JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS /
Periodismo Nayarita
"Las enseñanzas de la crisis"
Dicen
que todas las crisis nos dejan una enseñanza. Otros identifican a las crisis
como grandes oportunidades. En ese sentido, hay muchas frases de personajes
famosos que hablan sobre el tema, algunas muy ingeniosas que le conceden mucho
mérito a ese estado de rompimiento o de complejidad que, por distintos
factores, ocurre en determinados momentos de
la historia o de la vida.
Comento
lo anterior porque es indudable que el momento que estamos viviendo por la
pandemia del coronavirus (Covid-19) es una marcada crisis mundial, al menos en
dos vertientes muy especiales que son la salud y la economía.
La
mayoría hemos estado atentos a la evolución de este grave problema de salud a
través de los medios oficiales y otras fuentes de información confiables que
nos han hecho llegar, casi en tiempo real, los alarmantes incrementos de los
decesos, los contagios y demás elementos importantes del problema. ¿Pero, qué otras cosas hemos podido
observar, en medio de esta situación tan difícil?
Me
parece que una de las causas más importantes de que se haya propagado el
contagio a esa gran velocidad es la falta de responsabilidad de las personas.
En ese sentido, no se puede decir que sea privativo de los países
latinoamericanos, donde suele verse ese comportamiento, sino que ahora se puede
hablar de países de los denominados de primer mundo como Italia y España. El
caso del primero de ellos, más significativo por el número elevado de casos, de
muertes y contagiados fue, al menos en apariencia, ignorar la temible amenaza
que se cernía sobre ellos y continuaron sus actividades cotidianas, con los
resultados que se pueden observar actualmente. Ahora sí, en fases más
apremiantes, han tomado medidas drásticas para intentar frenar esa pesadilla.
Más
allá de las dramáticas estadísticas, que se mueven a indeseable y
desfavorecedora velocidad, es importante asumir las medidas necesarias con absoluta
responsabilidad. En ese sentido, es obvio pensar en la dificultad que implica
generalizar el cumplimiento del mandato de aislamiento (fase dos) ordenado por
las autoridades sanitarias. Por un lado, en nuestro país existen muchísimas
personas a las que su condición económica no les permite, aunque quisieran,
parar de trabajar e irse a casa, por la sencilla razón de que si no trabajan no
comen. En similar situación se encuentran miles de microempresarios y muchos
otros de los denominados pequeños, que enfrentan una situación muy difícil de
resolver, ya que no cuentan con los recursos o reservas económicas para poder cerrar
durante uno, dos, tres o quizá más meses que pudiera durar la contingencia. Hay
muchas voces que señalan estos ejemplos como una injusticia o una desigualdad
social y económica. Tienen razón en ello. Son precisamente este tipo de
situaciones, las contingencias meteorológicas (desastres naturales) y las de
salud (pandemias) las que desnudan las deficiencias de los sistemas económicos.
Nuestro país es una muestra palpable de aquellos que generalmente no cuentan
con mecanismos de respuesta inmediata adecuados, efectivos, expeditos y
confiables. El tema es de por sí complejo de resolver y de analizar, por eso lo
dejaremos de lado esta vez, por razones de espacio.
Esperemos
que el gobierno federal, por su capacidad económica, presente de inmediato
algunos mecanismos (programas) de apoyo para las personas físicas, pequeños y
micro empresarios, y que convoque y presione a la élite financiera (bancos)
para que muestren su empatía y solidaridad con los mexicanos.
Sin
querer lastimar la susceptibilidad de quienes no tienen el privilegio de poder estar en casa, en el aislamiento de la fase
dos, y disfrutar de un sueldo sin trabajar, quiero comentar que esta pandemia
nos ha enseñado varias cosas. El cierre de las escuelas, centros de diversión y
entretenimiento, entre muchos otros negocios, ha propiciado (forzado) la unidad familiar en muchos de
los casos. Aunque me ha tocado ver en mi colonia muchos niños y niñas jugando
en las calles a diferentes horas del día, ante la complacencia e
irresponsabilidad de sus padres que ni siquiera están atentos a resguardarlos
o, al menos cuidarlos si no los confinan en sus hogares. Igualmente he observado
a muchos fiesteros que molestan con
su ruido y realizan tremendas fiestas como si para ellos fueran días normales,
sin ninguna preocupación.
Pero,
no todo es malo. Me parece que, además de la unidad familiar ya comentada, creo
que esta crisis está sirviendo para que valoremos más nuestra salud y nuestra
vida. Por consecuencia, darle un mejor lugar y mayor respeto a quienes laboran
en el sector de la salud, valorar y reconocer a los médicos, enfermeras,
asistentes, trabajadoras sociales y todas las personas relacionadas. Darle
mayor relevancia a la ciencia, a la investigación, en este caso en el ramo de
la salud, encontrar nuevas vacunas y abatir muchas enfermedades. En ese mismo
sentido, entender que debemos apreciar, promover e impulsar a los científicos y
dejar de lado el estúpido fetichismo deportivo que crea ídolos de barro. Jamás
he entendido el por qué les pagan tantos millones de dólares o euros,
dependiendo del caso, a personajes como el Canelo Álvarez, tan solo por tirar
golpes, o a Leonel Messi, futbolista del equipo Barcelona de España, al que le
dan más de 8 millones de euros de sueldo
mensual (¿¡¡¡?) por patear un balón, cantidad
que ni en sueños se le dará en toda su vida a un científico que descubre una
vacuna o un medicamento que salvará millones de vidas, o a un eminente
cardiólogo que le cambiará el corazón a un paciente. Es una completa ironía de
la vida, una aberración que espero cambie con estas lecciones.
Ojalá
que la situación actual nos haga comprender que es posible vivir sin tanta
farándula, deportes, espectáculos, etc. Al menos apreciar la sobriedad, el
equilibrio entre estas y otras actividades sustantivas.
Entrados
ya en el tema de las observaciones y los deseos, me parece que las autoridades
estatales, específicamente las dependencias del poder ejecutivo, deberían ser
más congruentes con la preocupación
mostrada en los medios por el gobernador. En algunas de ellas, al momento de
escribir este texto, apenas están echando a andar sus famosas guardias, que por
cierto dejan mucho que desear porque no cubren las condiciones necesarias para
proteger la salud de los trabajadores, menos la de sus familias, al grado de
que, en algunos casos, darles dos días libres de la semana y no darles ninguno,
tienen el mismo resultado. Creo que de agravarse la situación de salud y de
seguir con el espíritu negrero que han mostrado a la fecha, los funcionarios de
esas dependencias son candidatos a ser denunciados ante la Comisión de Derechos
Humanos o tal vez a tribunales de mayor jerarquía.
En
algunos ayuntamientos no cantan mal las
rancheras, se comportan de manera irresponsable; se puede ver al alcalde de
Tepic, solo como un ejemplo, realizar las actividades normales de su agenda,
intentando hacer promoción política, exponiendo la salud de su equipo de
comunicación social lo que, desde mi punto de vista, lo exhibe con una actitud
de vanidad y egocentrismo, incluso como una persona desconsiderada. Creo que
ganaría más adeptos si protegiera la salud de sus colaboradores. Con la salud
no se juega.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y
SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.