JOSÉ MANUEL ELIZONDO
CUEVAS / Periodismo Nayarita
Tepic, Nay; dic 9,
2013.- El día que escribo este artículo coincide con
el inicio de una de las festividades religiosas más importantes de nuestro
país: El Novenario de la Virgen de
Guadalupe también llamado “Fiestas Guadalupanas”.
De
antemano les comento a mis amables lectores que éste no es un análisis del
fenómeno religioso como tal, ni tampoco pretendo profundizar en ese perfil específico,
ya que generalmente este tipo de ejercicios terminan en polémicas inagotables. Así
mismo, me permito aclarar oportunamente que no es que rehúya el debate o la
confrontación de ideas es solamente que decido guardar mi distancia con el tema
religioso y prefiero abordar este asunto desde otra visión, otra perspectiva
que a continuación les ofrezco.
En
la víspera del 12 de diciembre resulta realmente impresionante ver como el
atrio de la Basílica de Guadalupe y las calles aledañas empiezan a poblarse de
miles de peregrinos devotos provenientes de entidades cercanas al Distrito
Federal e incluso de otros estados no tan cercanos como Guanajuato, Jalisco y
Michoacán, entre muchos otros.
Caminatas
interminables, sacrificios físicos que llegan a poner en riesgo la integridad,
la salud y a veces hasta la misma vida de estos fervorosos visitantes.
Caravanas enteras de ciclistas que pedalean a todo pulmón desde distintas
latitudes. Un espectáculo aparte es observar con detenimiento la aparición de
lonas de plástico, casas de campaña y otro tipo de “edificaciones” que van
surgiendo cual hongos en campo fértil. Literalmente de la noche a la mañana se
ha tejido una intrincada maraña de plásticos, palos, madera y mecates que
parecieran surgir de la nada, como lo postulaba la vieja teoría de la
generación espontánea.
En
tan sólo unas cuantas horas queda construida una ciudad provisional que vive
prácticamente sobre la otra ciudad, la original. Esta nueva y extraña
superestructura sólo disfruta una efímera existencia que se relaciona
directamente con el tiempo que requieren los peregrinos guadalupanos para
cumplir sus “mandas”, descansar lo necesario y regresar a sus lugares de origen,
con el cuerpo cansado pero el alma fortalecida por el ejercicio de su fe.
A
pesar de que los flujos humanos tienen una rotación constante, las estadísticas
apuestan a que se rebasan los 9 millones de visitantes a la basílica, tan sólo
entre el 10 y el 12 de diciembre, y los 20 millones durante el año en general.
El
tradicional maremágnum formado en torno al festejo guadalupano es un auténtico
fenómeno social y económico. Socialmente hablando porque implica una
impresionante migración temporal que bien pudiera compararse con el
desplazamiento de pueblos enteros, ocurrido en algunos capítulos ignominiosos
de nuestra historia universal, como por ejemplo las guerras. En el aspecto económico,
si pudiéramos calcular el valor total de la derrama económica en la zona de
influencia del santuario guadalupano en esos días, la inmensa cantidad de
vendimias ambulantes y establecidas que ofertan satisfactores (productos y
servicios) a los peregrinos y a los viajeros nacionales y extranjeros que
conforman el turismo religioso, estaríamos hablando de una cantidad
estratosférica de dinero en movimiento que activa la economía de esas zonas de
la Ciudad de México.
Fui
testigo presencial de este fenómeno de fe durante muchos. Me tocó ver esas
marejadas de personas que haciendo esfuerzos sobrehumanos expiaban sus culpas,
a veces rayando en el fanatismo. Personas que caminaban cientos de kilómetros
para llegar a postrarse ante la imagen sagrada, penitentes que portaban pencas
de nopal en pechos y espaldas sangrantes, torsos masculinos desnudos que
dejaban ver las huellas de lacerantes látigos y una gran variedad de tormentos
dignos del inquisidor Torquemada. Cuando veía aquellos episodios dantescos,
producto de la fe exacerbada o el fanatismo febril, me preguntaba qué cosas tan
terribles habrán hecho aquellas personas para imponerse a sí mismos castigos
tan descomunales.
No
es una crítica a los protagonistas de esas surrealistas escenas, mucho menos un
cuestionamiento a las motivaciones de esta fe popular. Pero, me parece que
muchos de los casos que me tocó presenciar rebasaban con mucho los términos de
una sana devoción. Desde mi punto de vista, no es concebible que existan en las
religiones bases de conducta sustentadas únicamente en la rigidez moral, el
amago y el castigo. Yo no comulgo con la idea de que el Dios de cualquier
religión sea un personaje vengativo, cruel o despiadado. Por supuesto que debe
existir un código de conducta para la sana convivencia de los seres humanos,
valores y moral, pero debe ser inducida o soportada desde el ángulo de la
felicidad, el bienestar, la justicia, la generosidad y el amor.
Pero
regresando al tema de las tradiciones y festividades de la devoción católica
generada por la Virgen de Guadalupe, quiero comentar que éstas han rebasado las
fronteras mexicanas y han sido adoptadas por otros países de américa. No sólo
se observa este fenómeno religioso en la
capital del país, sino que cada entidad y cada pueblo tienen sus propios
festejos. Por ejemplo en Tecuala sigue siendo la tradición más importante del
año. Inician las peregrinaciones el día 4 y terminan el 12 de diciembre. Aún
recuerdo cuando mi madre me ponía muy guapo, me compraba mi velita y ahí íbamos
formados en aquella enorme procesión, con cientos de personas que cantábamos
siguiendo con paso lento el bamboleo de un carro alegórico en el que se
representaban escenas alusivas a las apariciones de la virgen u otras estampas
de carácter religioso. Cantos, música, velas, luces, relucientes ropajes,
respeto y solemnidad, hasta llegar a la meta, la preciosa iglesia del pueblo a
cuyas puertas estaba el sacerdote en turno, recibiendo a los personajes y a la
gente que con mucho entusiasmo y devoción esperábamos la anhelada bendición.
Algunas veces, en mi lejana infancia, me tocó protagonizar personajes en
aquellas bellas escenas, pero esa ya es otra historia.
-RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO – LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA- COMENTARIOS Y SUGERENCIAS
AL CORREO: elizondojm@hotmail.com ,.
MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.
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