Click, Comida y Arte
Por: Ludvick Uscanga
INTRODUCCIÓN:
El acceso a Internet
facilita de incontables maneras la vida al ser humano, pero como todo en la
vida esto también tiene otro filo, una
fase alarmante, y es que el acceso a páginas
de contenido dañino ha tenido un incremento considerable. En este reportaje se
abordará este tema de manera un tanto más específica, el tema es el Internet y
la bulimia, es decir, páginas web diseñadas para el auxilio de personas que
intentan ser felices externamente y a como dé lugar, no es de extrañar que al
contar con personas que les digan cómo llevar esto a cabo se incremente
descomunalmente el número de casos de Bulimia en México… ¿Pero será que el
Internet es la causante de este incremento?
A continuación se
muestra una serie de investigaciones que nos ayudarán a descubrir qué es lo que
realmente pasa con los jóvenes de última generación (jóvenes tecnológicos,
capaces de vivir una vida a través de una conexión a Internet).
CUERPO:
“No sabía cómo debía
sentirme, pues veía a mis amigas que no se molestaban en cuidar sus figuras, no
sabía a quién platicarle que sentía asco por mí, que la comida me resultaba
cochina… Gracias a Dios encontré en Internet la ayuda que buscaba, encontré a
mis amigas Ana y Mia”
CONCLUSIÓN:
¿Y cuál es la excusa
de estos “bloggeros” para publicar este tipo de guías? Pues bien, se le
preguntó a la dueña del blog llamado Mis amigas Ana y Mia, y su respuesta fue
basada en las leyes de los países que protegen a la libertad de expresión, al
derecho a la opinión y al libre albedrío:
“este es MI espacio,
y soy libre de expresarme… Yo nos los hago bulímicos yo solo pongo lo que
pienso y si con eso les ayudo lo seguiré haciendo”
“Click, comida y
arte”
Pensar en el platillo
favorito, disfrutar del recuerdo del guiso preferido de mamá o pensar en una
fruta acompañada de su respectiva sal, chile y limón hace que literalmente “se
haga agua la boca”… y es que a través de la historia la comida ha sido fundamental
en el desarrollo humano, pero parece que esto está quedando atrás, olvidado,
fuera de moda, pues cada día vemos que al estar delgada una persona recibe
mejor trato, más atención, más estima.
Lo anterior sólo
viene a reforzar lo que la sociedad cree que debe ser su estilo de vida, y es que
tanto en Internet como en los demás medios de divulgación la moda ha tenido un
boom mundial, y por moda entiéndase también los avances tecnológicos que si
bien no todos pueden estar al día, al menos 2,095’006,005 personas en el mundo
tiene acceso a la web, de los cuales 18’068,919 están en Latinoamérica.
Y es que esto no es
simple coincidencia, se ha demostrado que las personas entre más jóvenes más
fácilmente pueden ser influenciados por algún medio diseñado para ese
propósito, es decir, si tomamos por ejemplo (y lo haremos) el Internet y los 7
mil millones de habitantes en el mundo, no es de extrañarse que tenga muy
buenas posibilidades de posicionarse como el medio de comunicación más usado y
con escalas más concretas.
Se sabe que existen
páginas de todo y para todos los tipos de usuarios, y en el tema de la bulimia
no es la excepción, páginas no sólo de información y de anuncios de centros
mundiales para la lucha contra esta y otras afecciones, sino páginas que ayudan y en cierto modo ponen a
quien las ve en las normas posibles a seguir, dando consejos útiles sobre qué
hacer, cómo vomitar sin ruido, qué tomar para suprimir el hambre y demás tips
para hacerlo correctamente y ser bonita sin pagos, ni rutinas de ejercicios
cansados, más bien como una charla entre amigas, amena y gratificante.
“No sabía cómo debía
sentirme, pues veía a mis amigas que no se molestaban en cuidar sus figuras, no
sabía a quién platicarle que sentía asco por mí, que la comida me resultaba
cochina… Gracias a Dios encontré en Internet la ayuda que buscaba, encontré a
mis amigas Ana y Mia”
Esto contesta Marissa
al preguntarle sobre sus agobios, pues lleva ya 3 de sus 20 años luchando
contra esto. Lucha contra lo que por naturaleza el ser humano es, Marissa era
joven cuando se encontró con este socorro… pero cómo puede una jovencita
defenderse cuando este tipo de páginas muestran un manual sencillo de aplicar
con consejos como:
Trata de vomitar lo más
rápido posible después de haber comido, si dejas pasar mucho tiempo será peor!!
Si no puedes vomitar
porque hay mucha gente llévate un envase a tu cuarto, pon música a todo volumen
o la TV para que no te oigan, y cuando todos duerman lo botas en el baño.
Procura tomar algo de
menta que de la sensación de frío para refrescar la garganta luego de vomitar
En fin. Conforman una guía para ser bulímica, y sin
necesidad de pagos ni suscripciones engorrosas, basta darle dos clicks al Mouse
y voilá, aprende que la comida es
como el arte: existe solo para mirarla (leyenda del blog antes mencionado).
Este hecho puede
resultar insólito y hasta patético, pero la realidad de muchas personas es
esta, es el vivir con hambre, comer con culpa y vomitar gozando.
La bulimia como tal,
es diagnosticada como la enfermedad en la cual una persona tiene episodios de
ingestión excesiva de alimentos, posteriormente viene la culpa/miedo por el
hecho y recurren al vómito y/o laxantes para evitar subir de peso. La real Academia
de la Lengua Española define esta enfermedad como “Gana desmesurada de comer,
que difícilmente se satisface”.
Si bien todavía no se
determina una causa exacta para este padecimiento, se ha observado que el
involucramiento de diversos factores pudieran dar como resultado este tipo de
desordenes. Por ejemplo: factores genéticos, traumas infantiles de tipo
familiar y social, depresión, etc.
En contraste causal,
diversos estudiosos han calumniado como la causante de esta enfermedad a las
nuevas modas, y por moda entiéndase también a los avances tecnológicos, avance
en las relaciones sociales y por supuesto que al avance en los estándares de
belleza, pues se deviene el gusto por la imagen andrógina… No es asombrarse que
el sector más afectado sean las jóvenes adolescentes.
La enfermedad empieza
con la simple sensación de autorechazo corporal…
“A mí se me antojaba
verme como fulanita de tal que aparece en la novela de las 8 y que tiene la
vida perfecta por ser bonita… duré tiempo queriendo esto, hasta que un día decidí ponerme en acción, como dicen, las cosas
no caen del cielo ¿verdad?. Ese día estábamos en una comida familiar, lógico
comí a reventar pues todo estaba delicioso, pero como el mito de la bulimia
siempre es tan fuerte obviamente no quería que nadie se enterara y me creyera
una loca, así que lo hice a escondidas… después de la comida, un poco de plática de familia y recuerdos
embarazosos me disculpé para ir al baño y vomité el asado de papá y los guisos
de la abuela…”
En este punto el
vómito no es placentero, pero se termina con la sensación de ligereza que
esperaban.
“No lo volví a hacer
obvio, había visto demasiados anuncios contra esto y decidí mejor actuar sano así
que me inscribí al gym, y recuerdo que sentí lástima por las personas que no
habían podido dejar de vomitar… Pero pasaron dos semanas y yo no veía ni un
cambio en mí, me dormía aporreada preguntándome ¿Cuánto más tengo que hacer
para ser bonita?”
El ser humano por
naturaleza no es totalmente paciente, pero sí muy decidido, así que deciden vomitar
de nuevo y duplicar el régimen de ejercicio.
Vemos ahora la
realidad de nuestros jóvenes modernos, creciendo con la tecnología ilimitada a
su alcance; algunos aprovechando que la generación de sus padres no creció con
estos avances inician el acceso a páginas inapropiadas para sus jóvenes mentes…
“A veces recuerdo que
salía a jugar con mis vecinos a la
calle, pero luego crecimos y ya no nos divertía eso, todavía los sigo
frecuentando, por facebook, msn, hasta algunos ya también tienen Twitter… paso entre
5 y 6 horas al día conectada…”
Esto nos lo cuenta
Sara, una estudiante de secundaria (13 años) que está considerada dentro de la
generación Z, nacida después de 1995 (caracterizada por utilizar la comunicación a través de
comunidades online y redes sociales) es decir, que se ha nacido y viene
creciendo de la mano de la tecnología, cada día con nuevos inventos, y cada vez
más con el acceso a Internet y el mejor manejo de este tipo de herramientas.
Se ha demostrado que
en México, la cifra más acertada es del 1.5 al 2.5% de la población padeciendo
esto, de las cuales el 0.5% corresponde a las mujeres entre los 11 y 25 años de
edad.
Y es que en realidad
no es posible saber exactamente cuáles son las cifras reales, puesto que no hay
un organismo específico para este conteo y el anonimato de las victimas solo lo
hace más difícil sino que hasta imposible de cuantificar.
En el año 2008, el
IMSS pone en funcionamiento la primera clínica de Trastornos de la Conducta
Alimentaria en México, en el Hospital psiquiátrico “Dr. Héctor H. Tovar
Acosta”, pensando en disminuir el impacto mortífero de estas afecciones.
El Director General de
dicha clínica el Dr. Leopoldo Zárate menciona en una entrevista concedida a El Universal
en ese mismo año que el 1.7% de la población sufre depresión (uno de los
posibles factores propiciantes de los trastornos alimenticios y otras
afecciones) y estima según sus análisis que para el 2020 será la primera causa
de incapacidad laboral y social…
Si bien la cifra
anterior es preocupante, pensemos que este tema no sólo es de mujeres, el
número de hombres que la padece se viene duplicando desde la última década,
generando en México un aumento de más del 300% de enfermos desde entonces.
Alarmante es también el saber que cada vez se ven más afectados a edades más
tempranas (12años aprox.)
¿Y cuál es la excusa
de estos “bloggeros” para publicar este tipo de guías? Pues bien, se le
preguntó a la dueña del blog llamado Mis amigas Ana y Mia, y su respuesta fue
basada en las leyes de los países que protegen a la libertad de expresión, al
derecho a la opinión y al libre albedrío:
“este es MI espacio,
y soy libre de expresarme… Yo nos los hago bulímicos yo sólo pongo lo que
pienso y si con eso les ayudo lo seguiré haciendo”.
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