domingo, 27 de noviembre de 2022

"Un mundial muy particular"

 



JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



"Un mundial muy particular"

Desde que se concedió a Catar el derecho de organizar el mundial del año 2022 se sabía que sería un evento muy especial. Razones hay muchas. Más allá de las especulaciones y sospechas del cómo se consiguió la sede mundialista sin ser una plaza con tradición futbolera, llamaba la atención y recreaba en la mente de los futuros (hoy presentes) aficionados como sería el día a día en ese país tan distinto a los que habíamos conocido, incluyendo a la sede más reciente: Rusia.

 Mucho se ha dicho de Catar o Qatar, como algunos lo escriben, ambos son válidos, pero con “C” es más castellano, acerca de la forma de vida. Una de las características más sobresalientes de ese país árabe es sin lugar a dudas su inmensa riqueza derivada, entre otros elementos, por poseer una extraordinaria reserva petrolera. De ese potencial económico se podía fácilmente inferir que sorprenderían al mundo en cuestiones de tecnología, construcción, escenarios y lujos, pero había otros temas que incluso causaban no pocos temores. Esas temáticas eran, principalmente, las rígidas costumbres y reglas, emanadas de la religión islámica, que predominan en ese país.

 Ya lo había comentado en un artículo de esta columna, que por cierto se acreditó el Premio Estatal de Periodismo Deportivo en el año 2020, acerca de la perversión e hipocresía de la máxima institución mundial del futbol asociado, la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) que penalizaba a los estadios, equipos profesionales y a la propia federación mexicana de futbol porque los aficionados gritaban esa palabra homofóbica tan popular en nuestro país (P.U.T.O) mientras que el “honorable” consejo mundial del instituto rector concedía la sede del mundial de 2018 a Rusia y del 2022 a Catar, cuando en esos países se persigue y castiga el homosexualismo y todo tipo de expresión lésbica y demás. ¿Alguien puede creer que exista congruencia en esas acciones? En ese texto me adelantaba a los hechos y, de alguna manera, predije lo que está sucediendo en este mundial y también lo que seguramente está por suceder.

 Esa es la parte sui géneris de este evento mundial de futbol que ya dio varias sorpresas, aquí me estoy refiriendo al tema deportivo, en el que se destacan las inusitadas victorias de Arabia Saudita y Japón, quienes derrotaron por la mínima diferencia a Argentina y a Alemania, respectivamente. Estoy seguro que habrán de darse más sorpresas, incluyendo la posibilidad estadística que el campeón pudiera ser un país que actualmente no sea el más favorito de todos. Así que los primeros resultados deportivos le han dado un especial interés a la competencia que apenas empieza.

 En otros aspectos, se puede ver una cierta ausencia de la clásica alegría de los mundiales anteriores. Algunas áreas, como vialidades principales, se han visto semivacías cuando la expectativa era que en ciertos horarios estarían pletóricas de aficionados que arengaran a sus selecciones participantes. Me imagino que de alguna manera eso tiene que ver con la prohibición de venta de bebidas alcohólicas en los estadios y zonas aledañas, pero resulta raro ver un ambiente muy moderado. Evidentemente que la sangre sigue corriendo fuerte por las venas de las aficiones y seguirán manifestando su alegría partidaria y futbolera, muy particularmente las que ya han demostrado ese espíritu “caracolero” y “cumbiambero”, como son los brasileños y nuestros paisanos, los infaltables mexicanos que ya se mostraron en un llamativo espectáculo con una multitudinaria coreografía sustentada en las notas musicales de la canción “Payaso de rodeo” que provocó tal éxito que no solo convocó a los paisanos sino se unieron varios caballeros árabes que ejecutaron los clásicos pasos del conocido ritmo del grupo “Caballo Dorado”.

 El ambiente creado por ciudadanos mexicanos en Catar, ha lucido inevitablemente su poderío. En muchos de los casos, se ha tratado de travesuras o “cotorreos” sin  mayor trascendencia o riesgo. Quizá de las cosas más atrevidas que han hecho es “traficar” con bebidas prohibidas en esos lugares. Esperemos que no pase a mayores y los “desmadrosos” mexicanos no vayan a provocar un conflicto diplomático o hasta una guerra, ya ven que ahora están de moda.

 Volviendo a lo que se ha podido constatar en la atmósfera catarí, han quedado demostradas la intolerancia y la falta de respeto a la libertad de expresión. Lo anterior, se ha manifestado por las amenazas de penalización a varios equipos participantes que intentaron portar el famoso brazalete denominado “One Love” que es un símbolo de apoyo a las comunidades LGBT+. Eso fue motivo de protesta por parte de varios capitanes de selecciones, sobre todo europeas, que incluso anticiparon por escrito a la FIFA su intención de portar esa insignia, entre otros, fueron Inglaterra, Bélgica, Alemania, Suiza y Dinamarca.

 En resumen, se puede decir que solo es la: “Crónica de una discriminación anunciada”, parafraseando aquella famosa novela del premio nobel de literatura Gabriel García Márquez, porque se sabía el contexto social y político de ese país desde muchos años atrás, era de dominio público que en ese país se violaban los derechos humanos de las mujeres, de las comunidades LGBT+, de los trabajadores, migrantes, etcétera. Pregunto, entonces ¿Cómo se puede explicar que pese a todo eso se haya otorgado la sede a Catar? No hay otra forma de mirar este asunto, que bajo el cristal oscuro de la corrupción. Desde mi punto de vista, esta experiencia debe ser la imperdible oportunidad de registrar como un apunte histórico y una condición irrestricta e impostergable de exigir, por parte de todas las federaciones de futbol, NUNCA más otorgar el honor de organizar un mundial de futbol a un país en el que no se respeten los derechos humanos. ¡Ustedes qué opinan, mis amables lectores?

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