CIBER-ACOSO CONTRA LAS PERIODISTAS
Aminorar la plaga de los ataques en línea con violencia de género es
el objetivo que buscan Google y Twitter al desarrollar el software llamado
Harassment Manager, que se ofrece a algunas periodistas y activistas, para
ayudarlas a documentar, ocultar y bloquear los tuits malintencionados y
vulgares que reciban.
Este programa es de propiedad de
Alphabet Inc. Harassment Manager, cuyo desarrollo requirió años y se dio a conocer
el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. En un comienzo, la
herramienta estará disponible para que mujeres periodistas que trabajan con la
Fundación Thomson Reuters la utilicen en Twitter.
Jigsaw, de Google, además hizo de
Harassment Manager un proyecto de código abierto, lo que significa que
cualquier desarrollador de software puede adoptarlo de forma gratuita para
ampliar el acceso a él. Las personas que usen el software con sus cuentas de
Twitter pueden compilar informes de acoso para compartir con sus empleadores,
fuerzas del orden u otros, y pueden ocultar comentarios y bloquear usuarios.
Alrededor del 70 por ciento de las
periodistas ha sido objeto de amenazas o acoso en línea, y el 40 por ciento
dejó de informar alguna noticia como consecuencia de ello.
Amnistía Internacional publicó en
diciembre de 2021 una tabla de puntuación de Twitter, que revela que las
mujeres constituían alrededor de un tercio de la base de usuarios de Twitter en
Estados Unidos.
Más del 20 por ciento de las mujeres que
respondieron a la encuesta de Amnistía dijo haber sido objeto de acoso o abuso
en la plataforma, pero las mujeres que usan Twitter varias veces a la semana
dijeron que ya no le pedían a la empresa que interviniera porque no “valía la
pena el esfuerzo”.
Harassment Manager “es el primer paso y
esperamos ver un efecto domino”, dijo en una entrevista Lucy Vasserman, gerente
de ingeniería de Jigsaw. “Queremos que tenga un impacto inmediato en las
mujeres que experimentan acoso severo. No es una varita mágica que elimine el
problema por completo, lo cual es imposible en este momento”.
Twitter ha agregado una serie de
funciones para tratar ser un destino en línea más acogedor y menos tóxico, como
pedirle a la gente que reconsidere su tono al redactar tuits enojados, pero los
problemas de contenido persisten.
“Queremos asegurarnos de que todos en
Twitter tengan las herramientas que necesitan para tomar el control de su
experiencia en nuestro servicio”, señaló en un comunicado Arielle Schwartz,
directora de desarrollo comercial de la plataforma de desarrolladores de
Twitter.
EL RIESGO ES CONSTANTE
El año 2021 fue un año violento para las
periodistas en México. La encuesta Impacto de la COVID-19 en las
periodistas: precariedad y violencia elaborada por la Red Nacional de
Periodistas, Comunicación e Información de la Mujer A.C. (CIMAC), muestra
que el 73% de las encuestadas vivieron violencia psicológica a través de
insultos, comentarios sobre su persona o físico y desvalorización de su
trabajo. La encuesta fue realizada a 289 mujeres profesionales del periodismo
en los 32 estados del país.
Previo a la pandemia, la violencia
contra las periodistas ya era una constante en el día a día de su labor. El descrédito
social de su trabajo y su palabra, son algunas de las principales
consecuencias que enfrentan al ser violentadas.
Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto las
denuncias que realizaron no fueron escuchas y, por el contrario, fueron
acusadas de “mentirosas, exageradas o locas”, incluso, aquellas mujeres
que recibieron amenazas de violación o asesinato de sus hijas e hijos.
Entre los tipos de violencia que
vivieron con mayor frecuencia las profesionales de la información en este
periodo de tiempo fueron: actos de intimidación 19.56%; amenazas 13.39%; hostigamiento
11.51%; agresiones físicas 10.15%; bloqueo informativo 8.69%;
campañas de desprestigio 7.22%; y el uso desproporcionado de la fuerza
pública 6.28%.
En 2021, 5 de cada 10 mujer vivieron
violencia sexual a través de tocamientos no deseados, insinuaciones,
llamadas o mensajes con contenido sexual, invitaciones sexuales de sus fuentes
de información y compañeros de trabajo.
Cirenia Celestino Ortega, periodista e
integrante de CIMAC, comparte que la violencia contra las periodistas se
vive tanto dentro como fuera de las redacciones: “al exterior, sabemos que
México es de los países más peligrosos para ejercer la labor periodística. Todo
lo que ellas realizan siempre tiende a verse con cierta connotación sexual. Y,
al final, todas esas violencias son obstáculos para el ejercicio de la labor
periodística”.
Tal afirmación tiene sentido en virtud
de la “violencia externa” que reciben de parte de los funcionarios públicos,
quienes son los primeros agresores.
La violencia y las desigualdades
continúan al interior de las redacciones: estas marcas de género se pueden ver
en la brecha salarial. A esto se suma la ausencia de derechos laborales, jornadas
laborales que no permiten conciliar la vida laboral con la vida profesional.
Cuando hay cursos de capacitación a
ellas se les capacita menos y se les da prioridad a los compañeros hombres.
Todo esto va significando obstáculos en su desarrollo profesional.
Aunado a la violencia de género que ya
vivían las profesionistas y especialistas, con la pandemia se agravó la
precariedad laboral, pues en medio de este contexto las empresas
mediáticas tuvieron que tomar decisiones para poder continuar, desde
reducir su plantilla, mandar a algunas personas a trabajar desde casa, y muchos
otros tuvieron que cerrar.
Tan sólo el 30% de las encuestadas
señaló que el medio donde labora tomó alguna medida para sobrevivir económicamente
a la pandemia.
De hecho, de cada 10 periodistas:
7 debieron trabajar con sus propias
herramientas durante la pandemia.
5 recibieron de su medio medidas y
materiales para prevenir contagios del virus.
3 recibieron de su medio medidas para
proteger su seguridad en la cobertura durante la pandemia.
1 reconoció que su medio hizo alguna
acción o buena práctica específica para mujeres periodistas como comprensión a
sus responsabilidades familiares.
El trabajo a distancia significó para
las periodistas estar mayormente expuestas a las redes sociales y demás medios
digitales, pues, además de su trabajo como reporteras, durante la pandemia
el 49% tuvo que conseguir un trabajo adicional.
**MIEMBRO FUNDADOR DE FRECONAY, A.C.**
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