SAÙL ARMANDO LLAMAS LÒPEZ/ Periodismo Nayarita
Guadalajara, Jal.- La eutanasia es la acción u
omisión de una acción que provoca la muerte de una persona con una enfermedad
incurable para evitar sufrimientos físicos y psicológicos. También se habla de eutanasia
aplicada a animales.
Esta palabra procede del griego εὖ (eu,
'bien') y θάνατος ('muerte').
En ocasiones se habla de la 'eutanasia' en otros términos como
'suicidio asistido' aunque en términos estrictos, el suicidio asistido es la
muerte de una persona provocada por ella misma de manera voluntaria y activa
pero utilizando los medios o la información necesaria sobre los procedimientos
proporcionados por otra persona de forma deliberada.
Posturas a favor y en contra de la eutanasia
El
tema de la eutanasia en las personas es un tema que suscita posturas
encontradas. Cada país tiene su propia legislación en torno a este asunto. Se
suele hablar de derecho a morir con dignidad y a evitar mayores sufrimientos
como principales argumentos para defender la eutanasia. Por otro lado, se suele
hablar de derecho a la vida en posturas en contra de la eutanasia así como
motivos religiosos.
Tipos de eutanasia
Teniendo
en cuenta la diversidad de opiniones sobre este tema, se podría hacer una clasificación
genérica sobre los distintos tipos de eutanasia:
Eutanasia directa o indirecta
La eutanasia directa tiene el
objetivo provocar la muerte. Dentro de este apartado, la eutanasia puede
ser activa (si
se administran sustancias letales que causan la muerte, es decir a través de
una acción) o pasiva,
también lamada adistanasia (si
no se administran o se dejan de administrar tratamientos que mantienen con vida
a la persona, es decir, por omisión). La eutanasia indirecta tiene el objetivo
de aliviar el sufrimiento de un enfermo. En este sentido, por ejemplo, ciertos
tratamientos paliativos que se utilizan como analgésico también provocan de una
manera indirecta el acortamiento de la vida.
Eutanasia voluntaria o involuntaria
La
eutanasia voluntaria se produce cuando una persona con uso de sus capacidades
pide o ha pedido en el pasado que sea ayudado para morir. La eutanasia no
voluntaria se puede dar, por un lado, cuando una persona no está en posesión de
sus capacidades físicas o psíquicas para pedir la eutanasia pero ésta voluntad
fue expresada con anterioridad. Por otro lado, también se puede dar cuando una
persona no posee estas capacidades pero se realiza el procedimiento de igual
manera.
Eutanasia eugénica o piadosa
La
eutanasia eugénica o la eugenesia, es aquella que su finalidad es la muerte de
una persona por motivos sociales y/o raciales. Se trata de provocar la muerte
en personas por causas eminentemente sociales, como por ejemplo, ocurría en
Esparta con recién nacidos con algún tipo de deficiencia. Cuando se produce en
fetos se suele hablar de 'aborto'. La eutanasia piadosa tiene por finalidad
evitar dolor y sufrimiento a una persona enferma.
Estatus legal de la eutanasia
Artículo
principal: Estatus legal de la eutanasia
en el mundo
El
estatus legal de la práctica de la eutanasia en el mundo es heterogéneo; varios
países han despenalizado este procedimiento y establecido leyes oportunas para
su consecución en la que una vez solicitada, participa un equipo médico
activamente. La eutanasia sin consentimiento expreso del paciente, denominada
en ocasiones inadecuadamente como eutanasia involuntaria26
es ilegal en todos los países y se considera homicidio por
lo que está siempre gravemente penada.
Orden de países que han
legalizado la eutanasia activa
|
|
País
|
Método efectivo
|
Fecha de vigencia
|
1
|
Países
Bajos
|
Aprobado por los Estados
Generales
|
1 de abril de 2002
|
2
|
Bélgica
|
Aprobado por el Parlamento
|
28 de mayo de 2002
|
3
|
Luxemburgo
|
Aprobado por la Cámara de
Diputados
|
19 de marzo de 2009
|
4
|
Colombia
|
Aprobado por la Corte
Constitucional
|
15 de diciembre de 2014
|
5
|
Canadá
|
Aprobado por el Parlamento
|
17 de junio de 2016
|
6
|
España
|
Aprobado por el Congreso de
los Diputados y el Senado
|
25 de junio de 2021
|
7
|
Nueva
Zelanda
|
Aprobado por el Parlamento y
aprobado por los ciudadanos en referéndum
|
6 de noviembre de 2021
|
Historia.
La eutanasia en Grecia
y Roma
La muerte de Sócrates, por Jacques-Louis David (1787),
en la cual se representa a Sócrates preparado
para beber la cicuta,
tras su condena por corromper a la juventud ateniense.
La
eutanasia se practicó en las antiguas Grecia y Roma. Por ejemplo, la cicuta se empleó en la isla de Ceos como
un medio para acelerar la muerte; técnica que también se empleaba en Marsella. La eutanasia, en el sentido de la
deliberada aceleración de la muerte de una persona, fue apoyada por Sócrates, Platón y Séneca el Viejo en el mundo
antiguo, aunque parece que Hipócrates había hablado en contra de la práctica,
cuando escribió: «no prescribiré una droga mortal para complacer a alguien, ni
dar consejos que puedan causar su muerte», lo que indica que pudo haber un
cierto debate en la literatura sobre si se pretendía o no incluir la eutanasia.272829
La eutanasia en los
siglos XV-XVII
El
término eutanasia en el sentido anterior de apoyar a alguien mientras moría,
fue utilizado por primera vez por el inglés Francis
Bacon (1561-1626). En su trabajo Eutanasia médica eligió esta
antigua palabra griega y, al hacer esto, distinguió entre eutanasia interior o
la preparación del alma para la muerte, y eutanasia exterior que pretendía
hacer el fin de la vida más llevadero e indoloro, y en excepcionales
circunstancias acortando la vida. Su cambio de significado a una muerte fácil
pasó a primer plano en el periodo moderno temprano como puede ser visto en la
definición que recoge el Grosses
vollständiges Universal-Lexicon aller Wissenschafften und Künste (en alemán Gran léxico universal
completo de todas las ciencias y artes) del siglo xviii d. C.:
Eutanasia: una muerte muy
suave y tranquila, que ocurre sin convulsiones dolorosas. La palabra proviene
de ευ, bene, bueno y θανατος, mors, muerte.
—Universal
Lexicon30
|
El
concepto de eutanasia en el sentido de aliviar el proceso de la muerte se
remonta al historiador médico, Karl Friedrich Heinrich
Marx (1796-1877) quien se basó en las ideas filosóficas
de Bacon. Según Marx, un médico tenía el deber moral de aliviar el sufrimiento
de la muerte mediante el aliento, el apoyo y la mitigación mediante el uso de
medicamentos. Tal «alivio de la muerte» reflejó el espíritu de la época de la
cual fue contemporáneo, pero Marx lo colocó en el canon de la responsabilidad
médica por primera vez. También hizo hincapié en la distinción entre el cuidado
teológico del alma de los enfermos desde el cuidado físico y el tratamiento
médico por parte de los galenos.3132
La
eutanasia, en su sentido moderno, ha sido fuertemente opuesta a la
tradición judeocristiana. Tomás de Aquino (1225-1274) se
opuso, y argumentó que la práctica de la eutanasia contradecía nuestros
instintos humanos naturales de supervivencia,33
así como también lo hicieron François Ranchin (1565-1641), médico francés y
profesor de medicina y Michael Boudewijns (1601-1681), médico y profesor.3435
Otras voces abogaron por la eutanasia, como el poeta inglés John Donne (1572-1631) en 1624,36
y la eutanasia continuó en práctica. En 1678, la publicación del libro De pulvinari morientibus non subtrahendo (del latín La
almohada de los moribundos no debe ser sustraída) de Caspar Questel,
debate sobre el tema. Questel describió varias costumbres que eran usadas en
ese momento para traer la muerte a los moribundos, incluida el retiro de la
almohada que, se creía, aceleraba la muerte; argumentó en contra de tal
práctica, pues hacerlo está «contra las leyes de Dios y de natura».37
Este punto de vista fue compartido por otros que les siguieron, incluidos
Philipp Jakob Spener, Veit Riedlin y Johann Georg Krünitz.38
A pesar de la oposición, la práctica de la eutanasia continuó, involucrando
técnicas como la sangría, la asfixia y
sacar a las personas de sus camas para colocarlas en el suelo frío.39
Durante
la Ilustración,
el suicidio y la eutanasia comenzaron a ser más aceptados.35 Tomás Moro (1478-1535) escribió sobre
la eutanasia en Utopía:
A los enfermos asisten con
gran caridad, no dexando atras ningun medicamento y gobierno de vivir, que le
importe restituir la salud al que le falta. Si alguno padece enfermedad
prolija, le entretienen hablando con él, y sirviéndole aligeran su calamidad;
mas si la enfermedad es incurable y de continuo dolor, los Sacerdotes y el
Magistrado le confortan, persuadiéndole que hallándose ya inépto á los
oficios de la vida, molesto á los otros, y pesado á sí mismo, que no quiera
sobrepujar á la propia muerte, alimentando la maligna enfermedad, y que
siendo la vida un tormento, no dude el morir, ántes tenga esperanza de salir
de tan acervo estado, ó quitándose él propio la vida, ó dexándose matar; pues
dexará, muriendo, aquella miseria, y no comodidades. Ademas de esto,
siguiendo el consejo de los Sacerdotes, intérpretes de la voluntad de Dios,
executarán una obra santa y pia los que se dexan persuadir, y con abstencia
fenecen la vida, ó durmiendo se dexan matar; mas no hacen morir á alguno
contra su voluntad, ni faltan á administrarlos en la enfermedad,
paraciéndoles que esta sea una honesta ocupación. Mas si alguno se mata sin
el consentimiento de los Sacerdortes y del Magistrado, no le dan sepultura, y
arrojan su cuerpo en una laguna.
—Utopía40
|
Aunque
para Stolberg no queda claro si Moro tenía la intención de respaldar la
práctica.41
Otras culturas han adoptado diferentes enfoques: por ejemplo, en Japón el harakiri,
o suicidio ritual, no ha sido considerado tradicionalmente como pecado, ya que
se usa en casos de honor y, en consecuencia, las percepciones de la eutanasia
son diferentes a de las de otras partes del mundo.42
Debate sobre la
eutanasia en el s. XIX y s. XX
A
mediados del siglo xix d. C.,
surgió el uso de la morfina para
tratar «los dolores de la muerte». En 1848 el cirujano estadounidense John Collins Warren (1778-1856)
recomendó su empleo. En 1866, el médico británico Joseph Bullar (1815-¿?)
reveló una utilización similar para el cloroformo.
Sin embargo ninguno de los dos recomendaba que la ocupación de este fármaco
debería ser para acelerar la muerte. En 1870, el inglés y maestro de escuela
Samuel Williams, inició el debate sobre la eutanasia contemporánea a través de
un discurso en el Birmingham Speculative
Club, una sociedad cuyos miembros eran filósofos aficionados que
recopilaba sus trabajos.43
La propuesta de Williams fue usar cloroformo para acelerar deliberadamente la
muerte de pacientes con enfermedades terminales:
Que en todos los casos de
enfermedad desesperada y dolorosa, debe ser el deber reconocido del asistente
médico, siempre que así lo desee el paciente, administrar cloroformo, o
cualquier otro anestésico que pueda reemplazar a este, de forma gradual para
destruir la conciencia al primer intento, y disponga al paciente a una muerte
rápida e indolora. Se deben tomar todas las precauciones necesarias para
prevenir cualquier posible abuso de tal deber; lo que implica que debe ser
establecido, más allá de la posibilidad de duda o cuestionamiento, que el
remedio fue aplicado por el deseo expreso del paciente.
—Samuel Williams (1872), Euthanasia Williams
y Northgate: Londres.43
|
El
ensayo fue revisado favorablemente en el diario The Saturday Review de Londres;
pero apareció una editorial contra el ensayo en la revista semanal
británica The
Spectator.44
A partir de ese momento, resultó ser influyente, y otros escritrores se
manifestaron a favor de tales puntos de vista: Lionel
Tollemache, octavo conde de Dysart (1794-1878) escribió
a favor de la eutanasia, al igual que la británica Annie
Besant (1847-1933), la ensayista y reformadora que más tarde se
involucró con la National Secular Society (Sociedad
Nacional Laica), considerando que era un deber con la sociedad que uno debe
«morir voluntariamente y sin dolor» cuando uno llega al punto de convertirse en
una «carga».4445
La revista Popular Science analizó
el tema en mayo de 1873, evaluando ambos lados del argumento.46
Kemp señala que, en ese momento, los médicos no participaron en la discusión;
era «esencialmente una empresa filosófica [...] vinculada inextricablemente a
una serie de objeciones a la doctrina cristiana de la santidad de la vida
humana».44
Bajo
el pontificado del papa Francisco se publicó la Carta "Samaritanus
Bonus", en la que se dan elementos para aclarar el posible equívoco acerca
del concepto de "muerte digna"[1]
Movimiento inicial de eutanasia en
los Estados Unidos de América
Artículo
principal: Eutanasia
en los Estados Unidos de América
Felix
Adler,
alrededor de 1913, fue el primer estadounidense en abogar por permitir el
suicidio en casos de enfermedades crónicas.
El
auge del movimiento de la eutanasia en los Estados Unidos de América coincidió
con la llamada Edad chapada
en oro de ese país, un momento de cambio social y
tecnológico que abarcaba un «conservadurismo individualista que elogiaba la doctrina
económica del laissez
faire (en francés: dejen hacer), el método científico y el racionalismo», que sucedió junto a grandes
depresiones económicas, industrialización y conflicto entre corporaciones y
sindicatos.43
También fue el período en el que se desarrolló el sistema hospitalario moderno,
que ha sido visto como un factor en el surgimiento del debate sobre la
eutanasia.47
El
abogado Robert G. Ingersoll (1833-1899)
intercedió a favor de la eutanasia, afirmando, en 1894, que cuando alguien
padece una enfermedad terminal, como un cáncer en fase terminal, debería tener
derecho a finalizar con su dolor mediante el suicidio. El judío, racionalista intelectual Felix
Adler (1851-1933) ofreció un enfoque similar, aunque, a diferencia de
Ingersoll, Adler no rechazó a la religión. De hecho, argumentó un marco de
cultura ética. Este último argumentó en 1891 que aquellos que sufrían de un
dolor abrumador deberían tener el derecho a suicidarse y, además, que un médico
debería estar autorizado para ayudarle. Así Adler, se convierte en el primer
estadounidense «prominente» en abogar por el suicidio en casos donde la gente
sufría una enfermedad crónica.48
Tanto Ingersoll como Adler argumentaron a favor de la eutanasia voluntaria en
adultos que padecen dolencias terminales.48
Dowbiggin sostiene que al romper las objeciones morales previas a la eutanasia
y el suicidio, Ingersoll y Adler permitieron a otros extender la definición de
eutanasia.49
El
primer intento en este país para legalizar la eutanasia tuvo lugar cuando Henry Thomas Hunt lo
introdujo en la Asamblea General de Ohio de
1906.50
Esto lo hizo Hunt a costa de Anna S. Hall una
rica heredera que fue una figura importante en el movimiento de la eutanasia
durante los primeros años del siglo xx d. C.
en los Estados Unidos de América. Hall había visto morir a su madre después de
una larga batalla contra un cáncer hepático y se había
dedicado a garantizar que los demás no tuvieran que soportar el mismo
sufrimiento. Con este fin, participó en una extensa campaña de redacción de
cartas, reclutó a Lurana W. Sheldon y
a Maud Ballington Booth, y
organizó un debate sobre la eutanasia en la reunión anual de la American
Humane Association (Asociación Humana Estadounidense) en 1905,
descrita por Jacop Appel como el primer debate público significativo sobre el
tema en el siglo xx d. C.51
El
proyecto de ley de Hunt requería la administración de un anestésico para
provocar la muerte de un paciente, siempre y cuando la persona sea mayor de
edad y tenga la mente sana, y se encuentre sufriendo de una lesión fatal o una
enfermedad irrevocable o un gran dolor físico. También requería que el caso
fuese atendido por un médico, el consentimiento informado ante tres testigos y
la asistencia de tres médicos que tenían que aceptar que la recuperación del
paciente era imposible. Una moción para impugnar el proyecto fue rechazada,
pero, de todas formas, el proyecto de ley no pasó pues obtuvo una votación de
79 en contra y 23 a favor.5253
Junto
con la proposición de eutanasia del estado de Ohio, en
1906 el asambleísta Ross Gregory presentó una propuesta para permitir la
eutanasia a la legislatura de Iowa. Sin
embargo, la legislación de Iowa tenía
un alcance más amplio que el ofrecido en Ohio. Permitió la muerte de cualquier
persona de al menos diez años de edad que sufriere una dolencia que resultaría
fatal y causaría un dolor extremo, en caso de que tuvieran una mente sana y
expresasen el deseo de apresurar artificialmente su muerte. Además, permitía
que los bebés fuesen sacrificados si estaban lo suficientemente deformados, y
les permitía a los tutores solicitar la eutanasia en nombre de sus pupilos. La
legislación también impuso sanciones a los médicos que se negaren a realizar la
eutanasia cuando les fuere solicitada: una pena en prisión de entre seis a doce
meses y el pago de una multa entre 200 a 1000 dólares estadounidenses. La propuesta
resultó ser controversial;54
engendrando un debate considerable y no fue aprobada al haberse retirado la
consideración después de pasarla a la Comisión de Salud Pública.55
Después
de 1906, el debate sobre la eutanasia se redujo en intensidad, resurgiendo
periódicamente, pero no volviendo al mismo nivel de discusión hasta la década
de 1930 en el Reino Unido.52
El
oponente a la eutanasia, Ian Dowbiggin (1952)
argumenta que la creación temprana de la Sociedad
Estadounidense pro Eutanasia (ESA; por sus siglas en
inglés) reflejó la cantidad de procedimientos eutanásicos percibidos en ese
momento, 1920, a menudo viéndolo como un asunto de eugenesia más que como un tema
relacionado con los derechos individuales.48
Dowbiggin sostiene que no todos los eugenistas se unieron a la ESA «solo por
razones eugenésicas», si no que, según postula, había claras conexiones
ideológicas entre los movimientos eugenésicos y la eutanasia.48
Década de 1930 en la
Gran Bretaña
La Sociedad Voluntaria de Legalización de la Eutanasia (actualmente
denominada Dignity in Diying), fue fundada en 1935 por Charles Killick Millard.
El movimiento hizo campaña para la legalización de la eutanasia en Gran
Bretaña.
En
enero de 1936, el rey Jorge V recibió una
dosis fatal de morfina y cocaína para
acelerar su muerte. En ese momento padecía de insuficiencia cardiorrespiratoria
y la decisión de dar fin a su vida la tomó su médico lord Bertrand Dawson.56
Aunque este evento fue mantenido en secreto durante más de cincuenta años, la
muerte de Jorge V coincidió con la legislación propuesta en la Cámara de los Lores para
legalizar la eutanasia.57
Aktion T4 - Eugenesia
durante la Alemania nazi
Artículos
principales: Aktion T4, Eugenesia y Alemania nazi.
En
octubre de 1939 Adolf
Hitler firmó una «nota de eutanasia» con fecha anterior
al 1 de septiembre de 1939, en la que autorizaba a su médico Karl Brandt y al Reichsleiter Philipp
Bouhler a implementar el programa.
El Aktion
T4 o Acción Eutanasia, en alemán Aktion Gnadentod,
es el nombre que se le dio, en la posguerra, al asesinato
en masa mediante la eutanasia involuntaria durante
la Alemania
nazi.a
La partícula T4 es una abreviación de Tiergartenstraße 4,
que era la dirección del departamento de la Cancillería, creado en la primavera
de 1940, en el barrio berlinés de Tiergarten, institución que
reclutó y pagó al personal asociado con el T4.b6061
Ciertos médicos alemanes fueron autorizados a seleccionar pacientes
«considerados incurablemente enfermos, después del examen médico más crítico» y
luego administrarles una «muerte por piedad» (Gnadentod).62
Después del final nominal del programa, los médicos en instalaciones alemanas y
austríacas continuaron con muchas de las prácticas del Aktion T4,
hasta la derrota de la Alemania en 1945.
Los
asesinatos tuvieron lugar desde septiembre de 1939 hasta el final de la guerra
Mundial en 1945, tiempo durante el cual fueron liquidadas entre 275 000 a 300
000 personasc
en varios centros de exterminio ubicados en hospitales
psiquiátricos en Alemania y Austria, junto con los de
la Polonia dominada, y
los del Protectorado de Bohemia y Moravia (ahora República Checa).646566
El número de víctimas registradas inicialmente fue un desalentador total
de 70 273 personas; el cual ha sido revisado, mostrándose
notoriamente al alza, debido al descubrimiento de víctimas adicionales que
figuran en los archivos de la antigua Alemania Oriental.67d
Aproximadamente la mitad de los asesinados fueron tomados de los asilos de las
iglesias, a menudo con la aprobación de las autoridades protestantes o
católicas de esas instituciones.6869
A
pesar de que la Santa Sede anunció
el 2 de diciembre de 1940 que la política era contraria a la ley divina natural
y positiva y que «el asesinato directo de una persona inocente no esta
permitido, ya sea por defectos mentales o físicos», la declaración no fue
confirmada por algunas autoridades católicas en Alemania. Por otro lado,
durante el verano de 1941, las protestas fueron dirigidas en ese país por
el obispo von Galen, cuya
intervención, según Richard J. Evans, condujo al «movimiento de protesta más
fuerte, explícito y extendido contra cualquier política desde el comienzo del
Tercer Reich».70
Han
sido ofrecidas varias razones para el programa, incluida la eugenesia, la compasión, la reducción del
sufrimiento, la higiene
racial, la rentabilidad y
la presión sobre el presupuesto de beneficencia social.71 7273
La continuación no oficial de la política dio lugar a muertes adicionales por
medicamentos y medios similares, lo que resultó en 93 521 camas
«vaciadas» a finales de 1941.ef
La tecnología que fue desarrollada bajo el programa Aktion T4,
particularmente el uso del gas letal para matar a un gran número de personas,
fue responsabilidad de la división médica del Ministerio del Interior del
Reich, junto con el personal que había participado en el desarrollo de la misma
y luego participó en la Operación Reinhard.77
La
tecnología, el personal y las técnicas desarrollas fueron fundamentales para la
implementación de los genocidios nazis.59
Aunque el programa fue autorizado por Hitler, los homicidios han sido vistos
como asesinatos en Alemania. El número de muertos fue aproximadamente
unos 200 000d
en Alemania y Austria; en otros países europeos, aproximadamente 100
000 personas también fueron víctimas letales.7879
En
el entendimiento actual, el uso del término «eutanasia» en el contexto
del Aktion T4 se le considera un eufemismo para ocultar un programa de
genocidio, en el cual las personas fueron asesinadas por «discapacidades,
creencias religiosas y valores individuales discordantes» con el régimen nazi.80
Comparado con las discusiones sobre eutanasia que siguieron al finalizar la
guerra, el programa Nazi pudo haber sido redactado en palabras que parecen
similares al uso moderno del término, la diferencia radica en que durante
el T4 no hubo «misericordia» y los pacientes no fueron
necesariamente pacientes terminales.80
A pesar de estas diferencias, el historiador y opositor a la eutanasia Ian Dowbiggin escribe que
«los orígenes de la eutanasia Nazi, como los del movimiento estadounidense pro
eutanasia, preceden al Tercer Reich y se entrelazaron con la historia de la
eugenesia y el darwinismo
social, como también con los esfuerzos para desacreditar la
moralidad tradicional y la ética».81
La petición de 1949 del
estado de Nueva York a favor de la eutanasia y la oposición católica
El
6 de enero de 1949, la Sociedad Estadounidense pro Eutanasia presentó a la
Legislatura del Estado de Nueva York una petición para legalizar la eutanasia,
firmada por 379 ministros protestantes y judíos, el grupo más grande de líderes
religiosos que haya adoptado esta postura. Una petición similar había sido
enviada a la Legislatura de Nueva York en 1947, firmada por aproximadamente mil
médicos de Nueva York.
Los
líderes religiosos católicos criticaron la petición, diciendo que tal proyecto
de ley «legalizaría un pacto “asesinatosuicida”» dicha crítica incluía una
«racionalización del quinto mandamiento de la ley de Dios: “No matarás”».82
El reverendo Robert E. McCormick dijo que:
El objetivo final de la
Sociedad pro Eutanasia se basa en el principio totalitario de que el estado
es supremo y que el individuo no tiene derecho a vivir si su permanencia en
la vida es una carga u obstáculo para el estado. Los nazis siguieron este
principio y la eutanasia obligatoria se practicó como parte de su programa
durante la guerra reciente. Los ciudadanos estadounidenses del estado de
Nueva York debemos hacernos esta pregunta: ¿vamos a terminar con el trabajo
de Hitler?.
—Reverendo Robert E.
McCormick.82
|
La
petición provocó tensiones entre la Sociedad Estadounidense pro Eutanasia y la
Iglesia Católica, lo que contribuyó a un clima de sentimiento anticatólico en
general, en relación con cuestiones como el control de la natalidad, la
eugenesia y el control de la población. Sin
embargo, la petición no dio lugar a ningún cambio legal.48
Clasificaciones
de eutanasia
La
eutanasia se clasifica de diferentes formas: directa e indirecta según el
accionar médico, y voluntaria e involuntaria si se cuenta o no con el
consentimiento del paciente informado y consciente.83
Según el accionar
médico
·
Eutanasia directa: cuando existe una provocación intencional del
médico que busca la terminación de la vida del paciente. Esta a su vez posee
dos formas:
o Activa o positiva:
se le considera activa o positiva (acción) cuando existe un despliegue médico
para producir la muerte de una persona como suministrar directamente algún tipo
de fármaco o realizando intervenciones cuyo objetivo es causar la muerte.
o Pasiva o negativa:
es pasiva o negativa (omisión) cuando la muerte es producida por la omisión de
tratamientos, medicamentos, terapias o alimentos. En este tipo de eutanasia la
actuación del médico es negativa pues su conducta es de «no hacer». En otras
palabras se abandona todo tipo de actividad terapéutica para prolongar la vida
de una persona que se encuentre en fase terminal, pues se ha concluido que el
tratamiento es inútil para el mejoramiento del paciente. Suele identificarse
con los conceptos de dejar
morir y ortotanasia,
así como con el derecho a rechazar un tratamiento médico o retirarse
del soporte vital.
·
Eutanasia indirecta: es la que se verifica cuando se origina sin
la intención de causar la muerte del paciente. Según la definición de eutanasia
la indirecta no lo sería pues uno de los elementos de esta práctica es la
provocación intencional de la muerte. En todo caso, la indirecta se da como
resultado de efectuar procedimientos médicos intensos, con intención
terapéutica, que pueden producir la muerte.
Según la voluntad del
paciente
·
Voluntaria: es aquella en la cual es el paciente quien
toma la decisión o por terceras personas obedeciendo los deseos que el paciente
ha expresado con anterioridad.84
·
Involuntaria: sucede cuando un tercero toma la decisión sin
obtener el consentimiento del paciente (pudiendo obtenerse) o de un pariente de
este.85
·
No voluntaria: ocurre cuando un tercero toma la decisión sin
el consentimiento del paciente debido a la imposibilidad de expresarlo.86
Conceptos relacionados
·
Suicidio
asistido:
Significa proporcionar, en forma intencional y con conocimiento, a una persona,
los medios, procedimientos o ambos necesarios para suicidarse, incluidos el
asesoramiento sobre dosis letales de medicamentos, la prescripción de
dichos medicamentos letales
o su suministro. Se plantea como deseo de extinción de muerte inminente porque la vida ha perdido
razón de ser o se ha hecho dolorosamente desesperanzada. Cabe destacar que en
este caso es el paciente el que voluntaria y activamente termina con su vida,
de ahí el concepto de suicidio. Véase también eutanasia voluntaria.
·
Cacotanasia: Es la eutanasia que
se impone sin el consentimiento del afectado. La palabra apunta hacia una ‘mala
muerte’ (siendo kakós: ‘malo’)87
·
Ortotanasia: Consiste en dejar
morir a tiempo sin emplear medios desproporcionados y extraordinarios para el
mantenimiento de la vida. Se ha sustituido en la terminología práctica por «muerte digna», para centrar el concepto
en la condición (dignidad) del paciente
terminal y no en la voluntad de morir.
·
Distanasia: Consiste en el
«encarnizamiento» o «ensañamiento» terapéutico, mediante el cual se procura
posponer el momento de la muerte recurriendo a cualquier medio artificial, pese
a que haya seguridad de que no hay opción alguna de recuperar la salud, con el
fin de prolongar la vida del enfermo a toda costa, llegando a la muerte en
condiciones inhumanas. Normalmente se hace según los deseos de otros
(familiares, médicos) y no según el verdadero interés del paciente. La
distanasia, que extiende la vida a toda costa, se considera el extremo opuesto
a la eutanasia, donde se da muerte prematura.88
·
Adistanasia o antidistanasia: cesación de la
prolongación artificial de la vida dejando que el proceso patológico termine
con la existencia del enfermo.
·
Medicina paliativa: reafirma la
importancia de la vida y considera a la muerte como la etapa final de un
proceso normal. La atención que brinda no acelera ni pospone la muerte,
proporciona alivio del dolor y de otros síntomas angustiosos e integra los
aspectos psicológicos y espirituales del tratamiento del enfermo. Le ofrece
apoyo de modo que pueda llevar una vida lo más activa posible hasta la muerte,
y a la familia para que pueda hacer frente a la enfermedad de su ser querido y
al duelo.
·
Sufrimiento: Tener o padecer un
daño o dolor físico o moral. Padecer habitualmente una enfermedad o un
trastorno físico o mental.
·
Tiro
de gracia a
un soldado con una herida mortal pero lenta y dolorosa. También a un ejecutado
por un pelotón que no muere.
Argumentos a favor y en contra
Históricamente,
el debate sobre la eutanasia ha tendido a centrarse en una serie de
preocupaciones clave. Según el estadounidense oncólogo y bioético Ezekiel Emanuel (1957),
opositor a la eutanasia, los partidarios de esta han presentado cuatro
argumentos principales:
a) que las personas
tienen derecho a la autodeterminación y,
por lo tanto, de permitírseles elegir su destino;
b) ayudar a un sujeto a
morir podría ser una mejor opción que requerir que continúen sufriendo;
c) la distinción entre la
eutanasia pasiva, que a menudo está permitida, y la eutanasia activa, que no es
sustantiva, o en la cual el principio subyacente —la doctrina del doble efecto—, es
irrazonable o poco sólida; y
d) permitir la
eutanasia no conducirá, necesariamente, a consecuencias inaceptables.
Los
activistas a favor de la eutanasia suelen indicar que en países como Bélgica,
Países Bajos, y que en estados de Estados Unidos como el de Oregón, donde esta
ha sido legalizada no ha sido problemático. Usan como base los Cuidados Paliativos que
generaron controversia sin que se produjera ningún problema de los planteados
por los opositores89.
De
manera similar, Emanuel argumenta que hay cuatro argumentos principales
presentados por los oponentes de la eutanasia:
a) no todas las muertes
son dolorosas;
b) están disponibles
alternativas como la interrupción del tratamiento activo combinadas con el uso
del alivio efectivo del dolor;
c) la distinción entre
eutanasia activa y pasiva es moralmente significativa; y
d) la legalización de
la eutanasia colocará a la sociedad en la falacia del efecto dominó,
lo que conducirá a consecuencias inaceptables.909192
De
hecho en el 2013 en Oregón, el dolor no era una de las cinco razones
principales por las cuales las personas buscaban la eutanasia. Los principales
motivos fueron la pérdida de la dignidad y el temor a ser una carga para los
demás.93
Varias
veces las personas que toman la decisión de que se le practique la eutanasia,
debe ser respetada porque la persona o el que adolece algún mal que no tiene
cura ni explicación, sufre. Es el preciso momento en que uno se da cuenta de
que día a día la persona padece más y tiene que aguantarlo y tratar de convivir
con ello porque hay estados que no permiten que se practique la eutanasia, la
han prohibido.
Invocación de los
derechos individuales contra la transgresión a una interdicción[editar]
Los
contornos de la noción del derecho a la vida son objeto de debate filosófico,
legal y moral. Varias tradiciones filosóficas o religiosas rechazan el suicidio
en sus diversas formas. Otras rechazan específicamente la eutanasia: la
intervención de un actor que termina la vida del paciente es considerada una
forma de asesinato.
Según
la Corte Constitucional de Colombia, la Constitución de Colombia protege
la vida como un derecho además de incorporarla como un valor dentro del
ordenamiento, y para asegurar el derecho a la vida el Estado y los ciudadanos
tienen competencias y deberes con esta. Sin embargo el «Estado no puede
pretender cumplir esa obligación desconociendo la autonomía y la dignidad de
las propias personas. Por ello ha sido doctrina constante de esta Corporación
que toda terapia debe contar con el consentimiento informado del paciente, quien
puede entonces rehusar determinados tratamientos que objetivamente podrían
prolongar la duración de su existencia biológica pero que él considera
incompatibles con sus más hondas convicciones personales. Sólo el titular del
derecho a la vida puede decidir hasta cuándo es ella deseable y compatible con
la dignidad humana. Y si los derechos no son absolutos, tampoco lo es el deber
de garantizarlos, que puede encontrar límites en la decisión de los individuos,
respecto a aquellos asuntos que sólo a ellos les atañen».94
La postura de la Corte frente a los enfermos terminales que experimentan
intensos sufrimientos, también considera que el deber estatal de proteger la vida,
«cede frente al consentimiento informado del paciente que desea morir en forma
digna. En efecto, en este caso, el deber estatal se debilita considerablemente
por cuanto, en virtud de los informes médicos, puede sostenerse que, más allá
de toda duda razonable, la muerte es inevitable en un tiempo relativamente
corto». Es en estos casos cuando el paciente terminal toma una decisión sobre
cómo enfrentar la muerte, pues está informado y es consciente de que «no está
optando entre la muerte y muchos años de vida plena, sino entre morir en
condiciones que él escoge, o morir poco tiempo después en circunstancias
dolorosas y que juzga indignas». El derecho a vivir dignamente implica,
entonces, el derecho a morir en forma digna; condenar a una persona a prolongar
por escaso tiempo su existencia, cuando es contrario a sus deseos y está
padeciendo profundas aflicciones logra que la persona quede «reducida a un
instrumento para la preservación de la vida como valor abstracto».95
Un
grupo de médicos belgas pudo señalar en un manifiesto contra la eutanasia que
«la autorización legal de la eutanasia [...] transgrede una prohibición
fundacional y, por lo tanto, afecta los cimientos de nuestra democracia,
delineando una clase de ciudadanos que pueden ser asesinados con el apoyo de la
sociedad».96
El
tema de la eutanasia, necesariamente, va más allá del nivel de los derechos
individuales. El genetista francés Axel Kahn (1944),
miembro del Comité Nacional de Ética Consultiva, dice que «el deseo de querer
morir [...] no requiere un reproche moral de la sociedad secular. No se
sugiere, por supuesto, que la eutanasia se convierta en un negocio “para
ofrecer este servicio” a quienes lo demanden».97
Para
el abogado francés Robert
Badinter (1928), exministro de justicia y principal
artífice de la abolición de la pena de muerte; la introducción de una excepción
a la eutanasia en la ley no podría ser efectuada sin dañar el derecho a la
vida, «el primero de los derechos del hombre». Él cree que el Código Penal
francés «tiene una función expresa y que, como tal, debe reflejar los valores
de una sociedad»; «está al nivel más alto cuando se trata de la vida o la
muerte. En una democracia nadie puede quitarle la vida a otros».98
El ejercicio de la
libertad y de la autonomía
Para
la Corte Constitucional de la República de Colombia, la persona es considerada
como «sujeto moral, capaz de asumir en forma responsable y autónoma las
decisiones sobre los asuntos que en primer término a él incumben, debiendo el
Estado limitarse a imponerle deberes, en principio, en función de los otros
sujetos morales con quienes está avocado a convivir»; «si la manera en que los
individuos ven la muerte refleja sus propias convicciones, ellos no pueden ser
forzados a continuar viviendo cuando, por las circunstancias extremas en que se
encuentran, no lo estiman deseable ni compatible con su propia dignidad, con el
argumento inadmisible de que una mayoría lo juzga un imperativo religioso o
moral». Puesto que el Estado no puede esperar de sus ciudadanos conductas
heroicas ni forzarlos a realizarlas, y «menos aún si el fundamento de ellas
está adscrito a una creencia religiosa o a una actitud moral que, bajo un
sistema pluralista, sólo puede revestir el carácter de una opción. Nada tan
cruel como obligar a una persona a subsistir en medio de padecimientos
oprobiosos, en nombre de creencias ajenas, así una inmensa mayoría de la
población las estime intangibles»; pues es parte de la filosofía de la Constitución de Colombia eliminar
la crueldad, garantizar la pluralidad y la autonomía. También apunta que, desde
una perspectiva pluralista, vivir no es un deber absoluto y que «quien vive
como obligatoria una conducta, en función de sus creencias religiosas o
morales, no puede pretender que ella se haga coercitivamente exigible a todos».99
Axel
Kahn evoca el argumento forzado de los opositores de que la naturaleza de la
demanda de eutansia se debe en particular por el dolor, la sensación de
abandono o la desesperación. Esta dimensión restringida le parece en esencia
incompatible con el ejercicio de la libertad auténtica. Por lo tanto, la
primera respuesta de la sociedad a este tipo de solicitudes nunca debería ser,
según él, la organización de un suicidio asistido o un acto directo de
eutanasia, sino que debería tratarse de restablecer las condiciones de una
libertad auténtica mediante la restauración de una vida deseable.97
Con
el fin de ajustarse a los deseos del paciente, incluso cuando este no puede expresarlos,
muchos estados han establecido la posibilidad de emitir un documento de voluntades anticipadas.
De
manera similar, la Asociación Médica Mundial ha
emitido una serie de directrices durante su Asamblea General de 2003.100
La visión de la
dignidad humana
Un
punto que, muy comúnmente, marca la línea divisoria entre los partidarios y los
opositores de la eutanasia es la visión de la dignidad
humana, ya que es un argumento invocado tanto para justificar
el mantenimiento de la prohibición de la eutanasia como para despenalizarla.101
Por lo tanto, una recomendación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, adoptada el 21
de mayo de 1999, establece que la dignidad es una noción absoluta:
La dignidad es inherente a
la existencia de cada ser humano. Si su posesión se debiera a peculiaridades,
habilidades o cualquier condición, la dignidad no sería ni igual ni
universalmente peculiar para todos los seres humanos. Por lo tanto, el ser
humano está investido de dignidad a lo largo de su vida. El dolor, el
sufrimiento o la debilidad no pueden privarlo de ella.
—Consejo de Europa102
|
La
recomendación, por lo tanto, exige «consagrar y proteger el derecho de las
personas terminalmente enfermas y moribundas a una gama completa de cuidados
paliativos» y «mantener [la] prohibición absoluta intencional de la vida de los
pacientes incurables y moribundos».102
Por
el contrario, el filósofo británico Simon Blackburn (1944) considera que es imposible
«fundamentar la prohibición [a la eutanasia] en el respeto a la vida, y aún
menos en el respeto a la dignidad; ya que lo que [la prohibición] en realidad
no quiere respeto por la vida sino por el acto de morir, es decir, tratar como
sacrosanto el procedimiento a menudo intolerable, cruel, sin dignidad alguna y
doloroso de nuestra disolución natural».103
El
impacto de la eutanasia en el tema de la dignidad humana va más allá de la
cuestión de una situación individual al final de la vida. Por lo tanto,
el Informe Sicardg
critica a la eutanasia porque «internaliza las representaciones sociales
negativas de un cierto número de situaciones de vejez, enfermedad y
discapacidad»,104
lo que corre el riesgo de distanciar a la medicina del «deber universal de la
humanidad de la atención y acompañamiento».104
Para
la Corte Constitucional de Colombia en la Constitución se establece «que el
Estado colombiano está fundado en el respeto a la dignidad de la persona
humana; esto significa que, como valor supremo, la dignidad irradia el conjunto
de derechos fundamentales reconocidos, los cuales encuentran en el libre
desarrollo de la personalidad su máxima expresión. El principio de la dignidad
humana atiende necesariamente a la superación de la persona, respetando en todo
momento su autonomía e identidad».105
Señaló también que tal principio de dignidad «no sería comprensible si el
necesario proceso de socialización del individuo se entendiera como una forma
de masificación y homogenización integral de su conducta, reductora de toda
traza de originalidad y peculiaridad. Si la persona es en sí misma un fin, la
búsqueda y el logro incesantes de su destino conforman su razón de ser y a
ellas por fuerza acompaña, en cada instante, una inextirpable singularidad de
la que se nutre el yo social, la cual expresa un interés y una necesidad
radicales del sujeto que no pueden quedar desprotegidas por el derecho a riesgo
de convertirlo en cosa».106
Con esto es claro para la Corte que la vida no puede ser vista simplemente como
algo sagrado, hasta el punto de desconocer la situación en la que se encuentra
el paciente terminal y su posición personal frente al valor de la vida. Resume
la Corte así: «el derecho a la vida no puede reducirse a la mera subsistencia,
sino que implica el vivir adecuadamente en condiciones de dignidad».107
En
el Informe del Comité de Bioética de España de 2020 sobre el final de la vida
se indica, a este respecto, lo siguiente:
La
inalienabilidad del derecho a la vida que condiciona al mismo en el sentido de
no admitir su contenido negativo deriva de su necesaria conexión con la
dignidad humana y la libertad. El derecho a la vida es irrenunciable en la
medida que no se puede exigir el derecho a morir. El individuo puede desplegar
aquellas conductas que impliquen, en virtud de su agere licere, dejar discurrir
a la naturaleza y, por ejemplo, no adoptar las medidas necesarias en orden a
poner remedido a una enfermedad o situación física que le encamine hacia la
muerte. Por ello, el tratamiento médico es voluntario con excepciones
vinculadas generalmente a la salud pública. Sin embargo, la persona no puede
exigir del Estado o de un tercero una acción positiva que ponga fin a su vida108
Gestión de los recursos
sociales
Algunos
de los defensores de la eutanasia buscan superar tanto la visión de la dignidad
individual absoluta como la libertad a favor de una concepción utilitarista de
la moralidad. El utilitarismo permite, y eventualmente promueve, el sacrificio
de la felicidad individual a favor del mayor número. Con esto en mente, se
considera legítimo optimizar el uso de los recursos médicos dando prioridad a
los pacientes cuyas vidas pueden ser salvadas, y considerar como una carga los
recursos destinados a mantener con vida a las personas que ya no pueden traer
nada a la sociedad. Esta concepción, teorizada por el filósofo australiano utilitarista Peter Singer (1946), es defendida
en particular en Suiza por el presidente del Partido Demócrata Cristiano Christophe Darbellay.109
En
el fondo, un planteamiento utilitarista constituye una forma rápida de resolver
un problema, pero solo aparentemente. Se resta la debida importancia a los
valores humanos en beneficio de la eficiencia pragmática. Es frecuente que, en
estos casos, los más desfavorecidos salgan perdiendo. El utilitarismo tiende a
considerar que el valor moral de las personas puede ser intercambiable. Los
discapacitados y los ancianos requieren un tratamiento bien distinto, como han
resaltado diversos expertos.110
Tomando en cuenta el
sufrimiento
De
acuerdo con los opositores a la eutanasia, actualmente los dolores son bien
tenidos en cuenta y a menudo son calmados de manera efectiva, especialmente en
los servicios de cuidados paliativos. Lo cual indica un sufrimiento
significativo que no es el dolor, por ejemplo:
·
la
pérdida progresiva de control sobre el propio cuerpo, como en el caso de las
enfermedades neurodegenerativas;
·
la
sensación de sofocación;
·
la
deformación del cuerpo y, especialmente, del rostro; y
·
la
pérdida permanente de la autonomía.
La
disminución de casos de eutanasia en los Países Bajos entre 2001 y 2005 parece
ser atribuible, según los autores de un informe basado en estadísticas sobre la
eutanasia; a la mejora de los cuidados paliativos.111
Algunos
médicos y comentaristas objetan la necesidad de introducir la eutanasia en la
ley, debido al progreso, presente y futuro, de la medicina paliativa en la
lucha contra el sufrimiento en su totalidad. Por lo tanto, el genetista Axel
Kahn dice: «solucionaría una ley de eutanasia si esa fuera la única forma de
calmar el sufrimiento».97En
realidad, actualmente los cuidados paliativos y las técnicas de sedación
alivian el sufrimiento del paciente, sin necesidad de buscar deliberadamente la
muerte.108
Argumentos sobre la
necesidad y viabilidad de una introducción controlada
Al
enmendar la legislación belga, uno de los argumentos en la exposición de
motivos es que la eutanasia, en un entorno médico, evita prácticas que habrían
sucedido de forma clandestina y permite que los actores sean colocados en
condiciones de buena supervisión de las prácticas y seguridad jurídica.112
Por
el contrario, el informe de Sicard publicado en el 2012 en Francia, considera
que la introducción de una forma enmarcada de eutanasia es una ilusión: «la
práctica de la eutanasia desarrolla su propia dinámica resistente al control
efectivo y tiende a expandirse».104
Opinión médica
La Asociación Médica Mundial,
que aglutina a los colegios médicos de 115 países, reiteró en una declaración
adoptada por su Asamblea General en 2019: La AMM reitera su fuerte
compromiso con los principios de la ética médica y con que se debe mantener el
máximo respeto por la vida humana. Por lo tanto, la AMM se opone firmemente a
la eutanasia y al suicidio con ayuda médica.113
Las
opiniones de los médicos sobre la legalización de la eutanasia están divididas.
Así lo muestra una encuesta realizada por el Institut national de la
santé et de la recherche médicale INSERM (Instituto Nacional de Salud
e Investigación Médica); efectuada en el 2003 que muestra que 45 % de los
médicos de familia franceses, están a favor de una despenalización de la
eutanasia equiparable al porcentaje obtenido en los Países Bajos. Los autores
del estudio informan que «los médicos más involucrados y cómodos con los
cuidados paliativos y con el seguimiento al final de la vida son, a menudo, más
hostiles a la legalización de la eutanasia», en comparación con «aquellos que
se sienten incómodos con los pacientes al final de su vida». El mismo estudio
apunta a una tendencia, particularmente entre los médicos que no han recibido
capacitación específica, en técnicas como la reanimación o la sedación,
equiparándolas con la eutanasia. Finalmente, indica una correlación estadística entre la
tendencia a hacer esta asimilación y el hecho de declararse a favor de la
eutanasia.114
En
todos los casos, independientemente de si la eutanasia está despenalizada o no,
lo que está en juego para los médicos y los equipos de atención sigue siendo lo
ético: la ley no prevalece sobre la reflexión ética y personal en la elección
de los actos al final de la vida, inyecciones letales, decisión de detener el
tratamiento o sedación terminal. En el caso de la eutanasia en particular, la
cuestión de su legitimidad ética no se confunde con la cuestión de su
legalización o despenalización. En este sentido, la filósofa francesa Marta
Spranzi señala que «permitir explícitamente a que los miembros de la profesión
médica den muerte, aunque solo sea con el laudable propósito de aliviar los
sufrimientos de los pacientes, incluso por parte de los propios médicos, como
más problemáticos que la realidad del gesto en sí, deber cumplido en el
silencio de la relación médica» a causa de posibles consecuencias.115
En
el Reino Unido, el grupo en pro del suicidio asistido Dignity in Dying cita
investigaciones contradictorias sobre las actitudes de los médicos hacia
la muerte
asistida; en la encuesta publicada en el 2009 sobre medicina
paliativa la cual arroja que el 64 % de los encuestados apoya la muerte
asistida en los casos en los cuales el paciente tiene una enfermedad incurable
y dolorosa, mientras que el 36 % se opone.116
En un estudio revelado en BMC Medical Ethics el 49 % de
los médicos encuestados se opone a cambiar la ley para permitir la muerte
asistida y el 39 % está a favor de tal cambio legal.117
Una
encuesta de 2010 realizada en los Estados Unidos de América entre más
de 10 000 médicos, encontró que el 16.3 % de los médicos
consideraría suspender la terapia para mantener la vida si la familia lo exige,
incluso en la creencia de ser prematuro. Aproximadamente 54.5 % no lo
haría, y el 29.2 % restante respondió «depende».118
El estudio también encontró que el 45.8 % de los médicos estuvieron de
acuerdo en que el suicidio asistido por un médico debería ser permitido en
algunos casos, mientras que el 40.7 % no lo estuvo; y el 13.5 %
restante sintió que dependía.118
Cabe
destacar que un prestigioso autor en Deontología médica como Leon Kass ha
puesto de relieve que la posibilidad de que un médico llegara a cometer actos
eutanásicos podría transformar totalmente la relación médico- paciente.119
Puntos de vista religiosos
Artículo principal: Puntos de vista
religiosos sobre la eutanasia
Los puntos de vista
religiosos sobre la eutanasia son variados. Si bien el punto de vista sobre el
tema no necesariamente se entrelaza directamente con la religión, a menudo
afecta la opinión de una persona. Si bien la influencia de la religión en los
puntos de vista de alguien hacia los cuidados paliativos hace una diferencia, a
menudo desempeñan una función más pequeña de lo que podría esperarse. Se
realizó un análisis de la conexión entre la religión de los adultos
estadounidenses y su punto de vista sobre la eutanasia para ver cómo se
combinan. Los hallazgos concluyeron que la afiliación religiosa con la que cada
persona se asocia no necesariamente se relaciona con su postura al respecto de
la eutanasia.120
Las investigaciones muestran que, si bien muchos pertenecen a una religión
específica, es posible que no siempre vean todos los aspectos de la eutanasia
como relevantes para ellos.
Algunos análisis de
metadatos han apoyado la hipótesis de que las actitudes de las enfermeras hacia
la eutanasia y el suicidio asistido por médicos están influenciadas por su
religión y su cosmovisión. Atribuir más importancia a la religión también
parece hacer que sea menos probable un acuerdo con la eutanasia y el suicidio
asistido por un médico.121
Un estudio de opinión pública realizado en 1995 encontró que la tendencia a ver
una distinción entre la eutanasia activa y el suicidio se ve claramente
afectada por la afiliación religiosa y el nivel de educación.122
En Australia, más médicos sin afiliación religiosa formal simpatizaron con la
eutanasia voluntaria activa, y reconocieron que la habían practicado a
diferencia de los médicos que dijeron tener alguna filiación religiosa. De
aquellos que se identifican con una religión e informan de una afiliación
protestante fueron intermedios en sus actitudes y prácticas entre los grupos
agnóstico, ateo y católico. Los católicos registraron actitudes más opuestas,
pero aun así el 18 % de los médicos católicos encuestados registraron que
habían tomado medidas activas para provocar la muerte de aquellos pacientes que
lo solicitaron.123
En 2019, representantes
del cristianismo,
el islam y
el judaísmo firmaron
una declaración conjunta en la que rechazaban la eutanasia y el suicidio
asistido, recomendando en cambio unos cuidados paliativos de
calidad y accesibles a todos.124125
Véase
también:
·
Bioética
·
Dispositivo de suicidio
·
Derecho
a morir
·
Derecho a Morir Dignamente
·
Dignitas (eutanasia)
·
Distanasia
·
Eutanasia
animal
·
Eutanasia infantil
·
Euthanasia Coaster
·
Jack Kevorkian
·
Legalidad de la eutanasia
·
Medicina paliativa
·
Muerte
asistida
·
Muerte digna
·
Ortotanasia
·
Rechazo de asistencia médica
·
Sedación terminal
·
Suicidio
asistido
·
Turismo de suicidio
Notas:
1.
↑ Sandner escribió que el término Aktion T4 se
usó por primera vez en los ensayos de la posguerra contra los médicos
involucrados en los homicidios y luego el término fue incluido en la
historiografía.58
2.
↑ Tiergartenstraße 4, fue la ubicación de la
Oficina Central y la sede administrativa de la Gemeinnützige Stiftung
für Heil- und Anstalts- pflege (en alemán Fundación
de Beneficencia para la Atención Curativa e Institucional).59
3.
↑ Al menos 100 000 personas pudieron ser
asesinadas directamente como parte del Aktion T4. También se
llevaron a cabo matanzas masivas usando la eutanasia en los países y
territorios de Europa Oriental que la Alemania Nazi conquistó durante la
guerra. Las categorías son fluidas y no es posible asignar una cifra definitiva;
pero los historiadores calculan que el número total de víctimas podría llega
alrededor de 300 000.63
4.
↑ Saltar
a:a b Entre 1939 y 1945, alrededor de 200 000 mujeres,
hombres y niños de instituciones psiquiátricas del Reich alemán fueron
asesinados, en varias acciones encubiertas, mediante el uso de gases,
medicamentos o nutrición deficiente.
Alemán:
Zwischen 1939 und 1945 wurden ca. 200.000 Frauen, Männer und Kinder aus
psychiatrischen Einrichtungen des Deutschen Reichs im mehreren verdeckten
Aktionen durch Vergasung, Medikamente oder unzureichende Ernährung ermordet.78
5.
↑ Robert Lifton y Michael Burleigh estimaron que el doble
del número oficial de víctimas del T4 habría fallecido antes del final de la
guerra.7475
6.
↑ Un rango estimado entre 200 000 y 250
000 víctimas informales a la llegada de las tropas aliadas a Alemania.76
7.
↑ El Informe
Sicard es preparado por la Misión presidencial de reflexión sobre el final de
la vida, creado por decreto del Presidente de la República de Francia François Hollande el 17 de diciembre de 2017.
Eutanasia: ¿qué es,
cuáles son los requisitos y es legal en México?
La muerte es uno de los temas que se erige como
tabú para varias personas…
Seguramente te has estado preguntando qué es la eutanasia, ya
que se ha vuelto un tema de interés público, por lo que aquí te decimos cómo se
aplica, cómo puedes solicitarla y más.
Cuando se padece una enfermedad terminal que no
tiene cura y la vida es un continuo sufrir, ¿es válido pensar en que lo mejor
es terminar con ese padecimiento?
¿En
qué momento terminar con la vida propia es una respuesta?
La muerte
es uno de los temas que se erige como tabú para varias personas y peor si se
trata de pensar en la propia muerte. Es un tema que da para discutir en varias
sociedades y en varios momentos. Algunos países han decido legalizar el suicidio asistido o la eutanasia en casos muy concretos y
cuando ya no hay esperanzas de mejora en la calidad de vida. Junto con este
término aparecen otros, como voluntad anticipada, sedación terminal o cuidados
paliativos, por ello te diremos las diferencias entre ellos.
¿Qué es
la Eutanasia?
Se forma
de dos raíces griegas: eu, bueno, y thanatos, muerte. Es decir, significa
“muerte buena”. Médicamente hablando es el proceso de acelerar la muerte de una
persona que padece una enfermedad incurable y degenerativa. Para que sea una eutanasia formal es el personal médico el
que debe administrar los fármacos o los productos que causen la muerte y por el
deseo expreso del enfermo que se hace esto. Solo es legal en Bélgica,
Luxemburgo, Colombia, Canadá, Nueva Zelanda, España y Países Bajos, esta fue la
primera nación en aprobar este procedimiento, en abril de 2002.
¿Qué es
la voluntad anticipada?
Esto se trata de cuando un enfermo terminal, en
uso pleno de sus facultades mentales, deja expresada su voluntad de que no se
le apliquen tratamientos que prolonguen su existencia. Es decir, que no sea
conectado a alguna máquina que lo haga vivir. La principal diferencia es que
con la voluntad anticipada no se acelera la muerte, sino que no se hace nada
por prolongar la vida del enfermo, la muerte llega de
manera natural. Varios estados de México cuentan con una ley de voluntad
anticipada, la Ciudad
de México fue la primera entidad en contar con esta legislación,
en 2008. Las demás entidades que cuentan con esta ley son Coahuila,
Aguascalientes, San Luis Potosí, Michoacán, Hidalgo, Guanajuato, Guerrero,
Nayarit, Estado de México, Colima, Oaxaca, Yucatán y Tlaxcala. En el
resto de los estados no es legal.
¿Cómo
hacen una eutanasia?
En este caso no es un médico quien proporciona
las sustancias que acaban con la vida, es el propio
paciente quien lo hace. El
enfermo sabe que lo que toma le causará la muerte. En
Suiza y en varios estados de Estados Unidos es legal. Existen centros médicos
en los que un doctor prescribe los fármacos, pero siempre es el propio paciente
el que los toma directamente.
¿En
México se puede pedir hacer la eutanasia?
En México tanto la eutanasia como el suicidio médicamente asistido están
prohibidos por la Ley General de Salud en su artículo 161 Bis 21 que
dice: “Queda prohibida, la práctica de la eutanasia, entendida como homicidio
por piedad así como el suicidio asistido conforme lo señala el Código Penal
Federal, bajo el amparo de esta ley.” Sedación paliativa.
No se acelera ni se provoca la muerte. Al
enfermo se le administran fuertes dosis de fármacos para mantenerlo
inconsciente y así aliviarle
el dolor mientras llega la muerte de manera natural. Con
esto se busca darle al paciente momentos de bienestar físico y que esté
tranquilo en esos momentos.
¿Cuáles
son los requisitos para solicitar la eutanasia?
En la mayor parte de los países donde es legal
la eutanasia el enfermo que la solicita debe cubrir una serie de requisitos:
1. Sólo puede pedirlo
la persona que desea morir. No puede hacerlo ningún familiar o
representante.
2. Debe ser una decisión libre y sostenida en el tiempo.
3. El padecimiento que se tiene debe ser incurable y el dolor insoportable.
4. Dos médicos deberán verificar que se cumplan todos estos requisitos.
En algunos lugares se permite que lleguen personas de otros países a aplicarse
la eutanasia.
¿La
eutanasia es legal o ilegal en México? Esto se sabe
En
la Cámara de Diputados se analizó la posibilidad de ofrecer una muerte digna
con la eutanasia, ¿qué es este procedimiento y es legal en México?
Recientemente
la Cámara de Diputados realizaron
conferencias para debatir la eutanasia, por lo que tanto expertos y
académicos debatieron sobre la posibilidad de ofrecer una muerte digna a través
de la eutanasia, ¿qué es este procedimiento? ¿Es legal en México?
De acuerdo con la Organización Mundial
de la Salud (OMS), la eutanasia debe entenderse como aquella “acción del
médico que provoca deliberadamente”.
¿Eutanasia
en México es legal?
En México, actualmente la eutanasia NO
es legal, incluso en el Código Penal en su artículo 132 se
penaliza con hasta cinco años de cárcel a quien practique la eutanasia.
“El
que prestare auxilio o indujese a otro para que se suicide, será castigado con
la pena de uno a cinco años de prisión; si se lo prestare hasta el punto de
ejecutar él mismo la muerte, la prisión será de cuatro a doce años”.
Otra ley que permite saber si la eutanasia NO es legal en México, es la Ley
General de Salud en su artículo 161 Bis 21 está prohibida, que dice.
“Queda
prohibida, la práctica de la eutanasia, entendida como homicidio
por piedad así como el suicidio asistido conforme lo señala el Código Penal
Federal, bajo el amparo de esta ley. En tal caso se estará a lo que señalan las
disposiciones penales aplicables”.
Países
donde es legal la eutanasia
Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Colombia,
Canadá, Países Bajos y Nueva Zelanda.
Permiten eutanasia a paciente con
diagnóstico no terminal en Colombia
¿Qué
es la voluntad anticipada y qué diferencia tiene con la eutanasia?
Existe
una confusión entre la eutanasía y la voluntad anticipada , la cual se practica en 15 estados,
incluída la Ciudad de México (CDMX), de acuerdo con el gobierno
federal.
Se
entiende por voluntad anticipada “la decisión que toma una persona de ser
sometida o no a medios, tratamientos o procedimientos médicos que pretendan
prolongar su vida cuando se encuentre en etapa terminal y, por razones médicas,
sea imposible mantenerla de forma natural, protegiendo en todo momento la
dignidad de la persona”.
La voluntad anticipada regula la
ortotanasia; es decir, la actuación correcta ante la muerte por parte de
quienes atienden al que sufre una enfermedad incurable o en fase terminal. La
legislación no permite la eutanasia o acto deliberado de dar
fin a la vida de un paciente.
Otra
de las diferencias entre la voluntad anticipada y la eutanasia es
que la primera se puede solicitar sin que necesariamente se esté enfermo o se
sufra un accidente.
La
voluntad anticipada es un derecho a elegir o rechazar tratamientos o
procedimientos médicos, en caso de tener diagnóstico de una enfermedad en etapa
avanzada y/o terminal.
“No
es necesario estar enfermo o sufrir un accidente para firmar la voluntad
anticipada”, de acuerdo con el gobierno local.
Para
poder ejercer la voluntad anticipada existen la modalidad a través de un
documento, tramitado ante notario público, y el formato que se otorga en
instituciones de salud públicas, privadas y sociales.
FUENTES DE INFORMACIÓN:
Vea
también: muerte.
Cómo
citar: "Eutanasia". En: Significados.com.
Disponible en: https://www.significados.com/eutanasia/ Consultado: 25 de octubre de 2022, 11:56 pm.
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Eutanasia - Wikipedia, la
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