SAÙL ARMANDO LLAMAS LÒPEZ
El término genérico de “sesgo cognitivo”
designa los errores de pensamiento y percepción que tienen lugar de manera
sistemática y que influyen en las decisiones de los seres
humanos. Cada vez que percibimos, pensamos, juzgamos o recordamos algo, nuestra
mente se ve influida por presuposiciones inconscientes. La influencia de los
sesgos cognitivos aumenta cuando tenemos que actuar rápidamente, recibimos
demasiada información a la vez o no entendemos bien su significado. Los
recuerdos son especialmente susceptibles a los sesgos, porque su almacenamiento
y recuperación son dinámicos: cada vez que los recuperamos, se almacenan de
forma diferente en la memoria.
Definición.
Sesgo
cognitivo: término que designa los errores sistemáticos de percepción, memoria,
pensamiento y juicio que las personas cometen de forma habitual, generalmente
sin ser conscientes de ello.
Cada vez que elegimos un producto y, por lo
tanto, damos preferencia a una marca determinada sobre la competencia, somos
víctimas de, al menos, un sesgo cognitivo. Por lo general, las personas
queremos actuar de forma racional, pero estos efectos inconscientes
siempre determinan nuestras decisiones. Algo que, de por sí, no
es malo.
Sesgos
cognitivos: en qué consisten y algunos ejemplos.
El
inconveniente con los sesgos cognitivos surge cuando repetimos conductas
disfuncionales y somos incapaces de detectarlos. Esto se asocia, a veces, a
enfermedades como la depresión.
Hay tantas
miradas sobre un tema o una situación como personas en el mundo. Los sesgos cognitivos son un
recorte de la realidad que puede ayudarnos a tomar
decisiones con rapidez o que nos lleva a empañar la percepción.
Algunos
recortes son funcionales y adaptativos, mientras que otros resultan negativos y
disfuncionales, afectando las emociones, los pensamientos y las conductas.
Vamos a ver en este artículo algunos ejemplos para clarificar el tema. No te lo
pierdas y sigue leyendo.
¿Qué son los sesgos cognitivos?
Los sesgos
cognitivos son errores
sistemáticos en la interpretación y procesamiento de la información.
Este concepto fue
planteado por los psicólogos Kahneman y Tversky en 1972.
Su hipótesis
de trabajo era que, bajo determinadas circunstancias, las personas no toman
decisiones respondiendo a la lógica o a
través de un análisis racional, sino que se basan en atajos heurísticos que les
permiten dar respuestas más inmediatas.
Esta idea
le valió a Kahneman el Premio Nobel de Economía en 2002, debido a que logró relacionar e integrar
aspectos de la psicología con la economía, justamente al
explicar el comportamiento y el juicio humano en situaciones de incertidumbre. Las
investigaciones de Tversky y Kahneman llevaron al desarrollo de la teoría de las perspectivas como una propuesta más realista en comparación con
la teoría de la elección racional.
Influencia de los sesgos sobre la
percepción de la realidad.
Sin
embargo, aunque se trate de un error, no todo es negativo al hablar de los sesgos cognitivos. También
aportan economía del pensamiento, es decir, nos permiten atajos que se vuelven
muy prácticos para la toma de decisiones.
En este
aspecto, nos ahorran tiempo y energía, ya que resultaría un agobio revisar y
tener que cuestionarse todo. En cierto punto, determinados sesgos cognitivos
facilitan el bienestar humano. Asimismo, es importante considerar que desde la
teoría cognitiva se hace especial énfasis en los sesgos y en cómo surgen o se
presentan determinados cuadros clínicos. Por ejemplo, cuando el pensamiento
adquiere matices negativos y pesimistas, categóricos y personalistas, es
posible que estemos ante la presencia de un cuadro depresivo. El inconveniente con los sesgos
cognitivos sucede cuando nos llevan a tener conductas disfuncionales o que impactan en el
bienestar. Si no conseguimos flexibilizar el pensamiento y reconocer que puede
haber múltiples visiones o interpretaciones frente a una misma situación, es
posible que aparezcan negatividades o frustraciones. La toma de decisiones
cotidianas se vale de los sesgos cognitivos para ahorrar tiempo y energía.
Tipos de sesgos cognitivos.
Al
tratarse de distorsiones en la forma que vemos o interpretamos determinadas
situaciones, los sesgos cognitivos tienen
impacto en nuestra vida diaria. Entre los más conocidos se
encuentran los siguientes.
Abstracción
selectiva
También se
la conoce como visión
de túnel. Consiste en reparar
en un detalle o tomar un solo aspecto y evaluar una
situación únicamente a partir de él. El resto de la información del contexto
pierde relevancia.
Sesgo de
confirmación
Parecido
al anterior, este sesgo lleva
a considerar y seleccionar la información que favorece lo que ya pensamos,
que lo fortalece. Por ejemplo, cuando buscamos apoyar un tema sobre el que
creemos y analizamos información que lo confirma.
Inferencia
arbitraria
También se extrae un detalle o un aspecto y, a partir de él se elabora una conclusión, aún
cuando se carezca de evidencia o cuando la evidencia sea contraria.
Dramatización
También se
lo conoce como visión
catastrófica y consiste en aplicar a uno mismo esta visión
negativa y pesimista sobre situaciones o intereses
personales.
Optimismo
comparativo
En el
extremo opuesto nos encontramos con un sesgo cognitivo que lleva a que las personas piensen que les
sucederán determinados eventos positivos y que son menos
propensos a sufrir eventos adversos en comparación que el promedio. Es decir,
el sesgo lleva a que se sientan más afortunados.
Falacia de
control
Es una
visión extrema sobre el control, ya sea que la persona cree que es muy
competente y que tiene el control de todas las
situaciones, o por el contrario, que no tiene ningún tipo de injerencia.
Falacia de
justicia
Supone la
tendencia a creer
como injustas todas aquellas situaciones que se presentan y
que no coinciden con nuestros deseos.
Efecto
Dunning-Kruger
Se refiere
a aquel sesgo que lleva a que una persona con menor conocimiento o
habilidades crea
que está mejor preparada o es más inteligente o capaz que otras .
También se da el caso contrario; quienes sí son competentes creen que no lo
son.
Generalización
excesiva
Este sesgo
parte de considerar
uno o algunos aspectos de una situación y luego aplicar
esa conclusión a todas las situaciones, relacionadas o no con el tema original.
Aversión a la perdida
Este sesgo
está regido por la idea de no perder, aunque ello no signifique ganar. Suele ser el disparador de la debilidad
ante las ofertas; preferimos comprar algo que valoramos a
buen precio y como una oportunidad, aunque no sepamos si nos va a servir o nos
va a quedar bien.
¿Qué tipo
de errores tienden a hacer cometer los sesgos cognitivos?
El
obstáculo de los sesgos cognitivos para la vida diaria es que nos ofrecen un recorte o una
mirada parcial sobre una situación. En este punto es preciso
aclarar que, si bien es cierto que necesitamos contar una cantidad manejable de
información para poder tomar decisiones, es igualmente cierto que si nuestro
foco siempre está en un solo aspecto, la evaluación está sesgada. Si bien
existen distintos sesgos cognitivos que impactan de manera diferencial, el
inconveniente que presentan es que tendemos a pensar de manera estereotipada,
absolutista, a veces infantilizando situaciones o justificaciones.
Muchos sesgos cognitivos pueden estar funcionando juntos, de modo que moldean un estilo de pensamiento y, por lo
tanto, la conducta.
Por
ejemplo, el sesgo del optimismo comparativo puede llevar a que una persona no
tome recaudos ante ciertas situaciones, confiando en su percepción de que nada
le pasará. Por último, en los sesgos cognitivos también hay que tener en cuenta
el componente sociocultural, ya que muchas veces una situación es interpretada
y leída desde un marco de referencia, mientras que puede darse que determinada
cualidad o elemento signifique algo distinto en otra cultura. Muchas variables
influyen en la toma de decisiones, por lo que no es un proceso lineal.
Cómo tomar
el control de tu mente.
La psicología cognitiva afirma que identificar los sesgos cognitivos que
operan en la lectura de la realidad y, por lo tanto, en nuestra construcción
del mundo, resulta muy útil.
Nos
ofrecen la posibilidad de hackear el
pensamiento, hacernos preguntas y avanzar en una interpretación menos sesgada,
más adaptativa y funcional. Por otro lado, crecemos en un pensamiento más maduro, capaz de relativizar
información y ser multidimensional. Así como también en uno más
reversible, comprendiendo que las lecturas no son unívocas ni eternas.
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Gracias a Periodismo Nayarita, por difundir, artículos psicológicos interesantes.
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