"Durmiendo con el enemigo"
De
verdad quisiera que las circunstancias que viven nuestro país y nuestro estado
fueran tan fáciles de resolver y pudiera ponerles un final feliz como suelo
hacerlo en algunos de mis cuentos o historietas. Pero las cosas no son tan
sencillas. Siento como si viviéramos dentro de una pesadilla atroz que nos
atrapa cada vez más en escenarios estrambóticos, que parecieran proceder de un
mundo pintado por la mismísima antítesis de la sicodelia. No se puede despertar
de este sueño tan pesado. El narcótico aplicado por la vía “intrasocial” no es
estimulante sino aletargador.
Estamos
sufriendo espasmos recurrentes que no sólo lastiman nuestra economía y amenazan
nuestra supervivencia como sociedad, sino que estamos casi en etapa terminal,
pues se está agotando el poco oxígeno que queda en el depósito de la dignidad. Lastimosamente
nos rehusamos a abrir los ojos y poner los pies firmes en la tierra.
Veo
ante mí una situación que tiende a la zozobra y quizá a la tragedia. Incluso
hasta los escenarios políticos se han vuelto atípicos. En años anteriores, en
vísperas de procesos electorales, era prácticamente imposible que se suscitaran
casos en los que las decisiones políticas o jurídicas lastimaran a la sociedad
o un sector representativo de ella. Hoy
vemos con una inusitada frecuencia que las élites o camarillas que toman las
decisiones importantes en nuestro país ni siquiera se molestan en matizar las
cosas. El hostigamiento, la crueldad política de estas decisiones, ostensiblemente adversas a los intereses populares, son acciones cínicas y sistemáticas.
Ejemplos
existen muchos, tantos que sería materialmente imposible ponerlos en este
espacio. Basta con mencionar de manera muy general lo que recuerdo de los
últimos años. A nivel nacional, la impunidad grosera que provoca náuseas, desde
el mismo presidente Peña, hasta los gobernadores corruptos que han dejado en la
miseria a sus estados, haciendo tropelía y media sin ser castigados. Aunque me
de asco, en aras de la información tendré que mencionar algunos como Javier
Duarte (Veracruz), Roberto Borge (Quintana Roo), Guillermo Padrés (Sonora),
César Duarte (Chihuahua), Ángel Aguirre (Guerrero), Fausto Vallejo (Michoacán),
Jorge Herrera Caldera (Durango), Miguel Alonso Reyes (Zacatecas), Rodrigo
Medina (Nuevo León), Egidio Torre Cantú (Tamaulipas) y Rubén Moreira (Coahuila)
y hay muchos más, aquí mismo en nuestra entidad que ya irán apareciendo, que no
creo que sean castigados.
En
cuestión de acciones realizadas, bajo el estigma implacable del neoliberalismo,
todas las reformas “estructurales” que sólo han dañado a la economía de las
familias mexicanas, y por supuesto enriquecido a los mismos que detentan el
poder y la casi totalidad de la riqueza de la nación. Dentro de todo ese “teje
y maneje” por parte de los legisladores para “legalizar” el robo y el saqueo,
está la quiebra y privatización de Pemex, el desapoderamiento de las tierras y
lugares sagrados de las etnias, el desmantelamiento del sistema de salud, de
pensiones, la privatización de la educación y el agua, algunas ya logradas,
otras aún en proceso.
Estos
son algunos de los eslabones de esta penosa cadena de golpes bajos y “mentadas
de madre” al sometido pueblo mexicano, amén de las consecuencias que aún no
asoman la cabeza, pero que pronto se verán, y descubrirán las verdaderas
intenciones del espíritu reformador del “prócer” Peña Nieto. Esta parte supongo
que ya es conocida por la ciudadanía. Pero, a lo que yo hacía referencia cuando
mencionaba acciones cercanas al proceso electoral, es al gasolinazo, que
pareció exacerbar los ánimos, y la reciente reforma a la Ley Federal del Trabajo para que al trabajador que se enferme por causas propias a su labor se
le pague tan solo la mitad y no el total de su salario. Esto es sólo la parte
más visible del asunto, más al fondo hay un perverso plan de darle el control
unilateral al patrón para determinar que enfermedades pagará y que otras no lo
hará. Todo esto solapado por las autoridades federales del trabajo y
completamente legalizado e impulsado por nuestros flamantes legisladores del
PRI, el PAN y sus partidos rémoras, PVEM, PANAL y PES.
Un
nuevo atropello en contra de la clase trabajadora con la “graciosa” iniciativa
por parte de una diputada priísta que paradójicamente es hija de un dirigente
de obreros (CTM). No encuentro un ápice de congruencia entre los valores
morales e históricos heredados por parte de quien se supone debe velar por los
intereses de los trabajadores afiliados a esa central y las acciones de esta su
nefasta y atolondrada hijita, que por lo que ha hecho, se ve como una hijita
pero de la (%&/=?¡#”).
El
punto es el mismo. ¿No resultan hasta desafiantes para el pueblo estas acciones
tan lesivas, sobre todo en momentos cercanos a las contiendas electorales? ¿Qué debemos entender de todo esto?
Desde
mi punto de vista puede tener varias lecturas o alternativas. La primera podría
ser que los “dueños de todo” están confiando plenamente que el narcótico
aplicado al pueblo, mediante la televisión chatarra, el control de los medios
informativos, los deficientes sistemas educativos, la proliferación de las
subculturas urbanas, la apología del crimen y otras tantas variantes del
“control social”, dará el resultado esperado. Por ende no hay necesidad de
preocuparse de un pueblo somnoliento que camina, pero con los ojos cerrados, ya
que no reaccionará ni echándole sal en la herida.
La
segunda posibilidad es que estén apostando a la confusión que provocan esas
extrañas y atípicas coaliciones políticas entre partidos que son, al menos en
teoría, ideológicamente incompatibles o antagónicos. Se constituyen en alianza
para ganar una gubernatura y se contraponen en casos como la iniciativa de la
diputada Zapata (lástima que denigre tan ilustre y heroico apellido) en el que
a nivel macro, en las pócimas nacionales, votan en sentidos diferentes. Al
menos en los estados, y el nuestro es el mejor ejemplo, estas rarezas se
explican o se justifican porque se apuesta a sacar del poder al partido en
turno y más si éste ha hecho tanto daño a las clases desprotegidas (se le llama
voto de castigo). Es la única forma de explicar que un partido como el PAN, que
aliado con el PRI, cavó la tumba de muchas conquistas laborales a nivel de la
legislación federal, sea apoyado por la clase trabajadora en una contienda
local. Evidentemente que le resta algo de culpa a este posicionamiento el hecho
de ser parte de una alianza matizada con la amarillosa “izquierda” del PRD. Pero
sobre todo porque es la ÚNICA posibilidad de derrotar al que se considera desde
hace casi seis años el enemigo número uno de los trabajadores y del pueblo en
general, el partido en el poder, el PRI, en la figura del actual gobernador del
estado. La historia nayarita registra que la única vez que esta apuesta se ganó
fue justamente en la alianza del año 1999.
La tercera
posibilidad estriba en que quizá no tengan nada que temer porque se tiene
preparado un “perfecto fraude electoral”. Quizá muchos piensen que eso no puede
ser porque los tiempos han cambiado. Yo sigo pensando que son capaces de eso y
más por mantenerse en el poder y seguir viviendo del dinero del pueblo. A pesar
de los avances de la “democracia digital” y de los supuestos candados
“anti-mapaches” electorales, sigo pensando que pueden hacer que se vuelva a
“caer el sistema” y como están las cosas pregunto. ¿Ustedes creen en las
autoridades electorales? ¿Ustedes meterían las manos al fuego por los
tribunales electorales? ¿Creen en nuestro actual sistema democrático y en sus
políticos? Yo tampoco.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.