"Mosaico epistolar"
Hacía
tiempo que no quedaba en un collage el artículo semanal, pero la verdad no pude
decidirme bien a bien que tema abordar este día. Pero en descargo puedo decir
que no es una carencia de material importante que comentar sino todo lo
contrario. La parte buena de este asunto es que no sucede con frecuencia y que
además no resulta tampoco tan desalentador para los lectores tener un coctel de
temas en un mismo ejemplar. Por otro lado, como también les he dicho, si
ponemos mucha atención nos daremos cuenta que todos los temas están íntimamente
relacionados, por más disímbolos que perecieran.
La
primera intención era hacer mi comentario sobre la conferencia de hoy en el
plantón frente al palacio de gobierno estatal, donde mi admirada amiga Alma
Vidal nos puso a los hombres una brutal barrida, dejándonos como “trepadero de
mapache” por no decir como “palo de las gallinas” en eso de la igualdad y de
los roles entre hombres y mujeres, aunque al final me dijo de viva voz “bueno, debe
haber excepciones, pero la pedrada es para quien le quede el saco”. Entonces ya
me quedé un poco más tranquilo, jejejeje.
Ese
comentario daba para un gran análisis, desde la vertiente en que ella manejó la
tesis de su participación. Luego la desternillante conferencia de la Lic.
Odette Murillo Vázquez, que provocó un tremendo jolgorio entre la multitud de
mujeres de todas las edades y uno que otro colado que acompañábamos a nuestras
esposas. Resultó de lo más divertida la ponencia de la conferencista chilanga,
ya que posee una extraordinaria vis cómica que le permite transmitir el mensaje
anímico de una inigualable manera, sin sufrimiento, sin flagelación. Sus gestos
y movimientos desparpajados me remitieron a la añorada imagen de Doña Borola
Tacuche, aquel genial personaje de la Familia Burrón creado por mi admirado “monero”
mexicano Don Gabriel Vargas.
Creí
plenamente que el tema daba para el comentario y para mucho más, pero nadie
sabe qué pasará en cualquier momento de nuestra vida. Y así sucedió. Conducía
tranquilo mi vehículo en la siempre agradable compañía de mi esposa (y conste
que no estoy haciendo méritos con la teoría de Alma Vidal) cuando en un crucero
de los más concurridos de esta ciudad me detuve por la luz roja y quedé a
muchos metros del semáforo para dar vuelta
a la izquierda. A la distancia parecía que algo ocurría. Había
demasiadas personas en la parte inicial de la fila de automóviles. Pensé que
probablemente habían atropellado a alguien. Me inquieté un poco, pero al pasar
unos segundos pude percatarme de lo que realmente ocurría.
Varias
personas se desprendieron de pronto desde los primeros coches y se abalanzaron
sobre los cristales de los nuestros, unos blandían esponjas y una botella con
agua jabonosa y otros, pesados cepillos encerados tipo plumeros con fibras de
color azul marino. Además de ellos, atrás venían unos indigentes, luego los vendedores
de platanitos fritos y novedades. Más de una docena de personas en tan sólo esa
vuelta. Ese crucero tiene de menos cinco posibilidades de alto y estoy hablando
de uno de tantos que existen en la ciudad de Tepic. Muchos jóvenes y niños, junto
a varios adultos compartiendo la aventura de la supervivencia, “trabajando” en
una situación de calle.
Entonces
me quedé pensando en que estaría sucediendo en la ciudad para que el número de
personas que anteriormente veía en esa situación se haya incrementado tanto. Ni
hablar de más años atrás, cuando ver alguien así era hasta curioso. Hoy están
por todos lados. Cada vez hay más niños y jóvenes en esa situación. Limpiadores
de cristales de coches y tragafuegos por doquier, vendedores callejeros, niños
que hacen piruetas, mamás cargando bebés, viejecitas que limpian espejos
laterales, imitadores de Michael Jackson, malabaristas de pelotas, de pinos de
boliche y hasta de cintas de fuego.
Si
pensáramos en el espectáculo que dan, porque algunos son muy buenos artistas,
pues sería hasta notable tenerlos ahí. Pero, por supuesto que no se trata de
eso sino de algo por demás preocupante. Ese aumento ostensible de personas en
la orfandad social o en la informalidad, desde mi punto de vista, es un indicador
de que algo malo está sucediendo en nuestra ciudad. Si sumamos este fenómeno a
la soledad de los restaurantes que solemos visitar, muchos otros que ni pensar
en ello, así como otro tipo de establecimientos de distintos giros, se puede
sentir una crisis, un escaso poder adquisitivo que produce una ralentización de
la economía local.
Esta
situación, que no pasa desapercibida para la sociedad nayarita, es producto de
los abusos cometidos por la administración actual en cuanto al manejo de las oportunidades
para los comerciantes y empresarios locales. Esta estrechez en las
posibilidades reales que tienen los emprendedores nuevos y no tan nuevos, de
los empresarios y proveedores de gobierno, ha sido provocada por lo cerrado del
círculo de bendecidos que han tenido la fortuna o la capacidad económica de
adquirir la bula gubernamental que sólo está en las manos de uno o dos
“cardenales” cercanos al gran prelado. Dije prelado, eh, para que no vayan a
decir que soy algo grosero.
La otra
razón de que el mercado interno estatal esté tan comprimido es la falta de un
pago oportuno de los salarios y/o prestaciones a los trabajadores de los
ayuntamientos (la mayoría de ellos). La falta de aumentos anuales a los
trabajadores de los gobiernos, estatal y municipal, ya que los sueldos, de por
si exiguos, van perdiendo la batalla en contra de la inflación que se acumula
año tras año. Los sueldos siguen siendo los mismos y los precios de la canasta
básica, los servicios, la gasolina, la luz y el gas, están siempre al alza
(espero no me desmienta el poder federal porque disminuyó dos centavos el litro
de la gasolina, ah que broma tan pesada).
En
resumen, todas las ventajas han sido para la camarilla que detenta el poder.
Para ellos no existe crisis alguna, ni siquiera saben las penurias que sufre la
clase trabajadora para sobrevivir, mientras la élite maldita que se
autodenomina “clase política” vive en la riqueza, rodeados de lujo ofensivo y
caprichos suntuosos. Lo peor es que siguen empeñados en quitar prestaciones
ganadas a pulso por el sindicalismo revolucionario. Y lo más patético en este
sentido es que haya personas tan absurdas que apoyen a un sindicatito que entre
sus “beneficios” proponga que “le quiten 26 prestaciones”, vaya forma de
avanzar, el sindicato legal conquista las prestaciones con años de lucha y
estos necios se van a otro para que se las quiten.
A los
que están en el poder les digo, que si no tienen la creatividad y la
inteligencia para ver de dónde se puede
sacar el dinero para solventar una crisis que ellos mismo crearon, pues aquí
les dejo unos “consejos”. Puede ser de los sueldos y compensaciones de los
altos funcionarios federales, estatales y municipales, de la reducción o desaparición
de diputados y senadores, de la eliminación de los partidos políticos y las
partidas secretas. La eliminación de la alta burocracia electoral que ellos sí ganan de verdad. Que “pasen la charola” para que les den un pellizco a sus
propiedades, ranchos, mansiones, vehículos, a los funcionarios actuales y
anteriores, etc. Que no se “hagan patos” con los amigos desbalagados (Duarte y
compañía) que metan a la cárcel al “Toro” y le quiten sus propiedades, lo mismo
a los corruptos que andan “vivitos y coleando” cobrando sin trabajar en varios
puestos. ¿Así con eso o quieren más recomendaciones?
Bueno
aquí dejamos por hoy esta especie de mosaico epistolar, que empieza con un tema
y termina con otro, pero así son las cosas, además cuando se habla de política,
pues se pica uno.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.