jueves, 22 de noviembre de 2018

Charros Continúan Apoyando a Damnificados de Nayarit


CARLOS ALEGRE / Periodismo Nayarita

Tepic, Nay: nov 22.- El Sistema DIF de Nayarit, a través de su presidenta, licenciada María Luisa Aguirre de Echevarría, hace saber que sigue llegando el apoyo para los damnificados por el huracán “Willa” en la zona norte de la entidad.

Ahora fueron algunos charros participantes del Campeonato Nacional de Mayores los que entregaron 50 refrigeradores, alrededor de 120 cubetas de pintura y algunas colchonetas, para apoyar a los más necesitados.

Todo lo recaudado será transportado en las próximas horas a los municipios del norte de Nayarit. 

Cabe señalar que este certamen oficial es un evento con causa, donde no se cobra el acceso a los aficionados; el único requisito es apoyar con víveres y enseres domésticos a los damnificados.







"La esperanza muere al último"



JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



"La esperanza muere al último"


A punto de terminar un año más. Menos de dos meses y el dos mil dieciocho habrá concluido. Creo que aún no es tiempo de hacer el acostumbrado balance anual. Dejemos que llegue el último mes que, según mi opinión, es el más propicio para ello. Comento lo anterior porque empiezan ya los clásicos síntomas del final de ejercicio. En muchos sentidos se nota que este año ya no da para más. Se siente la inseguridad de los empleados del gobierno estatal y los municipios por el pago de aguinaldos, ya que el gobernador atizó el fuego de la desconfianza recientemente con sus desafortunadas declaraciones de la quiebra del gobierno, y aunque se pagó la primera quincena de noviembre, aún existe la duda de la segunda de ese mes, las dos de diciembre y por supuesto el aguinaldo, ahorro y demás prestaciones de fin de año.

Esa desconfianza asoma por todos lados. En los niveles de gobierno mencionados y también en la máxima casa de estudios del estado. Ahí también, en la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) se escucha el castañeo de los dientes por el miedo a una nueva “Amarga Navidad” como sucedió el año anterior. Se supone que las autoridades universitarias siguen haciendo gestiones para conseguir la liquidez que permita subsanar el periodo más crítico del año, el tiempo de los pagos extraordinarios.

En términos generales me parece que es un fin de año con bastantes expectativas. Por un lado, la incertidumbre que ya mencioné anteriormente y, por otro, la gran ilusión que existe en torno al arribo al poder de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). La situaciones locales, creo que de ninguna manera se pueden aislar del efecto AMLO. La mayoría de personas simpatizantes del nuevo proyecto de nación, creemos que, además de los cambios que se esperan en la política nacional, los pendientes de todo tipo que se tienen en nuestro estado serán empujados por la misma inercia de la esperanza. La idea es que se sacuda de nuestro país ese espeso y pegajoso vaho maloliente  de la corrupción y empiece poco a poco a verse un nuevo rostro social en nuestro país. Existen muchos malestares en la sociedad que están fundamentados en ese factor. Se requiere pues, que el nuevo gobierno empiece a apretar las tuercas en todos los ámbitos y asuntos que han sido por décadas dominados por ese binomio infernal e inseparable: Corrupción-Impunidad.

Se presiente al alcance de las manos la posibilidad de un cambio verdadero, de una trasformación profunda en la forma de gobernar e impartir la justicia. Es necesario recuperar la confianza perdida en las instituciones, indispensable sanear las áreas podridas que han sido permeadas por la delincuencia organizada y desbaratar los oscuros entramados creados por la maligna colusión de los funcionarios corruptos. No es fácil esa tarea, eso todo mundo lo sabe, pero también existe la certeza de que la simple voluntad de querer hacerlo ya es un gran avance. Se espera que no le gane la impaciencia o la ansiedad de querer hacer las cosas por estímulo visceral, sino mediante la sobriedad del detenimiento y el quehacer inteligente y patriótico que anteponga siempre y en todo momento las necesidades, la seguridad, el bienestar y la justicia en favor del pueblo.

La nueva administración federal tendrá que enfrentarse a muchos obstáculos. Algunos muy obvios dispuestos por la oligarquía y sus secuaces y otros que tienen que ver con la confusión y el aturdimiento de muchos ciudadanos que aún no perciben la posibilidad de una nueva realidad política y social.  Ciudadanos que viven aún del cobijo de un régimen autoritario que, en un momento de la historia, les dispensó el favor del empleo, la comodidad o la dádiva. Otros, a los que habrá que reconocerles su convicción de estar en contra de ese proyecto, por antipatía, por intereses o por ideología, pero que deberá respetarse ese derecho. No será una tarea fácil y quizá no haya el tiempo suficiente. Pero, será necesario que las personas que dimos sustento a esa plataforma electoral nos sumemos al proceso de cambio. Es indispensable que esos más de treinta millones de mexicanos, mantengamos la bandera de cambio en lo más alto y nos sumemos al acompañamiento que protegerá ese proyecto más que el ejército y la marina. Desde mi punto de vista, esa es una condición indispensable para lograr los objetivos deseados. Acompañamiento y apoyo al liderazgo elegido y, al mismo tiempo, vigilancia social para señalar cualquier tipo de desvío indeseable.

Aún antes de la toma de posesión, que ya está a tan solo unos días, se han experimentado aires de cambio. Se han enviado señales que sugieren que la cosa va en serio, por parte de quien asumirá el mencionado liderazgo nacional. Pero sólo han sido indicios, pequeñas escaramuzas políticas que indican un rumbo, lo cual es muy lógico, porque no hay que atrabancarse, lo correcto es esperar a tomar el mando y actuar en consecuencia.

En el ámbito local, como comentaba antes, hay muchos problemas que también habrán de resolverse con el apoyo del gobierno federal. La tendencia que se puede apreciar es a desactivar, dentro de lo posible y respetando la soberanía de los estados, los escandalosos cacicazgos que existen en los distintos ámbitos de gobierno. El discrecional y abusivo manejo del poder, por camarillas plenamente identificadas que actúan con un gran nivel de impunidad. Una especie de virreinatos, en donde lo menos que importa es el bienestar social y económico de los gobernados.

La expectativa está a todo lo que da. Se espera que con la llegada de la nueva administración federal, se les pidan cuentas de esos abusos y se les castigue por proteger a los funcionarios delincuentes que han saqueado, hasta ahora impunemente, al erario. Que se destraben y se saquen del hoyo negro las carpetas de investigación que se han llenado de polvo en los archivos de la Procuraduría General de la República (PGR) y en la Fiscalía General del Estado (FGE), que se pongan a trabajar a favor del pueblo que los eligió, que se dejen de revanchitas tontas y acciones dolosas y dejen en paz a los trabajadores. Que asuman una postura de verdaderos estadistas y protejan a su pueblo de la delincuencia, la interna y la externa, que dejen de andarse exhibiendo cual  vedetes que hacen el ridículo con poses y actitudes veleidosas. Que dejen todas las vísceras en su casa, excepto el corazón, ese sí, hay que traerlo bien puesto en el centro del pecho, siempre por delante, con orgullo y amor por el pueblo que los llevó al poder, el mismo que les entregó su confianza. En fin, ahí están las tremendas expectativas, como solemnes ofrendas, puestas al pie de quien decida dar el gran paso, el firme, el decidido, el positivo, el leal, el comprometido, el justo, el democrático, el paso capaz de darle un nuevo rostro a nuestra realidad social, poner una luz a la negra noche, un brillo a la mirada y una sonrisa en el rostro de los mexicanos.

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