miércoles, 24 de agosto de 2016

CONADE, DANDO DE QUÉ HABLAR


CONADE, DANDO DE QUÉ HABLAR

Una vez más, una institución pública que debe dar apoyo irrestricto a la población mexicana, se dedica sólo a gastar recursos del erario para beneficio de sólo algunos funcionarios, dejando de lado al grueso poblacional que verdaderamente debería resultar beneficiado.  En este caso, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, Conade, fue duramente criticada durante la celebración de los Juegos Olímpicos, edición 2016, que tuvieron lugar en Río de Janeiro, Brasil.

Y es que los directivos de Conade sólo se la pasaron “curándose en salud”, como lo hacen sus colegas de tantas otras dependencias públicas, mismas que hacen hasta lo imposible por ocultar sus deficiencias en el manejo de recursos provenientes de los impuestos que pagamos todos los mexicanos y que son utilizados para diversos fines ‘especiales’ o personales, pero no para lo que realmente son presupuestados, y en este caso, para los atletas.

Los resultados que obtuvieron los atletas sólo refleja el nivel de desorganización y negligencia por parte de la Conade y de las Federaciones, instituciones encargadas de brindarle los apoyos y los medios necesarios a los deportistas.

El caso más sonado fue el de los uniformes y no es para menos, ya que en un comunicado emitido por la Conade, se afirma que no es responsable del estado los uniformes que portan los atletas mexicanos; se señaló al Comité Olímpico Mexicano (COM) como encargado directo de la vestimenta usada por la delegación mexicana (esto incluye uniformes, ropa de entrenamiento, pants de viaje y otras prendas): “La CONADE lamenta las dificultades por las que han pasado los seleccionados nacionales, Bredni Roque, de la disciplina de levantamiento de pesas, y el boxeador Elías Emigdio, con su vestimenta oficial de competencia”.

Recordemos que fue necesario poner los parches en los uniformes de Bredni Roque, halterofilista que obtuvo el quinto lugar en levantamiento de pesas, quien tuvo que utilizar un uniforme parchado, sin la bandera de México porque la COI le entregó uno que no era de su talla; y el boxeador Elías Emigdio se vio en la misma situación: después de haber logrado avanzar a octavos de final, el atleta también tuvo que salir a competir lleno de parches.

El problema no está ni en las marcas ni en los atletas sino en las comisiones, tanto la Federación Mexicana de Levantamiento de Pesas (FMLP) como el Comité Olímpico que no llevaron a cabo el registro de acuerdo a los requerimientos del Comité Olímpico Internacional.
  

PESE A TODO, SÍ HAY MEDALLISTAS

Mientras que las dependencias mexicanas se ‘echan la bolita’, los deportistas mexicanos han sacado la casta y al final de cuentas, sí hubo medallas olímpicas… y no precisamente por apoyo brindado por las instituciones gubernamentales, aunque no faltó la celebración y felicitación de Peña Nieto, quien, como muchos otros mandatarios nacionales, no se preocupa porque en México exista un apoyo real y tangible a los deportistas.

Así, podemos citar que María Guadalupe González Romero, quien aportó la primera presea en 20 kilómetros y lo hizo con coraje, corazón y determinación, de principio a fin, como lo planeó desde que se preparó a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro con la única clave: “trabajar, trabajar y trabajar”. Bastaba ver su rostro para saber que vino dispuesta a todo y morirse en la raya. No le atemorizó ver entre el grupo puntero a las chinas, que la escoltaron hasta que se definió, en el último kilómetro, a las que estarían en la pelea por las medallas con un cierre cardiaco. Hong Liu y González se jugaron el oro. La china dejó que la mexicana diera el tirón y, cuando quedaban menos de 100 metros, atacó, entrando dos segundos antes que González (1:28.37), a la que siguió Xiuzhi Lu, 1:28.42, mientras María Guadalupe Sánchez, con 1:33.44, y Alejandra Ortega, con 1:37.33, quedaron en los lugares 23 y 41, en ese orden.

“Yo estoy aquí porque tenía el sueño de estar en unos Juegos Olímpicos. Quería ser boxeadora y la marcha me eligió a mí. Es un camino que no decidí”, dijo la estudiante de contaduría en la Universidad Autónoma del Estado de México, quien precisó que sólo con “disciplina y trabajo, no hay de otra, se lograron las cosas… al final se me fue (el oro), no pude, les debo un poco, pero di todo”.

En su preparación la marchista no tuvo el apoyo que requería, ya que la Conade retiró los recursos a la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo (FMAA), y esta a su vez al entrenador Juan Hernández –no estuvo en Río– y a la auxiliar Graciela Mendoza, por lo que el grupo recibió el respaldo del Comité Olímpico Mexicano (COM), al no tener los recursos para viajes, competencias y campamentos.

Por su parte, Germán Sánchez consiguió también plata en clavados de plataforma de diez metros al hacer una gran actuación y tener la suerte de que fallaran otros de los competidores para colocarse en el segundo sitio con 532.70 puntos, detrás del chino Aisen Chen, oro con 585.30.

Sánchez, subcampeón olímpico de Londres 2012 en la prueba sincronizada, mantuvo constancia durante sus seis clavados y superó a Boudia al final.

Por su parte, el deportista mexicano Ismael Hernández se adjudicó la medalla de bronce en la prueba de pentatlón moderno de los Juegos Olímpicos Río 2016, tras acumular 1468 unidades, un logro histórico, pues se convirtió en el primer medallista olímpico de esta disciplina para una delegación mexicana.

El atleta morelense firmó una espectacular competición, fue de menos a más a lo largo de este deporte que consta de cinco disciplinas: esgrima, natación, ecuestre y carrera combinada con tiro.

En la suma total de las cinco pruebas, Ismael Hernández hizo historia y acumuló 14.68 unidades en el tercer lugar definitivo para colgarse la medalla de bronce.

Si los deportistas mexicanos han podido sobresalir en diversos juegos olímpicos, sin apoyo gubernamental, ¿se imagina usted, amable lector, la cantidad de medallas que los jóvenes se traerían a tierra azteca?


** MIEMBRO FUNDADOR DE FRECONAY, A.C.**

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