"Y dicen que los trabajadores"
Por los
rumbos de palacio de gobierno, escuchaba que un funcionario de la actual
administración estatal hacía algunos comentarios mordaces acerca del “puente”
del 20 de noviembre y de algunos otros que se suelen aplicar en el ámbito
laboral del poder ejecutivo. Palabras más o palabras menos, la idea que
manifestaba o intentaba manifestar era que esas “injustificables” costumbres
laborales eran muy perjudiciales para la sociedad. A lo mejor no es nada del
otro mundo escuchar ese tipo de opiniones, pero lo que me llamó más la atención
fue el tono en que venía montado el comentario. Era una especie de veredicto
que condenaba acremente a los trabajadores por sus “antipatrióticas” acciones. Me
encontraba demasiado apresurado y no hubo ni el tiempo ni la oportunidad de contestarle
o al menos darle mi opinión acerca de ese tema.
Tampoco
voy a decir que esas prácticas, sean costumbres o mandamientos que abonen mucho
a la competitividad, pero de igual manera creo que no es para tanto, incluso
esto pasó ya de lo consuetudinario a lo oficial, a través de cierto decreto.
Quizá esos fines de semana que se alargan, dejen sin un día de servicio alguna
área laboral no prioritaria, y digo alguna porque en los ámbitos de salud y
seguridad siempre se dejan guardias. Por otro lado, esos días adicionales de
asueto permiten que la vapuleada economía local se active un poco, ya que propician
que las explotadas y sangradas familias nayaritas se animen a ir aunque sea al balneario
de “Los Rosales” si la capacidad del bolsillo no da para más.
El
comentario va más al punto donde estos funcionarios, bueno algunos de ellos,
aclarando que hay otros que aún me dejan una impresión prometedora, tienen una
idea muy equivocada de cómo funciona el sector público. Pero en ese sentido, yo
creo que es suficiente con que entendieran que ellos son quienes entran a este
nuevo mundo y no el nuevo mundo tiene que entrar en la visión de ellos. Para
ser más exacto, debo decir que varios elementos pueden coexistir sin ningún
problema, pero para ello es necesario buscar el equilibrio en determinados
aspectos. Ni todo está bien en el sector público ni tampoco en éste se busca la
ganancia o el lucro como un fin supremo.
Sería
oneroso profundizar en esa polémica que pudiera suscitarse. No se puede
satanizar al sector público por el simple hecho de que ha sido poseído por
entes demoníacos que sembraron el caos y la maldad. Ni tampoco se puede decir
que todos los empresarios son arcángeles enviados por el Señor. Así como han desfilados políticos que han
sido funcionarios corruptos de lo peor, también se puede hablar de empresarios
que se han hinchado de dinero a costa de la explotación de la fuerza de trabajo
desprotegida, y en algunos casos, si no es que en la mayoría, han actuado ambos
en un asqueroso contubernio.
Nada me
espanta en la vida, porque en ésta se ve de todo. Pero, sí me indigna que
siempre le quieran echar la culpa a los trabajadores de la crítica situación. Siempre
a los débiles, a los más desprotegidos, cuando en esencia debiera ser la
atención y el desarrollo de éstos la prioridad de ambos sectores.
Dejo de
lado este punto, antes de que no pueda salirme de él, sólo para regresar al
momento exacto del comentario inicial. Creo que sería más fácil hacer voltear
al susodicho funcionario comentador hacia la cámara de senadores, por citar
sólo un buen ejemplo. Se espanta por el fin de semana largo del poder
ejecutivo, de la clase trabajadora para ser más exacto que, como dije antes, no
afecta en mucho el funcionamiento de la burocracia, y sin embargo no alcanza a
percibir (o se hace de la vista gorda) que los “representantes de la nación”, vulgo
Senadores, TAMBIÉN se van de puente y ellos sí dejan, en calidad de pendientes,
importantísimos trabajos legislativos referentes a los nombramientos del Fiscal
General, del Fiscal y Magistrados Electorales y del Fiscal Anticorrupción.
(Nada más, eh). Todo esto como si fueran asuntos banales, además que los
flamantes legisladores de la república se fueron también de puente el día de
muertos, mientras que el poder ejecutivo estatal nayarita laboró el día 3 de
noviembre. Por si no fuera suficiente el Congreso de la Unión sale de
vacaciones el 15 de diciembre y reinicia sesiones hasta el 1 de febrero de
2018. ¿Cómo trabajan, no? Ahora que si comparamos los ingresos y las
prestaciones económicas de los legisladores contra los de la clase trabajadora
en esta entidad, que no recibe aumento de sueldo desde el año 2013, el exiguo
incremento anual del salario mínimo, los impuestos injustos y excesivos a los
que menos tienen, esto pasa de un modesto análisis a una tragedia griega.
Mejor
ni voltear a ver las abismales diferencias en los niveles de vida entre estos
privilegiados entes de la, cada vez más odiada, “clase política” y los
mexicanos de a pie, los de carne y hueso, que por más que se esfuerzan no
logran encontrar oportunidades de alcanzar condiciones más prósperas. Mejor ni
hablar de la infame distribución de la riqueza en nuestro país, donde unas
cuantas familias acaparan la mayor parte de ella, mientras que millones de
mexicanos se mueren en una pobreza extrema que lastima y ofende. Mejor ni
hablar de todas las iniquidades de los grupos de poder ni de las humillantes y
cada vez más cínicas muestras de corrupción e impunidad.
Dejemos
este asunto hasta ahí, por esta vez al menos, como un desafortunado comentario
de un nuevo funcionario público de esos que llegaron muy despistados y aún no
les “cae el veinte” de qué es lo que deben hacer. Hay otros u otras que se les
nota su necesidad de “reflectores”, que se ve que les gusta el protagonismo y,
en su estólido afán de sobresalir como sea, le avientan, creo que sin darse
cuenta, la bronca al titular de la dependencia o incluso hasta al gobernador. Espero
no sea tarde cuando se percaten que muchas de sus actitudes ante sus
subordinados en nada abonan al cumplimiento de un objetivo social serio y
comprometido.
Desde
mi punto de vista, a varios funcionarios les hace falta considerar la
posibilidad de “hacer equipo” con las personas que saben hacer bien las cosas.
Podría apostar que de no ser así, una vez que pase esta “resaca” del poder, la
fase de advenimiento, comprensión y apoyo mutuo, si no hacen los ajustes
correctos, el diagnóstico certero y el respeto a los acuerdos, algo podría no
salir muy bien que digamos. Cuando me refiero al diagnóstico, hago énfasis en
que ojalá sepan distinguir y respetar a los miembros de la organización
sindical a la que prometieron ayudar y no se confundan con las personas, como
se ha visto por ahí en algunas áreas de gobierno. Las letras se parecen, pero
no, no son las mismas.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.