jueves, 2 de junio de 2022

"La risita es la que chinga"

 



JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



"La risita es la que chinga"


 Sin duda que el tema que más ha dado de qué hablar en los últimos días ha sido la publicación de la tan llevada y traída “Ley de derechos y justicia laboral para los trabajadores al servicio del Estado de Nayarit”.

 Los impulsores de esta “generosa” ley no pudieron elegir mejor nombre para la que ya es popularmente conocida como “Ley Navarro”, sin olvidar que sería la reedición de la “Ley Toñito” corregida y aumentada.

  La diferencia entre la vieja (me refiero a la ley anterior) y la actual, radica en que fueron impuestas con métodos o formas muy diferentes. El “descocado” exgobernador del inusual cuatrienio (que paradoja que sea el dueño de la “Coca”) utilizó el albazo legislativo y una postura más que prepotente y caprichosa, al grado que “ordenó” al congreso su aprobación a como diera lugar, de manera que tuvieron que abandonar el recinto oficial y sesionar a hurtadillas en las instalaciones de la Universidad Tecnológica de Nayarit, lugar donde se parió el malhecho “engendro legislativo”, pero el tristemente célebre Toñito, mantuvo su postura de cerrazón contra viento y marea, valiéndole madre la cruda moral (o material, qué raro) que el hecho provocara.

 Depende del gusto de cada quien, pero la actitud de este congreso fue más tendenciosa y, desde mi punto de vista, maquiavélica y malintencionada. Me refiero a la forma en que manejaron la situación, haciendo creer a la opinión pública que, a diferencia de la legislatura anterior (que pecó de prepotente y cerrada) esta sería todo lo contrario, esta vez sería amable y gentil como la expresión risueña y encantadora de su presidenta, escuchando en sesión especial las opiniones, argumentos y razonamientos de los líderes de todos los sindicatos, con el propósito de considerar esas aportaciones antes de publicar la dichosa ley. Por supuesto que esa actitud fue bien recibida por los sindicatos, los trabajadores y la mayoría ciudadana. Que muestra tan importante de civilidad y democracia de los legisladores y, principalmente, de su risueña presidenta. Pero, ¡Oh, sorpresa! Nada de lo que “pacientemente” escucharon los democráticos legisladores fue tomado en cuenta y la susodicha ley fue aprobada tal cual se había diseñado con premeditada antelación. 

 No sé si fue una ilusión óptica colectiva pero muchas de las personas que presenciamos la transmisión de la sesión pública, vimos que la presidenta del congreso, la diputada Alba Cristal  Espinoza, mostraba una sonrisa socarrona (burlona, pues) al momento de leer la sentencia fatal, digo el dictamen final que aprobaba la multicitada ley. ¿Era acaso una sonrisa de triunfo? “Cumplimos con el mandato del señor gobernador” ¡Friéguense los trabajadores! ¿Fue eso lo que vimos o solo fue una ilusión colectiva?

 No entraré en el análisis del contenido jurídico de esta ley, cuyo solo nombre podría crear falsas esperanzas o altas expectativas a quien no esté informado de su contenido. El rimbombante título de verdad que incita a pensar que se trata de hacerle justicia a la clase trabajadora pero que lejos está de ello. En esta ocasión solo daré cabida a las generalidades de este asunto que seguirá causando mucho escozor entre distintos sectores de la población y principalmente entre los trabajadores de la burocracia que evidentemente tendrán que dar la batalla.

  Es ya una tradición no solo en Nayarit sino en todo el mundo que cuando se trata de hacer “sacrificios” se empieza por los de abajo. La historia nos ha mostrado que siempre ha sido así, en cualquier situación crítica en la que se tienen que hacer “ajustes” los que se tienen que “apretar el cinturón” siempre son los más jodidos. En el caso que aquí nos ocupa existe ya una tenaz campaña de desprestigio de que la crisis financiera del gobierno es culpa de los trabajadores sindicalizados por sus “excesivas prebendas”. Eso han pregonado los alfiles del gobierno durante años, haciendo creer al pueblo que por esos gastos exorbitantes en prestaciones laborales no se puede hacer obra, ni proporcionar mejores servicios públicos. Nada tan falso y tendencioso como eso. Ningún ciudadano o ciudadana con dos dedos de frente puede ignorar que los inmensos boquetes financieros en los presupuestos gubernamentales son producto del saqueo indiscriminado por parte de “célebres” personajes de la política y el quehacer administrativo que se robaron impunemente los activos del erario estatal y, a veces, hasta federal. Los nombres de estos pillos son de dominio público.

  Culpar a los trabajadores de base de la catástrofe financiera es como creer que los miles de ellos y ellas se hicieran ricos cada tres o seis años, cuando todos sabemos que los “nuevos ricos” de cada administración son los titulares del joder, perdón, poder ejecutivo y sus “amigochos” los que amasan grandes fortunas al amparo de la impunidad que les otorgan sus cómplices incrustados, a propósito, en el poder judicial. Esa es la historia de muchos años en nuestro sufrido terruño y es conocida por todos nosotros. En esta ocasión la “esperanza” estaba renovada y a flor de piel en la figura del doctor Navarro y en la “franquicia” de la Cuarta Transformación, que cada vez más se convierte en motivo de duda en cuanto a la sinceridad, motivación y propósito en favor de algunas causas justas, o por lo menos en nuestra entidad, en la que es de sobra conocida la historia de este problema de los trabajadores. No existe ningún tipo de congruencia en el dicho y en el hecho de parte del gobierno. Tan solo por citar un ejemplo, se habla de austeridad y de ahorro para contrarrestar el peso económico de la nómina y “ellos” siguen contratando personal de “confianza” en muchas de las dependencias.

  Creo que es necesario contextualizar bien este asunto. Primero, decir que las prestaciones que los trabajadores han obtenido a través de ochenta y dos años de lucha sindical, son compensaciones para contrarrestar el raquítico sueldo que se devenga en la mayoría de los niveles del escalafón y cada una de ellas corresponde a un momento de la historia en que se peleó y se ganó. Que los horarios de trabajo actuales y el cambio de otras condiciones que atentaban contra la dignidad de la persona tienen como origen la lucha, la vida y la muerte de mártires como los de Chicago y muchos otros que murieron por esas causas laborales. La idea principal de toda organización de trabajadores es de carácter positiva, luchar por nuevas prestaciones que mejoren su calidad de vida, nada en el sentido negativo, nada de restar. Por eso es inconcebible que lleguen gobiernos retrógrados que quieren borrar de un plumazo, la historia escrita con sangre y esfuerzo por miles de hombres y mujeres que lucharon y siguen luchando por una vida mejor.

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.