miércoles, 24 de marzo de 2021

"Arte, asignatura pendiente"

 



JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



"Arte, asignatura pendiente"

 Desde hace tiempo quería escribir del tema que hoy les comento, se fue postergando por razones involuntarias, por eso es que lo consideré una asignatura pendiente, qué raro resulta en nuestra entidad tratándose del arte. (Nótese el sarcasmo).

 No hace mucho apareció en medios periodísticos nacionales una noticia que se hizo viral en las redes sociales, creo que fue a principios de febrero y se trata de una larga escalera olvidada que une a las colonias el Rodeo y América Manríquez en el poniente de Tepic que se convirtió en una verdadera obra de arte. Fue gracias a las redes sociales que se puso en la órbita de la noticia a esa desconocida obra de arte realizada por los artistas plásticos nayaritas Yessi Carrillo, Javier Carrillo, Eduardo Carrillo y José Manuel Elizondo Ramírez. Hacía mucho que no veía que una noticia nayarita (que no fuera de violencia o corrupción) estuviera en varios medios de comunicación nacionales. Se unió la prensa local en la difusión de ese proyecto artístico emergente que tiene varias connotaciones, mucho simbolismo, diversos significados y espero muchos efectos positivos en el ánimo de la sociedad.

 Más allá del hermoso colorido, del deleite visual que provoca la imponente obra de arte, está lo sugestiva que resultó la forma de llevarse a cabo. Sin temor a exagerar podría decir que en su realización se conjuntaron de forma misteriosa la casualidad, la espontaneidad, la generosidad, el espíritu de colaboración y, por supuesto, la magia de los pinceles, la imaginación y el esfuerzo desinteresado.

 Muchos de los nayaritas ni siquiera conocíamos esas escaleras pero, por las fotografías y el decir de muchos vecinos, de verdad eran un buen ejemplo del abandono. Fue una fotografía de mi amigo periodista gráfico y excelente fotógrafo profesional, Juan Francisco Ávila Varela, la que prendió la chispa. Su comentario a pie de foto que, en tono de anhelo o buen deseo, sugería o suplicaba por el rescate del sitio olvidado tuvo respuesta inmediata por parte de los mencionados artistas locales que hicieron equipo con algunos activistas sociales como el colectivo “Escuadrón Mochila” representado por Sergio Barba y el grupo “WolBars” a través de su líder Israel Yáñez Ruelas, Brenda Tovar Castillo, activista social y promotora cultural, además de algunas personas más que se integraron al proyecto y dieron el grito de “Luces, cámara y acción”. Se inició con la limpieza profunda (sonó a comercial de detergente) del lugar que parecía abandonado por largo tiempo, se limpió todo el sitio, se levantó y se puso la basura en su lugar, se prepararon los materiales y se dio inicio a esa luminosa aventura.

 La obra es monumental en todos los sentidos. Por su gran belleza y colorido, porque representa la cosmovisión de nuestros pueblos originarios y en lo material porque, además de los dos murales (dos bardas) está la inmensa escalinata conformada por doscientos cuarenta y dos (242) escalones que se dicen fácil, pero no lo son tanto si se trata de caminarlos y mucho menos de pintarlos. Fue un trabajo arduo, muy pesado, que se forjó con el cansancio y el empeño, con el sacrificio y el altruismo dado que no hubo retribución económica por su labor, los artistas únicamente fueron retribuidos por el apoyo y simpatía de los vecinos de la zona que se acercaron con calidez para ofrecer agua, fruta y otros refrigerios, pero sobre todo empatía y agradecimiento.

 El resultado es el reflejo nítido de la transformación. Nos deja un profundo sentimiento que explica con absoluta claridad “el querer ser y el poder hacer”. Es el paradigma del sentimiento ciudadano, del espíritu colectivo, la representación del poder social, la iniciativa común. No sólo quedó de manifiesto el poder avasallador del arte como motor de la sociedad sino que se deja en claro algo que siempre se ha sabido: “la unión hace la fuerza”. Este monumento viviente a la transformación no es producto de algún programa institucional de arte y cultura. Muchos de los funcionarios de esos institutos y consejos apenas se están enterando que existe un nuevo y bello ejemplo de la calidad artística que existe entre nosotros. Fue la iniciativa de personas que están atentos y dispuestos a colaborar, ciudadanos que aportan su talento, la gestión para lograr patrocinios y la fuerza de su trabajo en favor de sus comunidades.

 Esta colosal obra de arte fue y seguirá siendo un ejemplo fehaciente de como rescatar los espacios públicos olvidados por las autoridades y a veces por los propios vecinos. Es una manera inequívoca de demostrar que es posible poner el ejemplo a muchas comunidades, colonias y espacios de la ciudad, inclusive a las propias autoridades para que descubran los increíbles efectos positivos que se generan a través de estas acciones. Basta con ver cómo han cobrado nueva vida las dos colonias intervenidas, por el arte han florecido. En lo social se han visto visitadas a diario por ciudadanos de la capital y de otros municipios, mientras muchos vecinos han iniciado pequeños negocios familiares para apoyar sus debilitadas economías por la pandemia. Se incrementó el número de personas que van a hacer ejercicio recorriendo (y admirando) la bella escalinata y los murales. Se habla incluso de que el “Turibús” incluirá ese lugar en sus rutas turísticas, esperemos que así sea.


 El ejemplo cunde y motiva las actitudes. De inmediato los artistas y los colectivos fueron invitados a intervenir otros espacios. Se embelleció la plaza pública de Pantanal, municipio de Xalisco con resultados espectaculares. Actualmente están aportando su trabajo artístico en la colonia Zitakua, lugar emblemático de residencia de pueblos originarios, seguramente será un trabajo muy difícil ya que, entre otros elementos, cuenta con una escalinata de sesenta y siete escalones (67) el doble de grandes que las del Rodeo, además que son de piedra rústica y porosa, condición que los hace más difíciles de pintar.

 En fin, era para mí una asignatura pendiente reseñar esta halagüeña noticia del arte que toca el corazón de los ciudadanos que seguramente responderán a esta iniciativa de “Nayarit de Colores” (Nombre que adoptó el grupo de emprendedores sociales), tanto con aportaciones económicas para materiales y gastos de operación, como para reconocer como se debe a los artistas y activistas. De las autoridades, no estoy tan seguro de decir lo mismo (que respondan desinteresadamente) pero esa es otra historia (dijera la Nana Goya).

 Por eso quise escribir este texto, como una especie de homenaje a esa labor, porque si no hay retribución económica al menos acariciar el alma de los artistas con calidez, respeto y cariño. Ojalá sean reconocidos por las organizaciones a las que pertenecen. Aprovecho para felicitar de manera especial a mi hijo José Manuel Jr. por ser el artista plástico que pintó la famosa y espectacular escalinata.

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.

3 comentarios:

  1. Muchas Gracias Papá, en verdad que si fue una labor titánica y que ha sido un parte aguas en mi corta pero ya muy nutrida carrerra artística, me siento feliz y comprometido con los nuevos proyectos que se van dando, te abrazo con amor papá...!!!

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    1. No te detengas, hijo. Esos logros deberán ser alimento puro para tu ánimo. Seguirás viendo que las cosas no son fáciles, pero no habrá desafío más grande que tu espíritu. El arte es pasión y tú la tienes. Tu talento y el tiempo forman un pócima mágica que te embriagrá de ilusión. Se prudente pero animoso. Abrazo plenamente correspondido.

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  2. Muchas Gracias Papá, en verdad que si fue una labor titánica y que ha sido un parte aguas en mi corta pero ya muy nutrida carrerra artística, me siento feliz y comprometido con los nuevos proyectos que se van dando, te abrazo con amor papá...!!!

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