Escuchando
la conferencia de prensa del lunes, esa que implementó el Gobernador del
Estado, Miguel Ángel Navarro Quintero (MANQ) haciendo un parangón con la famosa
“mañanera” del Jefe del Ejecutivo Federal, el famoso Andrés Manuel López
Obrador (AMLO) me llamaron la atención varias temáticas que ahí se trataron y
terminé de escucharla para poder comentarlas con ustedes, mis amables lectores.
Una
de ellas fue la que se refiere a la cantidad exagerada de trabajadores de la
plantilla burocrática del gobierno estatal, municipios y organismos
descentralizados. Información que me parece veraz y de mucha actualidad. Incluso
dijo el titular de la Secretaría de Administración y Finanzas que con el
treinta por ciento de la plantilla era suficiente para la prestación de los
servicios gubernamentales. Aunque se me hace aventurada la aseveración, vale
decir que el funcionario hizo su análisis basándose en la experiencia que se
vivió en los peores tiempos de la pandemia reciente, que por cierto no termina
de irse, o sea cuando se atendieron las funciones mediante un programa de
guardias.
Este
tema del exceso de personas en las plantillas laborales es algo que ya se ha
comentado, pero no está de más decir que es un proceso histórico de crecimiento
exagerado y desordenado que obedece a las multitudinarias recompensas que los
gobernadores entregaban a sus equipos de campaña. La forma de pago más
socorrida a la lealtad política fue el regalar “chamba”, sea de confianza, por
contrato o con base sindical, práctica a la que ni la nueva administración es
ajena. Otro punto al respecto, y no menos importante, es la situación de la
carencia de otras opciones de empleo, ya que en la entidad no existen
industrias, ni empresas suficientes que ofrezcan desarrollo personal u
oportunidades de un empleo digno, ni siquiera en la capital. Esa es la razón que
el empleo burocrático sea una de las pocas respuestas a la búsqueda de
sustento.
Otra de las temáticas que surgieron fue la
exterminación de las mafias o camarillas que han hecho de la corrupción su modus vivendi y han permeado y explotado
los ámbitos de la educación, el transporte e incluso la ganadería. En este
asunto brindo mi apoyo sin lugar a dudas, esperando que no ocurra como tantas
otras veces que se ha anunciado el ansiado exterminio de este flagelo: NADA.
Una de las cosas que no me agradó nada fue escuchar
una vez más esa posición tan radical que tiene el gobernador acerca de la
situación: trabajadores de gobierno/sociedad nayarita. Cada que habla de ese
tema puedo percibir cierta aversión por los primeros. Me parece que cada que
entra en el tema realiza una especie de linchamiento público de los empleados
de la burocracia. Su hipótesis es que está siendo el héroe de la película
tratando de evitar un choque social. Él presupone una encarnizada diferencia
entre los 25 mil burócratas (dato aportado por el ejecutivo) que significan el
70 por ciento del gasto (otro dato de él) del gobierno. Y que por esa razón no
queda dinero para drenajes, plantas de tratamiento, entre otras obras. En su
melodrama concluye, que el millón 300 mil personas “prácticamente” le
preguntarán ¿Y nosotros qué? ¿No nos vas a dar nada? Y es entonces donde se
producirá el fatídico choque social (según su teoría de la colisión).
De
entrada, parece un planteamiento medio jalado de los pelos porque, desde mi
punto de vista, la forma en que lo enfoca pretende apartar de las
consideraciones del derecho social (que tanto menciona) al “estrato” compuesto
por los trabajadores de la burocracia y sus familias que dependen de ellos y
ellas. En mi forma de ver creo que “lo que tanto teme” es lo que con disimulo
está provocando. Ese ha sido el malicioso juego de otros gobernantes, echarle la
sociedad encima a los sindicatos y a la burocracia en general, ponerlos en
contra, acusándolos de ser los culpables del deterioro de las finanzas
públicas, cuando todo el mundo sabemos quiénes son los verdaderos causantes de
la situación que se arrastra.
Hay
formas de componer el estado de cosas actual. Cualquiera de ellas (que
seguramente no saldrán de las mentes maquiavélicas de los asesores que se carga
el doctor) tendrá que contar con el indispensable soporte del diálogo y la
unión de esfuerzos. La buena voluntad es otro factor que abona a la solución de
cualquier problema. Infortunadamente hay algo que molesta mucho al gobernador
cada que habla de los burócratas. Es fácil ver como se le empañan sus lentes
cuando se trata el tema y en esta “mañanera estatal” no fue la excepción. Lo
noté cuando dijo con un envidiable y excelso manejo de la ironía: “Yo no tengo
espíritu de cobrador”, a la vez que daba instrucciones a sus subordinados, el
Secretario General de Gobierno y al que supongo será el asesor jurídico,
licenciado Gabriel Camarena (¿será este el “diablito” en la oreja?) para que
accionaran lo conducente para dejar de descontar el concepto de cuota sindical
en los recibos de nómina del poder ejecutivo. Esto ya sucedió en tiempos de
Roberto Sandoval, y se entiende el porqué. Eran tiempos de lucha encarnizada
que llevó a un plantón de varios años frente a palacio de gobierno. Fue una
venganza directa del tristemente célebre exgobernador para demostrar su encono
hacia los trabajadores, bueno a los opositores, porque a los suyos les dio
beneficios a manos llenas. Finalmente, existía una razón, se comprendió el
motivo que suscitó ese asunto. Ahora mismo ¿Cómo debemos interpretar esta
acción por parte del gobernador? Una señal de buena voluntad no es.
En fin, se quedan algunas cosas en el tintero
pero ya sabemos que así es esta cosa, la información es mucha y el espacio
poco. Lo que debe alentarnos es que siempre habrá nuevas oportunidades para
encontrarnos.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y
SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.