LA GUILLOTINA
LIC. JAVIER DURÁN
JODIDOS, PERO CONTENTOS
Dos personajes que ustedes
nunca conocerán, me enseñaron el encabezado de esta columna.
Juan Arrazate y Felipe
Somoza, uno rico y el otro pobre. El primero de ellos, dueño de una hacienda
con cientos de árboles de caoba y cedro. Con una fortuna en maderas preciosas
de más de 50 millones de pesos, hace más de 20 años.
El segundo, un campesino.
Trabajador de campos ajenos y con un ingreso que apenas le daba para que él y
su esposa, junto con una nieta que vivía con ellos, pudieran comer.
Siempre que se encontraban
por la calle, el señor Juan Arrazate en su hermoso caballo y Don Felipe Somoza
a pie, el “rico” le decía al pobre: “¿qué dice tu perra vida?”, a lo que el
pobre le contestaba: “jodido, pero contento”.
Las y los mexicanos estamos
padeciendo una de las peores crisis económicas y de seguridad de los últimos
años. En Nayarit, cada día son más las personas que se quejan de la falta de
oportunidades para salir adelante junto con su familia. No hay generación de
empleos, no hay dinero.
Por ejemplo, una señora de
unos 50 años de edad venía contándole a una compañera de asiento en uno de los
camiones que transitan por la cantera, que estaba contenta porque había ido a
cobrar su semana. También, se quejaba de que sin explicación alguna su
patrón le había bajado su sueldo. Antes,
por 5 días de trabajo ella ganaba 600 pesos, ahora, su sueldo era apenas de $
450.00.
¿Qué puede comprar una
señora con 450 pesos para sobrevivir ella y sus familiares a la semana?
Otro caso: Una señora gana 100 pesos diarios en una
cocina económica, ubicada por la Colosio. $ 40 les deja a sus hijos para que
puedan desayunar, ella se va sin desayunar porque entra temprano a su trabajo.
La orden de comida que vende su patrona en $50, a ella se la vende en 30
(para que coman ella y sus hijos). Los otros 30, son para su
pasaje.
Esa señora que vive cerca de mi casa, me platicaba que tiene que cocinar
con fuego (leña), porque desde hacía un mes se le acabó el gas y con lo que gana,
no ha podido (ni podrá, pensé yo), comprar un tanque de gas que cuesta casi 500
pesos.
¿Qué pasa si uno de sus hijos se enferma?
Pero mientras la gente común
y corriente se está muriendo de hambre, los diputados, senadores y políticos se
están llenando las bolsas de dinero. Dinero que se debería usar para mejorar la
calidad de vida de los nayaritas y que como por arte de magia se han encargado
de desaparecer.
Para muestra, nuestros
diputados federales: Roy Gómez, Rocha Piedra y Gloria Nuñez, se llevarán un
millón de pesos cada uno por no hacer nada en el Congreso de la Unión, como
finiquito por sus tres años de ocio. Además, del sueldo de casi 200 mil pesos
al mes que les pagamos sin hacer nada por los nayaritas.
Familias que comen solamente
una vez al día. Jóvenes dedicados a la delincuencia por la falta de
oportunidades para seguir estudiando o para encontrar un buen empleo.
Incremento de la delincuencia en todo el territorio estatal que pone en jaque
la tranquilidad que hasta hace unos meses veníamos disfrutando. Todo esto, más
la tremenda devaluación que se avecina, nos habla de un estado fallido. De una
sociedad que sufre cada día más carencias, mientras los políticos viven como
sultanes.
Sin embargo, desde el
gobierno no opinan lo mismo. Ellos piensan que todos somos felices. Comparto
con ustedes la publicación de una
persona que trabaja en el gobierno del estado y que cobra como directora: "Pues este ha sido el mejor
gobierno en los últimos 25 años. Hace mucho que yo no veía a la gente tan feliz".
¿Se imaginan si así piensan todos los que
trabajan en este gobierno?
Por eso, en forma de sarcasmo yo digo que los
nayaritas estamos “jodidos, pero contentos”.
Mi correo: guillotinakorayahoo.com.mx