lunes, 22 de marzo de 2021

Psicología en directo: Los sueños… ¿sueños son?

SAÚL ARMANDO LLAMAS LÓPEZ / Periodismo Nayarita

 

Guadalajara, Jal.-  Comprender nuestros sueños resulta difícil, aunque es innegable el gran interés que “despiertan”, pues a ciencia cierta todavía no hemos podido dominar esta actividad del cerebro. Conocemos como sueños las manifestaciones mentales que aparecen mientras dormimos, aunque el término correcto para estas es “ensueño”. En ese momento, nuestro cerebro es capaz de recrear situaciones que  anteriormente ha vivenciado, basándose en nuestros órganos de los sentidos, por lo que así podemos experimentar sabores, escuchar canciones, observar bellos paisajes, disfrutar de exquisitos aromas o abrazar a seres queridos, siendo una de las mayores expresiones del poder de nuestro cerebro, al recrear las funciones de los sentidos.

 

El soñar es un proceso mental involuntario dirigido por nuestro inconsciente, dándole utilización a recuerdos, aunque sin una lógica directa. Todo proceso de sueño tiene una dramaturgia, cuenta con personajes y existe una comunicación Donde, por lo general, el durmiente no es “consciente” de su estado, asumiendo la historia como real. Controlar este plano del cerebro resulta complejo, y el dominio del inconsciente se manifiesta en un ejercicio sencillo que podemos realizar todos; mientras soñamos, en ocasiones, nuestro consciente puede tomar el control e indicarnos que no es más que una realidad alternativa, pero esta acción por lo general termina con el sueño en cuestión y despertamos, como si el cerebro se negara a ceder ese espacio a nuestro consciente.

 

Terapéuticamente existe un método de control del ensueño: el sueño lúcido, donde se aprende a controlar pesadillas recurrentes, siendo notable su resultado en pacientes con estrés postraumático y víctimas de violaciones. Al igual que nuestra personalidad es única e irrepetible, cada persona en el mundo sueña de forma particular, e incluso es muy importante la sociedad a la que pertenecemos. Este acto psico-fisiológico depende para su realización de nuestras acciones mientras estamos despiertos, pues todas las personas que aparecen en los sueños, las hemos visto por lo menos una vez en la vida, aunque su contacto con nosotros fuera irrelevante o desapercibido. El cerebro almacena mucha información a la cual no le prestamos atención, pues no es trascendente, pero igual está ahí, pasando a formar parte del “elenco”  de nuestro inconsciente.

 

El llamado padre de la psicología, Freud, publica en 1900 su famoso libro La interpretación de los sueños, el cual fue muy influyente en su época. En la práctica, Freud desarrolló como una de sus principales técnicas precisamente la interpretación de los sueños mediante asociaciones libres, o sea, mientras los pacientes le contaban sus sueños, les pedía que relacionaran las situaciones oníricas con lo primero que les venía a su mente, y así concatenaba una larga serie de elementos hasta aflorar al consciente la pena que los agobiaba, porque el lenguaje de los sueños no es directo. El mundo onírico está dominado por las emociones, no por la razón, aunque depende directamente de quiénes somos o cómo pensamos. Las personas con una vida equilibrada, de buenos sentimientos, sinceras con ellas mismas y con quienes las rodean, generalmente experimentan ensueños agradables, reparadores. Llevar una vida saludable de alma y cuerpo es necesario hasta para cuando dormimos…

 

Piénsenlo, piénsalo.

 

Marlon Frank Espinosa Requesens (psicólogo)

 

La Teoría de Sigmund Freud sobre la interpretación de los sueños

 

Sigmund Freud, el hombre que dió significado a los sueños

 

Sigmund Freud fue sin duda uno de las personas más influyentes dentro del desarrollo del pensamiento durante el siglo XX. Su teoría que nuestras mentes guardan recuerdos y emociones en nuestro subconsciente transformó la forma en la que los humanos estudiaban la mente humana.

 

Freud decía que a lo largo de la historia, hubo tres grandes humillaciones. El descubrimiento de Galileo que no somos el centro del Universo; el descubrimiento de Darwin que no somos la corona de la creación; y su propio descubrimiento que no controlamos nuestra propia mente.

 

La tendencia de terapias que utilizan la existencia de dificultades en la infancia o emociones reprimidas para explicar problemas emocionales actuales empieza con Freud.

 

Uno de los descubrimientos más importantes de Freud es que las emociones enterradas en la superficie subconsciente suben a la superficie consciente durante los sueños, y que recordar fragmentos de los sueños pueden ayudar a destapar las emociones y los recuerdos enterrados.

 

A lo largo de su obra más conocida, La Interpretación de los Sueños, Freud utiliza sus propios sueños como ejemplos para demostrar su teoría sobre la psicología de los sueños. Freud distingue entre el contenido del sueño "manifiesto" o el sueño experimentado al nivel de la superficie, y los "pensamientos de sueño latentes", no conscientes que se expresan a través del lenguaje especial de los sueños.

 

Freud mantiene que todos los sueños representan la realización de un deseo por parte del soñador, incluso los sueños tipo pesadilla. Hay sueños negativos de deseos, donde lo que aparece es el incumplimiento de un deseo. Para esto se dan varias explicaciones, entre las cuales está la satisfacción de una tendencia masoquista. No obstante sigue en pie la conclusión general de Freud: los sueños son realizaciones disfrazadas de deseos reprimidos. Según su teoría, la "censura" de los sueños producen una distorsión de su contenido. Así que lo que puede parecer ser un conjunto de imágenes soñados sin sentido puede, a través del Análisis y del método "descifrador", ser demostrado ser un conjunto de ideas coherentes. Freud propone que al valor del análisis de los sueños se radica en la revelación de la actividad subconsciente de la mente.

 

La teoría de interpretación de los sueños de Freud representa las primeras teorías de este con relación a la naturaleza de la psicología de sueños inconscientes, la importancia de las experiencias de la infancia, el lenguaje "hieroglífico" de los sueños y el método que él llama "psicoanálisis"

 

Todo sueño es interpretable

 

Freud considera que todo sueño es interpretable, es decir, puede encontrarse su sentido. La labor de interpretar no recae sobre todo el sueño en su conjunto sino sobre sus partes componentes basándose en una especie de libro de los sueños, donde cada cosa soñada significa tal otra cosa en forma rígida, sin considerar la peculiaridad de cada sujeto. Primero se descompone el relato en partes, y recién al final surge la interpretación final o global, en la cual se nos revela el sueño como una realización de deseos.

 

El sueño no es meramente actividad somática: es un acabado fenómeno psíquico de realización de deseos, y por tanto debe ser incluido en el conjunto de los actos comprensibles (no incomprensibles) de nuestra vida despierta, constituyendo el resultado de una actividad intelectual altamente complicada.

 

El deseo aparece disfrazado en el aspecto manifiesto del sueño, en lo efectivamente soñado, proceso denominado 'deformación onírica'. Freud se pregunta porqué tiene que haber una deformación, ya que podría haber ocurrido que el sueño expresara el deseo en forma directa, sin deformación. Esta deformación es intencional y se debe a la censura que el sujeto ejerce contra la libre expresión de deseos, por encontrarlos censurables por algún motivo.

 

Psicología en directo: Las tres fuerzas de la psicología

 

Hoy les quiero comentar sobre tres sistemas psicológicos de fuerte influencia en el desarrollo de los estudios de nuestra subjetividad.

 

En 1896, el médico austriaco (en la actualidad habría sido checo) Sigmund Freud dejó atónitos a muchos al proponer una teoría con sus respectivos métodos de Trabajo y tratamientos para el estudio del inconsciente, ganándose el apelativo de “el padre de la psicología”.

 

Por su formación clínica, Freud llamaba pacientes a las personas que atendía; y a diferencia de lo que popularmente se cree, no era entusiasta de la hipnosis, utilizando tres métodos de exploración principales: el análisis de los sueños, las asociaciones libres y los actos fallidos. El psicoanálisis clásico aportó una estructura de personalidad basada en tres niveles: el Ello, el Yo y el Superyó, sin dudas la más influyente. Relacionó la energía psicológica con nuestros deseos sexuales, dando pie a sus famosos complejos, el de Edipo y Electra.

 

Para muchos, el psicoanálisis era como leer ciencia ficción, siendo muy difícil de comprobar en la práctica. Uno de sus casos más escandalosos fue el relacionado con un supuesto hombre lobo (el señor sufría una enfermedad mental). El psicoanálisis trató de controlar una serie de aspectos de nuestro inconsciente que ya de por sí suponía ambigüedad, relacionándose directamente con el sexo, la frustración, la vida y la necesidad de morir.

 

En los inicios del siglo XX y en contraposición al psicoanálisis, John Broadus Watson nos propone estudiar la psicología, desde lo observable y medible: nuestro comportamiento.

 

El Conductismo, que se refería a las personas como sujetos, se apoya en el entorno sociocultural y en cómo este afecta nuestro desarrollo, entiéndase que los conductistas de la época se jactaban  diciendo: «denme un niño y lo convertiré en lo que yo desee». Si bien se le daba importancia a la educación, lo cual constituía su parte buena, en los inicios, propusieron terapias que iban en detrimento de la ética científica.

 

Propuestas como la «frazada eléctrica», dirigida a combatir la enuresis, o su terapia de aversión al sexo, centrada en suprimir conductas homosexuales… constituyeron verdaderas torturas.

 

El Conductismo, en principio, se apoya en la capacidad de responder ante distintos tipos de estímulos, lo cual podemos guiar de forma positiva mediante un reforzamiento (premio) de las buenas conductas; entonces esta visión psicológica es muy actual, pues nuestra vida está estructurada sobre infinidad de estímulos que condicionan respuestas, a la vez que en la dirección correcta nos hace crecer individualmente.

 

Por último, hablar de la Escuela Humanista, de raíz estadounidense al igual que la anterior, se da a conocer en las figuras de Carl Rogers y Abraham Maslow; esta se enfocó en brindar herramientas al “cliente”, pues el potencial de autorrealización está presente en todos, así, entonces el terapeuta es solo un mediador en el camino a la “curación”; la idea resulta atrayente y brinda un papel protagónico a la persona, algo que no se manifiesta en las propuestas anteriores. El propio Maslow propone en su famosa “Pirámide” una serie de necesidades a cumplir para lograr nuestra “Autorrealización”.

 

La grandeza de estas escuelas clásicas radica en que fueron capaces de poner a la psicología en el contexto científico y, si bien no tenían la verdad absoluta, tampoco estaban equivocadas del todo, pues la unión de ellas dio paso a la psicología moderna, tan necesaria para mantener nuestra salud. Piénsenlo, piénsalo.

 

Marlon Frank Espinosa Requesens (psicólogo).

 

En la Comunidad Terapéutica Guerreros De La Luz A.C., he comprendido la psicología directa de mis sueños, por lo que agradezco al Psicólogo Magdaleno (MALÉ), por su apoyo terapéutico para conocer más este tema interesante, de igual forma agradezco a la Directora de esta Institución, la  L.C.P. ANA OLIVIA LARES, sus finas gentilezas hacia mi persona.

1 comentario:

  1. Saul Armando Llamas Lopez22 de marzo de 2021, 15:43

    Agradezco a todo el personal de PERIODISMO NAYARITA, por su profesionalismo y labor ante la Sociedad del Occidente de Nuestro
    Pais.

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