SAÙL ARMANDO LLAMAS LÒPEZ
El arte de vivir en el presente, experimentando
el aquí y el ahora en perfecta armonía con nuestra interioridad y con el
entorno es una de las grandes claves de la salud mental.
¿Conoces el poder del vivir aquí y ahora, de experimentar
conscientemente el presente? Aunque saber
disfrutar el momento presente parece una obviedad, son muy pocos los que lo
logran, ¿por qué? Porque la verdadera presencia es más que estar físicamente en
un lugar; es
estar conectados con nuestra esencia, nuestra interioridad en perfecta armonía
con el entorno.
Lamentablemente, esa paz interior se ve
perturbada, a veces violentamente, por nuestros pensamientos y
emociones, que nos alejan del momento presente, del aquí y ahora.
“El
futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el
presente”.
-Gustave
Flauvert-
El arte de
vivir aquí y ahora.
A continuación, una breve
exposición para darte unas claves básicas para aprender a vivir el aquí y
ahora.
1.
Eres mucho más que el contenido de tus
pensamientos.
Descartes, el famoso filósofo francés del siglo XVII dijo: “Pienso, luego
existo”. Esta frase define la forma con la que el ser humano
moderno se identifica a sí mismo. Es decir, a través de sus ideas y
pensamientos. Sin embargo, en la actualidad existen otras
visiones que permiten disentir del planteamiento cartesiano tradicional.
Y es que, aunque los pensamientos e ideas
son poderosos e importantes, no dejan de ser lábiles y efímeros. Es
decir, si nos definiéramos a nosotros mismos por lo que pensamos, estaríamos
asentando nuestra identidad sobre arenas movedizas. Así, lo que pensamos de nosotros
mismos, no nos define. Sino que son solo conceptos que no
logran abarcar nuestra verdadera esencia. Además, la cadena interminable
de pensamientos que
constituye nuestro diálogo interno produce un ruido que nos desconecta de
nuestra esencia y del presente.
2.
Eres mucho más que tus emociones.
Desde que Freud expuso
su teoría del inconsciente, y otros autores conectaron el inconsciente con las
emociones, de forma mecanicista, pareciera que nuestra voluntad es doblegada ineluctablemente por
fuerzas ajenas a nuestra consciencia, efímeras y caprichosas.
Siguiendo esta idea, las
emociones influirían en nuestro pensamiento, y este en nuestra conducta. Aunque es innegable que las
emociones son parte de nuestro ser, estas son pasajeras y
no constituyen la parte más profunda ni real de nuestra persona. Además, hoy en
día existen multitud de técnicas eficaces para aprender a gestionar
correctamente las emociones. Por lo tanto, ni estamos predeterminados por
ellas, ni son parte de nuestra esencia más profunda.
Las
emociones son fenómenos temporales como lo son las tormentas. Siempre pasan, y
el imperturbable firmamento reaparece porque en realidad siempre estuvo allí, a
pesar de lo escandaloso que haya podido haber sido el fenómeno meteorológico (o
psicológico).
Por lo tanto, como
diría Eckhart Tolle, autor de El poder del ahora, “no te tomes tus emociones
demasiado en serio”. Estas solo se instalan si nos
identificamos con ellas y dejamos que se posesionen de nosotros.
3.
Eres mucho más que aquello que te limita.
Hay otras variables que
pueden estar impidiéndote conectar con tu verdadera esencia y ser en el tiempo.
Como muchas veces no sabemos quienes somos, tendemos a identificarnos con
elementos espúreos. Por ejemplo, al identificarnos con nuestras habilidades o con el rol que ocupamos en la
sociedad (soy inteligente, o soy tonto), posesiones (soy
rico o pobre), logros o títulos (soy ejecutivo, doctor, o delincuente).
Todas estas condiciones van y vienen, y son relativas, no
son más que máscaras que nos permiten ver lo que subyace a la misma, nuestro
universo interior. Ser uno consigo mismo es ser uno en el tiempo y, por tanto,
ser en el aquí y ahora.
Cómo conectar con el aquí y ahora.
Thich Nhat Hanh, uno de los maestros
budistas zen más importantes y conocidos de nuestro tiempo, nos dice que “aunque no estemos hablando con
alguien, leyendo, escuchando la radio, mirando la televisión o interactuando en
Internet, la mayoría de las personas no nos sentimos centradas o en calma
[…]. Incluso mientras estamos sentados en quietud, sin recibir
estímulos del exterior, seguimos manteniendo un interminable diálogo en nuestra
cabeza”.
Si queremos conectar con el aquí y ahora lo mejor que podemos
hacer es centrar la atención en aquello que estamos haciendo. Nuestra
mente tiende a divagar muy fácilmente. Disponemos de un potencial inmenso, pero
está desperdiciado. Debemos simplificar y enfocarnos en lo que hacemos; te
sorprenderá ver lo rápido que se esfuman los pensamientos automáticos cuando
nuestra consciencia se centra con una tarea concreta. También podemos llevar a
cabo técnicas que nos ayudarán en nuestro día a día. La meditación es una
herramienta muy poderosa que, sin duda, nos aportará enormes beneficios para
centrarnos y vivir el presente. En definitiva, hemos hablado de
la importancia de conectarnos con el momento presente y vivir en paz y armonía,
para ser verdaderamente auténticos y conectarnos con nuestra verdadera esencia,
oculta tras la máscara de las prisas, las preocupaciones, los traumas. Quien
sabe vivir en el presente, vive en la eternidad.
Aquí y ahora: cómo vivir
en tu presente.
El malo, el bueno y el
feo: el pasado, el presente y el futuro.
¿Dónde estás cuando no estás?
¿Qué crees que pasa cuando solo
está tu cuerpo en el presente?
¿Quién va a devolverte el tiempo
que no estuviste en el aquí y el ahora?
¿Dónde está tu presente?
Y es que el presente, la vida real, es lo que
pasa mientras sigues ensimismado en el pasado o te anticipas al futuro.
El presente siempre está contigo,
de hecho es el único que verdaderamente existe. Pareciera que solo lo sientes
cuando tu adrenalina se dispara, pero no lo dudes, siempre ESTÁ, porque siempre
ES.
Pareciera que solo las emociones intensas te
lo hacen notar, cuando en realidad sigue ESTANDO Y SIENDO cuando enmudeces,
cuando dejas que todo transcurra tal cual es, sin resistencia, sin juicio, sin
metanálisis.
Tips para estar más en el
aquí y el ahora.
Si respondiste afirmativamente a
algunas de las preguntas del cuestionario anterior, es que el presente se te
está escapando y apenas te das cuenta.
Puede que ni siquiera antes
hubieras sido consciente; puede que lo fueras, pero no has tenido herramientas
suficientes para anclarte en el aquí
y ahora.
#Siente más, piensa menos.
Intenta disfrutar con todos tus sentidos de una
experiencia (una comida, un atardecer, un sonido, una
textura, un paisaje, un movimiento de un objeto, etc.), sin valorarla o pensar sobre
ella, simplemente siéntela.
Tenderás a juzgarla, a valorarla.
Oirás como tu cerebro emite alguna opinión al respecto. Déjalo estar, es al
costumbre. Puedes estar sentado en un banco y vivir ese momento de forma más
consciente, participando con todos tus sentidos: lo que escuchas, lo que
hueles, lo que ves, lo que tocas, etc.
Y si te escuchas a ti mismo decir
«¿Y ya está? ¿Solo esto?, entonces pasa a la recomendación siguiente. ¡Vuelve
al presente, y no analices más!
#Vuelve.
Cuando te sorprendas a ti
mismo rebobinando una escena de tu pasado, piensa
realmente lo que estás dejando de vivir en ese instante por retrotraerte a algo
que ya no está y que no se puede modificar. Vuelve a tierra, lo que
ocurre aquí y ahora es
lo único real, el resto
ya no existe.
Permítete irte y volver.
Simplemente redirige tu foco de nuevo al instante presente, sin más.
#Vive además de planificar.
Ponerse objetivos e
invertir un tiempo en planificar los pasos a seguir para su consecución es un
aliciente para el cambio y la evolución, sin
duda. Sin embargo, no te olvides de disfrutar
en el proceso, empieza a pasártelo bien desde el minuto uno en
el que diseñas el boceto de lo que vas a vivir dentro de un tiempo. Procura que
tu presente tenga un sentido por sí mismo, que no se convierta sólo en un medio
para alcanzar algo futuro.
Cada día tiene su función, y no
se trata de gastarlo, sino de invertirlo y sacarle provecho. La mente es un
recurso prodigioso que no tiene que utilizarse continuamente.
#Conecta con tu emoción
presente, sea la que sea.
A veces tendrás que pasar por un
periodo complicado. Puede que te toque sentir dolor, rabia, tristeza o miedo. Puede que tiendas a
evitar esa emoción, negarla o incluso concentrarte constantemente en cuándo
dejarás de sentirla. Déjala estar, piensa que tiene su razón de ser y alguna
función o aprendizaje subyace. En cualquier caso, es el sentimiento que
pertenece a este fragmento de tu vida aquí y ahora. Una
emoción puede ayudarte a
anclarte en tu momento presente. Si además lo que te invade es alegría,
satisfacción, ternura, ilusión, etc. te será más fácil dedicarle unos instantes
de consciencia. Lo que sientes hoy, aquí y ahora, es una señal de que estás
vivo.
#Busca un momento para
hacer «no hacer»
Suena extraño, lo sé, pero es
difícil encontrar momentos para no hacer nada. Y cuando los encuentras, te
sientes raro así, sin más, dejando que transcurra segundo a segundo y
asistiendo como espectador y protagonista a ello. Pareciera como si tuvieras
que hacer constantemente algo. Hasta el ocio se suele plantear como una
sucesión de actividades encadenadas que dificultan la atención plena en
el presente. Rescata algún instante para tu desconexión, deja que tu mente se vacíe, sin juzgarte por
ello. Crea algún paréntesis que no te obligue a ser productivo, simplemente
permítete estar en el mundo con los otros, tal y como tú eres, sin necesidad de
hablar, realizar o expresar.
LECTURAS RECOMENDADAS:
No puedo cambiar el pasado pero el presente está en mis manos
aquí y ahoraemocionesmindfulnesspresente
Escrito y verificado
por el psicólogo Bernardo Peña Herrera el 13 febrero,
2020.
Última actualización: 13 febrero, 2020
Terapia de validación afectiva: la comunicación con personas con
deterioro cognitivo
Declinismo o retrospección idílica: el pasado siempre fue mejor
Recuerdos, los ladrillos
que edifican nuestra vida
5 hábitos que empobrecen tu mente
¿Nunca te cansas de fingir que todo está bien?
Cómo ayudar psicológicamente a nuestros mayores durante la pandemia
Una nueva forma de relacionarse con las emociones (Terapia de aceptación
y compromiso)
Cómo fomentar la autoestima en tus hijos
Nadie pierde por dar amor, pierde quien no sabe recibirlo
El valor de enseñar a los niños a decir "gracias", "por
favor" o "buenos días"
El mejor estado de la vida no es estar enamorados, es estar tranquilos
Trata a tus hijos como te gustaría ser tratado y no te equivocarás
Gracias a Periodismo Nayarita, por sus amabilidades.
ResponderEliminar