante y las nulas garantías que tenía el elemento trabajador, los obreros de Bellavista, a pesar de encontrarse completamente aislados, por no tener comunicación con sus hermanos de clase, siempre mantuvieron latente el espíritu de lucha.


Los periódicos de esa época imprimían en sus titulares (la mayoría de manera clandestina) los magníficos hechos de Bellavista, esta gesta libertaria influida por Ricardo Flores Magón y los Clubes Liberales nacientes y lideradas por los Hermanos Enrique Gregorio y Pedro Exiquio Elías Salazar, hazaña que detonó e influyó socialmente en otras fábricas como con las Huelgas de Cananea y Río Blanco (con resultados violentos) que ha de anunciar la más grande convulsión que ha tenido lugar en México en el pasado siglo: la Revolución Mexicana.

La Huelga de 1905 fue preludio de esa movimiento que inicia Francisco I. Madero con las armas en la mano, como único recurso para forzar al dictador Porfirio Díaz que abandone el poder y seguir luchando en la búsqueda constante de un país cuyo marco general sea la justicia y la redención de la clase trabajadora: obreros y campesinos fundamentalmente, mediante una justa distribución de la riqueza.


Enrique G. Elías, continuó con ese liderazgo nato para encausarse en la política, siendo el organizador del Primer Sindicato  Rojo de Trabajadores Textiles el 7 de mayo de 1916; primer sindicato de obreros y obreras de Bellavista, y fundando la casa del Obrero Mundial en Tepic, tuvo participación para que se diera la orden constitucional del nombre de Estado Libre y Soberano de Nayarit dejando a tras al de Séptimo Cantón de Jalisco, así mismo participando en propuestas en las cuales se lograron la reducción de horas de trabajo de 12 a 8 diarias, posteriormente fue candidato a la gubernatura del estado en donde triunfó José Santos Godínez.

    El comité directivo del primer sindicato (fundado un 7 de mayo de 1916) quedó como sigue:

Secretario General: Enrique G. Elías Salazar.
Secretario del Exterior: Pedro E. Elías Salazar.
Secretario del Interior: Ireneo Fuentes.
Tesorero: Silverio Cárdenas.
Subtesorero: Ramón Llamas.

Siguieron este movimiento: Micaela Ríos, Victoriana y Daniel Arroyo, Adelaida y Mariana Castañeda, Maclovía, Trinidad y Francisca Quintero, Julián Lara, Eusebio Torres Huerta, Ricardo Sandoval Vera, Posteriormente: Alberto Arroyo, José Stéphens, José Luis Vallejo, Everardo Cruz García, Clemente Soria; Juan Arana, Modesto Meza, Manuela Galicia, Ezequiel Padilla, Doña Sebastiana,  etc.

  
No cabe duda que la Huelga de Bellavista del 20 de Marzo de 1905, tuvo una gran influencia, directa o indirectamente en la sociedad obrera y política del México de principios de siglo XX.

Se hace la petición a la  SEP, otorgue este reconocimiento imprimiendo estos hechos verídicos en libros de texto gratuito a nivel primaria y secundaria, para el enriquecimiento cultural de nuestras nuevas generaciones, de lo que fue la primera Huelga pacifica obrera textil en México, un  20 de Marzo de 1905, en la EX FACTORIA DE HILADOS Y TEJIDOS EN BELLAVISTA, NAYARIT., a la vez se realice Una película por parte de la SECRETARIA DE CULTURA, para su difusión, en el país.


ATENTAMENTE.
LCP. SAÚL ARMANDO LLAMAS LÓPEZ.
Calle: José María Marroquí Núm. 3144
Col. Jardines de la Paz Norte.,    C.P. 44860
Guadalajara, Jalisco.
CEL.-3321-998408







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