JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS /
Periodismo Nayarita
"De locura en locura"
En esta
actualidad difícil en que reina el confinamiento personal y el aislamiento
social por razones de salud. La gran mayoría —al menos en teoría— respetamos
esa indicación voluntaria y colaborativa
de quedarnos en casa. No sé si será por la depresión natural que pueden
provocar tantos días sin salir a una realidad que dejó de existir, es decir,
las ansias de recuperar la libertad y movilidad que antes se tenían; o será
acaso por la capacidad de reflexión basada en el exceso de tiempo disponible y
en la sensibilidad derivada de los casos fatales y dificultades que enfrentan
las familias y los negocios para salir adelante; pero es indudable que muchas
cosas que antes no se pensaban hoy se ven ciertamente más claras.
En esos
recorridos virtuales por diversos escenarios de la vida cotidiana, me topé de
nuevo con la loca problemática de los enfermos mentales. Es un asunto que ya he
tratado en artículos anteriores y hoy llamó de nueva cuenta mi atención porque
casualmente encontré una noticia que menciona un amparo interpuesto hace cinco
años en el Juzgado Segundo de Distrito de Amparo Civil y Administrativo para
proteger los derechos a la atención de un enfermo mental, resolviéndose el
juicio de garantías señalando que los argumentos esgrimidos eran suficientes
para ordenar la construcción de un hospital de salud mental en el estado de
Nayarit, dicha resolución ordenaba al Congreso del Estado, el Ayuntamiento de
Tepic y Gobierno del Estado se hicieran cargo de esa edificación.
Lamentablemente —hasta la fecha— se hizo caso omiso, argumentando que no tenían
los recursos financieros para ello.
En este
caso, existe una ordenanza, lo cual pudiera alentar la posibilidad de que se
pueda lograr ese largamente acariciado sueño de contar con un hospital
especializado en la atención de miles de enfermos mentales que deambulan por
los municipios de Nayarit, principalmente por la capital del estado que acumula
casi el setenta por ciento de ellos.
El
tema de la demencia es un problema crítico que se ha soslayado de manera
histórica en Nayarit. A pesar de que se ha mencionado desde finales de los años
setenta, ninguna administración estatal ni municipal se ha ocupado de él. Los
pocos acercamientos se han visto frustrados por la indiferencia de los
gobernantes que han desfilado por la palestra política. Hay quienes incluso
comentan que en alguno de los sexenios se gestionaron varios millones para la
construcción de un hospital de salud psiquiátrica pero misteriosamente desaparecieron sin saberse nada hasta la fecha dónde
fueron a parar.
El caso
es que nada ha cambiado en cuatro décadas de brillantes gobiernos estatales, muchos más ejercicios municipales y
otras tantas legislaturas locales respecto a esta problemática que cada vez más
se agudiza al grado que es alarmante que la cifra de enfermos mentales en
situación de calle se acerca peligrosamente a las veinte mil. Esas personas son
las que forman la parte más crítica y visible del iceberg, porque los estudios
realizados señalan cifras de más de sesenta mil personas con problemas de demencia,
esquizofrenia, bipolaridad, ansiedad y otros trastornos mentales. (Fuente:
Depto. de Salud Mental de la Secretaría de Salud/Citada por Milenio).
Seguimos
siendo esa sociedad apática y desobligada hacia los problemas que duelen y
lastiman el alma. Es precisamente esa sensibilidad inexistente o muy escondida,
la que exhibe la pobreza social de los pueblos y los gobiernos. De estos
últimos es más que entendible porque durante décadas hemos sido testigos de su
ineficacia como actores del cambio verdadero, el cambio que reivindica las
demandas justas y exigencias de las clases más desprotegidas. Lo que no es
entendible es la actitud de la sociedad que generalmente se caracteriza por su
respuesta solidaria y fraterna ante situaciones que impactan y motivan su
espíritu de solidaridad con causas humanitarias. Me pregunto qué causa puede
ser más humanitaria y generosa que proteger a quien no puede hacerlo por sí
mismo, a quien no tiene un techo bajo el cual protegerse, quien no tiene un pan
para llevarse a la boca y más si a todo eso le sumas que sea alguien que ni
siquiera tenga una identidad propia, un conocimiento o una conciencia de sí
mismo.
No es
que diga que sea la sociedad de manera directa quien tenga que resolver esa
problemática, aunque en cuestión de infraestructura sea quien finalmente
aporta —por la vía de los impuestos— los
recursos financieros para ello. En este caso me estoy refiriendo a la potestad
constitucional que debiera ejercer de facto y no dentro de la ilusoria burbuja
del poder político y de la teórica sentencia de que “el poder público dimana
del pueblo”. Aquí es donde yo quiero decir que la sociedad nayarita debe
ordenar al gobierno que solvente esa problemática, construyendo el hospital
psiquiátrico, cuya ejecución es prácticamente impostergable. Más allá de la
rentabilidad social, de los costos beneficios y de tantas otras variables que
impone la planeación, estamos ante la presencia de una situación social
consagrada en el artículo cuarto constitucional, de manera general y en la Ley
General de Salud, de manera particular.
Por lo
anterior, es más que evidente que estamos ante la insuficiente atención de uno
de los derechos humanos fundamentales como lo es la salud. En el Plan Estatal
de Desarrollo (PED) 2017-2021 de la administración actual, apenas si se
registra, muy discretamente, una línea de acción, la (ER3-E4-P06-L05) dentro
del Programa de Mejoramiento de la Cobertura y la Calidad de los Servicios de
Salud, que señala la: «Construcción del Centro de Salud Mental». Es incierta la
información, si es que hace referencia a construir un edificio que albergue al
viejo y conocido CESAME de Tepic, o en realidad —siendo muy optimista— trataban
de enlistar en esa cartera de proyectos un verdadero, autentico y formal Hospital
Psiquiátrico, con el equipamiento y el personal profesional idóneo para
combatir y resolver este añejo y crítico problema de salud pública de la
demencia, en todas sus expresiones. De no ser así, los únicos locos de remate
seguiremos siendo nosotros mismos, por permitirlo.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y
SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.