jueves, 22 de octubre de 2020

¿Frío o calor?

 



JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



¿Frío o calor?



Las madrugadas frescas empiezan a sentirse de unos días a la fecha. Sin duda que es el perceptible anuncio de una anhelada temporada de frío en nuestro entorno. La califico de anhelada porque la temporada de verano fue demasiado calurosa, en algunos casos extremosa. Por otro lado, dejarán de girar los ventiladores, se apagarán los aires acondicionados y con ello se mitigará la llama infernal de los pagos exorbitantes de la energía eléctrica que se constituyen en auténticos infiernos para la economía de los hogares. Así es el extraño juego de los cambios de la naturaleza y de la vida. Cada temporada tiene sus pros y sus contras.

En realidad es un verdadero martirio la época de estío. Se entiende que es parte de los ciclos de la vida y de la cambiante naturaleza, pero en términos de las economías domésticas resulta el pretexto ideal para que nuestra prestigiada empresa de clase mundial la Comisión Federal de Electricidad (CFE) nos imponga el recio castigo de cuadruplicar impunemente el importe de nuestros recibos de consumo. En esas circunstancias no cuenta para los consumidores que tengamos varias plantas generadoras de energía eléctrica en nuestra geografía nayarita, entre ellas una de las más grandes, ni cuentan las exageradas temperaturas que se registran también en la temporada más cálida porque mientras son peras o manzanas tienes que pagar tu recibo así te haya llegado a más de cuatro y hasta cinco veces más el importe, para cualquier aclaración (que en su mayoría no fructifican) tienes que pagarlo antes. Es como aquel clásico dicho: primero fusílalos y luego averiguamos.

La temporada de frío, que aquí en Nayarit no es lo es tanto, sino un fresco agradable, se puede decir templado, que durante muchos años (antes de que le fregáramos el termostato a la madre naturaleza) era uno de los climas más deseados y envidiados de nuestro país; nos obliga a desempolvar las chamarras y sudaderas colgadas en el armario. En contraparte, se incrementan las enfermedades respiratorias, principalmente entre los niños y los adultos mayores, tales como la influenza estacional, un virus que llegó para quedarse (como decía aquel viejo comercial de música de radio en la frecuencia 6.20) para el cual afortunadamente ya existe vacuna, aunque desafortunadamente se dice también que no hay suficiente abastecimiento en este momento en algunas partes del país.

Otra de las ventajas en la temporada fresca del año es la reducción de las compras de hielo y bebidas frescas como la cerveza (al menos de manera hipotética porque en Nayarit somos cheleros de corazón). Así mismo se consume menos agua de garrafón lo que constituye un ahorro importante en el gasto doméstico (aunque por salud no debería disminuirse el consumo de ese vital líquido). Los consumos que pueden incrementarse serían los de gas, ya que casi a cualquier hora del día se tiene que encender, al menos un poco, el calentador de agua (bóiler) para darse un baño. Ni siquiera menciono el uso de calefactores en casa porque en nuestras latitudes no es de uso común, lo cual habría que agradecer porque de lo contrario sería lo mismo que el uso del aire acondicionado del que nos estábamos librando con la época fresca.

Otra de las cosas benévolas del advenimiento de la época fresca del año es que ya no llueve (aquí hago el paréntesis que entiendo que la lluvia es benéfica y absolutamente necesaria para las tierras agrícolas y para recargar los mantos, para la vida pues) me refiero en exclusiva a escapar de los maléficos tiempos de las inundaciones, urbanas y rurales, que destruyen los patrimonios de miles de familias por falta de sistemas eficientes de alcantarillado pluvial y el nulo rigor en la permisión de asentamientos humanos en zonas de alto riesgo. Menciono en este punto también a los lamentables estados de las calles y avenidas que averían el patrimonio vehicular de los ciudadanos. A los cada vez más tremebundos meteoros, que no bien ocultan la ira de la naturaleza por nuestro cínico desacato y criminal indiferencia, que asolan con extrema superioridad nuestras indefensas costas y poblados, cuya temporada termina oficialmente con el mes de noviembre.  

Una más de las bondades del frío que está por llegar es la disminución (al menos en teoría) de los molestos mosquitos, los enfadosos bichos que aparte de molestingar el oído con su zumbido infernal algunos de ellos son el vector del dengue, una enfermedad tan molesta y peligrosa como los mencionados insectos voladores. Quienes hemos tenido la desgracia de padecer esa enfermedad sabemos de lo que hablamos y de verdad que no se la deseo a nadie.

En fin, sí que son muchas cosas o circunstancias, a favor y en contra, que posee la llegada de la temporada de frío y, como en todo, habrá también opiniones diversas que dependen del gusto de cada persona. Yo creo que son más las que estarían a favor del frío que del calor, pero pues no es un hecho contundente. Por supuesto que existen algunas otras cosas que no pasaron por mi mente ni por mi teclado, pero espero que las que sí se mencionaron muevan a la reflexión e igualmente sean debidamente ponderadas por los amables lectores. Por qué no pensar que en temporada de invierno viene la añorada época de las posadas y la navidad. Un tiempo en que el espíritu de la bondad, la reconciliación y el amor se vuelven ingredientes básicos de la unidad familiar y son motivo de integración y convivencia social. Aunque por las circunstancias sanitarias actuales quizá este fin de año no tenga la misma fuerza y efervescencia de siempre. Bueno eso también es solo una hipótesis, porque en nuestro México lindo y querido todo puede suceder.

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.