El
tema surgió de pronto, de la nada, así como nace un hechizo después de un
extraño conjuro o el pase de una varita mágica. México ha sido siempre un país
surrealista, al grado tal que el mismísimo Salvador Dalí, uno de los artistas
más representativos de esta corriente, dijo durante su visita: “De ninguna manera volveré a México. No
soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas”. Y es que en esta
prodigiosa nación, cualquier cosa puede pasar. Nayarit y/o su capital Tepic, no
están exentas de esta condición cultural, histórica, sicológica, genética o lo
que sea y dejo aquí unas pequeñas muestras de ello.
Citaré
algunas pequeñas cosas que sin duda pueden incluirse en el catálogo del
surrealismo tepiqueño sin mediar siquiera algo de prelación. Los comento de
acuerdo al orden en que los vaya recordando.
Hace
unos días tuve que ir al centro (que miedo/que hueva) a la oficina de correos
sita en Durango y Morelos. Recogí mi sobre con un libro de poesía de la autora
Ana Chig, que me llegó desde Tijuana con escala en Mazatlán. Circulé por la
calle Morelos, crucé la Querétaro y en la siguiente viré a la izquierda por la
callejuela en la que se ubica la “Cenaduría Aceves” (Gol) luego hice lo mismo
en la avenida Allende y avancé confiado por el carril de la derecha. Casi se me
caen los calzones del asombro cuando de pronto vi un triciclo, de esos
adaptados que venden fruta preparada manejado por un señor de mucha edad,
estaba ahí parado “viendo” en sentido opuesto a la circulación (en sentido
contrario, pues) dije: “bueno pues se metió mal, se equivocó”. ¡Oh, sorpresa!
Cuando me acerqué, el santo señor estaba “despachando” un vaso grande de fruta
a un cliente que estaba parado en la parte interior de la calle, en el carril
donde suelen pararse provisionalmente los camiones urbanos o las combis. Me
pareció increíble la frialdad o el desenfado con el que el vendedor cortaba la
futa, le ponía sal, limón y chile en
polvo (slurp, qué rico) mientras todos los vehículos del carril derecho nos
hacíamos a un lado para evitar golpear al frutero suicida o a su surrealista
carromato.
Hablando
de suicidios, que por cierto poseemos como entidad federativa la nada honrosa
tendencia al alza en la tasa de suicidios por cada cien mil habitantes, ya que
en 2010 era de 4.2, pasando a 6.4 en 2015 y
7.4 en el 2020 (Fuente: South Florida Journal of Development, Miami,
v.3, n.2. p.2661-2669, mar./apr. 2022). Sin ningún problema se puede observar
que ese flagelo sigue creciendo históricamente. En ese mismo tenor, entre otras
situaciones, me llama mucho la atención una señora de mediana edad que cada
mañana que vamos rumbo al trabajo circula en su bicicleta en sentido contrario entre
un mar de carros que intentamos cruzar la avenida Insurgentes a la altura del
“aguilucho", la glorieta en cuyo centro está la columna de la independencia
región cuatro, para llegar a tiempo al trabajo. Creo que me pongo más nervioso
yo que ella cuando torea las varias filas de carros que de una manera
“ordenada” nos cedemos el paso unos a otros (Ajá).
Una
expresión de surrealismo inefable la protagonizó el popular funcionario del
Ayuntamiento de Tepic, Alejandro Galván, con su impactante publicación en la
que hacía un símil o una comparativa que se entendió como si estuvieran al
nivel el Parque Ecológico Metropolitano de Tepic y el Central Park de Nueva
York. Vaya optimismo, triunfalismo, ceguera o ¿Cómo llamar a eso? No entiendo
cuál fue el propósito de esa publicación, pero con solo leer los comentarios se
puede observar que le resultó sumamente contraproducente hacerlo, la mayoría de
los comentarios fueron en tono burlón, despectivos y muchos francamente
agresivos. La verdad, qué afán de
protagonismo, no se entiende por ningún lado el propósito de esa comparación.
Por
más que quiero a nuestro parque local no lo pondría en el ruedo frente al
famoso parque neoyorquino que tiene 340 hectáreas de superficie contra las
apenas 22 hectáreas del nuestro, ni para que mencionar los atractivos, la
fuente en la Terraza Bethesda, el Museo Metropolitano, la escultura de Alicia
en el país de las maravillas, los lagos, el Castillo Belvedere, Strawberry
Fields (Mosaico memorial a John Lennon, los puentes, The Mall (paseo entre
olmos con varias esculturas de escritores, entre tantos otros ¡Uf! Quizá de esa
manera se explica que sea visitado por más de 37 millones de personas al año.
Los atractivos del Parque Ecológico Metropolitano de Tepic (Tachi'í) no los
menciono porque ya son ampliamente conocidos por los tepiqueños (y para no
exhibirnos).
Otro
buen ejemplo de surrealismo tepiqueño es el caso del coordinador administrativo
de una conocida dependencia de gobierno cuyo nombre no mencionaré, pero es la
que se encarga de las obras públicas del estado, que recientemente echó a la
calle a decenas de vehículos particulares de los trabajadores administrativos y de campo que durante años
habían utilizado uno de los estacionamientos al interior de la secretaría. El
argumento para esa determinación fue que esos espacios forman parte del patio
de maniobras por donde circulan la maquinaria pesada, las excavadoras,
“payloders” y las “camas bajas”. Quizá sería una razón de mucho peso, pero para
empezar, una “cama baja” no podría circular por el estacionamiento o “patio de
maniobras” aunque quitaran todos los carros habidos y por haber, esto obedece a
que por su gran longitud y por la forma en que está dispuesta la salida de
vehículos hacia la calle Eucalipto, sería imposible su circulación. La otra
razón es que, así como lo argumenta, incluso ante los medios de comunicación,
la gente se imagina que la secretaría posee un tremendo inventario de máquinas
gigantescas (tipo Transformers) circulando a diario por esos espacios, cuando en
realidad las pocas máquinas útiles, en buen estado, se encuentran en el parque
de maquinaria que se conoce como “libramiento”, todo lo demás está casi en
condición de chatarra.
En esos “patios de maniobras” de la mencionada
secretaría hace mucho tiempo que no circula maquinaria pesada ni se ejecutan
obras por administración. Lo surrealista del asunto está en que ¿Se tomó una
decisión basándose en la atención de algo inexistente? ¿Será acaso que el
protagonista nunca tuvo en la infancia un amigo ficticio y por eso se inventó
una maquinaria imaginaria? ¿Usted qué opina, amable lector?
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y
SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.
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