domingo, 30 de junio de 2013

Algo Sobre la Reforma Penal

Por: José Manuel Elizondo Cuevas.


Miraba disimuladamente a un amigo mío, de oficio abogado, caminar aceleradamente de un lado a otro, como si tuviera alguna diligencia urgente que realizar, estarían a punto de cerrarle la sucursal bancaria o quizá su ansiedad era por llegar a tiempo al trono de las satisfacciones (vulgo excusado). Un poco más tarde supe por su propia voz, la razón por la que casi me atropella mi litigioso amigo, en su loca carrera.

Me dijo con el típico acento de los “tecualeños”: - Dispénsame “Meño” es que andaba muy “engüasado”.

Después de los protocolos amistosos, disculpas y apretones de manos, iniciamos una plática tan informal como amena, mediante la que nos pusimos al tanto de los amigos, familiares y paisanos.

A mi amigo le llamaré el “Licenciado Chicharrón”, para no balconearlo, y antes que pregunten de donde saqué ese nombrecito tan mamífero, les diré que es producto de uno más de los recuerdos de mi pueblo. Así le decían a un señor que hacía las veces de abogado en aquellos lejanos días de mi infancia, no se si de verdad era licenciado con título, pero él litigaba en las viejas oficinas del ministerio público o lo que en aquellas épocas hubiera, tomando muchos casos en sus manos. No se si le decían chicharrón por la corbata arrugada que siempre vestía, porque eso si aunque todos los demás anduviéramos casi encuerados por el méndigo calor que hacía, él siempre usaba su tacuche a cuadros y su corbata rayada, parecía caja fuerte (no se le encontraba la combinación por ningún lado). Su atuendo no estaba completo sin el descarapelado maletín, imitación piel, con cierre entreabierto y su agarradera de mano.

Pero volvamos al tema que platicaba con mi amigo, antes que me pique con las evocadoras anécdotas de mi pueblo natal. Mejor regresemos al tema de la reforma penal, ya que sobre ésta versaban los comentarios de mi multicitado camarada. Me platicaba que la mayoría de sus compañeros de trabajo, abogados, jueces, ministerios públicos, secretarios de juzgado, entre otros, estaban como entre atareados y nerviosos por el asunto de la reforma penal. Le preguntaba cual era la razón para estar así y lo que más o menos le entendí es que van a tener muchas complicaciones en sus respectivas funciones. Le pregunté por qué y me contestó con otra pregunta: ¿Sabes algo de la reforma penal? Claro, le dije, aunque no lo parezca soy una persona muy estudiosa (Risas). Después de esto, estuvimos más metidos en el tema (afortunadamente es cierto que hace poco estudié sobre la dichosa “reformita” esa).   

Coincidimos en muchos aspectos, obvio que en otros no estuvimos completamente de acuerdo, lo cual me parece muy normal, él como abogado es un sujeto procesal mientras que yo, a pesar de conocer algo del tema, tengo un punto de vista externo al proceso. Entre los aspectos que tuvimos consenso, puedo mencionar que la reforma procesal penal de junio del 2008 es el paso más importante que se ha dado en la búsqueda de prontitud y accesibilidad  en la impartición de justicia y en lo que se refiere a los ámbitos de seguridad jurídica y pública.

La reforma penal es concebida como un proceso de instrumentación paulatina (sobre todo los juicios orales), ya que resulta imposible su aplicación inmediata debido a la necesidad de adecuar la legislación secundaria de las entidades que integran el pacto federal, así como la infraestructura física de los juzgados que serán los escenarios de las futuras contiendas, basadas en la oralidad. Lo anterior ya es difícil de por sí, ahora imaginemos si además tenemos que considerar otros aspectos tan importantes como el cultural y el educativo, propiamente dicho, refiriéndome a la capacitación que deben recibir los operadores del nuevo sistema procesal para que estén a la altura de los requerimientos técnicos de los novedosos paradigmas jurídicos. Además, si consideramos que para realizar los puntos que acabo de mencionar es necesario invertir una gran cantidad de recursos presupuestales (ahí es donde la puerca torció el rabo) aquí vendría la pregunta obligada: ¿Quién va a poner el dinero? Esa si es una verdadera “bronca”. No en vano, los que confeccionaron todo este tinglado legislativo le dieron un buen tiempo de gracia (8 años para su completa implementación) o lo que los expertos en leyes denominan “vacatio legis” que no es otra cosa que el tiempo que transcurre desde la publicación de una norma hasta que ésta entra en vigor.

El problema que me platicaba mi tinterillo amigo tiene que ver justamente con ese asunto, si sacamos cuentas ya se cumplieron 5 años de la publicación de la reforma penal (18 de junio del 2008) y hasta la fecha aproximadamente el  18% de las entidades han modificado su legislación local.

En nuestra entidad, se requieren mil millones de pesos para poder instalar la infraestructura de salas de juicios orales, en el centro, norte, sur y costa sur (especialmente en Bahía de Banderas) según declaraciones del Presidente del Poder Judicial del Estado de Nayarit, Pedro Antonio Enríquez Soto, quien tiene razón en señalar que lo más costoso de dicha inversión es la tecnología, un centro de investigaciones, laboratorio, servicios periciales y la capacitación que ya habíamos mencionado en líneas anteriores. La idea es que se pudiera arrancar la construcción en el próximo 2014, pero si la federación solo ha propuesto un monto de 400 millones para repartir entre todos los estados, entonces el Gobierno del Estado sería quien tuviera que entrarle con los mil millones, lo que ya se vuelve un poco más difícil, a no ser que Roberto Sandoval logre arrancarle a Peña Nieto una mejor tajada en el próximo presupuesto anual. (Ojalá).

En fin, mi intención era confrontar, con mi leguleyo amigo, algunos puntos de vista sobre las reformas constitucionales al proceso penal, analizar las ventajas y desventajas de los juicios orales, entre otros puntos. Pero está visto que en cuanto nos metemos al tema económico como que se nos olvida lo demás. Espero tener otro encuentro con mi buen amigo “El Licenciado Chicharrón”.

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO – LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA- COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com

1 comentario:

  1. Como siempre muy amenas tus notas así como informativas. Saludos
    atte. Salvador Contreras

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