La Ilusión del Inicio de Año

JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Enero 15, 2015

La Ilusión del Inicio de Año

De nuevo en la magnífica aventura de la comunicación. Es un auténtico placer regresar al luminoso y apasionante mundo de las letras y las ideas. Un gran gusto estar de nuevo en contacto con ustedes.

Quiero suponer que a la mayoría de la gente le pasa lo mismo que a mí cuando estoy en el umbral de un nuevo año. Me refiero a esa extraña sensación en la que predomina ostensiblemente la esperanza de encontrar algo bueno en ese nuevo camino por recorrer, pero al mismo tiempo es imposible negar la agridulce emoción de la duda, ese sentimiento de temor ante la posibilidad de un futuro incierto.

Por supuesto que el deseo es que todo vaya bien. A mis amables lectores les envío un afectuoso saludo esperando que hayan disfrutado de estas fiestas de navidad y año nuevo en compañía de sus seres queridos. Que esta época de características tan especiales haya sido motivo de alegría y armonía entre los miembros de las familias. Que se hayan dado tiempo, entre brindis y comilonas, para reflexionar sobre el rumbo y situación de su fresco pasado, aunque no pudieran pensar en lo que les depara el futuro inmediato.

No pretendo hacerle al agorero, ni me gusta ser pesimista, pero sí creo que debemos estar muy atentos a las señales que se vayan presentando en nuestro entorno para que no nos tomen muy desprevenidos. Me da la impresión que la economía mexicana no tiene buen semblante para este año que inicia, incluso se me hace algo demacrada y ojerosa, por más maquillaje que le aplica nuestro Max Factor mexicano, el jefe de las finanzas nacionales, Don Lucho Video Caray.

Si nos ubicamos en el escenario local la cosa no mejora mucho que digamos. Nos medio sorprendimos con la jugarreta que les hicieron a los compañeros trabajadores, administrativos y docentes, de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) que pasaron una amarga navidad al no recibir sus pagos a tiempo y recordamos en automático la triste historia del ayuntamiento tepiqueño anterior. Los que laboramos en el gobierno del estado, a pesar de la guerra sucia del año anterior y la renuencia a firmar el convenio laboral, estábamos un tanto calmados sintiendo nuestros pagos seguros y de pronto ¡Zácale! que nos la aplican en la segunda parte del aguinaldo. Se anunció primero como rumor, después por medios más fidedignos, hasta que se hizo oficial, se pagaría hasta el día quince del mes que cursa. Sentimos pasos en la azotea y de inmediato mi imaginación me hizo verme marchando codo a codo, S.U.T.S.E.M, SETUAN Y SPAUAN y algunos agregados solidarios. Todos en un mismo frente, ante un mismo problema, la falta de pago.

Llovieron las críticas y los abucheos, sobre todo en las redes sociales, que si era una venganza contra el sindicato, que si una estrategia de presión, que si estaban "jineteando" la lana y cosas por el estilo. Abundaron los pretextos y las justificaciones, que si no llegaron las participaciones federales, que si fue un error bancario, etcétera. Luego las críticas, las sospechas, que si se le prestó a la UAN de nuestros aguinaldos y otras inferencias.  Pero aparece, así de la nada, como los héroes vaqueros del viejo oeste, sin querer ser peyorativo (con los vaqueros) el héroe del momento, "Super Goberneitor" al rescate, y en un tris, como en un hechizo del maguito Harry Potter, aparece la lana del aguinaldo y así, después de un sofocón, las aguas vuelven a tomar su nivel. Pero esta "pequeña" experiencia nos deja ahí un mensaje subliminal de lo que pudiera ocurrir más adelante.

Muchos estamos regresando de vacaciones, otros aún no lo hacen, así que varias dependencias de gobierno aún se ven semivacías. A pesar de ello el ambiente está lleno de noticias. Lo más novedoso, los cambios y enroques que se están dando en el gabinete estatal. Si la intención es mejorar el funcionamiento gubernamental y para ello se está intentando sustituir a los elementos que no han estado a la altura de su responsabilidad pues qué bien, porque hay muchos que de verdad no se que estaban haciendo ahí. Pero en primer lugar, más allá que es indispensable elegir gente que llene un perfil básico para el puesto, se debe reforzar la mística de trabajo, la ética, el trato, el respeto a los trabajadores y que intenten trabajar en equipo. Ya basta de funcionarios soberbios y prepotentes que llegan a las oficinas pensando que los que estamos ahí somos sus enemigos y no los que de manera profesional sacamos adelante las tareas institucionales. 

Hay otras situaciones, aunque éstas ya no son tan novedosas, porque desde hace tiempo forman parte de una estrategia constante, me refiero a los ataques a la dirigencia sindical. Los operadores del patrón gubernamental siguen poniendo piedras en el camino, buscando debilitar la fortaleza y la unidad del gremio de los trabajadores. Sin duda están convencidos que la unidad sindical sigue siendo el último bastión opositor al mezquino juego de intereses políticos que se manejan en las cúpulas de poder. Intentan quebrantar la única fuerza social que se les ha enfrentado y los ha vencido en las urnas, el S.U.T.S.E.M.

La historia reciente nos ha mostrado que la estrategia de la última generación política ha sido destruir el sindicalismo, o al menos mermar su fuerza, como lo ha venido haciendo el régimen federal actual al deshacerse del liderazgo de la Profesora Gordillo, acabar con Luz y Fuerza del Centro, atacar a los sindicatos de electricistas, telefonistas y otros. En la escena local la cosa no cambia mucho, y no tendría por qué, ya que las entidades federativas forman parte obligatoria del engranaje de un presidencialismo altanero que se disfraza de federalismo solidario que pretende a toda costa, en el usufructo del poder, el dominio absoluto de sus territorios y sus recursos, funcionando como agencias o sucursales del poder central.

Nayarit no es la excepción y, en su justa dimensión, juega un papel relevante en el acompañamiento de las campañas imperialistas del poder universal. Nuestra entidad forma parte del grupo de alfiles y vasallos nacionales y estatales, que se encargan de conciliar, convencer o sojuzgar a los grupos sociales, principalmente las etnias ancestrales, para desapoderarlas de los sitios o lugares que les pertenecen desde hace siglos. Esto con el propósito de llevar el "progreso" a las comunidades. En nuestro estado tenemos muchos ejemplos, ahorita recuerdo la presa Aguamilpa, El Cajón, La Yesca y actualmente Las Cruces, entre otros. Lo peor del asunto es que estos proyectos son concebidos en escritorios extranjeros.

En fin esa es sólo una parte del escabroso asunto de los intereses que están en juego, pero sobre todo en pugna con los legítimos e inalienables derechos de nuestros pueblos. Hay muchos otros temas cuya solución es ya impostergable, pero ya los iremos analizando de poco en poco. Por ahora debemos regresar al punto donde, sin descuidarnos, debemos enfrentar con actitud positiva, con valentía y mucha decisión todo lo que venga. Pero, por otro lado nada nos cuesta sentir, al menos en esta época, la ilusión del inicio de año. Deseo a mis amables lectores y sus apreciables familias un Feliz Año 2015.

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Diciembre 17, 2014

La Apatía Sindical

Aún tengo fresco el recuerdo de la actividad sindical más reciente, el paro de labores efectuado frente a palacio de gobierno, el pasado miércoles de este mes tan hermoso y significativo.

Desde muy temprano empezó a poblarse la "Plaza Bicentenario". Aún no daban las nueve de la mañana y ya el lugar comenzaba a pintarse de blanco por las playeras que portábamos los que asistíamos al plantón convocado por la dirigencia estatal del S.U.T.S.E.M. El contraste lo aportaba la policromía de las sombrillas, banquitos y otros accesorios que, con espíritu preventivo, llevaban muchos de los asistentes. Se esperaba un día soleado, de esos que queman la piel y hacen transpirar pero no fue así. El sol se comportó muy benévolo con nosotros. Las nubes nos guiñaban el ojo mostrando su complicidad con el movimiento sindical, incluso alguien comentó en el micrófono que Dios estaba de nuestra parte.

Las causas de esta manifestación son más que conocidas y tienen que ver con la renuencia del gobierno del estado a cumplir con sus compromisos como patrón de la burocracia. Entre otros puntos, se pueden citar la negativa a firmar el convenio laboral, la concesión de un aumento salarial digno y el pago de la abultada deuda del fondo de pensiones. No creo necesario abundar en estos asuntos que son de un pleno dominio público.

En esta oportunidad quiero abordar prácticamente dos cuestiones que me parecen muy importantes. La primera de ellas, aclarar de una vez por todas una situación que el gobierno actual ha marcado como causal de todo este embrollo y la segunda una percepción personal acerca de la postura de algunos trabajadores de nuestro gremio.

Para el primero de los casos, el gobierno ha dicho hasta el cansancio que la situación de las finanzas estatales no están para otorgar el aumento que solicita el sindicato. Cabe aclarar que siempre estuvo manipulando la información a conveniencia, es decir sí la dirigencia sindical pedía el siete por ciento, los voceros del gobierno decían que pedía el dieciséis, y así por el estilo. Luego el argumento principal de que no firman el convenio en los términos que solicitan los trabajadores porque después no se podría pagar. Creo que eso podríamos considerarlo desde dos vertientes distintas pero complementarias. Dice el gobierno que la razón principal es porque dejaron muy endeudado al estado la administración o administraciones anteriores, que incluso las auditorías realizadas muestran diversas irregularidades en el manejo de los recursos por sus antecesores. Yo quiero preguntar, si esto es cierto y comprobable, por qué razón no se inició un proceso judicial en contra de los autores de estos hechos de carácter delictivo y se les obligó a devolver el dinero que se llevaron.

Por otra parte, si los gobiernos son corruptos, ladrones para ser más precisos, y la práctica política común es la impunidad, entendiendo que la forma en que lo hacen es protegiendo a sus antecesores que saquearon el erario, sea porque son del mismo partido o porque pertenecen a una misma mafia política, por qué carajos tienen que pagar los trabajadores sus excesos y raterías. Aquí tratan de usar la ya trillada artimaña de que hay que "apretarse el cinturón", cuando ya son décadas de sacarle jugo a eso, mientras que los políticos se vuelven millonarios en tan sólo un par de años, ya no se diga un sexenio. Los servidores públicos (?) dicen hasta el cansancio que "no hay dinero", pero no aclaran bien para quien. Porque está claro que digan que no hay para aumentar el sueldo de los trabajadores, pero más claro aún está que para otras cosas si hay y de sobra. Ni siquiera podría enumerar todas las cosas para las que "si hay" dinero porque no me alcanzaría mi espacio, pero para no dejar la línea en blanco, les diré algunas. Los funcionarios pueden comprar propiedades para su patrimonio personal, ranchos, animales, casas, coches, viajes, etc. pero los trabajadores no pueden cubrir sus necesidades básicas al sufrir la escalada de precios producto del galimatías en que han convertido la economía. En pocas palabras los funcionarios se suman a la lista de nuevos ricos y los trabajadores al negro tren de la pobreza. Vaya política de estado que se carga este gobierno, muy de acuerdo a la tónica del deprimente e impopular gobierno de la republica.

Aquí terminamos la primera cuestión planteada y pasamos a la segunda y última. Esta tiene que ver con lo que pude constatar en el reciente plantón. No es la primera vez que lo observo ni tampoco que lo comento. Me refiero a la actitud de muchos compañeros sindicalizados que al principio me daba tristeza ver, pero hoy me da coraje seguir presenciando. Los embates de los gobiernos y los dueños del poder económico y político en contra del sindicalismo son cada vez más frecuentes, más intensos y más descarados. Es muy evidente que la consigna es sojuzgarlo y retrotraerlo al esclavismo. Se trata de acabar con las únicas fuerzas opositoras al neoliberalismo, las organizaciones sindicales libres. También he comentado reiteradamente que el único antídoto ante la represión salvaje de la autonomía sindical es la unidad absoluta de los trabajadores.

Tristemente sigo percibiendo esa falta de conciencia social entre muchos de los trabajadores del S.U.T.S.E.M. entendiendo ésta como la "capacidad de determinados individuos, grupos u organizaciones sociales de percibir aquellas realidades circundantes que requieren atención, de reflexionar sobre ellas y en algunos casos, de actuar para la transformación de las mismas". Esta definición es de una aplastante aplicación práctica, aunque sin generalizar, en los que formamos parte de esta organización.

Al no generalizar, pido un examen de conciencia de todos aquellos que lean este texto. Espero no les sea ofensiva esta aseveración, aunque lo diga de manera más coloquial "al que le venga el saco que se lo ponga". Pero es una realidad que si nos siguen atacando y nos causan confusión es porque no mantenemos esa unidad que debiéramos tener. No basta con acudir a los llamados de la dirigencia sino que debemos actuar de manera decidida, participativa y no a regañadientes. Me cuesta mucho trabajo ver que estamos lejos de sentir esa pasión por el sindicalismo, no es lo mismo ser sindicalizado (pertenecer a un sindicato) que ser sindicalista (conocer la historia, la lucha, objetivos y conquistas del movimiento sindical) sentir la pasión y el compromiso de luchar con uñas y dientes por defender los derechos a la libertad, a la seguridad, a la dignidad y la justicia social.

Para mí es muy triste y preocupante que estemos en un acto de esa importancia, que nos pidan que nos pongamos de pie y nos descubramos la cabeza para cantar el himno del S.U.T.S.E.M. y que muchos sigan sentados, platicando como si no significara nada. Si no han aprendido ninguna línea de la letra pues sería más respetuoso que estuvieran de pie con la mano en el corazón aunque fuera en silencio. Los compañeros de otras entidades, haciendo el esfuerzo de acompañarnos, en el uso del micrófono y unos grupos de trabajadores "echando cotorreo" sin prestar atención a las palabras. Solicitan aplausos y muchas personas siguen con sus brazos cruzados. Ni siquiera porque está de por medio su situación económica, su seguridad y la de sus familias se ponen las pilas. Otro aspecto muy delicado es que hay muchos elementos que siguen expresándose mal del sindicato y de sus dirigentes, reniegan de las instrucciones y requerimientos de apoyo, sólo les interesan los beneficios y logros que gestiona la dirigencia. Reclaman los derechos pero detestan las obligaciones. Por todo lo anterior, manifiesto una vez más que es un extraordinario reto lograr que la totalidad de agremiados, por su propio bien, entienda el compromiso social que significa pertenecer a un sindicato con la grandeza y tradición del S.U.T.S.E.M.

        

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Diciembre 11, 2014

Sigue la Mata Dando

De verdad que se está poniendo a prueba la paciencia del pueblo mexicano. Las cosas suceden una tras otra. Pensé que mi capacidad de asombro estaba agotada, pero ya veo que la cadena de errores y abusos de la "clase política" da para mucho más. Advierto a mis lectores que no me gusta mucho ese terminajo que tanto se usa en el medio político. La razón principal es que si entendemos la palabra clase como distinción o categoría, me parece que donde menos existe ese atributo es precisamente ahí, entre ese grupúsculo de sujetos que de manera desvergonzada han pisoteado la dignidad de los ciudadanos que dicen representar. En el complemento de este término compuesto, encontramos la palabra política que, para variar, la manera como la ejercen estos malos ciudadanos no tiene nada que ver con su honroso significado.

La política es mucho más de lo que la han convertido estos remedos de funcionarios, desde el jefe del ejecutivo federal y su "brillante" gabinete,  los diputados, senadores, gobernadores, presidentes municipales y hasta los ahora elegibles regidores. Se ha dicho tanto acerca de la política, que si es un arte, que si es una disciplina o si será una ciencia y muchas otras cosas más. Creo que ni siquiera vale la pena entrar en esa polémica que me parece sumamente improductiva. Para que entrar en las profundidades etiológicas del término o de su semántica propiamente dicha, si lo que se quiere establecer es algo que además de simple es evidente, axiomático. La pregunta es ¿A quién beneficia la política?

Para evitar cualquier confusión, debemos dejar muy claro que no estamos hablando del deber ser, de lo que debiera ser la política, sea arte, disciplina o ciencia, pues es evidente que el rasgo más distintivo de ésta debiera ser la procuración del desarrollo armónico de la sociedad, la conciliación de intereses entre los diversos estratos sociales, por no decir clases, la justa distribución de la riqueza nacional, la búsqueda de la paz y la concordia, el estado de derecho y la consecución del bien común. Esto quiere decir que esos serían los resultados, de aplicarse de manera correcta la política. Pero si vemos, en cambio, un país que se convulsiona de rabia, presa del hartazgo, hastiado de tanta corrupción, saqueo e impunidad. Si vemos como se concentra la riqueza en un pequeño grupo de familias mientras que millones de personas mueren literalmente de hambre, si vemos que la violencia del narcotráfico se adueña de los estados y los municipios, si vemos que se intenta acabar con el sindicalismo y retrocederlo al esclavismo, si vemos que se niega un modesto aumento de sueldo a los trabajadores mientras que los políticos se vuelve millonarios de la noche a la mañana, si vemos la prepotencia y la soberbia de los que te prometieron en campaña mejores condiciones de vida, si vemos que siguen saqueando el erario público y ahora hasta matan y desaparecen estudiantes, creo que eso quiere decir que la política no se está aplicando de manera correcta.

Quizá parezca una conclusión exageradamente simplista. Pero con un poco de su comprensión, me darán la razón, sobre todo si consideran que tiene mucho peso la contundencia de estas palabras y su estricta relación con los hechos fehacientes que han desfilado ante sus ojos. Esto nos lleva de regreso al párrafo inicial de este artículo.

Desde mi punto de vista eran ya demasiados abusos de parte de la clase dominante y sus serviles administradores. Un excesivo e insultante trato a los millones de personas que en tan sólo un par de años se les dio pase de abordar en el tren de la pobreza extrema. Un humillante manejo de las políticas públicas, sobre todo las concernientes al desarrollo social que han sido más electoreras que nunca. Los ataques a la libertad de expresión, la desaparición y muerte de periodistas en todo el país, la falta de respeto a los derechos humanos en todas sus vertientes, los negocios millonarios con las obras de infraestructura física, el tráfico de influencias, el compadrazgo y nepotismo en los partidos políticos y dependencias gubernamentales, las reformas anticonstitucionales y tendenciosas, lesivas a los que menos tienen, escándalos y excesos de la  familia "imperial" y las ya acostumbradas "metidas de pata" del patriarca mayor.

Luego llegó la represión a los manifestantes en un vano intento de apagar sus voces, sucedió el caso Ayotnizapa y parecía que se había cimbrado el sistema político. Pensé que el ataque a esos jóvenes estudiantes había sido la chispa que encendía la mecha de un país que semejaba un agitado barril repleto de petróleo que pedía a gritos lo prendieran. Una noticia impactante que trascendió las fronteras. Los medios de comunicación de varios países dieron espacio a la difusión de estos sucesos, protestas de estudiantes, sindicatos, organizaciones no gubernamentales, actores, músicos, intelectuales, académicos y muchos otros concurrieron en días recientes. Parecía un momento de quiebre, un momento histórico, especial.

Creía que en estos momentos el gobierno, todos sus sectores, el ejecutivo, el legislativo y el judicial, entrarían en un lapso de tregua, de apaciguamiento. Esperar que las aguas volvieran a su nivel, se reinstalara la calma, mientras se buscaban los más impactantes distractores que mitigaran la tensión social que se sentía como válvula de olla exprés.

La lógica indicaba que así sería, el gobierno pondría a "trabajar" a las maquiavélicas mentes de los asesores del ejecutivo federal con el propósito de idear algunas argucias que dieran la impresión de estar haciendo concesiones a los ciudadanos. No podía esperarse otra cosa, después de que grandes cantidades de hombres y mujeres se lanzaron a las calles, muchedumbres sedientas de justicia, elevaban sus voces de protesta contra los malos gobiernos y la falta de resultados favorables.

Fue entonces, como por arte de magia, que resurgió como el ave fénix una reforma constitucional "enlatada" desde el año pasado en la Cámara de Diputados. Una ley que se basa en las reformas y adiciones a los artículos 11 y 73 de la constitución mexicana, que tienen que ver con la movilidad universal, en otras palabras con las marchas o manifestaciones en las vialidades del país. Estas reformas que ya fueron aprobadas de manera exprés por los "brillantes e íntegros" diputados sólo espera la validación de los senadores. Estoy hablándoles ni más ni menos que de la famosa "Ley Antimarchas". Palabras más, palabras menos, la autoridad podrá bloquear o impedir las manifestaciones de protesta en las calles, con la justificación de garantizar el derecho a la movilidad de las personas, pero donde queda el derecho a la asociación para participar en asuntos políticos y que no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición o denuncia por un acto o presentar una protesta ante una autoridad,  (Art. 9) de la constitución, ni que decir de la libertad de expresión que siguen intentando eliminar.

Si este asunto por sí mismo es delicado, sólo piensen un instante que tanto puede serlo si se considera que precisamente en este momento las calles son el escenario de la lucha del pueblo por la defensa de sus derechos. Nunca me imaginé que la plutocracia se atreviera a tanto, sobre todo en este instante, en este momento histórico que vive el país. Una de dos, o los asesores de estos cabezones son unos estólidos o de verdad están calando al pueblo para ver hasta donde es cierto el hartazgo y de que tamaño es el riesgo de que la rebeldía desborde las pasiones y el rencor sustituya al miedo. Por lo pronto, sigue la mata dando.

              

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Diciembre 4, 2014

El Compás de la Educación

El frío empieza a tomar fuerza, es momento de abrochar los botones de mi chamarra. El único que no está a la intemperie es el trovador Alejandro Filio, frente a una audiencia impaciente que por media de retraso se resiente. Consciente de ello el cantautor señala el clima como problema, propone un concierto cálido, sincero e interactivo, la calidez como solución.

Fiel al concepto de trovador, Filio deleitó a la audiencia con sus brillantes ejecuciones musicales, tocando la guitarra de manera magistral, emotiva y contagiosa. Su voz romántica, de grandes matices comunicaba el sentimiento con una facilidad asombrosa a todos los que estábamos ahí. El efecto del frío y la complicidad del romanticismo de las canciones creaban una atmósfera ideal para el arrumaco. Por esa razón, los que teníamos la suerte de estar acompañados por nuestra pareja, ni tardos ni perezosos nos dimos a la tarea de fundirnos en un ceñido abrazo.

Me sorprendió mucho que gran parte del público cantara las canciones del trovador, no porque éste no sea lo suficientemente famoso como para que no conocieran las letras sino porque creo que en Tepic, difícilmente un público se entrega al artista de esa manera. Al menos no he visto muchas veces que las personas coreen los temas como esta vez lo hicieron.

Una de las cosas que más llamó mi atención fue como el público se unió como por arte de magia cuando el artista habló de la pésima situación del país, hizo algunas referencias del presidente, de los senadores pero sobre todo cuando mencionó la unión de la gente del pueblo. En ese instante entendí con mayor claridad que existen muchas posibilidades de lograr esa unidad de los ciudadanos. En esos momentos vi con absoluta nitidez la necesidad de aprovechar los liderazgos positivos, vivos, reales. No cabe la menor duda que la música es una impresionante fuerza de unión entre las comunidades universales. Alejandro Filio con tan sólo unas palabras levantó el clamor del público que gritó y aplaudió las muestras de protesta por la grave crisis que vive el país y su adhesión a las causas populares que manifestó en el escenario. Lo mismo sucedió al final del concierto cuando un grupo de estudiantes locales, al pie del escenario, gritaron consignas a favor de los desaparecidos de Ayotzinapa, mismas que fueron apoyadas de manera entusiasta por el público y rematadas con un vigoroso y decidido ¡Viva México! que cimbró una parte del foro y otra de mi corazón.

Fue una gran experiencia esa noche. Además de disfrutar una buena velada musical al lado de mi compañera de vida, pude leer entre líneas, a través de esa visión espontánea generada por un ejercicio de comunicación colectiva, que la sociedad necesita estímulos, mensajes claros que reconozcan, validen y promuevan la unidad de los ciudadanos como premisa indispensable de la lucha por los derechos humanos, la seguridad, la paz y la justicia social. Está visto que los gobiernos desleales al pueblo y sus patrones, los poderosos dueños del capital, temen a los liderazgos populares, a los que abanderan de forma honesta y patriótica las causas de los pobres, de los desvalidos. Por esa razón quieren acabar con el sindicalismo en México y en el mundo. Los liderazgos sindicales sólidos y combativos, hablando de organizaciones de trabajadores, son los únicos opositores a los regímenes autoritarios que instauraron el neoliberalismo en nuestro país, por esa razón son el único obstáculo para que éstos consigan sus aviesos fines de apoderarse de los bienes de la nación y mantener en estado de sojuzgamiento a la clase trabajadora.

Lo anterior sucede tanto a nivel nacional, donde el gobierno retrógrada en el poder quiere aniquilar y/o tomar el control de los sindicatos fuertes, como ya lo hicieron con el de los maestros y parcialmente con los electricistas, como a nivel local, donde al S.U.T.S.E.M se le ha intentado dividir, bajo el malicioso pretexto de la democratización, ha sido atacado mediante una avalancha de tinta desplegada por la prensa oficialista y chayotera, incluida la televisión que le concedió tiempos considerables al aire  a la "oposición" sindical sin que mediara el derecho de réplica para la dirigencia actual, situación que en términos de equidad, hubiese sido lo adecuado, según mi punto de vista.

Retomando la influencia e importancia de los ejercicios de comunicación colectiva, irremediablemente retorno a la televisión, arma poderosa e infalible de la enajenación de las masas populares. A pesar de estar convencido de ello (basta leer el renglón anterior), creo muy necesario hacer unas precisiones, al menos para aclarar detalles de mi percepción sobre este asunto.

En primer lugar me parece que no se debe satanizar a la televisión como tal. Creo que como industria y como medio de comunicación se justifica plenamente. Me refiero no al concepto de la televisión que se conoce hoy en día, que es producto de la vorágine lucrativa que se ha enseñoreado en su ámbito. Digámoslo de otra manera. La televisión perversa se identifica de inmediato con televisa y tv azteca, porque son los que monopolizan el usufructo del sector en México. Pero si a la infraestructura física, digital y el equipamiento los separamos de los contenidos, pésimos por cierto, tendríamos que decir que lo material sería perfectamente útil, si fuera usado para hacer llegar información socialmente rentable a los televidentes. Es decir, que el autor intelectual es el presunto culpable, el que idiotiza y enajena no es el aparato, ni la fibra óptica ni los cables sino la pésima programación, manipulada con toda la alevosía de quien pretende desviar la atención hacia asuntos fútiles y no a donde esperan los temas que le interesan a los ciudadanos, los temas que requieren ser expuestos a la luz pública con la objetividad, veracidad y oportunidad que debiera exigirse a la prensa moderna.

Qué pasaría si se usara de manera obligatoria, la penetración y alcance de la televisión para llevar programas educativos de calidad a los pueblos. Es fácil prever que los resultados serían otros si a cambio de la Rosa de Guadalupe, Laura de América, Mi corazón es tuyo y Sabadazo, tuviéramos en la programación "Capacitación para el trabajo de hoy, El rincón de la lectura, La hora de Amado Nervo y Conoce tu mundo.

En mi opinión, la solución es acabar con los círculos viciosos que nos encadenan al fracaso y la mediocridad. El sustento de un país que aspire al desarrollo está en la educación. Pero no en los sistemas educativos actuales, sí en programas integrales que permitan el fortalecimiento de la identidad personal y nacional, que estimulen el razonamiento y la confianza de los alumnos. Sistemas que penetren las entrañas mentales y el corazón de los niños para sembrarles la semilla de la superación, la autoestima, el respeto a su persona y al entorno, rescatar los valores básicos que hemos perdido, el respeto a la vida, al medio ambiente, a los ancianos, a los padres y maestros, a las mujeres. Programas y metodologías que incorporen la corresponsabilidad de los actores de la sociedad, la indispensabilidad de la participación de los padres en el ciclo educativo y muchos factores más que pudieran comentarse en número aparte.

Si logramos acabar con la ignorancia, la indolencia y la corrupción, habremos dado un paso adelante, si conseguimos tener una sociedad instruida, ni siquiera sería necesario criticar esos programas de televisión que son auténticos bodrios, pues no existirían, porque nos rige la oferta y la demanda y una sociedad preparada no les prestaría atención, dejando de ser rentables comercialmente. En fin, habrá oportunidad de opinar más sobre este tema, que se concibió durante un concierto de música. Termino diciendo que, aunque sea mucho pedir, siempre tengo la esperanza que llegará el día en que prefiramos apagar la televisión y encender un buen libro.

                                                                                                                                        

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Noviembre 26, 2014

 Visitas Inspiradoras 

Mis asiduas visitas a mi pueblo natal son verdaderamente inspiradoras. Además de visitar a los miembros de mi familia que aún viven allá, los asuntos que llevo me permiten andar de un lado a otro y tratar a todo tipo de personas. Cuando digo todo tipo de personas no quiero decir que haya muchos tipos de gente en mi pueblo, se supone que en términos generales todos somos más o menos de un mismo tipo, más preciso sería decir que trato a gente de todos los estratos sociales y de ocupaciones diversas.

Por un lado, me vanaglorio de mantener la sana costumbre de saludar y convivir con mucha gente, ricos, pobres, jóvenes, viejos, campesinos, obreros, cultos e incultos, situación que disfruto mucho ya que siempre he cultivado una imagen muy sociable, misma que a lo largo de los años me ha redituado tener muchos amigos y los que no lo son tanto al menos me saludan con gusto cuando por cualquier rumbo nos encontramos. Además de ser una muy buena tradición es una escuela de conducta que heredé de mis padres y de mis abuelos maternos, a mis abuelos paternos no los conocí.

Esa tendencia amistosa de las personas de mi pueblo es más arraigada entre los que pertenecemos a generaciones más vetustas. Lo he podido constatar en las camarillas de mis abuelos, de mi padre, por supuesto mi camada, incluso aún lo alcanzo a percibir en los círculos de mis hijos, aunque muy a mi pesar a medida que pasa el tiempo se va desvaneciendo.

Cuando digo que esas visitas son inspiradoras lo digo considerando dos vertientes, principalmente.                                                                        Por un lado, el hecho ya comentado referente a que es muy estimulante saludar y convivir con familiares y amigos, la otra vertiente sería la inspiración en el sentido de que el ambiente es muy sugerente para algunas ideas o temáticas que pudiera comentar a ustedes.

En mis travesías por aquellos lares, me gusta observar con detenimiento muchas de las cosas que suceden en los diversos ámbitos en que me desenvuelvo. De tal manera que, sin querer sentirme el cronista de la ciudad, basándome en el estricto ejercicio de la observación, puedo opinar sobre ellas esperando siempre ser útil al hacerlo.

En diversas ocasiones he escrito cosas sobre mi localidad natal. Además de algunas críticas a malas administraciones municipales (que novedad) la mayoría de artículos han sido sobre anécdotas personales, reminiscencias del pasado, costumbres y hasta una antología de palabras curiosas o en desuso. Para mí todo es una oportunidad, los eventuales sucesos, la visita a algún lugar específico, la charla con un buen amigo, las quejas de los ciudadanos, las charlas escuchadas de manera furtiva, absolutamente todo puede ser útil en tanto exista la posibilidad de entregar a mis lectores un buen mensaje.

La ocasión más reciente que estuve allá sucedió casi todo lo que mencioné líneas arriba. La convivencia con mi padre, la charla con el buen amigo, la visita al lugar específico y todo lo demás. Pero no es eso lo que me parece interesante comentar sino la sensación que me quedó de observar ciertas cosas que a continuación intentaré detallar.

El "des-gobierno" del tristemente célebre "Indio Benítez" fue un verdadero desastre, situación ampliamente conocida y padecida por la ciudadanía municipal que ya contaba los días para que éste se largara. Un trienio oscuro y corrupto por más dizque premios nacionales a su administración, al fin y al cabo estamos en el país de la incongruencia.

Por supuesto que esos tres años dejaron secuelas difíciles de superar. Una de ellas es el problema financiero que se hereda al edil en turno y otra sería la grave crisis de credibilidad de parte de los ciudadanos hacia la nueva administración. Por mi parte, he reciclado mi esperanza en el nuevo proyecto de gobierno local, basado fundamentalmente en mi percepción de la persona que la encabeza. Conozco al presidente y creo que es una persona sencilla, noble, de buenos sentimientos y que conoce de primera mano los problemas de la gente humilde. Quizá no tenga la experiencia suficiente en estos menesteres, pero eso se puede subsanar rodeándose de un buen equipo de trabajo. Aunque después de conocer algunos nombres sentí que ya había cometido su primer error, pero creo que todos tenemos derecho al menos al beneficio de la duda, así que eso lo dejamos al tiempo y espero, por el bien de mi pueblo, que sea yo quien se equivoque.

Lo anterior es el contexto del reto que tiene el gobierno para afrontar la situación actual, que desde mi diagnóstico personal y mi humilde punto de vista no es nada fácil. Encontré un Tecuala apático, sin mucho ánimo. En el semblante de la gente, en el lugar donde va la sonrisa, una mueca de desconcierto. No percibí el típico mohín de picardía y confianza. Esto, no obstante que se podía observar flujo comercial en la zona centro, o al menos había mucha gente caminando como si fueran unas filas de hormigas. Eso lo observé desde que me desprendí de la gasolinera frente a la preparatoria, pasando por la cerrajería de Beto Reyes, adjunta a la papelería "El Bachiller", pasando por la paletería frente a los pollos asados antes de llegar al hotel "México".

Los espacios para estacionamiento muy escasos. Frente al "Parque a la Madre" se ve algo de gente por la caseta telefónica y la farmacia del Dr. Negrete. Un poco más adelante, me detuvo en seco el olor de los tacos de carne asada en la "contra esquina" donde se ubica el triciclo del tejuino y tuve que hacerle los honores por mera cortesía.  

Antes  de que me siga distrayendo con la narrativa de mi paseo por la avenida principal, regresaré al punto que intentaba comentar y que si me preocupó mucho. Me estoy refiriendo a la marcada inclinación hacia el consumo de bebidas, principalmente cerveza, por parte de los jovencitos del pueblo. No digo que me espante el hecho de ver a un pueblo costeñito entrarle duro a la "cebada", pues en cierto modo es normal, tomando en cuenta las costumbres ancestrales de la región. Lo que si me preocupa es el exceso en la cantidad y la frecuencia en el consumo. Comentaba con un amigo y coincidíamos en que los chavos de ahora toman mucho más que en nuestros tiempos, que muchos usan drogas, son muy violentos y acelerados.

La preocupación no es para menos si consideramos que nuestro estado posee el nada honroso primer lugar nacional en consumo de alcohol (Fuente OMS, 2012,). De ahí que sea urgente que se tomen las medidas pertinentes para detener esta vergonzosa tendencia. El problema es de fondo y requiere de soluciones rápidas y efectivas. Si consideramos su clasificación como enfermedad entonces podemos concluir que tenemos un problema de salud pública de inmensas proporciones. Este problema no se resuelve cerrando los bares y expendios, o aplicando a rajatabla la ley seca como lo hicieron gobernantes de antaño. Este problema requiere de programas nacionales serios, integrales, con vertientes múltiples y efectivas, que además de atacar el núcleo del asunto, sea complementado con opciones viables para la juventud en las vertientes de educación, deporte, empleo y sobre todo opciones de diversión sana como la música y demás bellas artes.

¿Usted qué opina amable lector?

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Noviembre 19, 2014

 Reflexión Revolucionaria

El día que este artículo esté en sus manos estaremos a punto de "celebrar" un aniversario más de nuestra revolución mexicana. Desde hace unos días escucho a lo lejos el eco de los tambores de alguna banda de guerra escolar que se prepara para el desfile tradicional. En este acto conmemorativo participan habitualmente los planteles educativos y el ejército mexicano, principalmente.

Cuando era un niño me resultaba sumamente emotivo ese día. La fiesta se dejaba sentir por todo el pueblo.  Las casas y las escuelas se llenaban de adornos tricolores. Las calles se barrían y se regaban. A una que otra casa hasta le tocaba su "manita de gato". Todo era alegría y emoción, de todos lados llegaban vendedores ambulantes, por las noches se organizaban bailes con música y bebidas espirituosas.

En la mayoría de las familias los papás mandaban a sus hijos a la peluquería y ellos los acompañaban para rasurar sus barbas y dejar su rostro como "pompis de recién nacido". Hasta las familias más humildes hacían cualquier esfuerzo para estar a la altura de las circunstancias. Recuerdo incluso que mi añorada madre aplicaba los recursos del guardadito, producto de las economías del gasto, para comprarme un pantalón y/o una camisa, porque estrenar algo en esa fecha era una tradición inviolable.

El tamborileo de las baquetas y el bélico sonido de las brillantes cornetas me hacían entrecerrar los ojos. Mi imaginación volaba hacia un mundo donde todo era aventura, valentía y patriotismo. Era tanta la fuerza de mi fantasía que entre el murmullo de la gente que vitoreaba los simétricos y acompasados contingentes, me parecía sentir de cerca el calor de los nobles corceles que zigzagueaban entre gentes y hoyancos, tratando de eludir balas y bayonetas. Casi podía escuchar los gritos de los combatientes, unos eran de dolor y otros para arengar a la refriega.

Así creía que era la revolución. Una novela histórica llena de héroes y villanos, siempre con un final feliz que conllevaba la gloriosa victoria del bien sobre el mal. Luego el tiempo de paz y bonanza, donde los buenos llevaban la justicia a todos los rincones del país. Los malos, algunos castigados y otros redimidos, convivían en plena armonía y se imponía la razón. Los buenos gobernaban con sabiduría y honestidad. Los malos irredimibles eran desterrados y las cosas marchaban bien, el progreso sentaba sus bases, se acababa la pobreza, se desarrollaban las instituciones y habría por siempre y para siempre una justa distribución de la riqueza nacional.

La vida, con sus invaluables enseñanzas, ha cambiado a través de los años, la percepción que antes tenía de la revolución mexicana. Ya he comentado, en otros artículos relacionados, que para mí la revolución de 1910 es un mito.  Basada mi opinión en que mientras persistan las causas que originaron este movimiento social, que pudo ser el más importante en la historia contemporánea, mientras sigan existiendo las causas objetivas y subjetivas que la motivaron, a pesar de todo lo que pudiera decirse, es tan sólo un mito. Únicamente para ser más explícito, haré una especie de comparativo.

En el año de 1910, y específicamente en el porfiriato, existía una aristocracia de tipo feudal, es decir un pequeño grupo de familias que detentaban el poder económico y político. Este grupúsculo  se enriqueció a costa de la explotación del trabajo de los obreros y campesinos, provocando una insostenible situación. Los nombres de aquellas familias no los conozco pero los de ahora sí. Todos sabemos cuáles son las familias que controlan la riqueza de México. Entonces es igual que antes, sólo que hoy son otros nombres y otras formas. Entonces existía la explotación en las haciendas y en las fábricas, también la tienda de raya, hoy existen casi 60 millones de mexicanos que habitan en la pobreza y más de 23 millones en pobreza extrema. En este modesto y superficial análisis es ya muy difícil encontrar diferencias con la época porfiriana, si acaso la inconformidad por la dictadura a base de reelección, pero hoy estamos a un paso de regresar a un formato parecido.

Creo que no vale la pena darle amplitud al análisis comparativo entre aquellas épocas del Porfiriato y el actual Peñaniato, guardadas algunas formas y proporciones, pienso que podría ser negativamente superior la situación actual que padece nuestro país. Las condiciones de violencia, corrupción, impunidad, represión, pobreza, desigualdad y tantos otros conceptos que de ser adjetivos pasaron a ser sustantivos y hoy están a punto de convertirse en verbo.

No dejaré que me gane el coraje al pensar en las atrocidades que el pueblo mexicano está sufriendo, y no me refiero al hecho de que tenga que reprimir este sentimiento, eso no. Ya dije y lo sigo sosteniendo que el miedo se empezó a tornar en rabia. Sabía con claridad que el abuso por parte del sistema estaba incubando paulatinamente el germen de su propia destrucción. Se veía venir y lo dije en algunos de mis artículos, pero lo que no me imaginé es que fuera a precipitarse su advenimiento. Pero la vida es así, impredecible, circunstancial y veleidosa. Sólo se necesita a veces una pequeña chispa para encender la yesca y en tiempos recientes se han dado sucesos que son brasas vivas.

Hoy no me emociona el desfile, ni los tambores ni cornetas, mucho menos ver marchar al ejército nacional que antes me parecía gallardo y altivo, pero que hoy se le asocia con el crimen organizado, tampoco me gustan las fuerzas armadas que disparan contra el pueblo y masacran civiles indefensos. Nada de esos rituales "cívicos" me emociona, nada de eso me conmueve. Prefiero gastar mis sueños en la ilusión de que todo habrá de cambiar para bien del oprimido pueblo mexicano. Guardo como tesoro mi profunda convicción de que los tiempos de la justicia han llegado. Creo percibir aires nuevos, aires frescos que oxigenan las ansias contenidas. Creo ver rostros mexicanos que aprietan las mandíbulas con fuerza pero guiñan el ojo a su hermano. Veo un brillo especial en la mirada de millones de ciudadanos que creen en el mañana promisorio. Me parece ver la decisión de un ya basta en las cabezas y en los cuerpos erguidos. Las manos ya no se levantan en tímida imploración, hoy se yerguen con puños cerrados.

La ronquera ha quedado atrás, hoy las voces se escuchan con claridad e intensidad. La ceguera se está convirtiendo en agudeza visual y los oídos escuchan claramente la letanía reivindicadora de millones de gargantas que cantan un grito de libertad. Todo empieza a definirse, las imágenes libertarias recortan sus perfiles con cierta precisión y las ánimas se regocijan por la cercanía de su revancha. El mundo de los muchos empieza a desperezarse, hay calidez en el sol que promete. Las nubes se desmugran, los suelos cantan, la lluvia llora de alegría, un pasto verde, un oscuro terrón, una blanca flor que acompaña un epitafio que reza su sentencia: "Sembraron  vientos, cosecharán tempestades".

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Noviembre 12, 2014

 El Regreso de Don Porfirio

Pasaba despreocupadamente por un lugar muy concurrido y escuché la última parte de una conversación entre dos personas de aspecto pueblerino. Al parecer sostenían una polémica acerca de que los políticos se reeligieran en sus cargos de elección. Ante la imposibilidad de escuchar más de la disputa verbal me quedé pensando si estas personas estarían ya enteradas de lo que se está cocinando en México para revivir la reelección. Me alejé del lugar, pero me quedé con las ganas de preguntarle a esos señores si lo que discutían nació de una polémica espontánea, circunstancial, o era con conocimiento de causa.

El tema de la reelección es algo evidentemente polémico. Con el simple hecho de escuchar la dichosa palabra llegan a la mente diversos conceptos, recuerdos y sentimientos. Cómo no pensar de manera automática en Porfirio Díaz y la cruenta lucha por derrocarlo. Cómo no pensar en el sacrificio de tantos personajes y las vidas de sus seguidores, como los asesinatos de Madero y Pino Suárez. Muchas cosas se mueven en el interior de las mentes al pronunciar esa palabra.

Es necesario decir que, a pesar de la importancia histórica y el gran peso de este concepto en la vida institucional del México "post revolucionario", al paso de los años el término se fue convirtiendo en algo usual, cotidiano, como si perdiera su efervescencia. Lo anterior no quiere decir que haya perdido su vigencia porque es un hecho evidente que ha sido acatado, aunque no de muy buen agrado, por los políticos que asumen los cargos de elección popular. El término de la no reelección se fue convirtiendo en un protocolo institucional, al grado que lo vemos a diario en los oficios que firman los funcionarios, "Sufragio Efectivo. No Reelección".

Si en este preciso instante saliera a la calle y le preguntara a los ciudadanos que piensan de que los diputados, senadores y presidentes municipales se pudieran reelegir, seguramente no habría respuesta normal sino estridentes y angustiados gritos de ¡¡¡NOOOOOO!!!! Alaridos de rotunda negativa ante esa posibilidad. La percepción de la ciudadanía es más que clara en torno a los políticos actuales. Pero el asunto tiene sus bemoles, así que intentaré explicarlo mejor.

Para empezar, no es algo que se esté madurando en una mente perversa, creo que es mucho más. Digamos que es un hecho que ya está negociado en la reforma política que apoyaron los partidos a través de sus flamantes e íntegros legisladores. Para la posibilidad de que los senadores, diputados federales y locales se reelijan de manera inmediata, es decir sin que tengan que dejar pasar al menos un periodo legislativo como se usa actualmente, eso ya se arregló con la modificación constitucional de los artículos 59 y 116 (fracción II párrafo segundo) respectivamente, y para el caso de las autoridades municipales está puesta la mesa mediante la reforma al 115 constitucional (Fracción I, párrafo segundo).

Si preguntáramos quien sabe algo de esto, creo que el número sería muy reducido. Tampoco era probable que fuera consultado a la ciudadanía, esa es una práctica fuera de toda lógica democrática. Sin lugar a dudas todo se hará como siempre, a espaldas de los mexicanos, sin consulta y en lo oscuro, como se dice coloquialmente.

La "atractiva" propuesta democrática de la reelección legislativa inmediata se refiere a que los senadores puedan tener dos periodos legislativos consecutivos (12 años) y los diputados cuatro (12 años) es decir los primeros, el periodo en el que fueron electos y uno más, mientras que los últimos su periodo normal y tres más. Para el caso de presidentes municipales, uno más, siempre y cuando el periodo no sea de más de tres años.

En mi opinión, una parte mayoritaria de la ciudadanía estará en contra de esta nueva modalidad política, por más opiniones técnicas, teóricas y "científicas" que pudieran ponerse en la mesa. Por supuesto que este aborrecimiento natural es producto del pésimo trabajo realizado por los actuales especímenes de la política. En los tres poderes, sea ejecutivo, legislativo o judicial, pasa lo mismo, se han extralimitado en sus acciones, han caído en niveles insoportables de corrupción, prepotencia y cinismo. Los mexicanos estamos hartos de tanta indecencia, mentira, simulación y humillación al pueblo. En muchos casos de los gobiernos municipales estábamos rogando a Dios que terminaran su periodo y se largaran a robar a otra parte y ahora resulta que dentro de poco, aunque sucediera algo similar, hasta se podrán reelegir.

Según algunos conocedores de la política y de las leyes, que están a favor de la reelección inmediata, refiriéndose particularmente a los legisladores, dicen que tiene varias ventajas. Una de ellas es que, se podría generar una relación más directa entre los representantes y los ciudadanos, porque sería un incentivo para ellos y harían un mejor trabajo, ya que no sólo se refugiarían en su partido sino darían mayor atención a sus electores. Una segunda ventaja, según ellos, que a mí se me hace muy parecida a la anterior, es que se podría fortalecer la responsabilidad de los legisladores, y no dejarían pasar mucho tiempo sin aportar al trabajo legislativo y sin visitar su distrito. Finalmente, que la reelección profesionalizaría a los legisladores, entendiendo con esto que con mayor tiempo aprenderán más, porque según así aprenden, trabajando, así también darían seguimiento a las leyes que impulsan y aprueban.

Difiero de esa opinión, aunque provenga de un artículo de un prestigiado jurista que admiro, el Dr. Miguel Carbonell, quien parafrasea a Alonso Lujambio y otros autores. El motivo de mi diferencia es que yo creo que los  diputados deben hacer esa labor de acercamiento con sus electores desde el mismo instante en que son ungidos, es su obligación y si ellos buscan su promoción al interior de sus partidos y no con los ciudadanos es porque en muchos de los casos el partido fue el que los impuso sin tener arraigo ni compromiso con la demarcación. En cuanto a la responsabilidad, es un verdadero desencanto de la sociedad como llegan la mayoría de diputados a disfrutar de los privilegios económicos y políticos, no les interesa su distrito ya que si quisieran aportar trabajo legislativo sólo bastarían sus pocas ideas y las ganas de hacerlo ya que tienen a su alcance los equipos humanos y técnicos para ello. Lo de profesionalizarse, es una utopía, si no tienen la conciencia de solidaridad social y la voluntad política, bien podrían darles quince años e igual se quedarían de burros legislativos, aclarando que debe haber excepciones.

Tal parece que buscan asemejar el modelo que funciona en Inglaterra, donde un alto porcentaje de legisladores tienen un gran promedio de vida parlamentaria o como en Estados Unidos que los representantes pueden lograr hasta diez elecciones en el congreso. Pero, por favor, estamos en México y hasta ahora lo que se ha demostrado es que aquí los legisladores votan en contra del pueblo que los eligió, apuñalan a los ciudadanos con leyes que los empobrecen, aprueban impuestos criminales, les quitan sus libertades y su patrimonio, permiten la impunidad de los ladrones, saqueadores y asesinos oficiales.

Y qué decir de los alcaldes. Para que reelegirse, ellos deben trabajar con programas institucionales, con planes de gobierno, sin importar la persona que esté al frente. Las experiencias locales más recientes han sido terriblemente desastrosas para sus empleados y ciudadanos en general. Si hay reelección, ni se van a esmerar en su desempeño y con la "transparencia" electoral que tenemos es posible que aún así obtengan la continuidad. Lo grave de esto es que tendrían mucha ventaja los narco alcaldes. ¿Usted qué opina amable lector?

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Noviembre 5, 2014

 Diálogo

De nuevo ante un amigo inseparable y compañero de grandes aventuras por el mundo infinito de la comunicación: el teclado de mi computadora. A veces creo que me recibe con cierta confianza, como si extrañara el roce diario de mis manos sobre su negra superficie pletórica de letras, números y otros signos.

Quizá suenen descabellados estos comentarios, pero les podría jurar que algunas veces, principalmente cuando no defino aún el tema sobre el que daré mi opinión, con el sólo hecho de sentarme ante él y recordar la fortuna de tenerlos a ustedes como fieles acompañantes, las palabras empiezan a fluir como por arte de magia. Es una combinación perfecta entre la fantasía, la cábala y el compromiso.

Nunca pasa por mi mente la posibilidad de enviar a la redacción un artículo tan sólo por cumplir. Muchas veces la actividad laboral es exigente y estresante. Eventualmente se presentan problemas de índole diversa, se acumulan compromisos, se satura la agenda personal y sientes que no hay tiempo para nada más. Aún en esas crisis esporádicas, en las que parece que la presión te hará estallar las dos neuronas que te quedan, en esos momentos que sientes que el cacumen se ha extinguido para siempre, aún en esas situaciones debes ser lo suficientemente leal contigo mismo y con tus seguidores como para intentar ofrecerles un contenido de calidad, cualquiera que sea el tema pero que sea un texto disfrutable.

De vez en vez me gusta hacer este ejercicio de reflexión y diálogo con mis lectores, al fin y al cabo para los poquitos que son bien podría atenderlos de manera personalizada. El sólo hecho de posar su vista en estas líneas ya implica un punto de contacto entre el lector y el escritor. La comunión verdadera tiene lugar cuando esas líneas escritas logran entregar el mensaje al receptor, es decir, el lector hace suya la expresión escrita y la procesa, pudiendo estar o no de acuerdo con la idea o el punto de vista, pero sí logró generar en él alguna expectativa entonces se habrá cumplido el propósito. La forma, formato o estilo, son únicamente variantes, medios o herramientas que el comunicador usa para hacer más asequible su objetivo. Pese a eso, yo siempre he dicho que el estilo es muy importante, es como la huella digital del escritor y es, la mayoría de las veces, lo que te hace ser consentido de tus lectores. Podría decirse que tienes estilo, por ejemplo, el día que las personas lean un artículo que no traiga el nombre, la foto ni el emblema de la columna y pese a eso digan con seguridad que ese texto es de tu autoría.  

Tener un estilo no es nada fácil, se requiere mucho tiempo para lograrlo. Algunos quizá, como es mi caso, desde tiempos lejanos, estudiantiles, redactaba más o menos como lo hago actualmente, pero he conocido a muchas personas que han tenido que hacer muchos virajes en la búsqueda de su estilo definitivo, lo cual no es criticable, al contrario siempre es bueno experimentar en terrenos novedosos con el afán de pulir y consolidar un sello distintivo, único, personal.

Probablemente algunas veces parece que se tambalea el estilo del columnista y es cuando, por necesidad técnica de la columna, se hacen ciertos vaivenes que tienen que ver más con la necesidad de cubrir el perfil del espacio periodístico que con el estilo de redactar. Este fenómeno podría posiblemente presentarse en mi columna "De todo como en botica", que por su propia naturaleza toca temáticas variadas, justamente de ahí el nombre y haciendo honor al mismo se opina de muchas cosas. Muchas personas creen que ésta es una columna política y no es así. La política es uno de los temas que quizá se abordan con mucha frecuencia en este espacio, pero no tiene exclusividad.

Durante casi cuatro años, he puesto a su distinguida consideración diversas temáticas, desde cuestiones de cultura, reflexiones sobre la música, el amor, análisis económicos, asuntos del medio ambiente, educación, vialidad, historia, tradiciones, efemérides, parodias políticas, anecdotario personal, conmemoraciones nacionales, desastres naturales y no naturales, promoción del arte y la lectura y muchas otras cosas que de momento no recuerdo. Incluso, con cierta periodicidad y sobre todo a petición del público, les he compartido algunos relatos, cuentos cortos con su respectiva moraleja y muchos otros textos. De los títulos que recuerdo en ese ámbito están: La visita de un extraterrestre, Entrevista con el mal, Una historia de justicia, Una historia de la calle, Una vida de terror, El sapito golf, golf, golf, Un festejo muy particular, La herencia del virrey, Pancho y Gorgonio y El Nuevo Reino de Equustlán. Estos relatos, artículos o como ustedes quieran llamarlos están a su disposición, algunos en la página web del S.U.T.S.E.M, otros en el portal digital "Periodismo Nayarita" y en algunos otros sitios de internet que pueden localizarse mediante el buscador Google.

En caso de que alguno de mis amables lectores quisiera leer alguno de éstos títulos que les he mencionado o algún otro, del tema que sea, con absoluta confianza puede solicitarlo a través de mi correo electrónico que invariablemente se encuentra al final del texto y con mucho gusto le enviaré por el mismo medio el artículo de su preferencia (de los años del 2011 al 2014) ya sea en formato PDF o Word. Así mismo, les reitero mi atenta solicitud para que hagan sus comentarios o sugerencias de tema por la vía electrónica o a través de mi muro de Facebook en el que semana a semana comparto estas publicaciones.

Para mí es muy importante conocer la opinión de mis lectores. Sus comentarios, en cualquier de los sentidos, constituyen un gran indicador de desempeño, así como un poderoso catalizador en la legítima aspiración de trascender en la maravillosa pero compleja actividad de comunicador. Y justo así, en esa medida habré de considerarlos, sin desmerecer el efecto simbiótico que suele surgir en la comunión de las ideas o en su propio contraste, pero eso sí, siempre en un ambiente sustentado en la premisa del respeto mutuo, la tolerancia y la libertad de expresión.

Para finalizar les diré, mis queridos lectores, que espero que a ustedes también les haya resultado muy positiva esta especie de reflexión, que tiende a semejar una conversación, un intento de hacer mayor contacto con la parte medular del proceso comunicativo, los receptores del mensaje, los que deciden que leen y que no leen, los que le dan rumbo a la posibilidad o al fracaso del comunicador. Este artículo está pensado en mis lectores, en darles la voz, la opinión en sentido inverso, de allá para acá, además de reiterarles que este lugar es de ustedes, que es un espacio de libertad, de acercamiento y de diálogo.

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Octubre 29, 2014

Una Historia Dolorosa

El aire frío de la noche movía el hirsuto cabello de Mateo. Él estaba sentado sobre las raíces de un árbol frondoso, frente a la humilde vivienda que habitaba en compañía de sus padres y sus tres hermanos. En ese momento lo acompañaban Tomás, de pie, y Leonel, sentado, muy cerca de él.

La noche ostentaba una densa penumbra que apenas permitía se vieran el rostro entre ellos. Si acaso sus miradas se iluminaban un poco, era por el poderío de sus expresivos ojos, otro tanto por el titilar de una que otra luciérnaga despistada y debido también al relámpago intermitente que mandaba una discreta amenaza de lluvia. Los muchachos hablaban en voz baja, como queriendo evitar que alguien de la casa pudiera escuchar aquella conversación, que seguramente era de un tema delicado. Se alcanzaban a entender algunas frases como éstas:

- Debemos hacer algunas actividades para conseguir comida pero a la voz de ya. En el internado no queda ni una galleta de animalitos desde hace un buen rato. Las autoridades no quieren darnos nada y ni modos de morirnos de hambre. ¿Qué dices Leonel? ¿Y tú Tomasito?

- Pues ni modos de cerrar la escuela Mateo, ni es justo ni lo vamos a permitir, no vamos a dejar que nos maten de hambre, tenemos que luchar con uñas y dientes.- comentó Leonel.

- Pues sí, pero, ¿Qué podemos hacer? Si seguimos deteniendo camiones de proveedores de alimentos para subsistir, nos puede ir mal, ya nos han amenazado que nos van a encarcelar y eso es lo que más quisieran.- terció Leo.

- Está claro que esa es la estrategia del gobierno. Nos aprieta el pescuezo y nos deja de entregar los recursos para alimentos. Con eso provoca que tengamos que obtener las mercancías de los camiones repartidores y de esa forma los estudiantes aparecemos como criminales. Así, en cualquier chico rato, nos atacarán con el pretexto de que somos un desmadre. Y por otro lado, los de la "maña" creen que les hacemos competencia en esa especialidad y la onda no es así.

- Bueno ya, piensen bien que otra cosa podemos hacer, además de eso y las "coperachas", para medio componer las carencias en la escuela. Y ya vámonos porque mañana tenemos que ir a la cabecera municipal a tratar de recolectar algo de dinero para financiar los cultivos de la parcela escolar.

Qué lejos estaban de imaginar estos emprendedores muchachos que, junto a otro gran número de compañeros estudiantes, tendrían la más trágica de las noches de sus cortas vidas. Es difícil de pensar que se pudiera suscitar una agresión de esa naturaleza, no obstante las muestras de que aquella región estaba seriamente permeada por la anarquía.

Esto que acaban de leer fue un intento de introducción de una especie de relato que pretendía poner en sus manos. Pensaba escribir acerca de ese suceso vergonzoso que nos impactó a los mexicanos y a miles de ciudadanos de varios países. De ese típico acto en el que el uso abusivo de la fuerza nos situó de nuevo y de pronto en un estado de barbarie. Me refiero a los muertos y desaparecidos de la normal de Ayotzinapa en el Estado de Guerrero.

Intentaba hacerlo usando un formato novelado, atractivo y dinámico. Notarán que incluso le puse voz a los personajes y los hice conversar, pero (aquí viene el pero) me sucedió algo muy especial que espero explicar bien con el símil siguiente. No se sí a alguno de ustedes les haya ocurrido, que estás cantando y la letra de la canción tiene tanta carga emocional que en un punto de la misma se te hace un nudo en la garganta y no puedes continuar. Te gana la emoción y sobrevienen las lágrimas, un acceso de tristeza y no puedes terminar tu canción. Guardadas las proporciones, algo así me sucedió hoy al momento de escribir este modesto artículo para ustedes. Intentaré explicarlo mejor.

Durante mi trayecto en el medio de la comunicación, modestia aparte, he escrito muchísimos cuentos, relatos o historias de todo tipo. En ellas he podido regodearme, precisamente porque no le impongo límites a mi narrativa salvo los que me señalen mi acervo lingüístico y mi imaginación. Hoy, al querer usar la metáfora  para presentarles mi visión de ese hecho ignominioso, me ganó el sentimiento, pero no sólo la tristeza, sino también el coraje. Quise hacer una analogía del asesinato y me encontré de frente con un rostro descarnado y ultrajado. No es un homicidio simple la de ese joven al que le quitaron el rostro y le sacaron los ojos. Es una cruel muestra de la depravación de las mentes y de la ausencia de valores de los criminales actuales. Ese no es un homicidio más, es una flagrante profanación y una excesiva muestra de poder, pero del poder maligno y putrefacto.  

Fue un coctel de sentimientos, rabia, impotencia, tristeza, pesar. Pensé en el dolor de los padres de los estudiantes asesinados y heridos, pero aún más en la angustia y desesperación de los que esperan noticias de sus hijos desaparecidos. Me estremeció de pies a cabeza tan sólo imaginarme en su lugar. Se me vinieron a la mente las terribles angustias sufridas por una eventual tardanza en llegar a casa de alguno de mis hijos. Alcanzo a adivinar las penurias de esas familias que esperan noticias de sus hijos desde hace un mes y no aparecen ni vivos ni muertos.

Estoy cierto que este lamentable suceso no es un hecho cualquiera. Dentro del dolor, de las sensaciones y fibras que ha movido en los corazones de la gente que, económica y/o moralmente, nos hemos sumado a la protesta y a la búsqueda de justicia, no podrá pasar jamás desapercibido. No hay vuelta atrás, este hecho lamentable será, sin lugar a dudas, uno de los detonadores de los cambios forzosos que están por presentarse. Las inercias sociales están quedando atrás, las mentes de los mexicanos se han venido madurando como la fruta que se corta verde, a fuerzas. Las voces se van uniendo una a una, en la calle, en las fábricas, en los sindicatos, en las escuelas de todos los niveles y tipos, las voces ya se escuchan en todos lados . El espíritu de la solidaridad social se ha rejuvenecido. La conciencia de clase se despierta del letargo, el miedo se torna en rabia.

El pueblo hoy reclama, ya basta de asesinatos, no más violencia, ya basta de los saqueos de recursos públicos, ya no más corrupción, basta de políticos vivales y funcionarios prepotentes, basta de tanta pobreza de muchos y tanta riqueza de pocos. El pueblo necesita ser escuchado y tratado con amabilidad, necesita justicia social y que se respeten sus derechos humanos. Necesita buenos empleos con buenos salarios y servicios de salud dignos. En fin, es una larga letanía que la voz del pueblo empieza a rezar con devoción.

Entre tantas cosas y hechos recientes, los sucesos de Ayotzinapa, pase lo que pase, son y serán históricamente mucho más que una historia dolorosa.

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Octubre 22, 2014

Remanso en la Tormenta

Esta vez empezaré por describir el porqué del título de hoy. Me propuse ser muy directo en ese sentido y así lo haré. Quizá sea una expresión poco comprensible por sus amplísimas posibilidades de interpretación, pero créanme que es tan simple como decir que al fin hay algo diferente, nuevo y bueno, entre tantas noticias y sucesos calamitosos de las semanas recientes. 

Acepté escribir sobre este tema porque soy un convencido de que a las cosas buenas se les debe dedicar el tiempo que se merecen. Porque creo firmemente que este no es un gasto de tiempo o espacio sino una oportuna y rentable inversión para el futuro.

En realidad no se que tanto pueda servir la publicación de esta historia. Desconozco si causará algún efecto en la audiencia, ignoro si le producirá algún beneficio al personaje que la inspira, pero lo que si les puedo decir a mis amables lectores es que jamás podría perdonarme no haberlo intentado o no atender esta solicitud de apoyo que llegó a mis manos.

Considerando que los datos curriculares de quien hoy ocupa este espacio no son muy extensos,  al menos no en cantidad, aunque si en calidad, porque su carrera se puede decir que es aún corta al igual que su edad. Pero en las cosas del arte me inclino a pensar que la calidad o la excelencia siempre se impone.

El de Daniel Martín Montes Ruiz, es uno de esos casos que con gusto quise abordar porque me parece que es una más de las oportunidades que me da la vida de apoyar, de contribuir con un pequeño grano de arena a promover la carrera artística de alguien que considero una gran promesa dentro de la música nacional y quizá hasta me atrevería a decir internacional. He escuchado tocar en vivo a Daniel en dos ocasiones, una de ellas en las tradicionales "Tardes Culturales del SUTSEM", otra en la Biblioteca Magna de la UAN y muchas más a través de videos que circulan con mucha aceptación en el internet.

Además de la delicia auditiva de sus acordes, la guitarra de Daniel provoca sentimientos especiales. Reconozco que no soy un experto en la materia, pero creo con firmeza que cualquier persona común y corriente, más común que corriente, puede apreciar la belleza de una ejecución musical sin conocer ni un ápice de música. Así es el caso de este chico que tiende al virtuosismo, a mí me parece que tiene el don de la delicadeza, esa exquisitez que se percibe con facilidad, con naturalidad. Creo entender que no sólo se trata de saber tocar un instrumento y ya. Además de poseer una excelente destreza para ejecutar una pieza musical, el guitarrista debe tener la sensibilidad para interpretar y poner su sello, su pasión, su estilo en cada uno de sus acordes. De esa manera se logra la tan ansiada comunión con la audiencia. Así pienso que es Daniel, así lo puedo describir por lo que he logrado percibir en sus actuaciones y algunas entrevistas de televisión.  

Por supuesto que es indispensable traer a ustedes algunos de los logros de este joven artista de la guitarra clásica. Él inició su aventura artística desde los nueve años, de la mano de Luís Lucachín, maestro de guitarra popular de la Escuela de Seguridad Social del IMSS. Posteriormente se incorpora a la Escuela Superior de Música en la que formó parte de la Orquesta de Guitarras, dirigida por el maestro Eriko Ávila Cataño, con la que pudo participar en diversos eventos artísticos de importancia, presentándose en varios municipios de nuestro estado y diversos foros en la capital del mismo, como son el Museo Emilia Ortiz, TV UAN, la Feria Nacional Tepic, Radio Universidad y muchos más. Otros logros relevantes son la grabación como solista de la composición "Homenaje a Lauro" del disco "Tres piezas a Nayarit" del maestro Eriko Ávila, la participación en la presentación de la Casa Nayarit en Guanajuato, dentro del marco de la 39ª edición del Festival Internacional Cervantino.

Se podrían mencionar innumerables eventos, recitales y conciertos en los que Daniel ha participado de manera estelar, pero no alcanzaría el espacio para ello. Por esa razón terminaré este recorrido curricular rematando con el Primer Lugar obtenido en el "Concurso Nacional de Intérpretes" Salamanca 2012, Categoría Juvenil Menor; el segundo lugar en el "V Concurso Nacional de Guitarra, Salamanca 2013", así como el Segundo Lugar en el "Concurso de Ejecutantes de Guitarra en el XXXVIII Festival de Guitarra Paracho 2013", Categoría Juvenil. Cabe señalar que no existen antecedentes de que otros alumnos de esa escuela hayan logrado antes esos premios a nivel nacional.

Estos galardones son sólo una muestra de lo que este joven, actualmente de 16 años, puede lograr en el hermoso pero difícil mundo de la música. Daniel, ha demostrado su talento desde su infancia y continúa cultivando su calidad artística en la Escuela Técnica de Música de la UAN, a la que asiste por las tardes en tanto que en las mañanas dedica su tiempo a cursar el bachillerato técnico en el área de programación del CETIS 100. Los maestros que ha tenido este brillante guitarrista tienen una opinión muy halagadora de sus cualidades como músico y como ser humano, sus virtudes artísticas están en concordancia con las virtudes personales, ya que lo consideran un muchacho serio, dedicado, responsable y con mucho carisma y simpatía. Su profesor actual, Eriko Ávila, afirma que en 3 ó 4 años podría ser superado por su alumno, situación que le alegra y satisface.

Esta es una breve semblanza de Daniel Martín Montes Ruiz, un jovencito que es, a su corta edad, un artista comprobado y a la vez una brillante promesa que seguramente pondrá muy en alto el nombre de Nayarit en el ámbito del arte y, especialmente, en el círculo de la música de alta competencia.

Este no es sólo un buen deseo, sino una auténtica convocatoria a todas las personas que, de una manera u otra, pudieran contribuir a que Daniel consiga hacer de su sueño, una sólida realidad. Espero que este guerrero de los escenarios reciba de parte de las autoridades culturales toda la consideración y el apoyo que se merece, mientras tanto nosotros, todos los que apreciamos el talento, estemos atentos a brindarle acompañamiento en esta hermosa aventura del éxito.

Quizá no sea muy fácil el camino, pero contamos con un factor adicional que puede ser una motivación poderosa, me refiero a que este talentoso muchacho es hijo de un trabajador sindicalizado de la Secretaría de Obras Públicas, el señor David Montes, orgullosamente sutsemista. A él y a su esposa, la señora Alma Ruiz, mi reconocimiento y mi respeto por apoyar a su hijo con esa pasión y esa fuerza inquebrantable que le hará más llevadera su lucha. A Daniel, mi reconocimiento a su capacidad y mi compromiso de estar atento a su carrera, a sabiendas de que necesitará del apoyo de todos nosotros.

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Octubre 16, 2014

Sembrando Conciencias

Tengo pendientes de complacer algunas solicitudes y sugerencias de parte de algunos lectores asiduos. Entre estas peticiones destacan las de tipo relato, cuento, alguna crónica de un suceso o alguna vivencia. Existe entre ellas también una solicitud específica para comentar sobre la prometedora carrera artística de un joven guitarrista local. De antemano les digo que en breve y con muchísimo gusto serán todos atendidos.

Reconociendo que mi espacio no es una columna política y que todos los temas tienen su debida importancia en ella, debo decirles a ustedes que me favorecen con su compañía cada semana a través de estas líneas, que cuando escribo de política es porque acepto alguna sugerencia o porque mi modesta sensibilidad me indica que es un buen momento para hacerlo. En esta ocasión estoy incitado por la segunda razón.

Sin duda que el tema político es uno de los más socorridos para escribir porque siempre hay material a la mano. Invariablemente existen motivos, eventos y sucesos que dan la pauta para la noticia y la opinión. En mi caso, de acuerdo al perfil de mi espacio periodístico, prefiero ser lo más versátil posible en cuestiones temáticas.

A nivel local, sigue siendo de lo más relevante la pugna entre la clase trabajadora y los patrones gubernamentales que no ceden en su intento de debilitar no sólo el poder adquisitivo de las familias sino que además pretenden dividir al sindicalismo, supongo para hacer efectiva la vieja premisa "divide y vencerás". Es evidente que en esto último estoy aludiendo al cercano proceso interno para cambiar la dirigencia estatal del S.U.T.S.E.M. para lo cual ya hizo su aparición un grupo de trabajadores que presentarán una planilla opositora a la continuidad del liderazgo actual.

Desde mi punto de vista, no le veo mucho futuro a esa corriente disidente, por la sencilla razón que es abanderada por una persona que no puede sustentar la tesis de la lealtad, mucho menos de la solidaridad. Digo esto porque es de absoluto dominio público el comportamiento político de quien pretende liderar ese grupo y no lo distingue precisamente la lealtad a quien le dio la confianza y el apoyo, mucho menos la solidaridad hacia sus compañeros trabajadores del ayuntamiento local, ya que se alió sin recato alguno a quién era el "enemigo público número uno" de los sindicalizados, el ex presidente municipal, el tristemente célebre Héctor González. Por otro lado, aparecen en el grupo algunas cabezas visibles que también son señaladas de traidoras y personas non gratas por las masas sindicales.

Noticias políticas hay muchas, situaciones que analizar y comentar a diario se presentan. En el ámbito nacional, causa gran malestar la llegada al hangar presidencial del nuevo juguetito del señor presidente, un modernísimo avión Boeing- 787 con un costo aproximado de siete mil millones de pesos, lo cual es una burla, una brutal muestra de desprecio a los millones de mexicanos en pobreza extrema. Ahora no sólo tendremos al hombre más rico del mundo (2013) sino también el avión presidencial más caro del mundo, vaya incongruencia.

Parece que hemos perdido la capacidad de asombro. Nada nos sorprende, nada nos impresiona. Vivimos en un país donde la simulación forma parte del paisaje y el conformismo es una manera de ser. Es increíble lo que sucede en nuestro país y muchas personas ni siquiera se dan cuenta. Por citar algún ejemplo, les daré unos cuantos números con los que espero lograr al menos hacerlos parpadear.

Según el INEGI, al 2010 éramos más de 112 millones de mexicanos. Seguramente al 2014 ya habremos sumado unos siete milloncitos más. El punto es que de esos 120 millones (cerrando las cifras) más de la mitad viven en la pobreza y casi el 20 por ciento en pobreza extrema, según datos del Banco Mundial. ¿Se dan cuenta los millones de pobres que existen en México? Cómo veo que no se asombran, entonces les diré que en las cifras finales del presente año podremos estar "orgullosos" de tener 155,100 millonarios mexicanos o sea 10,150 más que en el 2013. (Cifras de la consultora  británica WealthInsight) Si no lo notaron, el aumento del número de millonarios fue de 7 por ciento, mientras que el último aumento al salario mínimo fue de 3.9 por ciento. ¿Vaya cosas que pasan, no? ¿De dónde saldrían esos nuevos millonarios? ¿Alguien de ustedes se imagina?

Si aún no logro impresionarlos les diré, sin salirme del punto, que en el rubro de billonarios (los que poseen de mil millones de dólares en adelante) también se registraron aumentos considerables en nuestro país, ya que del 2012 al 2013 el número aumentó de 10 a 15, cinco nuevos billonarios mexicanos en sólo un año. Esperemos que termine el 2014 para ver cuántos más se sumarán a esta lista. (Fuente: Revista Forbes).

No cabe duda que vivimos en el país de la incongruencia y la injusticia. No puedo creer que estas abismales y groseras diferencias que existen entre la cúspide del poder y el inframundo no provoquen ninguna reacción. No es posible que mientras miles de niños mueren por el hambre y la desnutrición, 5 personas puedan sumar con sus fortunas personales casi 115 mil millones de dólares. Qué razón tiene la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) al afirmar que de todos sus miembros, México es el país con mayor desigualdad económica, ya que en éste es tres veces mayor al promedio que tienen las demás naciones. En otras palabras, es donde la brecha entre ricos y pobres es más que acentuada, cruel y alarmante.

Estas cifras nos muestran el perfil de un México lacerado y ultrajado. Entonces pensamos que es el fondo, creemos que ya no puede haber nada más terrible. Pero la realidad nos vuelve a abofetear con dureza, sacudiendo bruscamente de nuestra cabeza el sudor de nuestro trabajo, las lágrimas de impotencia o ambas cosas. Hoy no hablamos solamente de la explotación económica, que nos quitan nuestros recursos, libertades y derechos. Hoy nos ofenden de una manera inhumana con hechos que sobrepasan los límites de la tolerancia. No satisfechas las autoridades con su permisividad ante los embates de la corrupción, la violencia y el narcotráfico, hoy hacen un nuevo intento por acallar las voces de protesta del sector más combativo de la sociedad actual: los estudiantes.

No cabe duda que la historia nos enseña muy bien las lecciones, sólo que a veces desdeñamos el aprendizaje. Hace 46 años que la clase estudiantil fue reprimida por un gobierno autoritario y salvaje. La lección fue dura pero no le dimos el valor histórico que representaban aquellas muertes como catalizador de un movimiento permanente en favor de la libertad y el respeto a los derechos humanos. Guardamos los cuadernos y nos callamos. La conciencia social y la rebeldía parecía diluirse entre las musgosas y polvorientas paredes del tiempo. Pero, hace unos días un hecho inusitado por su brutalidad volvió a romper el silencio. Una nueva masacre de estudiantes se registra en la historia de México, ayer los universitarios de México hoy los normalistas de Ayotzinapa, Guerrero.

Este último suceso, en el que se extralimitó el uso y el abuso del poder, es la muestra más fehaciente de que México es, desde hace algún tiempo, un país en el que la gobernabilidad brilla por su ausencia. Es la impunidad la marca de nuestros tiempos. Parece que los asesinatos y desapariciones de estos jóvenes estudiantes han encendido de nuevo la llama de la inconformidad y la protesta. A estas voces se han unido muchas otras, locales, regionales, nacionales y mundiales. Desde aquí un llamado a la unidad, levantemos la voz y el puño para que este caso, marcado por el más cruel autoritarismo, no quede impune y se haga justicia a las familias de las víctimas. Las muertes no serán inútiles, sus cuerpos se han sembrado, sus ideales germinarán en la conciencia de muchas generaciones.

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Octubre 8, 2014

El que Calla Otorga

En esta ocasión abundaban las posibilidades para la elección del tema de la semana. Ideas y sugerencias a granel. Por eso sonreía complacido, pensando que sería una gran oportunidad de intentar complacer el gusto cada vez más exigente de mis amables lectores. Pero, siempre o casi siempre hay algo, un detalle que trastoca la ilusa perfección de las cosas.

No me gusta dedicarle tiempo a las cosas o personajes que no valen la pena pero tampoco me gusta quedarme callado cuando se dice algo que es absolutamente falso y tendencioso. Quizá resulte algo difícil contextualizar este asunto. Empezaré por recordarles que en uno de mis artículos recientes titulado "Andan sueltas las jaurías" critiqué el amarillismo de algunos medios impresos, subrayé su vergonzosa supeditación a la nómina gubernamental y grupos de poder y señalé el bajo nivel de su ejercicio periodístico al considerarlo grotesco, vulgar y denigrante. Cabe señalar que hice este ejercicio crítico de una manera sutil, usando  mensajes entre líneas, incluso alguna analogía, corriendo el riesgo de que pudiera resultar un poco difícil de entender para algún lector y quizá hasta para los periodistas aludidos. Sorpresivamente resultó todo lo contrario. Este artículo tuvo una gran respuesta de parte de mi audiencia y también fue entendido por los susodichos.

Lo anterior me complace mucho y halaga mi vanidad. Primero, porque indica que pude expresar con indudable claridad el mensaje, la opinión que intenté ofrecer. Segundo, porque pude exponer y comprobar de manera implícita la hipótesis de que se puede combatir con mucha gallardía en el campo de la dialéctica periodística, sin necesidad de denostar a la persona a la que se critica o impugna.

La reacción no se hizo esperar y en otro artículo del tabloide, el periodista de marras reviró con saña renovada en contra de la lideresa del SUTSEM, dando un aluvión de datos que según consignan los privilegios económicos de la Señora Águeda Galicia, citando como fuente a un tal abogado Humberto Avenam (sic), sin documentar el origen y sustento de tales aseveraciones. Entre la sarta de supuestos rubros económicos menciona uno específico que transcribo a continuación para su análisis: "Para pago de pseudo periodistas que golpean a quien no coincide con los intereses de Águeda, a través del periódico La Verdad (En Chayote que ellos mismos critican) el gobierno da $ 20,000 pesos mensuales". Al respecto me gustaría hacer algunas aclaraciones.

Este periodista con nombre de revolucionario ruso, califica como "Pseudo Periodistas" a los que escribimos en el Semanario La Verdad. Me pongo a pensar si este personaje sabrá lo que significa este término. El término Pseudo ó seudo es un elemento compositivo del lenguaje que se utiliza como prefijo y significa falso. Entonces quiere decir este señor que los que escribimos en La Verdad somos falsos periodistas. ¿Por quién lo dirá? Serán falsos periodistas Pepe Reyna, Premio Estatal de Periodismo 2014, José María Narváez, Martha Isabel Guzmán, Premio Estatal de Periodismo 2011 e incluso ahora el decano del periodismo nayarita el señor Brígido Ramírez Guillén. Quizá diga que es falso periodista Enrique González Rodríguez, Presidente del Frente de Comunicadores por Nayarit, FRECONAY, A.C. ¿Quiénes serán para él los falsos periodistas? Se refiere a Verónica Ramírez o Román Macías de la sección deportiva. O quizá se refiera a los que tenemos menos tiempo en el medio, como Leticia Chávez, José Luís Núñez, Vladimir Valdez Aguilar, Roberto González Casillas, Liliana Hernández o su servidor.

Vaya que resulta difícil inferir cuales fueron los criterios que usó el multicitado personaje para fundamentar su sesuda aseveración. ¿Está acaso situado en la vieja y polémica definición del periodista y su diferencia con el comunicador? Quizá se haya basado en la estricta y monovalente definición que el periodista es el que sólo realiza esa actividad y vive de ella. Si es por esta última acepción, pues si es claro que hay muchos vividores, incluidos medios impresos que viven corporativamente del chayote, aunque es justo decir que existen también muy honrosas y reconocidas excepciones.

No puedo reducir esta infamante aseveración a la simple y hasta torpe conclusión de que sólo ha sido una declaración desafortunada. Creo que es artera y tendenciosa. Por mi parte la rechazo con total contundencia. Ni recibo chayote ni lo recibiré. Señalo mi decisión de mantener mi pluma en libertad, jamás he sido sometido a ningún acto de censura, ni tampoco lo permitiría. Nunca he sido presionado para hacer un comentario o dar una opinión en alguna dirección convenida o amañada. Pero, quizá eso signifique para el difamador que soy un falso periodista. Por mi parte, intento hacer mi trabajo con honestidad y profesionalismo, entendido éste último como el compromiso con la verdad, la calidad del trabajo y el respeto a los lectores. Probablemente  él piense que soy un falso periodista porque no vivo del periodismo, aunque escriba ininterrumpidamente mi columna en el semanario y otros medios digitales desde el año 2011, además de ser miembro activo de una asociación de periodistas denominada FRECONAY, A.C. en la que ocupo la cartera de Secretario de Actas y Acuerdos para el periodo lectivo 2013-2016 y cuento con los registros y acreditaciones reglamentarias de prensa.

En fin, creo que ya le dediqué más tiempo del que se merece este personaje que no ha guardado una postura profesional por más que lo anuncie con bombo y platillo en sus marquesinas editoriales. Aunque, en contraparte hay que reconocerle, si fue él quien detectó el mensaje, su vivacidad para leer entre líneas, sobre todo en un lenguaje muy diferente al que él suele usar en su medio.

Para terminar, quiero ofrecer una disculpa a mis amables y fieles lectores por haber agotado el espacio de este artículo en este tipo de aclaraciones, cuando quizá hubiesen preferido alguna buena historia. Pero me pareció oportuno hacerlo porque, aunque no me inquietan este tipo de difamaciones, de haberme quedado callado ante tal acusación probablemente alguien hubiera dicho: "El que calla otorga". 

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Octubre 01, 2014

Vagando por Chilangolandia

El metro estaba a reventar a pesar que no era una hora pico. Me costaba trabajo pensar que por más que preparé mi ruta crítica del día, algo empezara a fallar desde el principio. Así que aspiré una gran bocanada del enrarecido aire de la ciudad y me dispuse a la gran aventura.

Cuando bajé por el túnel de la estación Pantitlán, había una oscuridad poco usual en las instalaciones del metro. Del lado derecho, una persona con aspecto desaliñado ofrecía chocolates macizos de una marca muy conocida al módico precio de cinco pesos. Más adentro, otro tendido con diversas chácharas que era regenteado por una pareja con indumentaria típica de las etnias del suroeste del país.

A paso veloz, después de adquirir los boletos suficientes, pronto estaba abordando el tren con dirección a Observatorio. El típico "aroma" del tren urbano llamado metro ya está presente aunque el día aún no llega a su parte media. Si el día vive ya sus horas más altas, entonces se puede sentir a plenitud la catastrófica combinación de los miles de humores que forman una especie de arma biológica letal. Esto es tan sólo una parte de esta aventura sui géneris, otra es el masaje corporal obligatorio.

La idea de descender en la calle de Tacuba, a sólo unas cuadras del histórico zócalo, obedecía a la esperanza de poder escuchar al conjunto musical que generalmente toca en el acceso a la calle Motolinía. Este grupo musical es muy especial, está formado por músicos invidentes que tocan tan bien que su audiencia es normalmente muy numerosa. Recuerdo que acudía  a escuchar su música desde que era un estudiante universitario. Me fascinaba oír sus bellas ejecuciones impregnadas de ese sonido tan melancólico del jazz y el blues, aunque también interpretaban algunas piezas de corte alegre y bailable que eran muy aplaudidas por todos los presentes.

De ahí, caminando por esas callejuelas llenas de comercios e historia, me dirijo a la calle Venustiano Carranza, viendo hacia todos lados, disfrutando de los bellos conceptos arquitectónicos como si fuera la primera vez que los viera. Aprieto el paso en motolinía, porque por mi aspecto (uso de lentes) soy casi secuestrado por un enjambre de promotores de las innumerables ópticas y talleres relacionados con el ramo que existen en dicha vialidad peatonal. Me sentí a punto de ser descuartizado por el jaloneo de ese grupo de anunciantes en su afán de ganarme como cliente potencial. 

Esos incidentes ni siquiera me inquietaron, ya que en mi sistema límbico sólo había lugar para esos deliciosos taquitos de canasta que venden desde hace más de treinta y cinco años en la calle de Venustiano Carranza entre Bolívar e Isabel La Católica. Ni crean que es una lonchería, es un puestecito situado en una especie de accesoria de tan sólo tres metros cuadrados cuyo equipamiento consiste en la canasta repleta de tacos de chicharrón, frijoles, carne deshebrada, papa y mole verde. Dos tablas, cada una  empotrada en su respectiva pared, tres bancos de madera a cada lado. Cada barra bien provista de una salsa verde muy bien condimentada y textura martajada, como dicen en el rancho y otro recipiente con chiles serranos en escabeche. Dos botecitos de lámina llenos de papel de envolver recortado en cuadros, unos saleros y un refrigerador de puertas transparentes completan el menaje del típico local.

Entre gritos de "pásele, pásele, si hay" y "aquí están los mejores del rumbo" fui degustando sin prisas, uno tras otro, iniciando con el de chicharrón y terminando con el de frijoles. La idea era probar al menos uno de cada guisado, para guardar así todos los sabores en mi recuerdo, hasta la próxima visita.

Pronto me vi de nuevo deambulando por el centro. Aunque se suponía que había programado una ruta básica, al mirar tantas cosas atractivas y sentir la presencia de la historia en esas calles, al pensar que son escasas ya las oportunidades de recorrerlas, se apodera de mi una especie de aturdimiento que me hace dudar si ir a un lado o a otro. Así que, convencido de que no podría definir bien el rumbo, opté por la clásica decisión: "a donde apunte el huarache".

En unos instantes más estaba doblando mi cuello hacia atrás intentando ver la punta de la antena de la torre latinoamericana que se ubica en la esquina del eje central y la calle Madero. Uno de los edificios más altos y representativos de la ciudad de las garnachas y los tlacoyos. Sólo era un momento de curiosidad porque estaba seguro que no pagaría setenta pesos por subir al mirador tan sólo para sentir el vértigo por la altura de cuarenta y cuatro pisos. 

Mejor opté por girar sobre la calle Madero y ver el Sanborns que tiene por instalaciones la famosísima "Casa de los Azulejos", edificación de gran importancia histórica y arquitectónica aunque a mi me impacta más el factor artístico o cultural, ya que dentro de esa casa está el mural de José Clemente Orozco denominado "Omnisciencia" que éste pintó en 1925. Cómo restaurant quizá no sea cosa del otro mundo pero como sitio turístico es un gran placer recorrer esa casona de 1500 metros cuadrados repletos de historia.

Después de andar entre muchos edificios que son auténticos homenajes al arte de la construcción, verdaderos poemas arquitectónicos, llenos de detalles, convergencia de estilos y corrientes que dieron forma al bello entorno del centro histórico, como el Museo Nacional de Arte, el Colegio de Minería, el Palacio Postal, el Banco de México y muchos otros de una lista interminable, recorrí algunas salas de exhibición de la muestra de arte en homenaje a nuestro premio nobel de literatura, Octavio Paz, en el Palacio de Bellas Artes, después de sentarnos un rato en una banca de la alameda central, tomando fotografías ocasionales y desganadas, después de todo ese recorrido, tuvimos la suerte de encontrar una feria del libro (notarán que hablo ahora en primera persona pero plural) la razón es que el recorrido narrado lo realicé acompañado de mi hijo menor y no lo mencioné antes porque si lo hubiese hecho, por ejemplo en el pasaje de los tacos, me hubiera costado mucha tinta describir su impresionante actividad mandibular (risas).

Una gran fortuna encontrar, sobre el callejón Paseo de la Condesa, una feria del libro. Una excelente oportunidad de invertir el poco dinero que llevábamos, dije bien, invertir no gastar, tanto para mi hijo cómo para mí, comprar libros (y leerlos por supuesto) es la mejor forma de invertir.  Ese fue el remate perfecto a la aventura del día.

Es imposible no sólo describir sino visitar tantos lugares interesantes en tan poco tiempo, es mejor pensar que en cada viaje de vacaciones intentaremos recorrer una pequeña parte del fascinante mundo que encierra la Ciudad de México. Es la Ciudad de los Palacios, la Gran Tenochtitlán, Chilangolandia o como quieras llamarla, un auténtico caleidoscopio de formas, colores y estilos. En esta gran metrópoli se mezclan un número increíble de razas y culturas. Volteas para cualquier lado y ves caras diversas, tipos distintos de gente. No puedes decir que los del distrito federal son altos y güeros como los de Chihuahua, chaparritos y cabezones como los de Yucatán, no hay un tipo, una definición de caracteres somáticos que los identifique. Por supuesto que eso se debe a la gran migración que los habitantes de los estados de la república realizan a la ciudad en busca de mejores oportunidades de vida.

En fin, como quiera que sea, siempre será interesante visitar este mundo increíble de sorpresas, desde el sutil mundo de la cultura y el arte hasta el folclórico escenario del barrio y el tianguis, el "bara bara", el "súbale súbale, hay lugares" y la onomatopeya del "microbusero salsero ": pí pí, pí, pí, pí.  

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Septiembre 24, 2014

A 29 Años de la Tragedia

El día en que escribo este artículo para ustedes, mis amables lectores, se conmemora el vigésimo noveno aniversario de uno de los sucesos más trágicos, tristes y recordados de la Ciudad de México, el terremoto de 1985.

Los recuerdos llegaron a mi mente de manera casi automática, primero por estar justo en el escenario del infausto suceso, segundo porque soy uno de los millones de mexicanos que fuimos testigos de las escenas de terror aquel jueves 19 de septiembre de 1985, a las 7:19 de la mañana y tercero para rendir un humilde homenaje a las víctimas, a sus familias y a los héroes anónimos que apoyaron en las labores de rescate. No pude sustraerme a escribir algo de esto, fue inevitable.

Si no mal recuerdo, hace años ya escribí algo sobre el tema, así que no resultará muy extraño que de pronto aparezcan ante ustedes algunas frases o palabras que pudieran resultar conocidas, pero que importa eso si finalmente son concebidas, en el pasado o en el presente, por la inquietud de mi mente o la nostalgia de mi corazón.

Esta tremenda tragedia puede tener varias lecturas, o mejor dicho puede ser interpretada desde diversos puntos de vista. En el sentido físico, geológico, se puede decir que fue uno de los movimientos telúricos más mortíferos de la historia de México y quizá del mundo. Su intensidad de 8.1 puntos en la escala de Richter es más que suficiente para ser de gran peligro, pero además presentó la combinación de un movimiento oscilatorio (de un lado a otro) y el "trepidatorio" (de arriba hacia abajo) se puede decir que por ello superó en poderío y fuerza destructiva al que ocurrió en el año de 1957, al que se dio en llamar el “Terremoto del Ángel”, porque fue justamente el Ángel de la Independencia, monumento diseñado por el arquitecto nayarita Antonio Rivas Mercado, una de las edificaciones más representativas que se vinieron abajo.

Desde otro ángulo podemos citar, el dañino contubernio de las autoridades con los empresarios de la construcción que este fenómeno natural vino a evidenciar. La deficiencia en la calidad de las construcciones, indudablemente relacionada con la corrupción, la mala planeación y los oscuros manejos en la autorización de los permisos y contratos respectivos, así como la carencia de reglamentos de construcción que exigieran las especificaciones técnicas adecuadas para esta clase de eventos geológicos.

Si no, como se podría explicar que muchos inmuebles antiguos aguantaron a pie firme y una gran cantidad de edificios que se derrumbaron, principalmente escuelas y hospitales, eran de reciente construcción. Además de esos puntos negativos, el gobierno de la república demostró su ineficacia, al manifestar la falta de previsión ante una contingencia de esta magnitud. Tardó mucho tiempo en ponerse en acción, situación que contrastó con la celeridad y valentía con que la sociedad civil respondió ante la emergencia.

Otro detalle gris del gobierno de la época, bajo la férula de Miguel de La Madrid, fue tratar de esconder una estadística evidente y dolorosa, ya que sus datos contabilizaban de 6 a 7 mil los fallecidos, mientras que en fuentes más confiables se consideraban más de 10 mil las víctimas mortales. Estas acciones, acompañadas de sus omisiones, hicieron ver muy mal al mandatario que fue duramente criticado por tardarse tres días en dirigir un mensaje a la nación. Para esas alturas la sociedad civil ya había rebasado con mucho las acciones de gobierno. Desde instantes posteriores al sismo, cuando aún no desaparecían las nubes de polvo de los derrumbes, ya había brigadas de voluntarios rescatando heridos, levantando escombros, apilando cadáveres en improvisadas morgues, en estas brigadas acompañaron al pueblo muchos estudiantes de la UNAM, principalmente de las facultades de medicina, ingeniería y de ciencias. Creo recordar también a varios personajes del espectáculo como nuestra paisana  Rosenda Bernal, Plácido Domingo y muchos más.

Fue una mañana absolutamente trágica, una de las más tristes que se recuerden en el distrito federal. Quizá hoy aún se puedan ver algunas imágenes que quedaron grabadas en los videos que se lograron filmar en aquellos momentos aciagos donde todo era confusión, dolor, llanto y muerte. Las generaciones nuevas sólo podrán ver ese suceso como un hecho periodístico importante o como un programa de televisión. Probablemente lo conozcan por los eventos conmemorativos y/o las "dolientes" guardias oficiales en los sitios de la catástrofe. Sin embargo quedan aún muchos asuntos sin resolverse, promesas de gobierno incumplidas, ayudas que nunca llegaron a sus destinatarios, conciencias que siguen agazapadas en la oscuridad.

Pero los que fuimos testigos de la historia, los que olimos la mezcla de humo, polvo, sangre y muerte, los que presenciamos de frente y muy de cerca la silueta de la orfandad, el dolor y la tristeza de millones de hermanos mexicanos, vemos las cosas con otros ojos. No podremos olvidar jamás lo dantesco de las escenas. Aún recuerdo como me fui poco a poco dando cuenta de la magnitud de lo sucedido. Al principio, no creí que aquellos dos minutos que parecieron dos siglos, hubiesen sido suficientes para ocasionar tamaño desastre. Avanzando de la zona de la Delegación Azcapotzalco, hacia el centro, y más preciso hacia la colonia doctores donde se ubicaban las oficinas centrales de la Secretaría de Comercio, otrora mi centro laboral, me fui percatando de la caída de varios edificios conocidos como el Hotel Regis en la Alameda Central, el restaurante La Copa de Leche en el Eje Central, el Hotel Principado cerca del metro Revolución y muchos, muchos más, incluyendo al edificio donde no hacía mucho laboraba yo, en la Av. Cuauhtémoc Nº 80, que al verlo destruido, como si fuera un pastel que se derritió, no pude evitar sentir una inmensa tristeza. Vale decir que si no sea porque recientemente me habían comisionado a una oficina periférica no estaría contándoles estas vivencias.

Así pues, me detuve aquí, hoy, en la fecha que se conmemora este suceso, uno de los más tristes de la historia de México, para rendirle un reconocimiento a ese pueblo valiente y generoso, que no obstante haber perdido el modesto patrimonio material logrado con toda la vida de esfuerzo, no obstante haber perdido algo inmensamente amado y sagrado como lo es un miembro de la familia, se comportaron con la estatura y dignidad de un gigante. Se me erizan los vellos tan sólo de pensar en la posibilidad de haber estado en el lugar de alguien que vio con impotencia como toneladas de escombro caían sobre su hermano, padre, madre, un hijo o sobre él mismo.

Por eso, a pesar de muchos detalles desagradables que mancharon el heroísmo de aquellos días, de la corrupción e ineficacia del gobierno, de algunos actos de rapiña y todo aquello que no valga la pena recordar, está el ejemplo de los mexicanos nobles, buenos y sencillos que se comportaron a la altura de las circunstancias. Una sociedad civil generosa que apoyó a sus hermanos en desgracia dejando la constancia histórica que somos una comunidad valiente y que en los momentos que más se necesita, cuando la patria llama, aparece la grandeza de un pueblo digno, fuerte y solidario.

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Septiembre 18, 2014

Andan Sueltas las Jaurías 

Alguien me sugería que solicitara descanso durante dos semanas en los medios de comunicación en que publico mis artículos, esto para no tener que presionarme por escribir en situaciones de viaje, en el caso que pudiera salir de la ciudad aprovechando algunos días de mis vacaciones.

Agradecí la bien intencionada sugerencia, pero le dije a mi amable interlocutor que no podía hacer eso por varias razones. La primera de ellas tiene que ver con mis lectores, que quizá sean muy escasos, pero estoy seguro que son muy fieles, eso merece todo mi respeto. No me sentiría nada bien si alguno de ellos, tan sólo uno, fuera a buscar el periódico para leer mi columna y no la encontrara, peor aún que dijera "cerrado por vacaciones". La segunda razón, reconociendo que a veces no es fácil adaptarse a escribir fuera de tu entorno, de la comodidad de tu escritorio y con todos los recursos a la mano, para los que escribimos con la pasión natural, auténtica y sentida del comunicador eso no debe significar ningún sacrificio, al contrario es emocionante lograr tu entrega con oportunidad pese a cualquier contratiempo. Cómo dijeran en el ambiente de la farándula: "El show debe de continuar". Por último, no puedo estar totalmente ajeno al ámbito informativo aunque esté lejos de mi ciudad, especialmente porque a veces se dan situaciones muy especiales como las que comentaré a continuación.

En mis artículos más recientes he comentado sobre la situación crítica que se vive en nuestra entidad federativa y particularmente en su capital. No me refiero a los tremendos chubascos y granizadas que ocasionaron las inundaciones, sino a una tormenta peor que esas, pero esta tiene que ver con el rubro laboral y político, que ha adquirido tanta fuerza que está a punto de convertirse en un furioso huracán que puede ocasionar daños irreversibles.

Lo que más me llamó la atención fue la efervescente actividad del día de hoy en los diarios de Tepic y la "curiosa" coincidencia de la información. Al parecer de pronto, como por arte de magia,  todos los medios de comunicación focalizan sus baterías sobre el mismo asunto. Y no tendría nada de raro eso, puesto que siempre hay noticias que acaparan la atención y en ese sentido los medios se vuelcan en torno a ese material. Pero, normalmente aunque toquen el mismo tema, no todos coinciden en la misma dirección al opinar del mismo. Aquí el asunto es que se revela una suerte de linchamiento encarnizado sobre el sindicalismo nayarita. No, no me equivoco, lo dije bien y a propósito, dije sindicalismo, por más que ellos quieran ponerle precio a la cabeza de la lideresa del SUTSEM, la señora Águeda Galicia.

Primero las declaraciones bravías de don Pepe Espinoza, que dice basta de los abusos y arbitrariedades de Águeda Galicia en estos tres años de gobierno, me pregunto si ¿No es mayor abuso el que han cometido los presidentes municipales con los trabajadores en el mismo lapso que menciona? ¿Tendrá la capacidad y la sensibilidad de ver el daño que se les ha causado a las familias que dependen directamente del salario y las prestaciones que se les deja de pagar? Quizá no sienta que el gobierno estatal tenga algo que ver con esto porque en esa jurisdicción si se han pagado a tiempo las nóminas, pero hay que ver un poco más allá.  La desastrosa situación ocasionada por los ineficaces e ineficientes gobiernos municipales no es culpa directa de la administración estatal es cierto, hasta ahí, pero aquellos han generado un escenario que pone en riesgo la estabilidad de la entidad, es decir que todas esas acciones han inducido una inquietud que podría conducir en caso extremo a un estallido social, aquí es donde aparece la responsabilidad del secretario general de gobierno, aquí es donde tiene relevancia la conducción acertada de la política interna, o ¿Acaso la gobernabilidad en base a la armonía de los actores sociales no es su responsabilidad?

Así pues y de regreso a los medios, me refiero en particular a la prensa escrita, el día de hoy amanecieron los periódicos chorreando de sangre, no todos pero si muchos de ellos. No citaré nombres específicos, porque no lo considero necesario, por un lado porque ya muchos de ellos están identificados por el público lector como adoradores extremos del "Sechium edule" (vulgo chayote) y están supeditados de manera vergonzosa por los gobiernos y grupos de poder, por tanto aplicando las reglas de los sentidos inversos se puede entender lo que publican como si lo leyeras de atrás hacia adelante o mejor aún interpretarlo "a contrario sensu" como dicen los abogados, que quiere decir "en sentido contrario".

En este aquelarre periodístico, producto de la "Feria del Chayote" se han volcado con saña en contra de quien significa el único bastión del sindicalismo en Nayarit y han utilizado las formas más vulgares para atacarla, crearle mala imagen y en consecuencia animadversión por parte del pueblo. Cosa que no será nada fácil por más dinero que inviertan en la compra de opinión a través de periódicos que suelen venderse al mejor postor. Por ejemplo un tabloide que ostenta el profesionalismo en su lema oficial, en su portada exhibe imágenes denigrantes de la señora Águeda, de un pésimo gusto, atentatorias al pudor y las buenas costumbres, y digo esto porque más allá de la libertad de expresión a la que pudiera apelar este periodista, el uso de ésta, facultada por el artículo séptimo de nuestra carta magna, señala con precisión que los únicos límites de dicha prerrogativa es el respeto a la vida privada, la moral y a la paz pública; me pregunto si no queda comprendida en estas limitaciones las imágenes que presentó este periodista, sobre todo porque denotan su pésimo gusto, de ahí que se pueda uno imaginar la clase de persona que las concibió. Si esto no fuera suficiente, casi todo los contenidos, noticias y opinión, se los dedicaron a la lideresa como si fuera una consigna, una línea editorial urgente y tendenciosa. Es más que evidente que este personaje, con nombre de revolucionario ruso, le aventó, infiero que por encargo, toda la jauría a la señora Águeda, pero a quien en realidad quieren sojuzgar es a la clase trabajadora, y esto forma parte de las estrategias patronales y de sus  aliados, entre ellos la prensa servil, que por un buen billete es capaz de escribir sandeces y ultrajar a cualquier persona.

Ese periódico y muchos otros que se identifican plenamente dentro de la nómina gubernamental escurrieron tinta hasta las coladeras, unos se atreven a decir que la mayoría de las gentes repudia a Águeda Galicia, que crece el repudio en las redes sociales, como si uno no supiera que hay cientos de perfiles falsos que son contratados ex profeso, para estar publicando en contra de lo que le pisa el callo a las autoridades, para formar la opinión falsa. En que encuesta seria, profesional, se basa este periodista para aseverar que "la mayoría de la gente" en las redes sociales, no quiere a Águeda. Pero que se puede esperar de éste, si es parte del multicitado tabloide amarillista y vulgar, no recuerdo su nombre de pila pero lástima de apellido porque el ilustre benemérito de las américas, se estaría retorciendo en su tumba. De plano este equipo de comunicadores se evidenció mucho. Finalmente, otro que de plano se tiró a matar y dejó a la delincuencia organizada como blancas palomas comparadas con el SUTSEM, se despachó con la cuchara grande en vituperios y acusaciones que en otra ocasión podríamos analizar más a fondo, por ahora sólo comento que por lo menos éste, el de la columna más larga de la avenida independencia, no me sorprende porque siempre ha sido un voluntarioso enemigo del sindicalismo.

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Septiembre 11, 2014

Yo te Aseguro que yo no Fui 

Muchos días cargados de noticias fuertes, hemos presenciado sucesos que siguen causando indignación, no sólo entre los trabajadores del ayuntamiento sino en amplios sectores de la sociedad nayarita y principalmente en la capital del estado. Esta trágica historia, al menos para las familias de los trabajadores, sigue siendo uno de los episodios más truculentos de la vida política contemporánea de Nayarit. Esto lo digo sin temor a equivocarme, refiriéndome obviamente a problemas de esta naturaleza.

Sé que a los lectores les agrada que haya diversidad en las temáticas de esta modesta columna. Por esa razón he tratado de no ser repetitivo en la selección del material a comentar cada semana. Sin embargo, hay ocasiones en que considero necesario abordar algún asunto de manera reiterada. Esto sucede cuando el tema es sumamente fuerte tanto de forma como de fondo, cuando existe un ostensible interés por parte de los ciudadanos o cuando es un caso en el que tienen presencia permanente la injusticia, la corrupción o la impunidad. Las deudas de los ayuntamientos a sus trabajadores de base, de confianza y lista de raya, es uno de esos casos que rebasan con mucho las líneas de la normalidad y llegan a convertirse en un absurdo, ya que no es posible explicar en el marco de la lógica de la legalidad que el presidente municipal de Tepic o de cualquiera de los municipios nayaritas, puedan irse a casa, con la tranquilidad de un ermitaño, después de dejar en la inopia al personal que durante tres años estuvo a su servicio.

Vale la pena darle seguimiento a este vergonzoso capítulo de la política local que, por su notoriedad, se ha convertido ya en tema nacional al grado que dicen "las malas lenguas" que será el presidente de la república quien, por la vía del préstamo y la mediación de su amigacho nayarita, rescate al "Toro" antes de que le corten las orejas y el rabo.

Parece broma lo que señalo en la última línea del párrafo anterior, pero no lo es tanto. El problema de los adeudos de quincenas actuales, pasadas y otras prestaciones se empieza a salir de control. Los trabajadores han sido muy tolerantes con el tristemente célebre "Toro"  a quien no lo bajan de buey. En sondeos a población abierta, este sombrío personaje ha sido catalogado como el peor presidente municipal de todos los tiempos.

No quiero que se malinterprete mi postura como comunicador, ni se piense que hay un sesgo por antipatía contra el multicitado presidente, al que casi veo como exiliado porque todos los entrevistados lo quieren mandar a la China Popular, pero dicen que no se ha podido porque aún no se sabe si tenemos embajada allá. Lo que sí es un hecho es que existe un ambiente muy tenso, se respira en el aire un pesado resentimiento por lo que está sucediendo y no hay que olvidar que este tipo de condiciones son las suelen provocar los estallidos sociales.

Esperemos que no se suscite una situación de esa naturaleza. A nadie le conviene que la sociedad se fracture y aparezca la violencia. Siempre es preferible la paz social, la convivencia pacífica de los ciudadanos, la tranquilidad de las familias. El orden favorece el trabajo y la prosperidad. En cambio el caos provoca la ingobernabilidad.

Deseo que sea la luz de la justicia la que ilumine el sendero inmediato de los que sufren esta villanía. Que el problema se resuelva conforme a derecho, con la seguridad de que no hay un derecho mas sustentado que el de recibir el pago justo y oportuno por un trabajo que ya ha sido devengado. En pocas palabras que se les paguen los adeudos y prestaciones que les corresponde y dejen de echarle la culpa a los trabajadores de lo que sucede en la ciudad.

Porque eso sí, para financiar campañas de publicidad amañadas en las que quieren hacer aparecer a los trabajadores como culpables del deterioro de la infraestructura física, social y productiva, para eso si hay dinero. Si es cierto que unos días no se ha recolectado la basura porque los compañeros de aseo público están en paro, luchando por sus derechos sindicales que garanticen el pago oportuno de sus quincenas, pero no son ellos los culpables. Los que han provocado todo esto son los patrones que no cumplen con sus obligaciones. En ningún lugar del mundo se trabaja sin recibir a cambio su sueldo en forma puntual. ¿Acaso piensan estos estólidos funcionarios que los trabajadores que viven estrictamente de su salario tienen cuentas en Suiza o en las Islas Caimán, de donde pueden retirar lo necesario para alimentar, calzar y vestir a sus hijos y demás familia? No, señores y señoras, ese tipo de capital, ese que yace en cajas de seguridad especiales y en paraísos fiscales, ese es el que se llevan los Moreira, los Granier, los Reynoso, los Villanueva, los Marín, los Ruiz, los Yarrington y otros más locales.

El trabajador nayarita vive al día, como suele decirse, tiene que estirar el gasto y hace circo maroma y teatro para ello, pero ni es ladrón ni es corrupto, los corruptos son otros y están bien identificados, el problema es que existe una compleja red de impunidad que les permite salir siempre ilesos de cualquier tropelía que cometen y además, por si no fuera suficiente, son premiados por esos oscuros cárteles gubernamentales de los que son distinguidos miembros activos. Así que ya basta de abusos y villanías, respeten a los trabajadores, hagan equipo con ellos, creen los círculos virtuosos que generan riqueza bien habida, productividad y desarrollo, pero dentro del marco de la legalidad, el respeto mutuo y la corresponsabilidad.

Por desgracia existe una cerrazón por parte de las autoridades municipales, aunque no merezcan ese calificativo, ya que no tienen siquiera la autoridad moral para dar la cara con dignidad, ya que sólo han lucido el rostro de la ineptitud, el cinismo y la sevicia.

Espero que en estos próximos días se den soluciones favorables y definitivas a  esta penosa problemática que se contrapone al compromiso del aparato gubernamental de procurar el bien común y la paz social. Estoy cierto que estas acciones de los ayuntamientos, que reflejan una total irresponsabilidad, son agravantes que destruyen el de por sí endeble tejido social. Aún así espero prontas soluciones, quizá, siendo muy optimista, cuando este artículo salga a la circulación, estos problemas, graves de necesidad, sean ya sólo una triste anécdota, una página aciaga, un triste recuerdo de nuestra historia reciente.

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Septiembre 3, 2014

El Rally de los Baches 

En mis ojos se reflejaban los destellos multicolores procedentes de la pantalla que tenía justo frente a mí. Aquellos parpadeos de rápida intermitencia, aceleraban los latidos de mi corazón. Sentía de modo muy especial la emoción de estar dentro de un juego tan espectacular. Me aferraba al volante del vehículo que me llevaba como bólido entre rutas serpenteadas a una velocidad similar a las que despliegan los motores de la fórmula uno, con la diferencia que no conducía sobre un óvalo y las superficies eran muy distintas, fosforescentes, metálicas, digitales.

El asunto del juego parecía que era eludir obstáculos que se presentaban de repente en tu camino, la prueba era reaccionar a tiempo porque si no lo hacías sobrevenía el impacto, la consabida destrucción del vehículo y la pérdida de una oportunidad o "vida" como suele llamarse en este tipo de juegos.

Como nunca he sido muy bueno para los juegos de video, toda la utilería me era desconocida. Pero eso no sería un impedimento para salir avante y conquistar el siguiente nivel, aunque creo que sería más fácil si mi hijo más pequeño me acompañara en este juego de supervivencia. Los chavos modernos suelen ser expertos en estos quehaceres.

Un cambio de luces, efecto de arranque, oscuridad de nuevo, piso el acelerador se encienden muchas luces en el tablero de controles, una sensación de vacío en el estómago, siento como si me jalaran hacia atrás, efecto velocidad, siento vértigo, me adapto, abro mucho mis ojos, luces, muchas luces, luego oscuridad, de pronto un gran círculo, no distingo el color, doy un volantazo, lo esquivo, puntos a mi favor, respiro profundo, me concentro en el camino, dos círculos y un cuadro, dos virajes, uno más, nuevos puntos.

Parece que todo va más o menos bien, pero de pronto casi de la nada aparece un hoyo negro y zas, se escucha un tremendo golpe, mi coche parece girar sobre su propio eje, después un sonido similar al de una alarma o sirena, se enciende una luz rojiza que enseguida trueca a negro, luego un silencio, de pronto una terrorífica carcajada que retumba en todo el ambiente, se ven luces que giran de manera centrífuga enmarcando una figura regordeta con ojos furiosos como de buey asustado. Con tono burlón, el execrable personaje de la pantalla, repite insistente la frase: "Perdiste puntos, no hay paga, perdiste puntos, no hay paga", después se aleja en un hermoso vehículo, más tarde se le ve en recuadros simétricos, jugando golf, de compras, construyendo edificios, devorando opíparos platillos.

Vuelvo a mi video juego, no puedo perder más vidas, sólo me quedan dos y no sé qué hacer para ganar más, los hoyos están por todos lados. La pantalla me señala la posibilidad de cambiar de ruta, lo cual parece atractivo, no creo que en otra haya más obstáculos que en esta en la que estoy. Decido hacerlo y paso del área de Eucalyptus Street a Top Lake Boulevard y entonces me doy cuenta que me equivoqué rotundamente. En las primeras escaramuzas perdí la segunda de mis vidas, ya que después de algunos virajes bruscos caí en un círculo gigantesco que estuve a punto de evitar pero me distrajo un alboroto y cuando quise reaccionar ya estaba dentro del hoyo en el que varios niños jugaban waterpolo. De nuevo la carcajada siniestra y sonora del personaje de los ojos de buey después del breve silencio y como la vez anterior repetía la frase: "Perdiste puntos, no hay paga, perdiste puntos, no hay paga" y de nuevo los recuadros en pantalla con las actividades del odioso troglodita, el golf, las compras, los edificios y las bacanales gastronómicas.

Me sentí frustrado por mi falta de pericia en el juego. Ya había desperdiciado dos vidas y estaba a sólo una de perder definitivamente el desafío. Era necesario hacer el esfuerzo y concentrarme para poder completar al menos el nivel de principiante. Pensaba que no importaba perder el reto tecnológico al fin de cuentas era tan sólo un juego, pero la vocecilla del orgullo me hablaba al oído y me decía que continuara, que lo podía lograr y eso hice. Aspiré de nuevo el aire fresco, parpadeé varias veces, apreté los dientes y me propuse llegar a la meta.

Pronto me doy cuenta que la siguiente ruta será aún más difícil, pues tendrá que cubrirse en oscuridad total, intento cambiarla pero según lo que aparece en el catálogo todas son oscuras y peligrosas. Ya nada importa, sólo terminar y me dispongo a ello. Reviso de nuevo el volante y todos los controles, botones,  palancas, luces y demás. Arranco de nuevo en busca de mi objetivo. Todo parece aún más confuso, giro a un lado y a otro. Las rutas son inhóspitas e intransitables, presiono un botón y aparece en pantalla el multicitado personaje, el villano de la película, el de las carcajadas, las burlas, el golf y demás, pero ahora es perseguido por una multitud que le grita insultos y lo maldice, son miles de hombres y mujeres que le reclaman algo que no alcanzo a oír bien, pero se puede suponer que hizo algo muy grave.

Entiendo que aquella persecución es parte de las animaciones del video y me sigo de frente, intentando evitar los obstáculos y llegar al final. Ahí voy, girando, frenando, acelerando, sudando, esquivando, asustado, con los nervios crispados, lleno de adrenalina pero avanzando. Después de varias advertencias y contratiempos llego con mi única vida hasta el final del juego, con letras grandes dice meta, bueno FINISH, porque el juego es "gabacho" y con una gran sorpresa veo al villano de los ojos de buey que con cara de resignación y enojo, hace una reverencia y me invita a traspasar el portón que abrió con una llave que sacó de uno de sus bolsillos delanteros, el otro del frente y los dos de atrás están llenos de billetes de alta denominación.

Paso el umbral del portón y aparece un cofre que dice "Premios", el botijón se aleja riendo burlonamente, mientras yo abro la tapa del baúl, esperando encontrar monedas de oro o cosas por el estilo, pero mi sonrisa triunfal se desvanece ya que al meter la mano sólo encuentro dos papeles sin firma, uno dice "vale por media quincena" y el otro "vale por medio aguinaldo". Me enfurezco en el acto y empiezo a golpear la pantalla de colores que me señala ganador, hasta que ésta empieza a saltar en pedazos entre estallidos y chispazos. Intento proteger mis ojos del corto circuito. Me quedé ahí, quieto, hasta que de pronto escucho una voz conocida que me dice alarmada: ¡Cuidado amor que caes en el bache!

Creo que fue un pestañazo en la espera del cambio de luz del semáforo. Qué sueño tan fantástico o que horrible pesadilla. Cualquier parecido con hechos reales es mera coincidencia.

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Agosto 27, 2014

Nuevos Tiempos 

De la misma manera como se realiza una crítica de alguien cuando está haciendo algo mal, también es un auténtico acto de justicia reconocerle sus buenas acciones.

Mi comentario se deriva de las noticias más recientes relacionadas con la problemática de los adeudos de los ayuntamientos a sus trabajadores. Me refiero a los acuerdos asumidos por el jefe del ejecutivo estatal ante la representación sindical del SUTSEM.

Antes de avanzar en el comentario creo que, aunque ya ha sido muy difundido, es oportuno contextualizar este asunto. Para ello creo que será suficiente con decir que el Ayuntamiento de Tepic y algunos otros como Tuxpan, Tecuala, Santiago Ixcuintla, San Blas, Amatlán de Cañas, San Pedro Lagunillas, Xalisco y Compostela no les pagaron a los trabajadores la primera quincena del mes de agosto. Esto vino a empeorar la situación que prevalece en algunos de estos municipios que les adeudan otras quincenas y otras prestaciones. Sólo basta recordar que estamos a escasos cuatro meses de que termine el año y aún les deben aguinaldo del año anterior. Las irregularidades mencionadas, la renuencia a firmar los convenios laborales anuales y otros puntos de la misma índole han propiciado una situación de carácter crítico para la estabilidad económica de los trabajadores y sus familias.

Que yo recuerde, al menos en los últimos veinte años, no se había presentado una crisis de esta naturaleza en nuestra entidad. Quizá hubo momentos específicos de la historia nayarita en los que se padecieron carencias, incluso presupuestos muy austeros, pero siempre se aseguraba el rubro de los salarios y prestaciones de los empleados municipales y estatales. Tal vez se podía disminuir o hasta carecer de obra pública, sacrificar programas no prioritarios, suspender acciones que no tuvieran el carácter de urgentes o esenciales, pero nunca se disponía de los recursos que debían ser destinados al pago de salarios. Creo que en esas épocas las administraciones tenían muy arraigada aquella famosa idea o frase: "El salario de los trabajadores es sagrado".

Retornando al  momento actual y específicamente a la frase de entrada de este texto, quiero reiterar que me estoy refiriendo a la propuesta que hizo el gobernador a la dirigencia sindical del SUTSEM como un intento de darle solución a este grave problema que bien podría terminar en un estallido social. Desde mi punto de vista es una buena acción, por más aristas que ésta pueda tener. El sólo hecho de hacer un planteamiento, después de sentarse a la mesa de las negociaciones, es una actitud positiva. El otro aspecto es la parte de la credibilidad y no solamente en quien hace la propuesta sino que desafortunadamente no dependerá sólo de él sino habrá que esperar cual es la reacción y respuesta de los presidentes entrantes y salientes. De éstos últimos, casi podría asegurar que no querrán saber nada del asunto y su pretensión será irse muy graciosamente dejando en sus homólogos entrantes toda la responsabilidad, cómo se dice coloquialmente les quieren dejar "la papa caliente".

Por un lado, espero que los que van a recibir las alcaldías puedan entender que el problema de los créditos contratados y los adeudos de salarios son a nombre de la dependencia y no de la persona que se va. Debe  tener la responsabilidad de reconocerlo como institución, aunque entiendo que sientan como un hecho injusto los adeudos de las administraciones que les antecedieron. Pero también, si seguimos una lógica elemental, tendríamos que llegar a la conclusión de que los valientes que se sacaron la rifa del tigre están más que convencidos que van a tener que hacer un considerable esfuerzo para sacar a flote el barco que se está hundiendo frente a sus ojos, no sólo por lo atrasado sino por tener que cumplir las promesas de campaña, ya que en ningún momento prometieron hacer tal o cual cosa, dependiendo de cómo encontraran las finanzas del ayuntamiento. Si no es así, entonces cómo explicar tanto interés en obtener la candidatura primero y después el mando de algo que sólo te dará problemas. Del lado de los salientes, si se tiene la certeza de que hicieron algún desfalco al ayuntamiento, que no se dude en obligarles a reponer ese dinero y aplicar lo que corresponda conforme a la ley.

En este tremendo galimatías que presentan los erarios municipales es muy fácil intuir que existen varias premisas que le dieron origen. No hay que ser muy inteligente para saber que si bien es cierto que se están arrastrando problemas de otras administraciones, el punto es que eso significa que se han dedicado a darle la vuelta al asunto y no le han buscado una solución definitiva. Esto, y los expoliaciones de nuevo cuño han generado que el hoyo financiero sea cada vez más grande.

Basado en lo anterior, le doy relevancia a que el gobernador intente convenir con los presidentes, apoyándolos por la vía del préstamo, lograr que se pague lo que le deben a los trabajadores. Creo que es de reconocer que esté preocupado por resolver una situación que tiene que ver con la estabilidad y la paz social. Aún no sabemos bien si esta propuesta ya se materializó. Es decir que en asuntos de política nada está escrito y hasta no ver no creer. No creo que sólo sea demagogia, ni me gustaría que esta actitud, que hoy reconozco y alabo, sea mañana el colofón de una jugarreta premeditada y astuta. Yo deseo que los trabajadores que  siguen sufriendo las flagrantes violaciones a sus derechos humanos fundamentales tengan una respuesta favorable y reciban lo que por derecho les corresponde. Deseo que el gobierno nayarita demuestre en estos actos la voluntad política de resolver la injusta crisis económica particular de miles de familias de trabajadores sindicalizados, y hoy también de confianza y lista de raya que se han unido a la lucha por reivindicar su derecho constitucional al salario. En el caso de éstos últimos, según  comentarios verbales de varios de sus miembros, existen adeudos de hasta dieciocho quincenas de compensación y partes de aguinaldos del año 2012. Esto es inaudito, no puede ser que seamos noticia nacional por estas causas, teniendo tantas otras razones para ser un estado del que pudiéramos todos sentirnos tan orgullosos.

En fin,  estamos en el umbral de una nueva época a la que percibo, y confío que así sea, como nuevos  tiempos de cambio, pero no el de la retórica y el eslogan, sino uno verdadero que sea democrático, incluyente y justo. Uno en el que estas cosas que hoy nos avergüenzan y lastiman sean erradicadas para siempre. Un tiempo en el que la justicia, el orden y la paz sean las inquebrantables premisas de nuestra convivencia social.

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Agosto 21, 2014

A Través de la Lluvia 

La monotonía del sonido de la lluvia me hace sentir adormilado. Es ahora una llovizna pertinaz la que cae, llenando mi noche de un ruido tedioso que se mezcla con otros, patentados también por la naturaleza.  El aguacero agresivo de hace unas horas se alejó tan de pronto como llegó, dejando la frescura en el aire, a tal grado que cualquiera pensaría que no estamos en tiempos veraniegos.

No deja de ser inspirador este ambiente nocturno, tejido de viento, sonido y brisa. Noche de pálidas luces que luchan estoicas contra una arrogante oscuridad que de antemano se proclama vencedora. Diversos bichos que se apresuran a regresar a sus nidos y escondites preferidos. Parecen ansiosos. Se atropellan unos a otros. Ni tiempo tienen de ofrecerse una disculpa. Corren con ahínco y desesperación, deseosos de evitar las inmensas cataratas que obedecen dócilmente a la gravedad y a la geometría.

El delicioso aroma de una taza de café negro, que se acerca sostenida por una mano querida, me distrae de mi observación entomológica y pago con una sonrisa, tan oportuno y estimulante detalle. La noche invita a la reflexión, al disfrute de las cosas menudas, al deleite de la simplicidad.

No sé si antes, no había puesto atención a este tipo de prodigio y sólo pensaba en el aspecto devastador de las lluvias, en el prosaico aspecto de los daños y perjuicios en casas, calles y coches. Me justifica, por supuesto, la infalibilidad de ese binomio, lluvias y daños, tormenta y tragedia. Me ampara el hecho de haber sido testigo de muchas desgracias, individuales y colectivas, ocasionadas por estos meteoros, con la inseparable complicidad de la negligencia, la inexistencia de un ordenamiento territorial adecuado por parte de las autoridades competentes y la insuficiencia de una infraestructura pluvial capaz de captar precipitaciones de magnitud considerable.

No entraré de ninguna manera a la controversial discusión si las lluvias son buenas o son malas. Es demasiado desgastante el recuento de las bondades y perversidades de las causas naturales. Quizá hoy pecaré de dogmático y esto tiene que ser más grave aún porque además es deliberado. No existe perversidad alguna en las lluvias, al contrario, las lluvias son una bendición, sinónimo de naturaleza, de vida. Por qué habrían de ser dañinas si son la sangre de las tierras fértiles, la savia de esos benditos surcos que sacian con benevolencia el hambre de los pueblos.

Quizá algunos critiquen la disparidad, ya que las lluvias en algunos lugares causan inundaciones, deslaves y arrastran comunidades enteras, mientras en otros la gente se muere de sed.  Eso no es culpa de las lluvias. La voluntad no es una de sus facultades. Tamaña desproporción tiene más que ver con la culpabilidad de los seres humanos omisos e irresponsables que, de manera temeraria, causamos estragos a la madre naturaleza induciendo el desequilibrio y el daño irreversible. Esto es en cuanto al entorno general, al mundo en sí. En cuanto a los daños en ámbitos urbanos, nada sucediera si los asentamientos humanos se planearan y ordenaran de acuerdo a las normas. No tendríamos registros catastróficos tan abultados, si no hubiese existido una corrupta permisividad, aún presente en los tres órdenes de gobierno, que propició la proliferación de viviendas construidas en los márgenes de ríos, arroyos y otras zonas de riesgo.

Después de un rato de aparente calma, descubro bien que ha sido tan sólo una tregua benigna, porque el estridente golpeteo de las gruesas gotas sobre el techo del minúsculo patio, reanuda su ritmo metálico e insistente. Eso hace suponer que el torrencial aguacero será una compañía obligada esta noche de verano.

No es una sensación desagradable, el ambiente se torna romántico y hogareño, muy propicio para la conversación y el apapacho. No obstante eso, no puedo apartar de mi mente el asunto de los daños. Me asomo discreto por la ventana. La calle comienza a lucir un inmenso espejo de agua en el que se retrata una tímida luna perlada. Hago un intento más por vestir de romanticismo estas visiones, pero después de un rato me resulta imposible vencer el aplastante y frío rostro de una maltratada realidad urbana.

Un murmullo con voz de río, una furiosa corriente color cebada arremete contra la calle principal de mi colonia. En breve todas las puertas de las casas de mis vecinos en esa calle serán atrancadas con una cortina de agua que impedirá que puedan salir o entrar en ellas. El enojo y la impotencia ante una injusta situación se mezcla con la tristeza de ver el patrimonio en peligro. Es imposible ver con fantasía una realidad tan cruda. Es un asentamiento humano donde se respira la corrupción por las calles y las casas. Por supuesto que no me refiero a los ciudadanos sino a las historias que se tejieron en la compraventa de los terrenos y la construcción de las viviendas, al grado que son las únicas que conozco que tengan tres metros y medio de frente, cuando los terrenos originales eran de siete. Así las cosas, con ese estilo. Seguramente a los que adquirieron inmuebles ubicados en la más inundada de las vialidades, les ofrecieron un entorno de tipo europeo, pero no les dijeron que era por su parecido con la bella ciudad de Venecia, en Italia. Ya que de haberlo sabido en lugar de coches o camionetas hubiesen comprado unas románticas góndolas o ya de perdida unas autóctonas chalupas.

Ya vi que resulta difícil presentar sólo el lado mágico de la lluvia, el ángulo romántico y bello. Por más que lo intenté, siempre aparecía agazapado su lado desastroso, el lado al que muchos le atribuyen propiedades y facultades. En mi opinión ese supuesto lado oscuro no es otro que el que desnuda las deficiencias de los sistemas de alcantarillado pluvial, la que pone al descubierto la corrupción gubernamental que permite obras que no cumplen las especificaciones técnicas normativas, la que otorga licencias de construcción indebidas, la que permite que la madre naturaleza sea mutilada y agredida sin obligar siquiera a los ofensores a realizar actividades de restauración y compensación, la que infla los presupuestos para obtener una ganancia, la que planea obras y acciones de acuerdo a sus intereses y no a los del pueblo.

En fin, las lluvias ni son buenas ni son malas, sólo son lluvias. Como una representación del agua, forman parte esencial de la naturaleza. Están en los procesos básicos de la conservación de la vida en nuestro planeta. Por el lado del romanticismo y la nostalgia, quien no ha jugado bajo la lluvia cuando era un niño(a), quien no ha dado un paseo de la mano de su pareja o bailado bajo la lluvia, o ¿Quién no ha usado la inspiración de la lluvia para escribir un artículo?

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Agosto 13, 2014

En Busca de Buenas Noticias 

Nunca pensé que tener buenas noticias que transmitir a mis amables lectores fuera tan difícil. No es la primera vez que pienso "ojalá la próxima semana haya alguna buena nueva que comentar" y busco aquí, allá y acullá y no encuentro nada digno de ello. Quizá estoy sugestionado por tantas noticias con tintes desastrosos que encuentro por doquier, de tal manera que ya ni me dan ganas de abrir los periódicos impresos o digitales.

Para muestra basta un botón y a continuación presento una seguidilla de cosas y casos que están en las portadas de distintos medios de comunicación: Emergencia internacional por ébola, diputados mexicanos reciben bono extraordinario por votar a favor de la reforma energética, el acoso escolar (bullying) sigue creciendo en México, torbellino en Chiapas daña 140 casas, siguen los bombardeos en la Franja de Gaza, guerra contra los asalariados, espacios insuficientes para aspirantes universitarios, persisten adeudos de varios ayuntamientos nayaritas a sus trabajadores y aquí le dejo con un etcétera de tamaño descomunal en el que se incluye la corrupción y el abuso que siguen enquistados en la médula de los gobiernos actuales, además de otras tantas calamidades que sufre el estoico pueblo mexicano.

¿Será que este grisáceo panorama, por no decir negro, me tiene hipnotizado al grado que no alcanzo a percibir las buenas noticias que se están dando en nuestra entidad, en nuestro país y en el mundo? Mucho me gustaría que quienes lean este artículo pudieran ayudarme a visualizar lo que quizá por lo anteriormente expuesto yo no pueda.

Es probable que las buenas noticias estén frente a mí y mi obnubilada mente no sea capaz de distinguir. Y no vayan a creer que no estoy al tanto de la coronación en tierras coras de nuestra selección nacional de baloncesto en el Centrobasket 2014, y que tenemos al jugador más valioso de este torneo, el nayarita Gustavo Ayón. También sé que ya tenemos equipo en la liga de ascenso del futbol mexicano y hasta ahora tiene buena marcha. Todo eso está bien y no deja de ser alentador, pero vuelvo a virar hacia la percepción negativa en la que influye más el hecho de ver que muchos trabajadores municipales, principalmente, y algunos de ciertas dependencias del gobierno estatal siguen sufriendo las penurias originadas por la falta de pago de sus salarios, prestaciones, viáticos y horas extras. Quizá me sensibiliza más ver la precarización de miles de familias tepicenses que han entrado en crisis por la falta de sustento y se convierten en nueva estadística de la pobreza.

Es triste ver que a escasos días de su término, las administraciones municipales sigan debiendo tanto dinero a sus trabajadores, así como a varios acreedores, como la CFE en el caso del SIAPA Tepic y, a pesar de eso, se menciona en los corrillos políticos que el cabildo de Tepic, por término de trienio, autorizó un jugoso bono a los funcionarios y regidores lo que, de confirmarse, sería una cruel burla para los empobrecidos trabajadores de base, para quienes no hay manera de pagarles, porque según los funcionarios, en una actitud melodramática, manifiestan que no hay dinero para eso. Lo peor del caso es que los presidentes municipales y sus colaboradores ya están haciendo maletas y no dudo que les permitan dejar el cargo heredando ese tremendo adeudo a sus sucesores.

Se habla de que se ha legislado para que ya no suceda eso en las futuras administraciones, es decir que los alcaldes salientes no puedan dejar deudas a sus homólogos entrantes. Supongo que aún no entra en vigor la ley que prescribe lo anterior, así que aún se podrá justificar este acto de impunidad oficial. Lo que no entiendo es que si la situación de quiebra financiera de un ayuntamiento se debe, y esto es ostensible y comprobable, a un proceso indebido, a un desfalco, no veo por qué no se puede iniciar una querella con fines de resarcimiento de los fondos desviados. En pocas palabras, si se comprueba que el lamentable estado financiero del ayuntamiento fue provocado por un mal manejo de los recursos, si se detectan acciones dolosas pues que se les aplique todo el peso de la ley y punto, esto, además de sanear las finanzas, sentaría un precedente de dimensiones históricas en la administración pública.

Si queremos ver buenas cosas, es aconsejable voltear hacia esos trabajadores burlados y lacerados por el poder público que se alejó de las causas del pueblo para pensar en sus intereses particulares, y aquí cuando digo poder público no quebranto ni ofendo el concepto institucional, en estos casos el burlador o burladores tienen nombre y apellido y estuvieron en las boletas electorales. Reconocer en los trabajadores la buena noticia del despertar de su conciencia de clase. Que han comprendido que de manera individual no podrán conquistar jamás el respeto a sus derechos humanos. Que la unidad, la organización y la solidaridad son el único antídoto contra la represión, la explotación y el intento de aniquilamiento de la clase trabajadora por parte de la plutocracia estatal, nacional e internacional.

Si queremos buenas noticias volteemos a ver a las amas de casa que son un gran soporte de las familias mexicanas, volteemos hacia los campesinos que históricamente han sido el baluarte de las luchas revolucionarias por los ideales del agrarismo y que están ávidos de justicia social, volteemos hacia los estudiantes brillantes que obtienen éxitos académicos nacionales e internacionales que nos devuelven la esperanza de una juventud preparada que ambiciona el desarrollo y es depositaria de los más sentidos  anhelos de sus comunidades, volteemos hacia los (as) profesionistas con honestidad y compromiso social, los maestros(as) dignos (as) que defienden sus derechos y su cátedra, los empresarios (as) honestos (as) que crean fuentes de trabajo dignas, deportistas que ponen en alto su disciplina y su país, gestores sociales, activistas de la protección de los derechos humanos y todas las personas que estén dispuestas a no permitir más la injusticia, el abuso y la impunidad.

Queremos buenas noticias que compartir, bienvenidas las obras y proyectos que detonen de verdad el desarrollo de la geografía estatal, acciones planeadas desde el perfil de la necesidad y vocación productiva de las regiones y comunidades. Queremos políticas públicas de amplio espectro, integrales, con un origen más democrático y menos discrecional, visceral o político, en la medida de lo posible. Queremos políticos que sean buenas noticias, políticos de carrera, preparados en todos los sentidos, comprometidos con su pueblo, honestos, humildes, sensibles. En fin, políticos que tengan la estatura de un gran estadista. Las buenas noticias siempre serán bien recibidas.

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Agosto 7, 2014

México, Todo Incluido

Las analogías y las coincidencias brotan por doquier. Lo mismo de la atestada alberca como del selecto jacuzzi, de la jacarandosa playa como del formal restaurant a la carta. Esta es una rara introducción de una idea concebida desde la vista panorámica de un balcón de cierto hotel vallartense, y tiene que ver con lo que a continuación les intentaré describir.

Es algo difícil desarrollar el concepto de "todo incluido". No lo es tanto el moderno concepto hotelero en sí, porque creo que la mayoría de personas sabe lo que eso significa, pero, para los que no lo conocen les explico brevemente. El servicio todo incluido (All inclusive) es la contratación de un servicio de hospedaje en un hotel de determinada categoría, pero a diferencia de la típica situación donde rentas una habitación y punto, aquí lo especial es que en esta modalidad el pago te da derecho a disfrutar de toda la comida y bebida que quieras consumir en los horarios que tienen los múltiples restaurantes. Puedes usar las zonas de playa, que cuentan con camastros, sombrillas y otros accesorios propios del lugar, así como las actividades lúdicas y presentaciones de teatro, musicales, discotecas, etc.

Más allá de analizar la conveniencia de usar un servicio u otro de hotelería, creo que en un comparativo podría parecer más caro este servicio, pero si por ejemplo una familia sólo pagara su hospedaje en Puerto Vallarta o Nuevo Vallarta, y tuviera que pagar los alimentos que consumen los miembros de la misma en cualquier restaurant de esos centros turísticos, aunque sólo fueran dos comidas al día, de seguro que pagarían muy cara esa osadía.

Pero vayamos más de cerca al punto principal de esta reflexión. Creo que en artículos anteriores he comentado sobre lo discriminatorio que resulta el asunto de las playas privadas, únicamente al alcance de ciertos sectores de la población y absolutamente imposible para otros. Eso sigue siendo una  flagrante violación al principio de igualdad que consagra la constitución mexicana, pero hoy vamos un poquito más a los detalles, a otras apreciaciones.

No sé si el nivel del hotel no cubra las especificaciones o exigencias de los vecinos de allende el Río Bravo o cual sea la razón de su ausencia, pero en el lugar que estuve había muy pocos extranjeros, la inmensa mayoría éramos de extracción autóctona, eso sí de muchas tribus, de muchas entidades federativas, Aguascalientes, Chihuahua, Nayarit, Jalisco y otras. Desafortunadamente pude constatar situaciones muy desalentadoras que tienen que ver con el comportamiento de nosotros los mexicanos.

Sabía que por prescripción médica debía olvidarme de todo y dedicarme de lleno a no hacer nada. Pero siempre el espíritu curioso y el compromiso con ustedes puede más que cualquier cosa y ahí estoy, primero viendo, luego analizando y hoy contándoles.

En el proceso de admisión y registro, la actitud de la mayoría de visitantes era de curiosidad, incluso de cierta timidez, como cuando alguien no ha viajado o no ha estado en un sitio digamos que elegante. Pero una vez que dejaron esa etapa, como los niños traviesos que aparentan quietud y en cuanto te toman confianza te jalan hasta la nariz, las actitudes empezaron a cambiar. Pude observar a detalle como un hombre discreto y tímido, una vez que recibió las atenciones de los camareros, que exageraban las reverencias, como que sintió que ya no era más del montón. Un rato más ya no pedía con educación y prudencia, ya ordenaba con tonos de autoridad y despotismo. Cómo que él era el hombre más poderoso del condado. Yo entiendo que estaba disfrutando de esa sensación especial de que puedes pedir lo que sea y a la hora que sea y todo y todos están a tu disposición. También entiendo que quizá esa sensación forme parte del concepto del servicio, pero pues todo tiene sus maneras, además que el hecho de que están para servirte pues no está nadita peleado con la educación y las buenas costumbres.

Detalles de esa naturaleza puede apreciar muchos. Por ejemplo, la cultura del despilfarro o mejor dicho la incultura de muchas personas, que desconocen los elementos básicos de la convivencia humana y el equilibrio. El despilfarro evidente en la comida, los desmanes de grandes y chicos, padres e hijos, sirviéndose platos repletos de comida, de esos que con sólo verlos te llenas y de los cuales consumen únicamente una pequeña porción, el resto lo botan y van por más, al cabo no se los cobran. Sigues poniendo atención y miras combinaciones excéntricas de alimentos que nutritivamente no tienen ninguna orientación posible, y en cuestión de efectos tienden al empacho y al síndrome del baño tapado. Y van por más y más. Me espantaba ver esos consumos de alimentos con tintes dramáticos de glotonería. No es porque me asuste de todo, no que va, sino que es verdaderamente irracional la forma de aprovechar o "desquitar" el costo como decimos muy comúnmente en estas circunstancias, caray no por querer un resultado positivo en el costo-beneficio te vas a regresar con una panza de pulquero tlaxcalteca.

Cosas similares ocurrían en los bares. Al inicio la clásica conversación: - Señor, ¿Gusta Usted Tomar alguna bebida? - Mmmm...No, bueno quizá una cervecita. Ya pasadas dos horas y un "resto de chelas" la conversación era: - Dame un "Mango Tango" y un "Chango Marango", dos "Cielos Rojos", un "sexo en la playa" un "palomazo" y lo que se te ocurra, mi viejo. -Sí, Señor, lo que Usted ordene, decía el cantinero argentino, mientras pensaba (Che viejo "transformer", bah).

Niños invadiendo la zona de alberca para adultos, destrozando la paz sacrosanta del relax acuático de un grupo de personas, la mayoría parejas mayores, a pesar de ostensibles indicaciones de sólo adultos, no nadar, no clavados (me refiero a los saltos), ni bucitos o "machincuepas".

Lo peor de todo que esos actos de indisciplina, no sólo solapados sino hasta alentados por los propios padres de los "menores infractores". Chicas insolentes con actitudes retadoras como diciendo "yo lo hago y qué", muchachos jóvenes irrespetuosos, retadores, con sonrisas burlonas que contrastaban con la mirada de desaprobación pero con el garbo de la buena educación de los adultos.

En fin, varias situaciones deplorables escenificadas por muchas personas, connacionales de muy poca educación, lo bueno que no todos. Encontré muchas otras, amables, decentes, con gentileza y ganas de socializar, gente alegre, feliz, sonrientes que como mi familia y yo disfrutamos de nuestra estancia.

En mis reflexiones o quizá a veces hasta elucubraciones, me gusta el concepto de todo incluido para aplicarlo a mi país, así de manera contundente y general. Suprimir la privatización y la discriminación, pensar que los mexicanos pudieran acceder a las playas más hermosas, disfrutar con plena libertad y capacidad de lo que produce su trabajo, que este servicio incluyera la justicia, los buenos gobiernos, los políticos con capacidad y compromiso social, la suficiencia alimentaria real y tantas otras cosas, pero, mejor lo dejamos hasta aquí porque estoy armando un paquete muy caro. Siguiendo la tónica, me pregunto ¿Cuánto costaría un servicio de todo esto incluido para los mexicanos? De entrada creo que un gran sacrificio, basado en la unidad y la solidaridad de este pueblo valiente que ha soportado demasiado. Por supuesto que actitudes negativas como las que les comenté, no ayudan en nada.

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Agosto 4, 2014

Una  Página Nostálgica

Sin duda, una de las más grandes satisfacciones que puede tener un comunicador, es poder complacer una sugerencia o petición de alguno de sus amables lectores. En esta ocasión me da mucho gusto acceder a comentar un tema que me fue sugerido recientemente.

Antes que nada, quiero hacer las aclaraciones pertinentes para evitar la posibilidad de ocasionar alguna confusión involuntaria. Me refiero a que no intentaré hacer un texto de corte histórico. Eso se los dejo a los expertos en la materia, como por ejemplo mi buen amigo el historiador nayarita Enrique de Aguinaga. Es más preciso decir que se trata de recordar algunas páginas del viejo anecdotario.

La idea es recordar aquellas viejas historias "tecualeñas" de hace casi cinco décadas, cuando ir a la playa de novillero era de verdad una auténtica aventura. No lo digo en el sentido turístico de saber que vas a visitar un bello lugar, en el que disfrutarás de una de las playas más extensas del mundo y todo lo que eso implica, sino que me refiero específicamente a las vicisitudes del viaje en sí.

Antes de que fuera construido el puente para cruzar el brazo de mar que se conoce como "La Barra" o Puerta del Río, los vehículos, particulares y de transporte público, se trasladaban a bordo de una especie de barcaza que conocíamos como "chalán". Éste era un armatoste metálico, como una plataforma, en la que además de los coches, camionetas, camiones y autobuses de pasajeros llamados "corridas", se trasladaba a un gran número de personas.

Nada era como es hoy. La famosa Playa de Novillero en Tecuala, se ubica a unos veinticuatro kilómetros de distancia de la cabecera municipal. Actualmente se emplean entre quince o veinte minutos para llegar a ese paraíso tropical, por una carretera tipo "C", con un carril de ida y uno de vuelta. En aquellos tiempos el camino estaba lleno de baches, era mucho más estrecho y por supuesto que no existía el puente.

En temporada baja quizá no había mucho problema porque el tránsito local era muy escaso, así como el turismo municipal y regional que visitaba aquella zona. Pero todo cambiaba en la temporada alta que normalmente era la Semana Santa. Se empezaban a ver vehículos con placas del Distrito Federal, Sinaloa, Jalisco y USA, principalmente y el movimiento poblacional y comercial se acentuaba considerablemente.

Era muy usual que familias enteras viajaran en camionetas de "redilas" (camioncitos de tres toneladas de capacidad con caja de madera), algunos tenían sus coches, otros lo hacían en coches de sitio (taxis) y los menos agraciados en el "democrático" autobús o "corrida" que por cierto en esos años eran muy sui géneris, eran unos camiones con asientos muy peculiares fabricados de manera "hechiza" con tubos de fierro, con hule espuma forrado de vinil; y lo más espectacular es que eran abiertos, no tenían ni ventanas, muchos menos cristales, a lo más que llegaban era tener unas cortinitas de plástico que podían enrollarse o bajarse según las circunstancias. Era evidente que no se necesitaba aire acondicionado, pues con la velocidad entraba el viento por todos lados, de ahí que esos típicos medios de transporte eran llamados "tropicales". 

Era todo un reto llegar hasta la barra. Pero, una vez ahí iniciaba otra etapa del viaje que consistía en esperar, esperar y esperar. El "chalán" tenía capacidad para un autobús y dos coches chicos o cuatro camionetas o seis carros chicos o algo así. Alrededor de ese estacionamiento flotante se subían decenas de personas para cruzar el ancho brazo de mar. Recuerdo que nos entreteníamos, durante los aproximadamente quince minutos que tardaba en cruzar, echando migajas de pan o trocitos de tortilla a los numerosos cardúmenes de peces que se peleaban por obtener el bocadillo, al grado que hasta se dejaban ver, saltando acrobáticamente.

Otro de los espectáculos gratuitos que entretenían a la clientela naval era ver a los intrépidos nadadores que emulando a Tarzán, en los viejos tiempos o Michael Phelps en los modernos, se arrojaban al agua y a pesar de la fuerza de la corriente lograban llegar al otro lado. Aún recuerdo a uno que no salió más a la superficie.

Pero regresemos al momento antes de cruzar la barra. En semana santa, las filas de vehículos que esperaban ser pasados al otro lado, llegaban a ser hasta de diez kilómetros. Por esa razón el tiempo de espera a veces era de varias horas. Pero los mexicanos siempre tenemos respuesta a todo. Por esa razón, en esa zona empezaron a proliferar las vendimias de pescado tatemado, ostiones, jaibas y otros mariscos. Más tarde construyeron unas enramadas de palapa, pusieron mobiliario para que la gente descansara mientras llegaba su turno, luego vendieron cerveza y así nacieron los primeros "botaneros" en la barra. Posteriormente esos sitios se hicieron tan populares por sus exquisitas botanas y la introducción de grupos musicales, norteños primero y luego las bandas.  Así pues, la espera dejó de ser aburrida y las personas se la pasaban tan bien en esos "botaneros" que a veces ya ni llegaban a la playa, que estaba a tan sólo cuatro kilómetros. De ahí se regresaban ya bien comidos y bien bebidos, además de que lo bailado ya quien se los quitaba.

Llegaron a ser tan famosos estos lugares, que se convirtieron en un jugoso negocio para los locatarios que tuvieron durante años esta fuente de trabajo. Cuenta la leyenda que muchos de ellos pusieron trabas al proyecto de construcción del famoso puente, porque sabían que con éste ya los turistas cruzarían como de rayo la barra y no pararían hasta llegar a la playa, lo que significaba el fin de sus negocios, como finalmente ocurrió eso al paso de los años.

Existen muchos mitos alrededor de este famoso puente. Dicen que murieron muchos hombres durante su construcción, entre ellos algunos buzos que colocaron los famosos pilotes subacuáticos, que fueron devorados por misteriosos peces monstruos que habitaban las oscuras profundidades de ese lugar. En fin, el pueblo mexicano es fanático de tejer interesantes leyendas. No dudo que en todos esos relatos se entrelaza la realidad y la fantasía. Pero, qué sería de un pueblo sin historias que contar.

A la persona que sugirió el tema, mis más expresivas gracias, espero que sea de su agrado. ¡Servido!

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Julio 23, 2014

Una Vida de Terror

Entré lentamente a mi dormitorio en la vieja casa paterna, ubicada casi a las orillas del pueblo. Estaba muy fatigado, había sido un día muy pesado después de realizar actividades escolares, deportivas y una que otra cosa en la parcela familiar. El sol hacía rato se había declarado vencido ante el peso de una noche oscura que nada beneficiaba mi decaído estado de ánimo.

A través de mi estómago, un sexto sentido me indicaba que algo malo estaba por suceder. Sentí un intenso escalofrío al pasar el umbral de mi puerta y detuve mis pasos antes de llegar al rústico apagador. Mi respiración se sentía agitada y mi corazón daba tremendos brincos amenazando salirse del pecho.

Aún no acertaba a descubrir el motivo de tamaño desorden emocional, el inesperado temblor de cuerpo y el copioso sudor de manos. Entonces, como si de pronto mis ojos se hubieran acostumbrado a la densa penumbra del cuarto, pude distinguir la figura de una persona que parecía una sombra negra, ahí justo en la esquina donde solía colocar mi única silla. Quizá hubiera pensado que era alguno de mis familiares o amigos que intentaban jugarme una broma, provocarme un susto para pagar una de las que yo debía. Pero no era así. La altura de la sombra, ya más definida como de hombre, era exagerada, creo que atípica para las personas de nuestro rumbo.

Por fin pude hacer contacto visual con la sombra negra. Era un hombre altísimo de rasgos afilados que sonreía de manera burlona. Su mirada, unos ojos terribles, rojos, encendidos, dos auténticas brasas que me miraban fijamente, como con rencor. Estaba de pie frente a mí, yo quise gritar, correr, llorar, pero no pude hacer ni una cosa ni otra. Controlando mi miedo lo miré. Él, sin mover sus labios, con una voz de trueno, cavernosa, profunda, me dijo que me sentara, yo caí como fardo en la orilla de mi cama y quedé estático. “El de Negro” se sentaba lentamente en mi vieja silla sin dejar de mirarme, yo por mi parte aunque hubiese querido correr no podía, una extraña fuerza me sujetaba a la cama, sin poder moverme, sin poder articular palabra. Mi corazón seguía agitado, mis vellos erizados, mis nervios crispados.

Antes de que pudiera reaccionar, la sombra de ultratumba iniciaba una especie de relato. Su voz sonaba como aquellas viejas películas de terror, las de blanco y negro. Decía entre otras cosas, que la historia de la humanidad siempre estaba teñida de sangre. Que desde tiempos inmemoriales la maldad le ha ganado grandes batallas al bien. Tenemos un gran ejército de demonios, guerreros del mal, aquí en la tierra. Antes enviábamos entidades malignas a destruir a las personas buenas, a conquistar sus almas y corromper sus corazones. No era una labor fácil para nosotros, había mucha gente de fe y de buena voluntad. Entonces se poseía a los humanos para destruirlos al grado extremo que sólo el exorcismo podía salvarlos.

Hubo un pequeño espacio. Yo me sentía más cansado aún, pero, ya casi sin ver a la sombra negra, no podía dejar de escuchar su voz taladrante que seguía mencionando todas las calamidades que el mal inventaba para perder a la humanidad. A punto  de desfallecer, miré de reojo la imponente figura que al ver que yo no soportaba más el suplicio emocional, levantó su brazo como en un ademán mágico y pronto me sentí erguido de nuevo.

Continuó hablando de los episodios terroríficos del mundo, me contó con detalles el acontecer local, supe entonces de los abusos de los antiguos caciques, de sus crímenes y despojos de tierras, pude al fin conocer la identidad encubierta de asesinos, ladrones y violadores. Me contó cómo fueron corrompidos muchos líderes de la antigüedad para traicionar a sus huestes. De manera casi visual fue narrándome distintos episodios de la historia y de las estrategias del maligno para vencer al bien.

En un torrente de historias de odio y terror, a través de su voz, pude ver escenas dantescas pero reveladoras. En un instante la historia del mundo, de mi país y de mi pueblo desfiló con una escalofriante claridad. Pude comprender la esencia y la razón de muchas cosas. Pero a fuerza de ser sincero, lo que más me llamó la atención fue cuando me contó de los cambios de paradigmas en la eterna lucha del bien y el mal. Me parecía increíble que hasta en eso hubiese penetrado la modernidad.

La táctica del maligno, según su emisario, fue dejar algunos demonios representativos en la tierra. Después de algunos estudios del comportamiento humano y del conocimiento perfecto de sus almas, se procedió a inocular los gérmenes de la discordia, la envidia, la ambición y el odio.

Los malos pronto descubrieron que no se ocupaba hacer mucho para lograr la autodestrucción de los buenos. Se instituyeron escuelas del vicio y se prepararon expertos en todas las áreas buscando el dominio de las actividades lucrativas. Se promovió el consumo de drogas y alcohol, sobre todo en los jóvenes. Se incentivó la destrucción del medio ambiente y de los propios seres humanos, le apostaron a la guerra, sin importar la muerte de mujeres y niños, se derriban aviones civiles y se usan armas químicas y biológicas. Se ataca la libertad de expresión y se reprimen los derechos humanos, se usa la pobreza como arma social, se promueve la ignorancia, se controla la opinión, se deposita el poder económico y político en unas cuantas manos, los niños mueren por desnutrición, los gobiernos se corrompen a favor de los cómplices demoniacos, los patrones quieren destruir los sindicatos para quitarles sus prestaciones a los trabajadores y convertirlos en esclavos, los hombres se matan unos a otros por las drogas y el dinero, los políticos se roban el dinero del pueblo, los curas abusan de los niños, los órganos humanos son vendidos por las mafias, los niños y mujeres son maltratados, los ancianos son defenestrados de sus hogares, las mujeres son vendidas para el sexo, los valores morales se agotaron, se abandonan las bellas artes, etcétera.

Me sentía tan agobiado por la tremenda letanía que me endilgó el funesto personaje que no me daba cuenta si tenía los ojos cerrados o desorbitados. Haciendo un esfuerzo titánico busqué los ojos del hombre de negro. El tono rojizo inicial había tornado a un azul etéreo. Sin embargo, la voz se endureció y en tono amenazante, que me regresó el escalofrío, me preguntó: ¿Y tú que harás por nosotros?.

Fue tan lúgubre esa escena que sentí que me faltaron las fuerzas, un compasivo sopor se apoderó de mí y sentí que me hundía lentamente en un pozo oscuro y profundo hasta perder el conocimiento.

No sé cuánto tiempo pasó. Escuché un trajín de platos y cucharas, después un murmullo conocido. Unos segundos más, aspiré el amigable aroma de unos huevos refritos y un café negro. Mi mente, aún obnubilada, temió una nueva trampa de aquel esperpento vestido de negro y quedé a la espera de una sonora carcajada. Así quedé en suspenso, hasta que una voz muy conocida, en un tono dulce y familiar me preguntó: ¿Hijo, no vas a desayunar?

MI mirada buscó de inmediato la vieja silla del rincón, esperando ver aquella sombra terrible, sin encontrar algo que indicara que hubiera estado ahí. Aún somnoliento y confundido me pregunté: ¿Acaso todo eso fue un mal sueño? ¡Cómo me gustaría que así fuera!

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Julio 15, 2014

Entre el Castigo y la Alternancia

Vientos nuevos soplan sobre el Valle de Matatipac desde hace varios días. Los cielos rojos de la atmósfera tepicense se empiezan a tornar a un azul intenso. En las calles se perciben expresiones faciales diversas. Por un lado, mohines de disgusto, rabietas infantiles y hasta arranques de ira senil. Por otro lado, en franca oposición, cual Melpómene y Talía (las musas del teatro) se distinguen caras sonrientes plenas de gozo, ojos con brillos de esperanza y sonrisas que reflejan la fe en un mañana mejor.

Es evidente que después de una contienda del tipo que sea, no queda en el ambiente una sensación de estados de ánimo homogéneos o pacíficos. Es la historia de siempre cuando se trata de una disputa, quedarán al final de la misma las dos caras de la moneda, un vencedor y un vencido, con la consabida sensación antagónica entre uno y otro. La política no es la excepción y quizá me atrevería a decir que es una de las actividades humanas donde más se abona al odio y al revanchismo, por más legal e imparcial que haya sido la elección.

En este contexto, debemos pensar, un poco más tranquilos, que ya pasaron las pesadas efervescencias políticas. Se fueron al fin las enconadas disputas, la denostación, la trampa y la simulación. El pueblo, como gran elector, ha dicho la última palabra y como señala la famosa frase latina "Vox Populi, Vox Dei" (La voz del pueblo es la voz de Dios) en el más laico y positivo de sus sentidos. El pueblo analizó, juzgó y su veredicto es contundente e inapelable. Existen opiniones que aseguran que el pueblo no se equivoca y otras que dicen lo contrario. En este punto creo que vale la pena hacer algunas precisiones.

Yo estoy a favor de creer que el pueblo no se equivoca en el caso de una elección. Cuando vota por un candidato carismático, que convence por su seguridad, por su imagen, por su elocuencia. Cuando la propuesta política (léase promesas) es casi infalible, irrechazable, el pueblo se emociona, se convence y vota con fruición. Luego ese gobernante muestra su verdadero "yo" interno, se manifiesta como es y encabeza un gobierno déspota, corrupto o  soberbio o ambas cosas, no vamos a concluir por esto que el pueblo se equivocó.

Debemos recordar que quien actúa de buena fe no se equivoca, puede ser engañado pero no se equivoca. El que se equivoca es el simulador, el que engaña, ese es el que se equivoca, el que demuestra total falta de ética, el que se aparta del camino y se aleja de los propósitos originales con los que convenció al pueblo.

Dirán muchos que chiste tiene equivocarse de esa manera, si esos malos gobernantes se retiran a gastar el dinero que se robaron del erario público y no se les castiga. Pero aquí el que se equivoca otra vez, es el gobierno sucesor al no aplicar la ley en contra de los delitos patrimoniales cometidos por su antecesor.

La mayoría de las veces, eso es producto de la continuidad del partido al que pertenece el infractor. Por esa razón siempre se queda en el aire la posibilidad de llamar a cuentas al gobernante saliente no obstante que existen pruebas de las anomalías administrativas y financieras que inducen un estado crítico en las finanzas, situación que regularmente usa el gobernante entrante para justificar la inoperancia de su administración. Aquí es donde casi seguro encontramos las razones y sobre todo las respuestas por las que la gente empieza a discernir y ajustar cuentas al sentenciado, a través del famoso voto de castigo.

La alternancia del poder pudiera ser un síntoma de la madurez política de las sociedades actuales, pero si hurgamos un poco más a fondo en este fenómeno, veríamos que su origen no siempre obedece a esa razón. No existe una capacidad "académica" de la sociedad para entender a fondo la teoría política, ni falta que le hace. Los pueblos siempre han tenido algo más que un sentido común que les permite percibir, detectar y comprender de manera natural lo que sucede en su entorno social y económico. Nadie mejor que el pueblo para sopesar la onerosa carga de las crisis recurrentes e injustas. Nadie como el ama de casa para saber si de verdad la economía anda bien, como dice el presidente y el Banco de México que se apoyan en cifras maquilladas y poco creíbles. Entonces diríamos que el pueblo madura como la fruta que se corta verde, a fuerzas.

Concluyo esta reflexión diciendo que el pueblo castiga a un partido político porque no ejerció bien el poder en su oportunidad. Porque no satisfizo las demandas de la sociedad, no cubrió las expectativas que él mismo creó con su oferta electoral. Y esto ocurre en todos los niveles de gobierno, ya sea municipal, estatal o federal, incluso con similar frecuencia con los actores del poder legislativo.

Desde mi punto de vista, los conceptos más reprobables de un gobierno son la corrupción y el dispendio. Pero, también hay cosas que tienen peso específico en este balance, tal es el caso del despotismo que muchos funcionarios de distintos niveles ejercen en contra de sus subordinados. Muchos trabajadores que desempeñan labores técnicas, algunos con mucha antigüedad y reconocimiento institucional, son vistos como enemigos, aún siendo miembros del mismo partido político que asume el poder.

Los trabajadores sindicalizados, por ejemplo, son considerados una carga presupuestal y no la fuerza productiva que mantiene la calidad de los programas públicos en favor de la sociedad que los demanda. Cada hornada de nuevos funcionarios es más petulante que la anterior, llegan a las dependencias con la verdad absoluta en sus maletines y con su corbata de color soberbia. Su mirada es de total desconfianza y creen ver ladrones por todos lados como si las paredes estuvieran llenas de espejos.

Claro que, como en todo, existen honrosas excepciones, pero desgraciadamente cada vez son menos. Los gobiernos deben ser incluyentes y considerados con sus trabajadores. Deberían basar sus decisiones de "reingeniería"  administrativa en diagnósticos serios, con criterios técnicos sustentables y no por explosiones viscerales impregnadas de rencor partidista o revanchismo político.

Otro aspecto recurrente es la implementación de programas de austeridad para sanear las finanzas públicas, pero el problema estriba en que los genios contemporáneos de la administración sólo piensan en el recorte de personal como único sinónimo de dicha austeridad, haciendo de lado la posibilidad de disminuir los gastos de promoción de la imagen, prohibirlo incluso como lo hizo el presidente de Costa Rica, racionar los excesivos consumos de combustible y tantos otros dispendios visibles e invisibles que ocurren a diario irremediablemente.

Pero no, lo primero que hacen es recortar al personal efectivo (los aviadores sólo cambian de aeropuerto) cientos de familias se quedan sin sustento, algunos engrosan las filas del comercio informal otros hasta la delincuencia. Se genera una crisis, se comprime el mercado interno local y sobreviene una serie de problemas derivados de esta inteligente acción. Si la justificación del gobierno para despedir trabajadores es darle más obras y servicios al pueblo me pregunto ¿Acaso esos trabajadores no son parte del mismo?

En fin, veremos que nos depara este nuevo capítulo de la historia política, estaremos pendientes de los efectos positivos o negativos de esta nueva alternancia, la ciudadanía será fiel testigo de su trabajo, sólo espero que recuerde cómo asume el poder que dimana del pueblo, éste que acompaña, juzga y castiga. Si no cumple con las exigencias de la sociedad, hay otros partidos, y si no conviene ninguno, pues no creo que sea muy difícil fundar uno que si lo haga.

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Julio 2, 2014

Los Avatares de la Música

No cabe duda que hoy es un buen día. Hace un tiempo agradable, la lluvia nos trajo un clima algo templado que al menos temporalmente nos rescata del calorcito que se estaba dejando sentir en días pasados. Podríamos agregar al balance que afortunadamente ayer terminaron las campañas políticas y entró en vigor la ansiada veda electoral, muy corta pero muy bienvenida. Sin duda el valor agregado del día fue la oportunidad de asistir al concierto de clausura de cursos de la Escuela Superior de Música.

Después de suspirar hondamente, con verdadero placer me propongo relatarles lo importante que puede resultar un detalle de esta naturaleza. Me refiero a estar frente a un escenario repleto de niños y niñas, jovencitos y jovencitas, unos pocos adultos, la mayoría maestros de la escuela que además de enseñarles los bemoles del arte musical les acompañan en sus presentaciones, situación que aparte de ser un apoyo técnico es preponderantemente un sustento moral, afectivo y motivador.

No quise dejar pasar la oportunidad de abordar este tema, el de la música, el arte, la cultura. Hace tres años estuve en un concierto de este tipo, de la misma escuela, denominado concierto de primavera. Se llevó a cabo en el Teatro Alemán. Quedó muy grabado de mi mente la decepcionante asistencia. Con mucho esfuerzo y casi a la usanza de los partidos políticos o sea "acarreando" personas pudimos sumar casi cincuenta personas en aquel magno evento.

Escribía en mi artículo titulado "Tercera llamada, comenzamos..." (publicado en este semanario el 13 de junio de 2011) lo frustrante que me resultaba la ausencia de la gente en eventos de esa calidad, cómodos y gratuitos. Hice la odiosa pero realista comparación entre esa pobre asistencia y las tremendas movilizaciones generadas por el anuncio de una banda sinaloense, al grado que no había espacios que pudieran albergar a esas muchedumbres alocadas y muchas veces sugestionadas por estereotipos cercanos a la apología de la violencia. Mientras del otro lado, el virtuosismo musical de los niños y jóvenes tiene que esperar pacientemente, ante la mirada indiferente y burlona de gobiernos retrógradas y sociedades calamitosas que se abandonan en el tedio y la ignorancia, sin saber que en esos niños y niñas, con capacidades artísticas sobresalientes, existe un inmenso potencial para elevar la calidad de vida, el deleite estético, la paz y la espiritualidad, no sólo de esta sociedad nayarita, sino del país y del mundo.

Antes de avanzar, me parece oportuno aclarar que no tengo nada en contra de la música de banda, sería tanto como estar en contra de mis orígenes. Como buen costeño siempre tuve contacto con este género y muchas veces, sobre todo con mi fallecida madre, disfruté de alguna parranda con música de viento. Eso no tiene nada de malo. Aún si no me gustara, al menos sabría respetar no sólo a ese sino a todos los géneros. El punto es la parte cualitativa en los contenidos de ese tipo de música. En ese contexto, lo más destacable es la relación unívoca que esa música guarda con los ambientes de violencia, alcohol y drogas. No quiere decir que esa relación se genere de una manera natural precisamente, sino que se ha forjado a partir de patrones sociales patológicos inducidos por fuerzas oscuras, a las que les conviene el clima de perversión y desconcierto que, en estos días, es inherente a ciertos estratos de la población, principalmente el de los jóvenes.

Por esa razón, es muy emotivo presenciar un concierto de este tipo y nivel, escuchar la belleza de las piezas interpretadas por estos imberbes músicos que no se constriñen a la música clásica que es hermosa de por sí, sino lo mismo tocan a “The Beatles” o Billy Joel que “La Bamba”, “Cielito Lindo” o “Mi Lindo Nayarit”. Lo realmente importante aquí es que nuestra entidad pudiera contar con la infraestructura física adecuada y los recursos humanos y presupuestales suficientes para atender la demanda, cada vez mayor, de instrucción artística y particularmente musical, por parte de niños y jóvenes que se interesan cada vez más por esta expresión artística.

Resultó muy conmovedor para mi, escuchar las interpretaciones de estos jóvenes y sobre todo de los niños y niñas, algunos incluso de 9 a 10 años, que incursionan en el aprendizaje de distintos instrumentos como piano, violín, saxofón, flauta, guitarra, chelo, batería y percusiones entre otros. Mucha calidad, mucho talento y mucho futuro. Espero que los gobernantes locales y nacionales, si de verdad les interesa el futuro de sus gobernados (sonrisa maliciosa), volteen su mirada hacia la cultura, las artes, la educación.

Quizá muchos políticos y altos funcionarios de gobierno consideren poco productivo invertir en la cultura. No sé si ignoren que la verdadera grandeza de los pueblos está en eso, en la capacidad de crear, de hacer, de sentir y transmitir. No se necesita ser muy inteligente ni preparado para saber o entender eso, pero es una triste realidad que muchos de los personajes que están al frente de algún nivel de gobierno, no se distinguen precisamente por esas cualidades. Ni fue tampoco eso lo que los llevó a ocupar sus privilegiados cargos. Pero sería una necedad tratar ese asunto en esta ocasión, ya habrá mejor oportunidad para eso.

Me parece más apropiado dejarles un mensaje de esperanza. Creer que las cosas habrán de mejorar. Pensar que en un futuro cercano tendremos ministerios de cultura con presupuestos apropiados en todos los estados y, finalmente, el estudio de las bellas artes tendrá un peso importante en las sociedades actuales.

Para eso y mientras tanto, quiero reconocer a todos los que, de una u otra manera, apoyan estos sueños con su trabajo. Agradecer a los maestros de música por su dedicación, su paciencia y su talento, a los directivos de las escuelas y centros culturales, a los músicos libres que promueven su difusión, a los grupos musicales de jóvenes que buscan proyectar su trabajo, a todas las organizaciones que promueven el arte, como por ejemplo el SUTSEM, con sus tardes culturales y a los padres de familia en general por apoyar a sus hijos en sus aspiraciones.

Por último, traer aquí el exhorto a seguir difundiendo estos eventos musicales en la prensa, en las redes sociales, invitar a todas las personas que sea posible y seguir insistiendo con las apáticos (as) para que asistan a los conciertos y disfruten del maravilloso mundo de la música.

Por cierto mis amables lectores, en un mes de campaña no escuché ninguna mención por parte de algún candidato, mucho menos una propuesta concreta sobre este tema. ¿Qué raro, no?  

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Julio 2, 2014

Ataques a la Libertad de Expresión

Sigue la mata dando, reza el viejo refrán. Desafortunadamente las noticias no son buenas, más triste y preocupante aún, creo que son muy malas. Digo lo anterior refiriéndome al nuevo atentado en contra de la libertad de expresión y particularmente al robo sufrido por la revista "Contralínea".

Para contextualizar el asunto, me parece oportuno comentarles que "Contralínea" es una revista mexicana de publicación semanal dedicada, desde hace más de una década, al periodismo de investigación. Su perfil editorial, combativo, valiente, de gran profundidad, merece toda mi admiración. Es una publicación de gran prestigio que se ha ganado el respeto de los lectores por sus excelentes artículos que documentan la corrupción, las violaciones a los derechos humanos y los omnipresentes abusos de poder.

Desde mi punto de vista sus contenidos constituyen un auténtico ejemplo del periodismo de fondo, valiente y crítico, que la han convertido en la vanguardia de su género, contribuyendo de manera importante a la lucha contra la corrupción y la impunidad en nuestro país.

Por razones obvias, al desnudar las intricadas redes de corrupción y los extraordinarios fraudes cometidos por la plutocracia mexicana en diversos ámbitos de la economía, el comercio, la política, el medio ambiente, la salud, etcétera, el personal de la revista se convierte en un "dolor de muelas" para los representantes del oscurantismo mexicano. Para decirlo de manera coloquial la revista "pisó varios callos", puso y sigue poniendo en evidencia las sucias manipulaciones que se han dado en PEMEX, dejando al descubierto gran parte de los fraudes de las empresas "Oceanografía S. A. de C.V.", "Grupo Zeta Gas" y muchas otras.

Así como éste último, "Contralínea" ha realizado innumerables reportajes de gran rigor documental en los que de manera profesional ha exhibido los fraudes y corrupción en aduanas, los miles de millones de pesos que el gobierno federal maneja fuera del presupuesto, la corrupción de jueces y magistrados, los gastos excesivos de funcionarios de gobierno, las disputas por el poder y los mil millones al año que cobran los generales de la SEDENA, la aceptación de alimentos contaminados de USA por parte de México y muchísimos temas espinosos más.

Si la fuerza de esos artículos no fuera suficiente, la revista cuenta con uno de los cartonistas más impresionantes de México: David Manrique. Sin duda uno de los periodistas más incisivos que conozco en el medio. Él combina la fina ironía gráfica, característica del "monero" clásico, con el detalle perfeccionista del dibujo pulcro. No sé qué apreciar más de sus cartones, si su bello colorido o la espesa sensibilidad política que proyecta, esa que atrapa en una burbuja chispeante y jocosa la esencia de un problema que lastima a un pueblo entero. Ante la disyuntiva de elegir alguno de estos elementos prefiero quedarme con la exquisita combinación de ambos.

Así pues, no se necesita tener más de dos dedos de frente para entender el por qué de las frecuentes agresiones a este medio de comunicación. Además de la irrupción más reciente a sus instalaciones, el 23 de junio, en la que sufrieron destrozos y un brutal saqueo de equipos de cómputo, de oficina y portátiles, cámaras de video, equipo de audio profesional, así como discos compactos con información editorial y documentación personal de los periodistas colaboradores de la revista, existe una larga lista de ataques de todo tipo sufridos por la empresa informativa.

Por razones de espacio sólo mencionaré de manera sucinta algunas de estas muestras de hostigamiento y agresión a "Contralínea" que van desde amenazas de cierre y de muerte, hasta el asesinato en el año 2011, de dos mujeres periodistas, una de ellas fundadora de la revista.

En sus 12 años de vida, la revista ha sido objeto de robos, amenazas, persecución, vetos informativos y publicitarios gubernamentales, arrestos, juicios y hasta una emboscada en el año 2010, en la que "desaparecieron" por dos días a dos reporteros, una mujer y un hombre, ambos fueron rescatados, éste último incluso con tres heridas de bala.

Lo peor de toda esta historia es que las autoridades competentes (?) no sólo no han hecho la tarea sino que han empujado a favor de los "acusadores" que se autoproclaman lesionados en su moral (?) por un trabajo periodístico debidamente documentado y sustentado en la libertad de expresión y el derecho a la información. Pero las autoridades judiciales se han puesto del lado de los abusadores y corruptos, mediante una parcialidad grosera que deja en completo estado de indefensión a los integrantes de la revista.

Causas amañadas, juicios anticonstitucionales, episodios legales atentatorios del debido proceso que han condenado al pago de onerosas multas y al remate del patrimonio personal del director del medio, Miguel Badillo (Juzgado 9º de lo Civil en el Estado de Jalisco). Por lo pronto ya se han realizado las denuncias legales correspondientes e interpuesto las quejas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por amenaza de muerte y acoso judicial, así como a la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión de la PGR, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, hay que esperar resultados.

Entre todo este embrollo, hay algo que me llama la atención. En 2007, los representantes del Grupo Zeta Gas, irrumpen en las oficinas de "Contralínea", amenazan, exigen la revelación de las fuentes informativas e interponen demanda por daño moral. El mismo grupo, un año después (2008) allana las instalaciones acompañada de gente armada y policías del DF. Siguiente año, febrero 2009, de nuevo el Grupo Zeta Gas allana las instalaciones, exigiendo registrar escritorios y archivos de los periodistas y empleados de "Contralínea". En abril de 2010, desconocidos allanan y saquean de  nuevo las instalaciones de la revista.  En el 2013 el Grupo Zeta Gas, consigue sentencia condenatoria contra la revista y sus trabajadores, con juicio viciado por el Juzgado 9º de lo Civil del Estado de Jalisco, multa de medio millón de pesos.

En 2014, el 23 de junio, desconocidos allanan las instalaciones de "Contralínea", con los desastrosos resultados anteriormente descritos. (Que conste que no menciono esta vez al Grupo Zeta Gas).

En fin, habremos de estar atentos a los resultados de las quejas y denuncias, al pendiente de la seguridad de los comunicadores y empleados de esta prestigiada revista, a difundir lo más que sea posible estas arbitrariedades, los abusos de poder y el contubernio de las autoridades. Declarar que nuestros hermanos periodistas no están solos, que les reconozco y admiro su estatura moral y su valentía para luchar por la verdad, por la justicia y obviamente por el derecho irrenunciable a la libertad de expresión. Un abrazo solidario a Miguel Badillo, José Reyes, mi admirado David Manrique y a todos los compañeros de "Contralínea".

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Junio 25, 2014

Modelos Para escoger

Desde que tengo uso de razón, bueno lo diré de otro modo para no pecar de presuntuoso, desde aquellos tiempos que logro recordar, ya se usaban esas patéticas técnicas de promoción de la imagen de los candidatos durante las campañas políticas. (Caray, ya había dicho que no volvería al tema). Me refiero a esa hipócrita actitud benevolente de andar chiqueando niños, abrazando mujeres y besando abuelos. Obvio todo esto con una sonrisa total cuyos destellos opacan el oportuno flash de la cámara oficial que está pronta a inmortalizar el noble gesto de nuestro prócer en turno.

Por supuesto que esta práctica no es privativa de nuestro entorno local o nacional, sino que según parece se ejerce gustosamente en todo el mundo, así que bien podemos hablar desde un candidato a regidor en un municipio nayarita hasta la campaña del mismísimo Barack Obama. Además esto es tan usual, que la fuerza de la costumbre lo convierte en algo natural y hasta bien visto.

Estoy cierto que este tema podría parecer intrascendente si se dejara de ese tamaño, pero por supuesto que no haré eso. Abordé este asunto motivado, casi forzado, por la recurrencia de esas imágenes en diversos sitios, sobre todo en las redes sociales, herramienta de comunicación a la que se le ha sacado mucho provecho para dicha difusión. Algunos no saben ni agarrar una pala pero salen en la foto trabajando como expertos. Curiosamente en estos días les dio por realizar trabajo comunitario. ¡Que curioso!

Como ya lo he comentado en artículos anteriores, me da hasta flojera ver el nivel tan bajo e inapropiado de las campañas. Nada novedoso, la creatividad es la principal ausente en estas lides. Da pena ajena escuchar los "rollos" tan anodinos de los flamantes candidatos y candidatas. No he percibido esta vez algo que valga la pena. Desde mi punto de vista estas campañas están más sosas que nunca. Ya expliqué que mienten los que digan que han hecho propuesta. Han hecho promesa, lo cual ya no es novedoso, los políticos viejos lo han hecho toda la vida y los bisoños lo empiezan a hacer.

Hay que reconocer que existe una gran variedad de especímenes políticos o mejor dicho una gran variedad de modelos. Podemos ver en esta danza, el modelo "Robin Hood" que se robaba con una mano un poquito de dinero y con la otra le daba (un poquito menos supongo) al pueblo. Lo que este curioso paladín de la justicia no sabe es que el legendario forajido inglés robaba a los ricos y daba a los pobres. Y este pobre bandido "sanblaseño" robaba un "poco" del dinero del pueblo y le daba un "poco" menos al pueblo, singular historia.

Otro modelo que recuerdo, es el del político ingenioso. Uno que en la pasada contienda por la presidencia de la república, realizó ostensible campaña a favor del partido en el poder no obstante ser delegado estatal de una muy conocida dependencia federal. Hoy, con mucho ingenio, cambió el color de sus vestiduras y ataca con agresividad a los candidatos del partido que no hace mucho tiempo apoyó vehementemente.

No podía faltar el modelo campirano, el que habla prometiendo un "chingo" de cosas, no tanto porque esta palabreja sea sinónimo de mucho, sino que me parece que la idea es mimetizarse con el pueblo, congraciarse a través del lenguaje. "Soy hijo del pueblo, hablo como el pueblo".

Luego el modelo "simi", el que diagnostica grave la salud del pueblo, pero se le acabaron los fierros para comprar el "mejoralito" y pide ayuda al propio enfermo para curarlo.

El modelo samaritano, aquel que es capaz de adoptar hasta una tarántula como mascota para enseñar su lado humano. Se retrata con perros, gatos, ratas (grupal), elefantes, si los tuviera a la mano, con tal de dar la impresión de que es un apasionado defensor de la naturaleza y principalmente del reino animal. Es tan convincente la idea de que esto es un circo que incluso el propio candidato ha incluido en su propaganda la imagen de una carpa de circo para decir que ya no habrá espectáculos con animales en Tepic. Por supuesto que no ha mencionado para nada los combates mortales en las sangrientas e inhumanas corridas de toros y peleas de gallos.

El modelo "a prueba de todo", aquel que siente su diputación tan Segura, que hasta se desentiende de la campaña y de vez en vez le echa la "güeva".

Otro modelo destacado es el camaleón, aquel que por sentirse amado, cambia de color campaña tras campaña. Hoy habla maravillas del partido al que no hace mucho le tundió hasta por debajo de la lengua. Obviamente esta reconciliación "Shakespeariana" se dio porque ese instituto político lo nombró candidato a diputado. Se siente tan cerca del poder que no sería nada remoto que de no conseguirlo esta vez volvería a cambiar el tono de su piel. 

Y así, de todos colores y sabores, modelos tradicionales y otros no tanto. Una pléyade de curiosos personajes cuyos verdaderos propósitos desconocemos. Las experiencias más recientes nos han mostrado casos de auténtico peligro para distintos sectores de la sociedad. Muchos de los políticos que están por salir (Aleluya) enseñaron el cobre, le fallaron a la clase trabajadora, traicionaron al pueblo, faltaron a sus promesas. Varios de ellos se van repudiados por la gente (el repudio de la gente).

No quiero decir que todos sean iguales, ya que siempre existirán honrosas excepciones, pero lo que sí quiero decir es que los ciudadanos debemos tener mucho cuidado al momento de elegir, para no volver a caer en el engaño. Así que escoja con cuidado su modelito y mucha suerte, porque creo que la vamos a  necesitar.

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Junio 18, 2014

Que Ruede la Bola

Pues aquí, mis amigos, tundiendo a toda velocidad mi teclado. No sé a ciencia cierta si la razón de mis apuros es que estoy saturado de compromisos o es que ya me contagió la "fiebre" del futbol. Esto último es sólo para señalar que justo el día de hoy arrancó el máximo evento de las patadas y los cabezazos, el mundial que se celebra en Brasil.

De antemano quiero aclarar que no me disgusta el futbol, incluso lo he practicado desde que era un niño de primaria. Es un deporte fascinante en el que se combinan la técnica, la habilidad y la inteligencia. Lo que me fastidia es que lo han convertido en un pingüe negocio y que durante un mes no se hablará de otra cosa, al grado que le va a "robar cámara" a las campañas electorales que se están llevando a cabo.

Claro que prefiero la bola que hoy empezó a rodar que la bola de zánganos que andan repartiendo sonrisas, abrazos y apretones de mano por estas benditas calles que ni conocen ni habrán de volver a pisar. Hay algunos candidatos que ni siquiera conozco, por ejemplo un aspirante a regidor que jamás había visto en mi colonia y hoy casi hace surco por mi calle. Bueno, quizá sea porque es la única que está en buenas condiciones por este rumbo. El caso es que, varias veces al día, pasa un nutrido grupo de jóvenes agitando banderas tricolores (seguramente le van a la selección mexicana) entregando propaganda de tan buena calidad que muchos de nosotros la hubiéramos querido para invitaciones de boda o graduación. Excelente papel, impresiones de lujo y gran colorido, si nada más de pensar que en un depósito de artículos de oficina (para evitar el "gol" comercial) ubicado frente a Plaza de Álica, imprimir una hojita cuesta 14 pesos, así tenga tan sólo unas rayitas de color, imagínese usted amable lector ¿Cuánto costará un cartel de los miles y miles que están tirando a la basura los "generosos" candidatos? (Ojalá pagaran de su bolsillo).

En realidad ya no sé que está más desangelado, si el partido inaugural de Brasil contra Croacia, donde escaseó el buen futbol y abundó la sospecha, por no decir la seguridad, de un arbitraje localista y amañado o la insulsez de los partidos políticos cuyas campañas dejan mucho que desear. Hasta hoy no he escuchado nada novedoso, algo que te haga sentir que existe el interés de alguien en cambiar, al menos de forma, los viejos estereotipos del arte de hacer política. Lo mismo de siempre, ruido, exceso de volantes y carteles, pendones, mantas, muchedumbre, escándalo (simulando alegría), presencia de jóvenes (hombres y mujeres) como queriendo "vender" la idea de que la juventud está participando, aportando ideas y validando el currículum vítae de tan ilustres personajes. Me da lástima ver como explotan a esos muchachos  y muchachas, bajo la promesa de darles trabajo en cuanto asuma el poder su protector. De esa manera colaboran en las campañas. Sin sueldo, alimentados con la ilusión de obtener, en un futuro cercano, estupendos empleos, sueldos jugosos y paladear el siempre subyugante círculo del poder.

Tengo la esperanza que en ambos ámbitos se pueda ver algo mejor que lo que se ha visto hasta hoy. Al menos en el futbol apenas va empezando, pero en la "polaca" ya pasaron varios días y no he visto nada que valga la pena. No sé si apenas vayan agarrando vuelo las campañas y aún haya muchas sorpresas por descubrir. Lo que sí es cierto es que, en el partido inaugural del mundial de Brasil, ya se vieron las primeras muestras de que se trabajó para favorecer a un equipo y en la política pues se "está trabajando en equipo" para favorecer a un sólo partido. Cosas curiosas de la vida. ¿No?

No he puesto atención a lo que anuncian los candidatos en la radio, ni siquiera distingo bien quien es quien. Someramente he escuchado anuncios, no identifico los timbres de voz. Me llamó la atención un individuo que habla con ciertas imprecaciones, no sé cómo se llama pero sí sé que promete un "chin... de agua". Bueno por lo menos este es un tanto diferente, aunque no muy ortodoxo que digamos.

Pero más allá de eso y una que otra cosita pintoresca proveniente de algunos especímenes del esotérico mundo del verbo y el sablazo, no he escuchado algo interesante. Muchos pregonan, con estudiada suficiencia, que van a hacer esto y lo otro, que no faltará el agua, que van a generar empleos, que van a manejar los recursos presupuestales con transparencia, etc. pero, como siempre, viene a colación el viejo dilema acerca de la manera en que lo harán. Se llega pues al trillado, pero acertado, axioma que dice que los políticos chafas siempre prometen lo que supuestamente van a hacer pero nunca dicen el cómo lo van a hacer. Por tanto no existe propuesta. Lo poco que he escuchado es el exhorto entre ellos a no usar una campaña de desprestigio y sí de propuestas. Pero, por definición y por experiencia, en política la palabra propuesta es sinónimo de promesa y la sociedad de lo que está cansada y decepcionada es precisamente de esas promesas, sobre todo de las promesas incumplidas.

En fin, entre el futbol y las campañas estamos tan entretenidos, que por un momento casi nos olvidamos que precisamente en estos días del mundial, nuestros legisladores discutirán los cuatro paquetes que integran las leyes secundarias de la reforma energética. Es una curiosa coincidencia que mientras más de la mitad de los mexicanos estamos "casualmente" distraídos en un febril apasionamiento deportivo, alentado por las campañas televisivas que promueven un falso nacionalismo, los "representantes populares" le allanan el camino a los "dueños del balón" para que le puedan echar mano a uno de los recursos naturales más preciados de la nación, el petróleo y sus derivados. No cabe duda que los mexicanos sabemos distinguir muy bien nuestras prioridades. ¡Viva México!

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Junio 13, 2014

Feliz Día del Padre

Cuando este artículo esté en sus manos, faltarán tan sólo dos días para la celebración del día del padre.

Bien pude escribirla en el siguiente número, ya que la distancia entre el miércoles previo es casi la misma que la del miércoles posterior. El detalle que marcó la diferencia en la elección fue que acabo de  regresar de mi terruño, donde acompañé a mi familia en las exequias de un tío, hermano de mi madre, que además de haber sido una buena persona en términos generales, lo fue de manera especial para mí, sobre todo en los años idos de mi infancia.

Lo anterior viene a colación por la particular situación que presencié en la cercana convivencia con mi primo Antonio, "Toño" para los cuates, hijo de mi aludido y fallecido tío. Me refiero a las vicisitudes que tuvo que pasar para llegar desde San José California hasta la calurosa Tecuala. Al loable, aunque infructuoso, esfuerzo de alcanzar a su padre con vida, después de ser avisado de la gravedad de su estado de salud. Aviones, autobuses y taxis, servicios especiales y no fue posible. Cuando el último de los taxis abordados dobló la esquina para enfilar de frente hacia la casa paterna, su esperanza se partió en mil pedazos. La imagen que vio a lo lejos apagó el último rescoldo de la fe que le acompañó durante su recorrido de más de dos mil kilómetros, la típica carpa que se utiliza en los velorios de rancho fue el tiro de gracia para el ánimo y la poca fuerza que quedaba.

Quise narrar esta parte de la historia para ponerlos en contexto, lo realmente importante es la opinión, las palabras de mi primo, referente a la amargura que le dejaba esa situación. Murió su papá sin que él pudiera verlo aunque sea con el último hálito de vida. No pudo ver por última vez el brillo de sus ojos. Cómo le pesaba en sus hombros aquella ausencia de casi cuatro años. De hecho que importaban sus palabras si podía leer en su rostro la tristeza. No sé cuántos dólares de su bolsa hubiera dado a cambio de encontrar a su padre con vida. Pero el destino es así, tajante, inflexible, frío y a veces hostil, aunque siempre tiene la contraparte para los interesados en aprovecharla.

No es una crítica, es tan sólo una reflexión. Es una historia más de las muchas que ocurren a diario. Cada quien es dueño de sus actos y de su propio destino, entendido éste como el resultado, la suma de tus acciones y decisiones, ni una cosa más. Es cierto, se necesita algo de fortuna en la vida y quizá decimos en muchas ocasiones que mala suerte que me haya pasado esto o aquello. Pero, aceptando que no se pueda cambiar el sentido de las cosas o los hechos, también es cierto que sí puedes incidir en que las consecuencias de tipo moral, como el remordimiento, no te castiguen tan duramente.

Quizá sea un tema muy trillado decir en vida, haz las cosas en vida, cuando la persona necesita de tu presencia, tu apoyo, tus detalles, pero hasta ahora no he encontrado una fórmula o una frase que pueda sustituirla. Además no se trata de palabras, de frases, se trata de hechos, hechos simples y contundentes, como la sencillez de un abrazo sincero o la luminosidad y la fuerza emotiva de un te quiero.

Tampoco hay que preparar fastuosos "homenajes" en casa para festejar el "Día del Padre" y querer congratularte con "el viejo" al menos en esas horas aprovechables del tercer domingo del mes de junio que "generosamente" nos designaron en el calendario. He repetido hasta al cansancio que este tipo de celebraciones tienen una connotación de carácter comercial, han sido impulsados por las asociaciones y cámaras de comercio para fortalecer sus ventas y con ello los negocios y las economías locales y nacionales. 

Siempre he estado a favor de darle prioridad al aspecto emocional y afectivo de las celebraciones, si puedes dar un pequeño obsequio material pues que bueno, si no lo puedes hacer no importa, no va a pasar nada, tiene mayor valor el afecto, que es una divisa gratuita e invaluable. En el caso del día de los papás, yo prefiero que mis hijos regularmente sean atentos, educados y si es posible cariñosos a que se cooperen para hacerme un regalo. He tratado siempre de predicar con el ejemplo, por eso procuro tratar a mi señor padre con todo el respeto y cariño del mundo. Llamarle por teléfono con frecuencia, platicar con él, convivir tanto como sea posible, visitarlo, llevarlo al médico, hacerle llegar atención médica y medicinas, cuidar su patrimonio y su seguridad, etc. pero, creo que además de eso, lo que siempre he creído que estimula mucho el ánimo de mi querido padre es el sentirse orgulloso de mí. Podrá tener muchos hijos, espero no herir susceptibilidades, pero sé con certeza que de mí se siente muy orgulloso por ser lo que soy y como soy. ¿Qué soy? Una buena persona que de manera honesta lucha por superarse día a día. ¿Cómo soy? Sincero, amable, alegre, respetuoso, estudioso y optimista. Quizá tenga otras cualidades pero ya se llenó de flores el jarrón y no hay que ser tan cargado. (Sonrisa).

La idea es pues, rendir un humilde homenaje al páter familias, quizá haya muchas formas y estilos de hacerlo, en mi caso el día de hoy es con este artículo modesto pero sincero, a través del cual quiero felicitar a todas las personas que, como yo, aún tenemos la fortuna de contar con nuestro papá. Por favor cuídenlos, hagan lo posible para que se sientan bien, la mayoría de las veces no se necesita gran cosa. Sean amables y cariñosos con ellos, estén al pendiente de sus necesidades, pero sobre todo denles un poco del inmenso amor que ellos nos dieron cuando éramos niños. Estoy casi seguro que el día que Dios reclame su presencia y tengamos que separarnos de nuestro padre, habrá tristeza claro, pero a la vez una cierta paz en la conciencia que será el mejor antídoto contra el remordimiento. Una oración a los papás que están en el cielo y un gran abrazo a los que aún nos acompañan. ¡FELIZ DÍA DEL PADRE! 

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Junio 4, 2014

Del FOBAPROA al FONAPAREPOPU

Casi me tuve que agachar cuando vi pasar frente a mi rostro una brillante, húmeda y vacía lata, de esas de un refresco de color muy oscuro que produce un ex político nayarita, que tiene apodo de felino y es dueño de media ciudad peluche (perdón media ciudad de Tepic).

Un poco desconcertado y algo despeinado por la corriente de aire que me zumbó en el oído, volteé un par de veces antes de distinguir la silueta de mi amigo Elías Ramírez que se encontraba a unos cuantos pasos de mi, del otro lado de la calle. Él había pateado el bote vacío.

Titubeé antes de preguntar que le sucedía, nada más de ver la cara de torzón que mostraba mi entrañable amigo y compañero de la infancia.

- ¿Qué te pasa mi querido amigo? .- Pregunté un tanto vacilante.

- Estoy que me lleva la...locomotora, por no decir el tren.

- A ver, trata de calmarte un poco y cuéntame que te sucede.- Dije con un tono paternal, intentando poner en mi rostro una tranquilidad que estaba muy lejos de sentir.

Casi bufando, quitó de su frente unas gruesas gotas de sudor y, con el característico tono golpeado del rancho, comenzó su relato diciendo:

-  Mira Meño, estoy echando chispas porque ya no aguanto a un canijo cobrador que me trae asoleado. Ya me llamó mil veces por teléfono a  la casa, a la oficina y ahora se presenta en mi casa a molestarme a todas horas del día y de la noche.

-  ¡A caray! ¿Qué es lo que te cobra, de donde es el tipo, te ha amenazado, es muy grosero, es mucho dinero el que debes? En un segundo atiborré de preguntas a mi enojado interlocutor.

Tal parecía que los papeles se habían invertido y era mi amigo Elías quien ahora se veía más tranquilo. Cuando me percaté de la situación, ya estábamos cómodamente sentados alrededor de una mesa de madera, meneando sendos tejuinos bien helados.

Haciendo gala de una narrativa sencilla y muy clara, en pocos minutos me contó cómo empezó el vía crucis por su deuda. El caso era acerca de una vivienda de las denominadas de interés social. No sé si les digan  así porque los costos y planes de pagos están verdaderamente al alcance de la sociedad (de bajos ingresos) o sólo es porque le sigue interesando a esa sociedad aunque no pueda adquirirlas. Pero, dejaré de lado ese conato de polémica. Lo cierto es que mi amigo se refería a esas casas que, por estos rumbos, les nombran "pichoneras". Ya no le pregunté qué institución se la había financiado, pero me dio a entender que era la que atiende a los trabajadores de la burocracia federal.

En un santiamén, sabía toda la historia. Él adquirió la casa cuando la vida le empezaba a sonreír y tenía un empleo federal de confianza, ganando digamos que un sueldo decoroso que le permitía irla pasando sin grandes sobresaltos y aguantaba muy bien el descuento de la hipoteca directamente de su nómina. Pero como suele pasar en muchas historias, de pronto el cielo se empezó a llenar de nubes negras que anunciaban una terrible tormenta.

Habían pasado pocos años y aquella tranquilidad se había terminado. Se presentaron de nuevo en el país las ya familiares crisis económicas de fines de sexenio. Una de ellas, la que afectó para siempre la vida de nuestro amigo fue justo a finales de 1994, quizá  la más terrible del México contemporáneo. Sobrevino entonces el "meteoro" financiero que colapsó la economía mexicana. Es imposible hacer una disección detallada de este fenómeno, ya que se requiere mucho espacio para poner ante ustedes todos sus bemoles, pero a grandes rasgos podemos comentar que la mayoría de mexicanos ubica esta situación por su relación con el famoso y tristemente célebre FOBAPROA (Fondo Bancario de Protección al Ahorro) que inicialmente era un fondo preventivo (1990) porque pretendía cubrir los recursos que faltaran debido a los préstamos incobrables y garantizar lo que los ahorradores depositaban en los bancos, obviamente sin afectar las finanzas nacionales. Pero pues recordemos que estamos en México y aquí todo se puede.

Al sobrevenir la crisis de finales de 1994, el FOBAPROA dejó de ser preventivo y se usó como el remedio para sanear las finanzas de los bancos que tenían una cartera vencida incobrable, aclarando que no fue porque los mexicanos seamos mala paga por puras ganas, sino que los propios bancos habían propiciado la insolvencia de los deudores por el excesivo aumento de los intereses que les cobraban. La gravedad del caso es que dentro de las acciones para rescatar de la quiebra a los bancos con recursos de la nación, se manipuló todo de tal manera que terminaron siendo ésta y los paganos mexicanos los deudores, mientras que los capitalistas resultaron ser los acreedores después de ser rescatados de la quiebra, así que por eso se considera a este fondo como el fraude del siglo. Es obvio que se contó con la complicidad del congreso federal que permitió que la deuda del FOBAPROA se convirtiera en deuda pública.

También es innecesario decir que este fraude criminal contra la nación fue fraguado en las cúpulas del poder político y económico. Lo que es injusto es que al ciudadano común los banqueros le exigen de garantía hasta las escrituras de la casa por 10 mil pesos que soliciten, sin embargo en este fraude se les permitió a ellos, a los mañosos financieros, hacer toda clase de triquiñuelas, metieron al FOBAPROA hasta las deudas que eran pagables, hicieron préstamos familiares sin ninguna garantía, sin aval, "autopréstamos", etc. En fin hicieron y deshicieron, con la complicidad del gobierno federal, el congreso de la unión y hasta la suprema corte de justicia (así con minúsculas).

Pero, ¿De dónde salió toda esta historia? ¡Ah, sí! Del caso de mi amigo Elías, que compró su mini casa en 72 mil pesos, pero, por su inestabilidad económica, por la falta de oportunidades, dejó de pagar sus abonos de la hipoteca y su deuda se disparó exponencialmente, actualmente es de casi 550 mil pesos. Evidentemente es impagable a corto y mediano plazo. Su adeudo se turnó a un despacho particular, de esos que usan el terrorismo en la cobranza, mi amigo desea regularizar su situación, pero necesita apoyo del gobierno, un  rescate tipo FOBAPROA. Ya es un caso de esos especiales que requieren la intervención del presidente de la república o en su defecto de "El Barzón".

De pronto mi amigo sale corriendo despavorido, pienso si acaso llegó el cobrador del despacho y le pregunto qué pasa, me contesta ya de lejos.

- Adiós Meño.- ¡Voy a solicitar mi inscripción al FONAPAREPOPU!

- ¿Qué es eso amigo?.- Le pregunté, curioso.

¡El Fondo Nacional Para el Rescate del Pobre Pueblo! Me contestó sin titubear. (Risas).

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Mayo 28, 2014

Un Aniversario más del SUTSEM

Es inevitable escribir sobre el "Día del Burócrata". No importa que sea como se dice coloquialmente "a toro pasado". Muy al contrario, escribir este artículo en condición a posteriori me permite ofrecer a mis amables lectores una descripción pormenorizada de lo que pude percibir antes y durante del festejo.

Me pareció una idea de alta estrategia el hecho de organizar, en el marco de este festejo, el evento denominado "Encuentro Sindical Internacional" ya que por un lado es muy gratificante recibir a muchos líderes que representan a los hermanos sindicalistas de diversas entidades federativas que vienen a convivir con sus homólogos nayaritas, mostrando su solidaridad a las causas compartidas, además de los notables expositores del Centro Nacional de Promoción Social (CENPROS) José Merced González Guerra y Pedro Villegas Rojas. Y por otro lado, de manera muy especial, la visita de distinguidos exponentes del sindicalismo que le dieron el carácter internacional a dicho evento, me refiero al amigo panameño Mariano Mena, Presidente de la Universidad de los Trabajadores de América Latina (UTAL) y el destacado expositor Manuel Zaguirre Cano, Ex Secretario General de la Unión Sindical Obrera de España (USO).

El mencionado encuentro, realizado en la víspera del festejo oficial, fue una gran oportunidad de escuchar la opinión calificada de grandes conocedores de los temas nacionales e internacionales referentes al sindicalismo. En distintas perspectivas y estilos, la idea que prevalece en todas las ponencias es el inminente peligro que corre el sindicalismo en México. El punto recurrente es el ataque sistemático a la libertad sindical y a los derechos laborales por parte del capitalismo mundial mediante la implementación gradual de un voraz y nefasto modelo neoliberal que pretende acabar con las organizaciones de trabajadores.

Esto no es nada nuevo, incluso ya lo he comentado con ustedes en alguna otra ocasión y creo que vale la pena traerlo aquí en este mismo momento. Primero, como un sincero homenaje a los que nos antecedieron en esta lucha, los hombres y mujeres que sufrieron agresiones y penalidades para finalmente llegar a fundar el sindicato en 1940.

En segundo lugar para conminar a la reflexión. A pensar, por un momento siquiera, la magnitud del sacrificio realizado, el peligro inminente de enfrentar permanentemente a los aviesos intereses de los círculos del poder político y económico. Los riesgos de enfrentar a los temibles entes y mafias capitalistas que por su propia naturaleza, serán siempre hostiles a la clase trabajadora a la que seguirán buscado someter, soñando con volver a esclavizarla. Esta guerra interminable no es más que la expresión histórica y puntual de la lucha de clases.

El Sindicato Único de Trabajadores al Servicio de los poderes del Estado, Municipios e instituciones descentralizadas de carácter estatal de Nayarit, SUTSEM para abreviar, cumplió 74 años de vida. Más de siete décadas de lucha, muchos años de esfuerzo que han permitido sumar, de poco en poco, conquistas laborales reflejadas en el mejoramiento de la calidad de vida de miles de familias nayaritas.

A pesar de los ataques y diatribas, por parte de la plutocracia, el sindicalismo en general y el nayarita en particular, representado dignamente por el SUTSEM, han sorteado un camino lleno de obstáculos, luchando por la dignidad de un trabajo bien remunerado, por los derechos irrenunciables y la libertad de la clase trabajadora. En este contexto, es justo reconocer el esfuerzo, la dedicación, el valor y el liderazgo de la Sra. Águeda Galicia, quien ha sabido mantener y potenciar las posibilidades del triunfo de la causa proletaria y de la justicia social.

Durante muchos años los buenos líderes sindicales han sido denostados por fuerzas oscuras que se esconden tras las bambalinas de mafias que se hacen llamar a sí mismos partidos políticos. También han soportado infinidad de ataques perpetrados desde los despachos subterráneos de los cerrados grupos hegemónicos que detentan el poder económico y con éste el control político de los estados y países del mundo. Estos feroces depredadores capitalistas se suelen disfrazar de honrados empresarios y honestos hombres de negocios, pero que al final de cuentas todos terminan develándose como los más despiadados "delincuentes de cuello blanco".

Contra todo eso han tenido que luchar los buenos líderes, de antaño y de hoy, para poder ofrecernos un sindicato fuerte, digno y orgulloso que mira siempre hacia adelante, un sindicato democrático con objetivos bien definidos que buscan, con entrega, valor y decisión, la consolidación de horizontes laborales donde la esperanza ferviente y la realidad promisoria se tomen de la mano.

Durante el festejo, pude percibir una buena dosis de alegría y expectación. Quizá la alegría un poco apoyada por la generosa ingesta de bebidas espirituosas y la expectación, por dos razones, una la posibilidad de que el gobernador diera una buena noticia y la otra por la rifa de regalos que no era cualquier cosa. Me gustó mucho la ceremonia, la entonación de los himnos, la sencillez y sinceridad del mensaje de la anfitriona y la zarandeada que le puso el panameño Mariano Mena al "Gober" asegundada por "Toño García" de la FESTEM (quizá por eso no anunció nada), pero al menos quedó de manifiesto la solidaridad del movimiento sindical nacional e internacional para el SUTSEM.

En fin, aunque no tuve suerte en la rifa (afortunado en el amor, ah, como me quiere mi mujer) me divertí, me eché unos "pasitos chéveres" con la "Sonora Caliente", comí muy a gusto en compañía de mi esposa, con botanas y postre incluido, me eché unos escoceses con soda (tragos, tragos), conviví con algunos amigos, saludé a muchos otros. En fin para mi valió la pena la pachanga. En cuanto al premio del coche o la casa, quizá para la que sigue, quizá, quizá.

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Mayo 21, 2014

Campañas de Terror

No sé si a ustedes les pase también que en ocasiones sienten una especie de agobio, algo así como un estado de estrés pero no alcanzan a definir con exactitud cuál es el origen de esa sensación. Lo más común es que intentemos echarle la culpa al exceso de trabajo y en el caso contrario a la falta de un empleo. Se puede hablar de situaciones de carácter familiar, problemas de salud, el endeudamiento personal, las excesivas cargas de intereses bancarios, la insolvencia económica para mantener una familia, la precarización permanente del salario, la inseguridad, etcétera.

Estuve analizando detenidamente los factores mencionados y al final de ese ejercicio pude concluir que, por más increíble que parezca, ninguno de ellos tenía el peso suficiente para provocarme un estado de estrés. Sí tengo mucho trabajo, sí se enfermó mi esposa, afortunadamente no de gravedad, sí me hace falta dinero para mejorar la situación familiar pero, aunque me afecta todo eso, encontré que lo que más me "amenaza" anímicamente hablando es la proximidad de las campañas electorales en nuestra entidad.

No es una exageración, nunca he sido extremista en mis apreciaciones y mucho menos en mis fobias. Pero nada más de tener que soportar treinta días de ese jolgorio artificioso llamado campaña política o electoral, creo hasta me pone de malas. No es que tenga subdesarrollado el sentido del deber cívico y que considere poco importante algo tan sagrado como la democracia y por consiguiente el derecho al sufragio universal, no, no es eso. El problema real es el contexto, el poco afortunado escenario social en el que se desarrolla este nuevo episodio político. Me parece que, salvo honrosas excepciones, hay poco que aplaudirles o reconocerles a estos hombres y mujeres que están representando a su partido o partidos (por las coaliciones), incluso a veces ni eso, porque hoy están en uno muy distinto al que abanderaron hace casi 3 años, en este sentido me gustaría preguntarles si la ideología es "genérica intercambiable" como para cambiar de partido como si se tratara de cal...cetines. De hecho hay políticos que ya han vestido la playera  de los tres partidos más importantes a nivel estatal y no han llegado a la meta ansiada, por más "amados" que sean por el pueblo.

Por otro lado, muchos y muchas sólo cambian de giro y pasan o quieren pasar de una curul a un ayuntamiento, otros(as) de manera viceversa. Regidores que quieren ser diputados y diputadas que quieren ser al menos regidoras, pero lo que es muy notorio y cierto es que no se quieren quedar fuera del presupuesto. Es muy probable que sea por lo que decía aquella vieja frase: "Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error". Este ya muy habitual cambalache de puestos, de personas, de partidos y de todo lo que se pueda cambiar, incluyendo "ideologías", no es el único asunto que me desagrada, también podría agregar la extraña aparición de algunos personajes que brotan de la nada.

Con una indeseada frecuencia me he topado, entre los ya típicos devaneos de las prácticas partidistas, la imposición de candidatos (as) que no tienen ni la menor idea de lo que es el servicio público que se ejerce a través de los puestos de elección popular. Muchas de esas extrañas nominaciones obedecen al pago de "facturas" de compromisos adquiridos por las cúpulas partidistas con grupos de poder político o económico de alto nivel, principalmente por financiamiento en pasadas campañas.

Quizá mi temor o animadversión actual, antes no era así, es por ver tanto descaro, tanto fingimiento, pero sobre todo tanto cinismo en el manejo de estas situaciones. Desde mi punto de vista, esas famosas listas debieran ser el producto de un profundo análisis de los perfiles y el trabajo no sólo al interior de las estructuras partidistas sino en el ámbito de la gestión social, de esos pretendientes. De dicho diagnóstico se podría hacer un segundo filtro considerando la aceptación popular, medida previamente a través de una consulta seria, así como el cumplimiento de los requisitos legales correspondientes para participar. Pero, en muchos casos la situación es completamente diferente, están oficializados los nombres de personas que el único mérito es ser la pareja de alguien que tiene un buen padrino en las esferas políticas de nivel nacional, ya sea en el partido o en cualquiera de las cámaras del congreso federal, tan sólo por citar un ejemplo.

En fin, los partidos pueden hacer lo que quieran en su manejo interno, finalmente para eso es la era de la "partidocracia". Contra eso el único antídoto posible es la concientización de los electores, es un asunto de seguridad, de bienestar y de dignidad. No se puede permitir más la oferta política de los partidos basada en un rudimentario escalafón de personas que sólo buscan usar el poder para su beneficio personal y el de sus camarillas. Se necesitan candidatos honestos, con altos valores morales, alejados del contaminado mundo del robo, del saqueo de los recursos del erario público. Se requieren buenos líderes en los ayuntamientos y en el congreso, se necesitan hombres y mujeres con ideas claras y progresistas, que verdaderamente quieran jugar en el equipo del pueblo (y no me refiero al Atlante), sino a favor de los ciudadanos que hoy por hoy (al menos la gran mayoría) hemos perdido por completo la credibilidad en los políticos y sus administraciones. Preguntas en la calle si confías en un político y ocho de cada diez te dirán contundentemente que no.

Si los funcionarios(as) que hoy salen de sus puestos dejaran como legado un trabajo decoroso puedo asegurar que no habría necesidad de hacer campaña para su partido, ya que su actuación garantizaría la confianza y bien se podrían ahorrar varios millones de pesos en propaganda que va a la basura y emplearlos de manera eficiente en obra y servicios públicos.

Lo he dicho reiteradamente, estoy harto de que me visite gente que ni conozco, vecinos que jamás me saludaban y ahora me dicen hermano, de los pendones con caritas sonrientes, fotografías con "Photoshop", blancas dentaduras y cuerpos esbeltos, corazones generosos, políticos redimidos por el "Ángel de la bondad", de los profetas de la felicidad, de los lobos con piel de oveja, de la hipocresía, de la burla y la humillación. Me aterrorizan los "carnavales de la alegría", los bombardeos radiofónicos y televisivos, el carro con bocinas que compite con el gas, el agua, el camarón fresco, el pan y el ceviche del "camarada". 

Finalmente, me parece superfluo el costo de estas inútiles campañas promitentes, además considero hasta de mal gusto querer forzar a la gente a votar por un oscuro candidato, mediante golpes mediáticos o la verborrea en vivo en las frecuentes visitas domiciliarias dentro de "LAS CAMPAÑAS DEL TERROR".

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Mayo 14, 2014

Al Maestro, con Cariño

Era casi de noche cuando el maestro rural Fidel Martínez llegaba a San Benito de las Urracas.

El sudor perlaba su polvorosa frente, sus manos y ropas eran una expresiva muestra del estado atroz en que le había dejado aquella terrible caminata de más de cinco horas por los áridos parajes de la sierra.

Ya ni siquiera recordaba cuantas veces había recorrido esa ruta. Una polvorienta brecha de esas que les llaman "camino de herradura" en alusión directa a la mula, transporte más usual en esos rumbos, aunque mejor diré "remuda" como allá le llaman, para evitar que algún politiquillo se sienta aludido o agraviado.

El acompasado silbido del "Profe Fidel", como le llamaban en su escuelita rural, parecía mezclarse con el viento que soplaba tímidamente en aquel atardecer invernal. El cansado maestro ya había perdido la cuenta de las canciones que silbó en aquella larga caminata, mucho menos recordaría cuales integraron su amplio repertorio. Haciendo un gran esfuerzo, se acordó sólo de "La cucaracha", "La Adelita" y "Viva mi desgracia". No sé si con ésta última se animaba o se resignaba a llevar a cabo la difícil tarea educativa en aquel remedo de escuela, en un sitio tan alejado de la civilización, allá "donde da vuelta el aire".

Al fin llegó Fidel hasta la flamante "Casa del Maestro". Créanme que daba tristeza ver esa choza de unos nueve metros cuadrados. Estaba construida con una especie de palma seca amarrada con lianas naturales. El interior del modesto alojamiento no era más afortunado que la paupérrima presentación del exterior. Un catre con patas de madera y lienzo de mecate, que una vez abierto apenas si dejaba espacio para una vieja silla de fabricación doméstica y un guacal desvencijado que hacía las veces de comedor y mesa de trabajo.

Dejemos de lado la descripción del paupérrimo menaje de la casa del maestro y adelantémonos al día siguiente, un día normal de labores. ¿A poco no tienen curiosidad de ver cómo sería un día de escuela con el maestro Fidel? ¡Seguro que sí! Hum, mejor cambio por un ¡Claro que sí! Para que no se confunda con cierta frase local.

Las clases comienzan poco después de despuntar el alba. Para que decir la hora si nadie cuenta con reloj, ni siquiera el maestro, aquí todo se maneja a tanteo. Los chiquitines son muy madrugadores, desde muy temprano se van a estudiar y sus padres a buscar algo de trabajo o algunas subsistencias a los poblados más cercanos.

El Profe Fidel está listo, fresco como una lechuga. Ocho estudiantes, 6 niños y 2 niñas, cuyas edades fluctúan entre los 6 y los 11 años, están ahí entre confusos y animosos. Un par de libros, una silla de madera y un pequeño pizarrón son los únicos elementos del equipamiento escolar. Unos pedazos de gis y un trapo viejo para borrar sus más preciadas herramientas. Los pupitres de la clase unos ecológicos troncos de árbol. Antes de iniciar la clase, el maestro convida a su alumnado dulces de piloncillo y cacahuate que trajo de su último viaje a la capital del estado. Los pequeñines sonríen contentos mientras saborean sus dulces, son pocas las ocasiones que lo pueden hacer. En la inhóspita comunidad sólo existe una tiendita en casa de doña Jacinta quien surte su escasa mercancía cuando visita al médico en la ciudad. Así, entre risas, comentarios y letras, el profesor con su vasta experiencia y una paciencia de santo, logra ilustrar un poco las cándidas mentes de aquellos discípulos tan especiales.  

Fidel, de 52 años de edad, ha trabajado durante dos terceras partes de su vida en comunidades como esa, el nombre es lo de menos, lo mismo da San Benito de las Urracas que San Miguelito de los Venados o cualquier otro. Lo digno de reconocer es el sacrificio, la dedicación y el amor a su profesión. Lo que vale la pena es el trabajo que ha realizado con los niños y niñas de esas latitudes que difícilmente tendrían acceso a la educación.

Son abundantes las penurias que ha sufrido Fidel durante su vida profesional, desde que se convirtió en maestro rural a los diecisiete años. Un salario raquítico sin mayores prestaciones, menospreciado siempre por los caciques magisteriales que favorecen con los mejores puestos y privilegios a sus familiares y amigos o comercian con las plazas. Nuestro maestro rural cuenta, entre sus anécdotas, que un líder de maestros lo castigó por criticarle la falta de apoyo para su trabajo y el abandono de las pocas escuelas en esas zonas marginadas. Se quejó de las inconsistencias del sistema educativo, de la corrupción, del manejo electoral del gremio, de los profesores que cobran sin trabajar y otras cosas, pero como vio que no funcionaba nada de eso decidió dedicarse en cuerpo y alma a su trabajo. Es indispensable reconocer antes de continuar que como en todos los gremios, en el magisterio también existen malos, regulares y buenos maestros.

El resultado de la labor del Profe Fidel está ahí, ha enseñado a leer y escribir a miles de niños y niñas en zonas indígenas y trabajando, casi con sus propios recursos, ha logrado acreditarles el nivel primaria completo. Ojalá hubiera más maestros comprometidos como él, que además de su labor docente apoyan a la comunidad con orientación y gestión social para resolver problemas como la carencia de sus servicios básicos, llevando, en varios sentidos, la luz a sus agradecidos pobladores.

Escribí esta historia porque quiero dedicarla a mis amables lectores que les gusta tanto la narrativa y como un homenaje a los hombres y mujeres que, con la excelencia de Fidel, dedican gran parte de su tiempo y su vida a rescatar de la ignorancia a muchos seres humanos. Muy especialmente para quienes hacen de esta profesión un verdadero apostolado. Cualquier parecido con alguna historia de la vida real, es una mera coincidencia. ¡FELIZ DÍA DEL MAESTRO! 

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Mayo 7, 2014

El Mejor Premio del Mundo

Cuando termine de escribir este artículo faltarán unas pocas horas para que se desvele el misterio de los ganadores del Premio Estatal de Periodismo en su versión 2014.

A estas alturas, el jurado calificador ya tiene los nombres de los ganadores, incluso ya les avisó para que se vistan para la ocasión, aunque se suponga que nadie sabe nada hasta que, en un protocolo similar al de la entrega del "Óscar", en el momento culminante se escuche la famosa frase: "Y el ganador es...".

Siempre me gusta pensar que las cosas son susceptibles de mejorar y este asunto no es la excepción. Para ser sincero, la edición del año pasado no me gustó mucho que digamos, aclarando que no tengo nada en contra de las personas que fueron acreedoras a tal distinción, ni me estoy refiriendo a todos los géneros. El comentario es porque eventualmente me tocó observar ciertos movimientos raros que estimularon la exigua suspicacia de mi mente inocente, detalles que me hicieron dudar que la elección del ganador sería basada estrictamente en el mérito, a pesar de que no dudaría que pudiera tenerlo el protagonista. Pero así sucedió, si fuera quiniela hubiera acertado mi "pronóstico", unos días antes de la entrega adiviné quien ganaría ese género determinado.

Pero el periodismo es mucho más que eso. La competencia debe sustentarse en un esfuerzo honesto, continuo y suficiente por satisfacer los elementos de calidad, utilidad y oportunidad en los contenidos informativos que los ciudadanos demandan. No importa el género o los géneros en los que incursiones como periodista, todos son igual de importantes y complementarios. El compromiso debe ser con tus lectores, con tu audiencia. Los reconocimientos que pudieras recibir a lo largo de tu trayectoria son sólo la parte agradable del bagaje de tu viaje por el interesante universo de la comunicación, porque de seguro no será el número de premios que conquistes a lo largo de tu carrera lo que te permitirá estar en la memoria colectiva, sino será tu capacidad de llegar a la mente y corazón de los ciudadanos a través de la fuerza de tu mensaje.

Quizá no sea tan difícil aclarar lo mencionado líneas atrás, sobre la complementariedad de los géneros periodísticos si considero, bajo mi estricta opinión, que me resulta igual de impactante la fuerza del periodismo de investigación y denuncia de la compañera Anabel Hernández (Los señores del narco) que la  exquisita crónica periodística sobre el desarrollo del pensamiento y las artes en México del maestro Humberto Musacchio (México: 200 años de periodismo cultural). Ambos periodistas, a quienes tengo la suerte de conocer personalmente, son autores de alto nivel además de excelentes personas. Puedo decir que se encuentran colocados en ángulos diferentes de la policromía literaria nacional, pero a la vez tienen gran similitud en el desempeño de su trabajo. Me refiero a la capacidad, la honestidad, el valor y el compromiso con sus lectores y con la verdad. Desde mi punto de vista, esta invaluable condición los hace perfectamente necesarios y complementarios en el histórico intento de cubrir la escena periodística nacional e internacional, haciendo el supremo y plausible esfuerzo de informar a los ciudadanos.

Me parece más que oportuno, aprovechar la reciente celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa, el día 3 de mayo, para reconocer el trabajo de los reporteros, columnistas, editores, caricaturistas, impresores y en general a todas las personas que laboran en los medios de comunicación así como a las defensoras y defensores de los derechos humanos.

Quiero ofrendar un abrazo solidario a quienes realizan su mejor esfuerzo por contrarrestar las furiosas ofensivas de los grupos de poder, públicos y privados, que atentan diariamente contra los derechos humanos y principalmente contra la libertad de expresión. A los que sufren las precarias condiciones de seguridad y trabajan sin garantía de su integridad física y de sus familias.

Es impostergable denunciar las amenazas y el hostigamiento que sufren miles de periodistas en México, exigir justicia para los compañeros que han sido secuestrados y desaparecidos. También para los que han sido acusados de difamación con causas maquinadas por las propias autoridades, principalmente en las entidades federativas. Me parece de mínima justicia recordar, no con tristeza, sí con admiración y respeto a los compañeros periodistas que han caído en el cumplimiento de su trabajo. A los asesinados y lesionados por denunciar la corrupción, la impunidad y el contubernio entre autoridades y grupos de poder.

En fin, es momento propicio para el reconocimiento y el estímulo. Sin duda se debe agradecer el esfuerzo hasta hoy realizado, pero los desafíos son cada vez más imponentes. No es nada difícil comprender que se avecinan tiempos difíciles, si observamos la tendencia de los gobiernos actuales a vulnerar las libertades y los derechos. Para muestra basta un botón, ahí está la iniciativa de Peña Nieto de la llamada "Reforma Telecom".

La agresión, el hostigamiento y la falta de garantías que sufre la prensa nacional hacen que la práctica del periodismo en México sea una actividad de alto riesgo, razón por la que sea considerado como "país no libre" para ejercer la libertad de prensa, según el informe anual de Freedom House "Libertad de Prensa 2014" (Capítulo México).

Para concluir, quiero exhortar a los compañeros y compañeras de la prensa estatal, del capítulo Nayarit, a redoblar esfuerzos para recuperar la credibilidad de la sociedad en el trabajo informativo, renovar los votos de lealtad y compromiso con los receptores de la información, cuya preferencia, al final de cuentas, será "El mejor premio del mundo". Un abrazo a todos los colegas en el "Día Mundial de la Libertad de Prensa".

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JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita

Abril 30, 2014

El Mundo Mágico de la Infancia

Tepic, Nay; abr 30, 2014.-  Sentí que era irrenunciable escribir sobre la efeméride del día de hoy: "El Día del Niño". Así que sin pensarlo dos veces me senté a tundir el teclado esperando poder presentar a ustedes, mis amables lectores, un artículo que les resulte interesante.

Antes de entrar en materia es preciso aclarar que aunque el nombre oficial de la celebración es así, "Día del Niño", por supuesto que está implícito que se refiere a la niñez, es decir al plural tradicional en el que niños implica ambos sexos. Para efectos de un apropiado uso del lenguaje con perspectiva de género emplearé en este texto invariablemente el término niñez cuando me quiera referir a niños y niñas y el de infancia cuando haga la referencia específica a esa etapa de la vida.

Es de reconocer que se han escrito ríos de tinta acerca de la niñez, sus características, sus problemas y su futuro. Existen auténticos mamotretos llenos de estadísticas sobre la niñez. Se cuenta también con muchos estudios sociales y especiales que compiten en la débilmente explorada guerra de especialidades bibliográficas. Los problemas de la niñez están en los discursos oficiales, en las campañas políticas y en cualquier evento en que este concepto signifique un dividendo electoral, pero la pregunta sería ¿Dónde están las soluciones?

Imágenes de niñas y niños están en famosos comerciales de productos cuyo contenido nutrimental es más que dudoso, pero atraen la atención de muchas personas a través de la explotación del "factor ternura" generando multimillonarias ganancias.

Generalmente asociamos la infancia con la ternura, la alegría y la inocencia. Es difícil que alguna persona pueda ser indiferente a la magia sorprendente de la sonrisa de un niño. Por muy dura que haya sido la etapa infantil de muchos de nosotros seguramente tendremos algunas vivencias que al recordarlas nos hagan sonreír con cierta nostalgia.

Ojala la vida fuera así de hermosa como en aquellos años maravillosos idos, cuando los "peques" de aquellos tiempos éramos tan felices. Cuánto me gustaría que las niñas y niños de las generaciones actuales pudieran disfrutar plenamente la magia de esa etapa, sin miedos, ni traumas, sin los problemas de las sociedades actuales. Pero, por más que quiera ser optimista y desear e imaginar mundos de fantasía donde reinen los colores y la alegría. Comunidades mágicas donde la felicidad y el bienestar fueran una obligación pública y totalitaria. Por más que quiero soñar apacible, me despiertan los febriles sobresaltos de una indeseada y aviesa realidad de pesadilla.

Con que cara podemos decir feliz día del niño, si cada año permitimos que en el mundo mueran millones de niños y niñas por problemas derivados de la desnutrición. Si hablamos de México, que les podemos decir a nuestros infantes si cada año se nos mueren miles de ellos por causas igualmente asociadas a la desnutrición.

No quiero caer en la trampa ya mencionada de coleccionar los famosos compendios estadísticos sobre la niñez, aunque tampoco puedo negar que las estadísticas serias son un instrumento importante para dar a conocer a la sociedad el estado real de las cosas, más que para tomar decisiones, y esto lo digo porque las acciones, las gubernamentales al menos, no parecen demostrar que alguien ha estado atento a lo impresionante de las cifras de la pobreza, la desnutrición y la mortalidad infantil en México y en el mundo.

Es la niñez el sector más afectado por la pobreza en general y la desnutrición en particular. Las cifras negativas siguen aumentando, principalmente en los países que muy académicamente llamamos "en desarrollo". Desgraciadamente no es el hambre el único enemigo de la niñez. Nuestra sociedad se hace cada vez más indiferente a los fenómenos de la violencia física, abuso sexual, explotación laboral, secuestro y homicidio de  los pequeños. A toda esa problemática mencionada se suman nuevos rostros del abuso a los menores como el acoso escolar conocido como "bullying", que también se ha manifestado en nuestra entidad, como si no fuera suficiente ocupar, hace una década, varios primeros lugares en casos de maltrato infantil en la Región Centro Occidente (según el ensayo "La violencia contra niños, niñas y adolescentes en México. Miradas Regionales", 2010).

En fin, tenemos un inmenso reto que afrontar todos los ciudadanos, sin lugar a dudas el más grande de nuestros desafíos: proteger a nuestra niñez. Más allá que reconozcamos que este problema es de carácter estructural y por ello requiere de una atención especial y un tratamiento integral que considere todas las aristas posibles. En mi opinión los orígenes de este asunto yacen en los pantanos de la ignorancia y la desmedida desigualdad económica.

Debemos iniciar en casa, cuidar a nuestros niños y niñas, educarlos bien, enseñarles a protegerse de los peligros que acechan en las sociedades en descomposición. Alejarles de las tentaciones y los vicios, pero sobre todo hacerles sentir con claridad que la única energía capaz de cambiar al mundo es el amor.

Los invito a que hagamos el mejor de los esfuerzos, individual y colectivo, para apoyar y cuidar a nuestras niñas y niños, procurándoles siempre un escenario propicio para que vivan a diario la más emotiva y feliz de sus aventuras y disfruten EL MUNDO MÁGICO DE LA INFANCIA. ¡FELIZ DÍA DEL NIÑO!.

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