lunes, 18 de noviembre de 2013

Bomba Molotov

JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita


Tepic, Nay; nov 19, 2013.-  Tardé mucho tiempo en decidir la temática de esta semana. Mi mente parecía estar un tanto obnubilada y por más que traté de analizar las razones de ello, simplemente no las alcancé a distinguir entre la bruma de mis pensamientos. Afortunadamente el fuerte impulso del compromiso con mi audiencia fue más fuerte que mis congojas. 

Ya un poco más sereno, después de unos minutos, creí entender las causas de esta especie de aflicción que estoy sufriendo. En realidad es como un coctel molotov o un zafarrancho de cosas y casos que parecen citarse el mismo día y ser tan puntuales y solidarios como pueden. Creo que todos hemos tenido o podemos tener ese tipo de momentos en los que el peso anímico de las cosas que te suceden es muy grande y sientes como si todo se juntara y te ocurriera sólo a ti. Para mi buena suerte, una frase que forma parte de mi filosofía de vida es: “Lo que hoy es un gran problema mañana será una anécdota” y siempre he tenido mucha confianza en las personas, en la suerte, en las circunstancias, en las cosas justas, además de una inquebrantable fe en Dios.

Se puede decir que generalmente he encontrado la fórmula para resolver mis problemas, pero quizá esta vez el agobio sea mayor porque no es mi problema directo sino que tiene que ver con la decepción que siento de mí mismo porque a la fecha no he podido ayudar a mi hijo a resolver de manera definitiva su situación laboral y ver con cierta tristeza como sus sueños de superación e independencia se tambalean ante el embate de las mundanas e implacables exigencias materiales como la renta que se acumula, el transporte, la comida y el sinfín de etcéteras que conforman la canasta básica de penurias de un mexicano común y corriente, más común que corriente.

Sin embargo, aún tengo la fe bien puesta en que las cosas están por cambiar para él, porque creo en sus merecimientos, porque he sido testigo fidedigno que le ha puesto el brío, el empeño, la responsabilidad, la perseverancia, la honestidad y mucho, mucho amor al trabajo, por eso estoy seguro que esas acciones tendrán una merecida y pronta recompensa. Estoy cierto de ello porque confío en las buenas acciones y sus resultados, porque creo en la buena voluntad de las personas, en la amistad sincera y en la justicia. Si alguien me preguntara que me gustaría que me trajera el “Niño Dios” sin dudarlo pediría la estabilidad, el trabajo definitivo de mi hijo.

Pero volvamos a los primeros renglones, cuando mencionaba el famoso coctel o bomba molotov. Usé esa analogía porque así como es de explosiva e incendiaria la mezcla de líquidos inflamables de esa bomba casera, cuyo nombre deriva del comisario ruso Viachelaslav Mólotov, así suelen mezclarse distintos elementos (problemas) en ciertas circunstancias de las personas que si éstas no tienen buen cuidado de controlarlos, resolverlos o relajar estos apremios anímicos pues sencillamente hacen explosión, provocando severos daños en su salud mental.

Si consideramos lo anterior, podríamos aseverar que la actual es una sociedad llena de explosiones. Si le asignáramos un color a cada uno de los problemas que están afectándola, una panorámica aérea de ella se podría comparar con una de esas gelatinas de fiesta a la que se le incrustan pequeños cuadritos de colores y sabores diversos, ahora que si hablamos de cuestiones incendiarias pues sería como un pastel, en la misma fiesta, pero con las velitas prendidas por el  cumpleaños de un octogenario.

A eso se asemeja a veces la vida de las personas cuando las circunstancias se vuelven adversas, cuando parece que el cielo se llena de nubes negras y se busca con ansiedad y poco éxito la calidez y luminosidad del sol. Desafortunadamente la vida está llena de esas historias personales difíciles. Las sociedades actuales son un verdadero compendio de problemas, donde los menores son el hambre y la ignorancia. No me parece nada extraño que a veces las personas nos sintamos agobiadas por problemas que nos duelen a diario. No es fácil sentirse feliz si a la vez te percibes rodeado de sombras ominosas que amenazan tu futuro y el de tu familia. Cada día las cosas se ponen más difíciles, los poderosos nos siguen vejando a placer, se apropian día a día de las riquezas nacionales aumentando sus inmensos caudales con la complacencia y complicidad de gobiernos corruptos y serviles.

El número de pobres crece con los años, casi en la misma proporción como aumentan los sueldos y prebendas de los legisladores federales, esos extraños entes de la biología política que presentan la única metamorfosis capaz de  competir con las mariposas. Espero y estos hermosos animalitos (me refiero a las mariposas) me disculpen por la pesada comparación, pero me pareció didáctico este ejemplo. Es impresionante el cambio que se registra entre un candidato a diputado federal o senador y esos mismos personajes ya propietarios de su curul. En la primera etapa presentan la mejor de sus caras, prometiendo ser aliados y defensores del pueblo pero una vez en el poder se convierten en sus peores enemigos, aprobando leyes que imponen condiciones cada vez más desfavorables para los que menos tienen y validando el saqueo de los recursos naturales a favor de las oligarquías nacionales y transnacionales que dominan el mundo.

Sin duda que son tiempos difíciles, el gobierno federal y el congreso de la unión siguen atacando al sindicalismo mexicano, al magisterio y a las clases media y baja, mediante leyes a modo y reformas a la carta magna, la violencia apoderándose de muchas entidades federativas, escasez de empleos, salarios bajos, modelos económicos y educativos inoperantes, impunidad, corrupción, agresiones y homicidios de periodistas y defensores de derechos humanos, pérdida del poder adquisitivo, aumento sistemático de los productos y servicios básicos, gasto excesivo en el culto a la imagen personal, pésimos servicios de salud y una interminable  lista de etcéteras.

Si todo lo anterior no parece una bomba molotov a punto de estallar, pues entonces no sé qué pueda parecer. ¿Ustedes que opinan amables lectores?


RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO – LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA- COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com


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