miércoles, 19 de junio de 2019

"Estamos hartos de..."



JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



"Estamos hartos de..."



Recordaba vagamente una sección de un programa de noticias, creo de TV Azteca, que se denominaba “Estamos hartos de…” en el cual, con una voz y un fondo musical muy característicos, se evidenciaba a los funcionarios públicos que cometían algún abuso o atropello, realizaban actos de corrupción o prepotencia, principalmente. Dicha evocación tiene su origen en un razonamiento personal, en un recuento de acontecimientos recientes y no tan recientes, pero con igual peso, en el ánimo de quienes nos convertimos en víctimas o rehenes de una historia contemporánea plagada de aberraciones, de afrentas y humillaciones.

En el contexto de la selección del material o el asunto para comentar en este espacio, hice una especie de recuento cronológico de las noticias o sucesos locales y nacionales que más me impactaron, me hicieron pensar o dejaron huella en mi percepción social o política. Intenté hacer una lista priorizada de sucesos, lo hice por apartados o capítulos, luego quise separar por temas específicos, de un lado la política, lo social, lo económico, lo ambiental y cosas por el estilo, sacando provecho de la libertad absoluta que me brinda el formato de mi columna. Luego, volví a caer en la cuenta que, en realidad, nada hay aislado, que todo tiene una relación, que por donde quiera que vayas todo apunta hacia un mismo lugar, y ¿Cuál creen que es ese lugar? Adivinaron, todo apunta a lo político.

Con marcada displicencia decidí hacer un receso, el mentado ejercicio de prelación temática me puso de malas y terminé odiándome a mí mismo (sólo en sentido figurado) porque soy un entusiasta gozador de la vida, a pesar de mi aspecto. Luego, con una lentitud pasmosa y hasta premeditada, puse mis dedos sobre las teclas de mi inseparable ordenador (Laptop, pues) para realizar una especie de exorcismo que sacara de mi cabeza los incómodos demonios de la modorra mental o los espíritus malignos de la confusión, que se estaban comiendo a pedazos mi poca coherencia y escasa imaginación.

Por fin logré mi objetivo y me apresté a observar lo que empezaría a desfilar ante mis ojos. Fue precisamente en ese instante cuando arribó a mi desgastado recuerdo, aquella frase que fue tan famosa: “Estamos hartos de…” Será porque el recorrido inició del pretérito inmediato hasta el más recóndito pasado, eso hizo que me rascara la cabeza con cierto enfado. Había una auténtica comparsa multicolor, donde se entrelazaban, gozosas y amorosas, demoníacas figuras azules, rojas, amarillas y hasta unas morenas. Danzaban como llamaradas empujadas por el viento. Lo más execrable eran sus sonrisas malévolas, burlonas y retadoras. Recordé las imágenes de aquella película donde Linda Blair, hace el papel de una niña poseída por un demonio, que intenta engañar al sacerdote que está exorcizándola, disfrazándose de su madre, para hacerlo flaquear en el ritual. Ahí fue donde dije: ¡Estamos hartos de...! y ya no pude frenar mi colérica disertación.

En ella veía entre brumas, supongo que imaginarias, los rostros de varios políticos, en una mascarada descarada (esta es una cacofonía premeditada). Vi al gobernador (al demonio que hacía las veces de él o viceversa), con un traje charro de gala y el rostro de Pedrito Fernández, moviendo la colita como lo hace el cantante y diciendo “Yo te aseguro que yo no fui”. Sacudí repetidamente mi cabeza, como queriendo despejarme para que desaparecieran tales esperpentos pero fue inútil (aquí no me refiero al gobernador) sino a la acción. Un poco más atrás de ese engendro maligno, venía otro. Éste montaba una motocicleta que decía en uno de los costados: “moto para rifa/gana votos y voluntades”, era un demonio con una sonrisa amplia e hipócrita, de pelo muy escaso, casi nulo, labios pintados de púrpura, envuelto en un atuendo vaporoso, con los colores del arco iris y, en una de su manos, un ramillete de flores que compró en algún mercado.

Más atrás del judas motorizado, se miraba a un demonio libador, regordete, de mirada ausente, escanciando copa tras copa, sin cuidado de que el ambarino líquido escurriera entre las comisuras de sus labios y sus colmillos diabólicos, su aspecto rígido y rugoso, como una Piedrota, se tambalea perdido entre los humos del alcohol, pero aplaude servil los gestos de su charro patrón. Así, uno tras otro, desfilaban los engendros del mal, los maestros del engaño y la simulación. Sacudí entonces no sólo la cabeza sino el cuerpo entero y dije, casi vociferando, (para ponerme a tono con los demonios). ¡Estamos hartos de...! La ineptitud de estos políticos (ah perdón empresarios) principalmente de quien está al frente de ellos, que ni siquiera ha ocultado el cinismo de que su única obra buena, en todos los sentidos, sea la que está haciendo para mejorar el acceso a su casa paterna. Es el único lugar, calle para ser más preciso, donde se ha colocado pavimento hidráulico de calidad, mientras que otras dan tristeza transitar por ellas.

¡Estamos hartos de..! Que le endilguen a los trabajadores la culpa de los gobiernos quebrados, cuando él propio Toñito vociferó en su toma de protesta que en la administración de Roberto Sandoval se robaron hasta las puertas de la Casa de Gobierno, y que los iba a “meter al bote” y, ahora resulta, que no sólo se ha protegido a los saqueadores, sino que se han bloqueado y entorpecido las denuncias penales que obran en poder del Fiscal General.

¡Estamos hartos de..! Que digan que son los trabajadores los causantes de la crisis financiera del gobierno estatal y municipios, cuando es de dominio público que sexenio tras sexenio, trienio tras trienio, la mayoría de funcionarios se han enriquecido de la noche a la mañana, pero son todos de la misma calaña, el entrante protege al saliente mediante “pactos de caballeros” en lo oscurito. Si desde que se detectó el primer desfalco al erario y el adeudo a los trabajadores sindicalizados, las siguientes administraciones estatales y municipales hubieran denunciado el peculado, se hubiera resarcido el faltante a las arcas, no existirían los adeudos que se han venido arrastrando por ejemplo en el Municipio de Tepic, desde Sandoval, El Toro, Guerrero, Polo, etc.

¡Estamos hartos de..! Que siempre quieran sacrificar a las clases más desprotegidas para tapar los boquetes financieros producto de la corrupción y la impunidad. Desde épocas remotas, con aberraciones como el Fobaproa, que no es otra cosa que rescatar a los banqueros, transformando su deuda privada en deuda pública a costa del pueblo. Hay cientos, miles de casos, de esos enriquecimientos ilícitos descomunales, que navegan plácidamente en las aguas de la impunidad, el más cercano y obvio el que sucede en Nayarit, los de la lista negra de USA, donde un mandatario y su grupo incondicional, traspasaron los límites de la ambición y la discreción, exhibiendo riquezas faraónicas. La ley de la Simplicidad (no sé si exista pero si no, la acabo de inventar) nos indica que si TODO se hiciera con honestidad, COMO DEBE SER, tan sólo con ese dinero que el gobierno actual DEBIÓ recuperar, se lograría la solvencia del sistema económico estatal y, quizá, todos los sectores de la población gozaríamos de paz social y tranquilidad económica. Pero ¡NO! a estos estólidos (aquí se ponen el saco los que les quede) sólo se les ocurre FREGAR a los más fregados, sin medir las consecuencias que eso acarreará.

¡Estamos hartos de..! Ustedes, los politiquillos de pacotilla, del grupo de poderosos y sus méndigos secuaces legisladores traidores que, debiendo servir al pueblo, intentan una vez más poner la bota neoliberal y fascista en el cuello de los oprimidos.

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO EN LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.

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