domingo, 23 de septiembre de 2012

Click, Comida y Arte


 Click, Comida y Arte
 
Por: Ludvick Uscanga


INTRODUCCIÓN:

El acceso a Internet facilita de incontables maneras la vida al ser humano, pero como todo en la vida esto también  tiene otro filo, una fase  alarmante, y es que el acceso a páginas de contenido dañino ha tenido un incremento considerable. En este reportaje se abordará este tema de manera un tanto más específica, el tema es el Internet y la bulimia, es decir, páginas web diseñadas para el auxilio de personas que intentan ser felices externamente y a como dé lugar, no es de extrañar que al contar con personas que les digan cómo llevar esto a cabo se incremente descomunalmente el número de casos de Bulimia en México… ¿Pero será que el Internet es la causante de este incremento?

A continuación se muestra una serie de investigaciones que nos ayudarán a descubrir qué es lo que realmente pasa con los jóvenes de última generación (jóvenes tecnológicos, capaces de vivir una vida a través de una conexión a Internet).

CUERPO:

“No sabía cómo debía sentirme, pues veía a mis amigas que no se molestaban en cuidar sus figuras, no sabía a quién platicarle que sentía asco por mí, que la comida me resultaba cochina… Gracias a Dios encontré en Internet la ayuda que buscaba, encontré a mis amigas Ana y Mia”


CONCLUSIÓN:

¿Y cuál es la excusa de estos “bloggeros” para publicar este tipo de guías? Pues bien, se le preguntó a la dueña del blog llamado Mis amigas Ana y Mia, y su respuesta fue basada en las leyes de los países que protegen a la libertad de expresión, al derecho a la opinión y al libre albedrío:

“este es MI espacio, y soy libre de expresarme… Yo nos los hago bulímicos yo solo pongo lo que pienso y si con eso les ayudo lo seguiré haciendo”


“Click, comida y arte”

Pensar en el platillo favorito, disfrutar del recuerdo del guiso preferido de mamá o pensar en una fruta acompañada de su respectiva sal, chile y limón hace que literalmente “se haga agua la boca”… y es que a través de la historia la comida ha sido fundamental en el desarrollo humano, pero parece que esto está quedando atrás, olvidado, fuera de moda, pues cada día vemos que al estar delgada una persona recibe mejor trato, más atención, más estima.

Lo anterior sólo viene a reforzar lo que la sociedad cree que debe ser su estilo de vida, y es que tanto en Internet como en los demás medios de divulgación la moda ha tenido un boom mundial, y por moda entiéndase también los avances tecnológicos que si bien no todos pueden estar al día, al menos 2,095’006,005 personas en el mundo tiene acceso a la web, de los cuales 18’068,919 están en Latinoamérica.

Y es que esto no es simple coincidencia, se ha demostrado que las personas entre más jóvenes más fácilmente pueden ser influenciados por algún medio diseñado para ese propósito, es decir, si tomamos por ejemplo (y lo haremos) el Internet y los 7 mil millones de habitantes en el mundo, no es de extrañarse que tenga muy buenas posibilidades de posicionarse como el medio de comunicación más usado y con escalas más concretas.

Se sabe que existen páginas de todo y para todos los tipos de usuarios, y en el tema de la bulimia no es la excepción, páginas no sólo de información y de anuncios de centros mundiales para la lucha contra esta y otras afecciones, sino  páginas que ayudan y en cierto modo ponen a quien las ve en las normas posibles a seguir, dando consejos útiles sobre qué hacer, cómo vomitar sin ruido, qué tomar para suprimir el hambre y demás tips para hacerlo correctamente y ser bonita sin pagos, ni rutinas de ejercicios cansados, más bien como una charla entre amigas, amena y gratificante.

“No sabía cómo debía sentirme, pues veía a mis amigas que no se molestaban en cuidar sus figuras, no sabía a quién platicarle que sentía asco por mí, que la comida me resultaba cochina… Gracias a Dios encontré en Internet la ayuda que buscaba, encontré a mis amigas Ana y Mia”

Esto contesta Marissa al preguntarle sobre sus agobios, pues lleva ya 3 de sus 20 años luchando contra esto. Lucha contra lo que por naturaleza el ser humano es, Marissa era joven cuando se encontró con este socorro… pero cómo puede una jovencita defenderse cuando este tipo de páginas muestran un manual sencillo de aplicar con consejos como:

Trata de vomitar lo más rápido posible después de haber comido, si dejas pasar mucho tiempo será peor!!

Si no puedes vomitar porque hay mucha gente llévate un envase a tu cuarto, pon música a todo volumen o la TV para que no te oigan, y cuando todos duerman lo botas en el baño.

Procura tomar algo de menta que de la sensación de frío para refrescar la garganta luego de vomitar

En fin.  Conforman una guía para ser bulímica, y sin necesidad de pagos ni suscripciones engorrosas, basta darle dos clicks al Mouse y voilá, aprende que la comida es como el arte: existe solo para mirarla (leyenda del blog antes mencionado).

Este hecho puede resultar insólito y hasta patético, pero la realidad de muchas personas es esta, es el vivir con hambre, comer con culpa y vomitar gozando.

La bulimia como tal, es diagnosticada como la enfermedad en la cual una persona tiene episodios de ingestión excesiva de alimentos, posteriormente viene la culpa/miedo por el hecho y recurren al vómito y/o laxantes para evitar subir de peso. La real Academia de la Lengua Española define esta enfermedad como “Gana desmesurada de comer, que difícilmente se satisface”.

Si bien todavía no se determina una causa exacta para este padecimiento, se ha observado que el involucramiento de diversos factores pudieran dar como resultado este tipo de desordenes. Por ejemplo: factores genéticos, traumas infantiles de tipo familiar y social, depresión, etc.

En contraste causal, diversos estudiosos han calumniado como la causante de esta enfermedad a las nuevas modas, y por moda entiéndase también a los avances tecnológicos, avance en las relaciones sociales y por supuesto que al avance en los estándares de belleza, pues se deviene el gusto por la imagen andrógina… No es asombrarse que el sector más afectado sean las jóvenes adolescentes.

La enfermedad empieza con la simple sensación de autorechazo corporal…

“A mí se me antojaba verme como fulanita de tal que aparece en la novela de las 8 y que tiene la vida perfecta por ser bonita… duré tiempo queriendo esto, hasta que un día  decidí ponerme en acción, como dicen, las cosas no caen del cielo ¿verdad?. Ese día estábamos en una comida familiar, lógico comí a reventar pues todo estaba delicioso, pero como el mito de la bulimia siempre es tan fuerte obviamente no quería que nadie se enterara y me creyera una loca, así que lo hice a escondidas… después de la comida, un  poco de plática de familia y recuerdos embarazosos me disculpé para ir al baño y vomité el asado de papá y los guisos de la abuela…”

En este punto el vómito no es placentero, pero se termina con la sensación de ligereza que esperaban.

“No lo volví a hacer obvio, había visto demasiados anuncios contra esto y decidí mejor actuar sano así que me inscribí al gym, y recuerdo que sentí lástima por las personas que no habían podido dejar de vomitar… Pero pasaron dos semanas y yo no veía ni un cambio en mí, me dormía aporreada preguntándome ¿Cuánto más tengo que hacer para ser bonita?”

El ser humano por naturaleza no es totalmente paciente, pero sí muy decidido, así que deciden vomitar de nuevo y duplicar el régimen de ejercicio.

Vemos ahora la realidad de nuestros jóvenes modernos, creciendo con la tecnología ilimitada a su alcance; algunos aprovechando que la generación de sus padres no creció con estos avances inician el acceso a páginas inapropiadas para sus jóvenes mentes…

“A veces recuerdo que salía  a jugar con mis vecinos a la calle, pero luego crecimos y ya no nos divertía eso, todavía los sigo frecuentando, por facebook, msn, hasta algunos ya también tienen Twitter… paso entre 5 y 6 horas al día conectada…”

Esto nos lo cuenta Sara, una estudiante de secundaria (13 años) que está considerada dentro de la generación Z, nacida después de 1995 (caracterizada por  utilizar la comunicación a través de comunidades online y redes sociales) es decir, que se ha nacido y viene creciendo de la mano de la tecnología, cada día con nuevos inventos, y cada vez más con el acceso a Internet y el mejor manejo de este tipo de herramientas.

Se ha demostrado que en México, la cifra más acertada es del 1.5 al 2.5% de la población padeciendo esto, de las cuales el 0.5% corresponde a las mujeres entre los 11 y 25 años de edad.

Y es que en realidad no es posible saber exactamente cuáles son las cifras reales, puesto que no hay un organismo específico para este conteo y el anonimato de las victimas solo lo hace más difícil sino que hasta imposible de cuantificar.

En el año 2008, el IMSS pone en funcionamiento la primera clínica de Trastornos de la Conducta Alimentaria en México, en el Hospital psiquiátrico “Dr. Héctor H. Tovar Acosta”, pensando en disminuir el impacto mortífero de estas afecciones.

El Director General de dicha clínica el Dr. Leopoldo Zárate menciona en una entrevista concedida a El Universal en ese mismo año que el 1.7% de la población sufre depresión (uno de los posibles factores propiciantes de los trastornos alimenticios y otras afecciones) y estima según sus análisis que para el 2020 será la primera causa de incapacidad laboral y social…

Si bien la cifra anterior es preocupante, pensemos que este tema no sólo es de mujeres, el número de hombres que la padece se viene duplicando desde la última década, generando en México un aumento de más del 300% de enfermos desde entonces. Alarmante es también el saber que cada vez se ven más afectados a edades más tempranas (12años aprox.)

¿Y cuál es la excusa de estos “bloggeros” para publicar este tipo de guías? Pues bien, se le preguntó a la dueña del blog llamado Mis amigas Ana y Mia, y su respuesta fue basada en las leyes de los países que protegen a la libertad de expresión, al derecho a la opinión y al libre albedrío:

“este es MI espacio, y soy libre de expresarme… Yo nos los hago bulímicos yo sólo pongo lo que pienso y si con eso les ayudo lo seguiré haciendo”.


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