SARA LOVERA / Periodismo Nayarita
Nueva York, marzo 18.-
Una revisión de la condición de las mujeres más pobres, vulnerables y
marginadas del planeta dejó ver que un conjunto de países, de sur a norte y de
este a oeste, aplican las mismas políticas asistenciales: se les “atiende”,
“procura”, se les proporciona “abrigo”, “despensas” y en algunos casos
capacitación para empoderarlas.
En el marco del 59 Periodo de Sesiones de la Comisión de
la Condición Jurídica y Social de la Mujer, se trataba de plantear cómo se han
realizado las políticas focalizadas a mujeres en condiciones específicas, medir
cómo se ha enfrentado la discriminación, la libre opción sexual, las edades,
cómo arrancar los prejuicios sobre “niñas” de la calle.
Pero solo algunos de los panelistas hablaron de ello, las
y los representantes de los países solo de vulnerabilidad, marginación y
dificultades. Mostraron que su salida fue una fuerte política asistencial.
Entre las voces disidentes, en las participaciones
nacionales, de las y los “expertos” destacó la de Marcela Eternod, secretaria
ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres de Mexico (Inmujeres),
quien habló del embarazo en niñas y adolescentes. Dijo que el problema es
grave, uno de cada cinco nacimientos viene de un embarazo de niñas entre 9 y 13
años cuyas parejas son iguales en edad solo en el 20 por ciento de los casos, y
en el 80 por ciento restante, los responsables del embarazo son hombres mayores
a ellas entre 10 y 50 años. Ello hace pensar o presumir que muchos de esos
embarazos provienen de violencia sexual.
Pero
ese problema, explicó, en México se enfrentará recientemente, con un programa
donde, por primera vez, se intentará poner a trabajar a 13 dependencias en una
política de estado que busca erradicar el embarazo adolescente, reducirlo a la
mitad en 2030. Esto, dijo, se hace con una estrategia integral, que de
libertad y derechos sexuales a estas niñas, garantice sus oportunidades
educativas y un plan de información sexual.
Eso
ahorra dinero, prevendrá la violencia contra las mujeres y niñas, y evitará la
descoordinación, eso que es lo más grave para cualquier política pública.
No
se trata de algo asistencial, sino de educación y empoderamiento. Tal vez
también, como es preocupación del Secretario General de la ONU, de cambio
cultural.
En
esta mesa redonda de la sala ministerial solamente hubo otras voces
diversas. La coordinadora de la mesa fue la destacada feminista costarricense
Alda Facio. La idea era también tratar todo lo relativo a la marginación por
condición sexual, el transgénero, la discapacidad, y otros fenómenos de la vida
humana que han aparecido nítidamente en las últimas dos décadas.
La
Unión Europea manifestó ahí que se han desarrollado importantes legislaciones,
sin embargo hay problemas graves de empobrecimiento, de distribución del poder
y de violencia contra las mujeres. Ahí en los países europeos, hoy la pobreza
afecta al 50 por ciento de la población, dijo, por la enorme migración, el
asilo político, mujeres que no se han adaptado a las costumbres europeas y
otros problemas.
En
los Emiratos Árabes conviven 200 nacionalidades, aunque sus pocos habitantes,
dijo el orador, no viven pobreza, no obstante las mujeres no están empoderadas,
el contexto urge a reconocer sus derechos y ciudadanía, y existen zonas
apartadas donde se tienen que llevar “servicios” de educación, salud, talleres
y micro proyectos.
Otras
oradoras plantearon las dificultades para atender las particularidades que
atomizan la condición de las mujeres, enormes distancias para aplicar una
política de empoderamiento que las prepare para tomar la vida en sus manos.
Hay
problemas gigantes a causa de la pobreza. Una de las líderes guatemaltecas más
reconocidas del continente, Patrona Laura Reyes, que es consultora de
sindicatos y líderes políticas y agencias de Naciones Unidas y gobiernos, dijo
que las mujeres son esforzadas, trabajan duro contra viento y marea. Son
valientes y fuertes, inteligentes, deben levantarse ante la negativa
sistemática a sus derechos, y agregó, tienen que trabajar con ahínco y “con el
corazón”.
Después
de Patrona, una mujer con discapacidad que del pueblo donde nació pasó a las
universidades, se expresaron una cadena de países, donde las representantes
hablaron de esta situación de vulnerabilidad de millones de mujeres. En la
mayoría los relatos de las delegadas hablaron de los programas de ayuda, casi
todos iguales: escuelas para personas con discapacidad, ayudas materiales para
apoyar a las familias, becas, transferencia de recursos para microempresas y
honda reafirmación de la política familista.
La
representante de Uganda afirmó que gracias a las mujeres organizadas en
asociaciones muy activas han logrado derechos, dinero y trabajo con aliados del
desarrollo. Hay en Uganda consejos de mujeres en todo el país, y trabajan a
fondo el empoderamiento, resultados de VIH/Sida, la aplicación de la plataforma
y se consiguió que la Constitución reconociera la igualdad.
En
Gabón, donde el 50 por ciento de la población es rural, se ha desarrollado una
política de asistencia social, redes de protección, y se ha conseguido dar
servicios prenatales, una libreta de vacunación para las y los niños y un
sistema de microcréditos y entrega de tierras a las mujeres. Se dijo que con
estas medidas se camina hacia la ruptura del círculo de la pobreza.
En
Indonesia hay un programa para la juventud que ha reconocido problemas de la
actualidad: la trata, la violencia contra las mujeres, la salud sexual y
reproductiva y los problemas de la transmisión de enfermedades sexuales. Se ha
invertido en servicios, pero también en educación, se ha focalizado a la
educación dando becas en todos los niveles y becas a quien vive en zonas
rurales.
La
representante de Estados Unidos sorprendió. Dijo que es un grave problema el de
la violencia contra las mujeres jóvenes, indígenas o de pueblos originarios,
mujeres que no hablan inglés que viven discapacidades, violaciones sexuales y embarazos
no deseados. Se trabaja con un departamento de asistencia social en
colaboración con el departamento de justicia.
En
Guyana hay una enorme preocupación por el agua, porque las mujeres, 9.2 por
ciento de origen indígena, tienen que hacer grandes caminatas para conseguirla.
La expositora señaló que no son fáciles los cambios de costumbres que detienen
sistemáticamente las posibilidades de empoderamiento de las mujeres.
La
muestra es amplia. Finlandia habló de cómo es lento el progreso. Este país de
grandes adelantos económicos, reconoce que tiene que poner en el centro el tema
de la salud sexual y reproductiva como factor central del empoderamiento de las
mujeres, pero ahí no puede hablarse todavía de la plenitud de los derechos
sociales, económicos, culturales y políticos de las mujeres. Es necesario,
dijo, aumentar la conciencia.
Nigeria,
y otros países hablaron solo de discapacidad. Y en otros casos los derechos de
las mujeres fueron omitidos. Se habló solo de niños y de pobreza, sin
perspectiva de género.
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